2da parte/Temporada
Juliette
Los meses habían pasado, las cosas estaban más tranquilas. Jason decidió hablar seriamente con su padre, ambos debían de cambiar esa actitud, al principio al joven le costó mucho convencer a su padre para ir a hablar con la psicóloga, pero es que realmente lo necesitaban y gracias a varias sesiones ambos lograron encontrar cierta estabilidad mental.
Vivían juntos de nuevo, las cosas al fin se habían calmado entre ellos dos
Por otro lado nuestra dulce Daphne, no podía estar más feliz, Alexander estaba recuperando poco a poco la memoria también la vista, ya no estaba controlada.
En la facultad había hecho nuevas amigas, realmente sin exagerar la joven se volvió hasta más risueña y todo, estaba contenta y satisfecha a más no poder.
Uno de los motivos de su sonrisa era su querido novio. Jason y Daphne ya llevaban muchos meses de novios, estaban muy bien y en la mejor época de sus vidas.
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La universidad definitivamente no era nada fácil, estaban finalizando el trimestre y tenían muchos exámenes. Nuestra pareja llevaban tres días casi sin verse, aunque estuvieran en la misma facultad , eso sí, en diferentes clases.
La arquitectura no era nada fácil, pero es una carrera muy creativa, que integra conocimientos de arte, urbanismo, diseño, ingeniería, entre muchas cosas más...
En unos de los pasillos de la gran universidad, estaban nuestra pareja besándose dulcemente enamorados, Jason como siempre perdiendo el control de sí mismo, la joven lo mordisqueó en el cuello despacio, algo excitada. Besos humedos, fluidos presentes, respiraciones aceleradas, miradas lujuriosas llenas de amor, falta de aire.
Todo se estaban manifestando.
-Me encantaría hacer el amor aquí mismo- la joven dijo antes de morder sus labios caramelosos y suaves - . Jason, desde que estas en mi vida, has hecho cambiar todo en mí, ya no soy la misma de antes.
Él no dejaba de observarla, solo se quedó callado, agradeciendo que tenía a esa ternura de novia a su lado diciendo esas palabras.
-Eres mi puta droga, te amo demasiado - habló por fin perdiéndose en los ojos brillantes color avellana de la joven. Dicho eso se adentraron de nuevo en un beso, mientras flotaban en las nubes. Jason quería comerse literalmente a su novia, la olor que desprendía la muchacha hoy era tan dulce. La mano de Daphne rozaba lentamente el miembro de su sexo opuesto, disfrutándolo del todo.
-Joder Daphne...
Ambos se separaron poco a poco porque si no iban a acabar descontrolandose el asunto.
Las horas pasaron, nuestra protagonista salía sonriente hablando con sus amigas, ya los exámenes habían finalizando, así que debían celebrarlo. Fueron a un restaurante japonés, disfrutando de esas comidas deliciosas, la comida asiática sin duda era la mejor.
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De camino a casa, Daphne caminaba tranquila sin prisas, miraba las flores atenta y sonriente. El ligero viento hacía bailar su cabello y el vestido fino que llevaba puesto. Estaba realmente exhaustada, necesitaba descansar. El móvil empezó a sonar, era su madre, con lo cual contestó rápido.
-Hola mamá ya estoy de camino a casa, ¿Cómo va todo?
-Muy bien hija, estoy en casa de Carmina, ha traído cosas de España, ven con nosotras, tiene un llavero muy bonito que te quiere dar. - Denisa le comentó a su hija.
Daphne a pesar de estar agotada, no rechazó la invitación así que cambió de dirección para dirigirse a casa de la señora Carmina.
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La casa estaba sola, con Alexander dentro y el jardinero fuera, hablando por la aplicación de mensajería.
-Alexander está solo, ¿Estás viniendo? No te puedes demorar
-Estoy a dos minutos de la casa, más te vale vigilar que no entre nadie cuando yo esté dentro con ese viejo, además será rápido.
-Vale pero date prisa.
La chica apareció, caminando lentamente como una modelo, iba todo de negro, bastante ceñida, hasta el cabello lo tenía teñido de negro con mechas azules.
-Quédate aquí, envíame algún mensaje al instante para avisarme, ¿Te ha quedado claro?
El chico afirmó, algo nervioso, no podía ocultar el miedo que tenía, cuanto nerviosismo por dios.
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Alexander tosía y tosía, no se encontraba nada bien. La puerta de la gran habitación donde estaba este, se abrió lentamente.
El hombre miró intrigado queriendo saber quien era, nadie entraba en ese cuarto sin tocar la puerta antes. Se tranquilizó al saber que era su dulce hija Daphne.
Pero algo era diferente en ella... Su cabello era negro, cuando Daphne es totalmente castaña de cabello con algunos mechones dorados y el pelo ligeramente dorado.
-¿Cómo se te ocurre teñirte el cabello de ese color tan oscuro? Hija te ves demasiado diferente, todo ha cambiado demasiado en tí, hasta la ropa y la forma de caminar que ha sucedido contigo?- Alexander permanecía confundido, su hija menor no era así para nada.
La chica esbozó una sonrisa, no muy agradable, era hasta algo macabra.
-Alexander, ¿Realmente piensas que soy la niñata de mi hermana gemela?- Caminó en dirección del mayor, ya asustado.
Al señor se le puso los ojos como platos, abrió la boca tratando de inhalar aire, no podía ser posible, todo tenía que ser una pesadilla de mal gusto. Alexander es asmático con lo cual ya le era difícil respirar.
Juliette estaba allí delante de él, no podía ser real.
-A todos les mentiste diciendo que yo estaba muerta, cuando en realidad me dejaste en una casa hogar con tan solo 3 años de edad , maldito hijo de puta, no tenéis corazón, ni tú, ni la propia puta de mi madre, Denisa. - Juliette disfrutaba ver a su padre pasmado y conmovido, mientras ella hablaba.
-Hija, yo...Tuve mis motiv...-Alexander quiso defenderse, pero la rebelde lo pausó.
-Cállate, inhumano. Pronto todos sabrán de mi existencia.
El viejo estaba pálido, cada vez le costaba más respirar, se levantó poco a poco de la cama casi arrastras. Era ella, era ella, oh mi dios, Juliette estaba allí delante suyo.
-Por favor, te lo suplico, hija no digas nada...- El hombre abrió lentamente el cajón para buscar su inhalador para el asma, sino en cualquier momento podría caer muerto.
Pero , no estaba...
-¿Buscas esto? - Juliette preguntó victoriosa, lo tenía ella, maldita sea lo tenía ella.
Alexander cayó al suelo poco a poco arrastrándose hacía a ella , pero la chica, retrocedía los pasos. No podía tener ningún tipo de contacto con su padre, así no levantaría sospechas.
El mayor casi sin poder respirar. estiraba su brazo, queriendo coger a su hija, pero no la alcanzaba. Se estaba muriendo, se agarraba con la otra mano el pecho.
Esto no podía estar pasando...
Cada vez menos, ya estaba viendo la muerte llegar...Sus movimientos eran lentos y el corazón ya casi no bombardeaba.
-Muerete hijo de puta.
Alexander ya no pudo más...
Ya había fallecido.
Se acabó...
Juliette gritó, gritó alto, muy alto.
Impotente,dolida
-Nos veremos en el infierno, Alexander...
....
Si recordáis, Juliette fue mencionada por primera vez en el capítulo 3