Pálido, quieto, los ojos cerrados ligeramente. Parecía dormido pero definitivamente no lo estaba, quizás estuviera descansando tranquilamente en el cielo.
Vestido de forma elegante,maquillado, bien peinado. Alexander estaba rodeado de toda la familia en el tanatorio. Los colegas de la empresa tampoco fallaron y alguno que otro amigo. Familiares de Grecia que viajaron durante horas para poder despedirse del hombre ya fallecido.
Sin duda, una completa desgracia...
Daphne , tenía su pequeña nariz respingona rojita de tanto llorar, las mejillas tampoco se quedaban atrás. Jason la acariciaba ofreciéndole todo el calor posible, mientras acariciaba la cabellera de la muchacha.
Tenía tantos sentimientos de culpa, pero tantos. Si aquel día no hubiera desviado el camino para ir a casa de la señora Carmina, su padre aún seguramente estaría viviendo.
-Ternura, deberías sentarte. No estás en un buen estado y llevamos rato de pie. - Sugirió el joven. La chica sólo asintió cabizbaja, sin decir ni una palabra.
A lo lejos de la sala, Adrienne y Damián conversaban desanimados, pero a su vez trataban de resolver dudas que aún seguían presentes y cosas que aún seguían sin comprender.
-Según la autopsia, fue un ataque al corazón, pero lo que no logro a entender aún, es como papá teniendo el inhalador en la mesita de noche, dentro del cajón, no lo pudo coger, es extraño... - Damián empezó a preguntarse, sin entender
Adrienne lo miró, la chica mostraba mucha angustia en su rostro.
-Hermano, papá no tenía el inhalador dentro del cajón, al parecer lo tenía en otro lugar de la casa. La policía vino a casa, se llevaron al jardinero para interrogarlo, porque él era el único que estaba en casa, según él estaba puliendo el césped, en ningún momento entró a casa, sólo cuando acabó su turno, entró al cuarto de empleados para coger sus cosas y luego irse, pero el jardinero no sabía que papá estaba muerto. -la joven fumaba, recordando todo lo que sabía.
- ¿En otra parte de la casa? No lo entiendo...
-Yo tampoco, de hecho cuando rastrearon toda la casa no habían encontrado el inhalador por ninguna parte. Es muy extraño.
Damián suspiró profundo, le dolía la cabeza, no podía más, se sentía agotado.
♡
- Jason, voy al baño a lavarme la cara, no me siento bien...- la chica se levantó poco a poco sin fuerzas.
- Te esperaré fuera del baño, no quiero dejarte sola durante mucho tiempo. - La chica asintió congojada.
Se miró al espejo después de haberse mojado varias veces la cara, realmente lucia rota y hecha polvo.
Al salir vio a Jason hablando con una chica, Daphne se acercó extrañada, ¿Quién sería esa muchacha? No la había visto antes en el tanatorio, al parecer estaba llegando ahora.
Jason al ver a su novia, la quiso presentar a la chica. Daphne quedó paralizada, la muchacha se parecía mucho a ella, incluso podría pensar que eran hermanas.
-Hola, querida, no me recuerdas seguramente. -Soy una prima lejana tuya, me llamo Juliette. - mintió.
Nuestra protagonista la recibió con la mirada triste y abatida.
Juliette, como el nombre de su hermana que murió...
- No te recordaba, gracias por venir. - agradeció bajo casi murmurando, muy congoja.
Juliette notaba hervir su sangre como una caldera, apretó disimuladamente las manos haciendo puños y es que la envidiaba; tiene amigos, es guapa, cara tierna, un novio guapísimo. Deseó haber sido como ella, simplemente ser criada como ella. Tensó la mandíbula y tragó para seguir siendo amable, debía disimular. Daphne era demasiado tranquila a comparación de ella, le daba asco y mucha reprimenda.
-Suertuda, maldita suertuda- pensó.
Daphne, decidió despedirse de su prima lejana, quería estar con su madre que seguía lamentando la pérdida de su marido con mucho llanto.
Adonis, Adrienne, Damian y Daphne, se abrazaban prometiéndose ser fuertes y estar a partir de ahora más enérgicos y valientes que nunca, lo que iba a venir ahora no iba a ser para nada fácil. Pero juntos prometieron seguir adelante.
♡
Tras transcurrir varias semanas, las cosas fueron mejorando poco a poco, la época de duelo se iba dejando atrás. Sin duda alguna, la misión de ahora es adentrarse en una nueva etapa.
Vacaciones, al fin unas buenas vacaciones. La pandilla se encontraban jugando a Basketball, para ejercitar los cuerpos y mantener la mente ocupada. El parque estaba lleno de gente, muchos eran latinos, Jason trataba de conversar en español con algunos de esos muchachos apasionados de este deporte.
Max y Dylan, los mejores amigos de nuestro protagonista, secaban el sudor de sus ejercitados cuerpos, hacía bastante calor.
Daphne se encontraba esmerada y muy contenta junto con sus hermanos y un par de amigos, todos sudorosos y contentos por haber ganado al equipo contrario.
La joven, estaba vestida de deporte, como una jugadora profesional del baloncesto acompañada de sus Air Jordan 1 rosas. Relucía alegre, a pesar de estar algo despeinada y toda roja de tanto jugar. Jason abandonó la conversación con sus amigos latinos, para dirigirse a su amada novia, que tanto lo volvía loco.
Trotó hasta llegar hacia a ella, y al estar a pocos centímetros, se agachó para estar a la altura de la joven. La agarró por detrás, levantandola del suelo haciéndola reír, tenía una voz muy fina y al reírse se escuchaba tierna.
-Jason, por favor bájame- pataleaba con fuerza la risueña, mientras tapaba su cara avergonzada. - ¡La gente nos está mirando!
El chico alegre de verla así, la agarró más fuerte acercándose a su fina oreja.
-Soy el más afortunado de tenerte a mi lado y quiero que todos lo sepan, pequeña.- susurró, antes de morderle el lóbulo. Daphne percibió como sus pelos se ponían de punta, dejó de patalear y a continuación insistió a su novio que la bajara de nuevo.
Al estar ya abajo, alzó un poco la mirada hacia Jason, lo miró traviesa y se puso de puntillas hasta estar a la altura de su oreja
-Hoy por la noche tengo algo preparado para tí. - murmuró coqueta.
El joven la acercó más aún a su cuerpo, un poco excitado.
-¿Qué tienes planeado,cielo?- la voz se tornó ronca, recordando a Daphne desnuda sobre la cama.
-Ya verás. - dicho eso rió juguetona. La chica lo oteaba, con la mirada llena de brillo.
Abrazó a su chico acercándolo a ella y lo besó lentamente en los labios.
Jason la aferró mucho más a su cuerpo grande, besándola excitado deseando que llegara la noche.
Los demás en la cancha, los contemplaban alegrandose por la pareja que lucían verdaderamente enamorados. También asombrados se dieron cuenta de que nuestra dulce Daphne poco a poco perdía la vergüenza y la timidez. Antes la muchacha era incapaz hasta de reírse.
La joven estaba avanzando, cada día sorprendía más a la gente de su alrededor.
Y si digo "cielo", es por lo inmenso, por lo grande y lo bello
Que siento en mi corazón
Cuando te veo.
Letras de piel
Eduardo Pacheco
Continuará...