Me encontraba flotando en el vertiginoso mar. A Pesar de su enormidad, me sentía increíblemente ligero. Todo mi cuerpo se encontraba relajado. Podría quedarme ahí para siempre, pensé. Caía poco a poco, más hondo cada vez; de repente, la imagen de Delilah volvió a mi mente.
Sonido de los pájaros, el viento y el sol de la mañana. Olor a pasto y concreto. Mi ropa mojada. Los niños me rodeaban, entre ellos se encontraba Porter ¿Se reían? Empecé a llorar, al sentir que las miradas de los otros niños me veían con desdén.
Mi hermano empezó a reírse. Ahora estaba en casa. Me acompañaba después de su entrenamiento. ¿Estás seguro? los Quarz nunca podrían mostrar odio o resentimiento. Bueno, aunque tal vez si se estaban riendo. Mi cara se oscureció.
- Es broma, es broma. Cualquiera fuera el caso, sin importar que, lo más importante es analizar la situación y no dejar que las emociones te dominen. La prioridad es mantener la calma. Esta filosofía es la base de lo que significa ser un Caballero krystallo, el poder controlar nuestras emociones es crucial para poder manejar los dispositivos Krystal. - dijo a la vez que ponía esa sonrisa suya tan cálida y brillante que podría derretir los polos.
Mi marca iluminaba tan eficaz como la pequeña luz de una luciérnaga en lo más hondo del océano. Mi muerte iba a ser en vano, sin haber conseguido ninguno de mis sueños. Conocido como aquel que mató a cientos de personas, a la mujer de mis sueños y al hombre que siempre había admirado, cuya vida heroica había sido mi inspiración.
Una imagen llego a mi cabeza. Mi hermano se encontraba en lo alto de unas ruinas que habían sido consumidas por el fuego, en sus brazos metálicos las víctimas del incendio. Su camisa había sido rasgada, revelando sus heridas; sin embargo, en su rostro se encontraba un gesto cuya potencia competía contra la del sol. Eliminando el dolor, eliminando el miedo.
- No Claudiques.
En este espacio de tinieblas, ya distante, una sombra apareció perpendicularmente sobre la pared como un reflejo, mostrando las distorsionadas flamas que le envolvían.