- No, sabes que no se puede controlar cuando ocurre ni en donde reencarna - respondió Adelaida con una cara extremadamente sería.
- Es cierto. Nos quedamos sin opciones. ¿Y si purificas el alma del hombre?
- ¿Pero cómo? No existe un hechizo o una poción con ese fin, no hay nada que se le parezca de hecho.
- ¿Nos damos por vencidas?
- No. Me niego a perder la batalla contra un hombre lobo.
- Pero acabas de decir que no existe cura conocida...
De repente una loca idea vino a la mente de Adelaida, se dibujó una sonrisa radiante en su rostro mientras gritaba alegremente:
- ¡Eso es! ¡Caitlyn eres un genio!
- ¿Qué? ¿Qué te sucede?
- Dame un pergamino y una pluma, ¡rápido!
Caitlyn hizo lo que le pidió Adelaida, estaba intrigada por la repentina idea que le había llegado a Adelaida, cuando le entrego las dos cosas a Adelaida, ella se las arrebató de las manos y empezó a escribir velozmente, cuando terminó le mostró el pergamino a Caitlyn, haciendo que ella abriera los ojos de sorpresa y preocupación.
- ¡De ninguna manera! No voy a hacer parte de esto, ¡¿estas loca?! ¡¿Tienes idea de lo que nos ocurrirá si algo sale mal?! Si se produce un error, el Concejo Luna Azul nos quemará vivas, ¡literalmente! ¿Acaso quieres morir tan joven?
- ¡Caitlyn no hay otra opción! Es nuestra última esperanza...
- ¡No! No arriesgaré mi vida y la tuya de esta forma. La respuesta es NO.
- A veces hay que arriesgarse, ¿no crees?
- Existe una fina línea entre arriesgarse y buscar la muerte, no quiero estar en el lado equivocado de esa línea, es mejor dejar que la naturaleza siga su curso, ¿no crees?
- No, no lo creo. Voy a intentar hasta la última opción para salvarle la vida a ese vampiro, ¿estas conmigo o no?
Caitlyn lo pensó por un rato, su rostro se había tornado pálido, finalmente suspiro con resignación y respondió:
- Estoy contigo, lo intentaremos.
- Gracias Caitlyn...
Adelaida se giró hacia la Marquesa Sanderson y los sirvientes parados detrás de ella, todos miraban a las dos muchachas con gesto de sorpresa, Adelaida se acercó a Nathaly y empezó a decir:
- No le voy a mentir, Marquesa Sanderson, la situación de su esposo es compleja, no existe cura y si no hacemos nada en tres días dejará este mundo.
- ¿Estas diciendo que mi esposo morirá?
- No he dicho eso. Hay una última opción en nuestras manos...
- ¿Cual? Intentaré lo que sea con tal de salvarle la vida a mi esposo...
- ¿Esta dispuesta a intentar hasta lo último aunque eso no asegure que su esposo vivirá? Seré sincera. El hechizo que se requiere acaba de ser creado, yo lo he creado. Es bastante complejo y el mínimo error traería consecuencias desastrosas. Además de eso, el hechizo jamás a sido probado en ninguna criatura antes, por lo que podría estar incompleto. Las posibilidades de fallar son demasiado grandes, ¿esta dispuesta a intentar algo tan peligroso?
- ¿Hay una posibilidad de salvar su vida con tu técnica?
- Si.
- Entonces lo intentaré, no importan las posibles consecuencias.
- ¿Esta segura?
- Si.
Adelaida asintió y se giró hacia Caitlyn, su mirada era bastante clara y ella entendió el mensaje. Caitlyn tomó la taza de té y termino su contenido rápidamente, luego se levantó y camino detrás de Adelaida y entró con ella en la habitación.
- Abre las cortinas - ordenó Adelaida mientras limpiaba sus manos.
Caitlyn hizo lo que se le pidió, después se paró junto a la cama y preguntó:
- ¿Qué debo hacer?
- Sella la habitación, que el alma no se escape, sería desastroso.
- Bien. ¿Empiezo ya?
- Ahora, en este instante.
Caitlyn camino hacia el extremo más oscuro de la habitación, se sentó en el alfombrado suelo y cruzó sus piernas elegantemente, cerró sus ojos y empezó a susurrar:
- Montibus aeternis crystallus perlucidum ferrumque est arcane crystallinum velle divino et non effugient... [1]
Las paredes de la habitación empezaron a emitir brillo, el espacio brillo cada vez con más intensidad hasta que se volvió totalmente blanca.
Al estar la protección preparada, Adelaida se arrodilló en el suelo y dijo lentamente y con su voz casi creando una canción:
- Videte dolorem meum fratrem suum miseratione conditum obumbratur gaudium neque mali quid patitur tanta spe pugnatum; Quia in ea vis est occultatum est occultatum in te: abscondit me. [2]
Mientras lanzaba el hechizo Adelaida hacia determinados movimientos con sus manos, su voz gradualmente se volvió más armoniosa y cantó el hechizo a capela tan delicadamente que cualquiera que la escuchará caería rendido a sus pies, el cántico se repitió cinco veces de forma simétrica y precisa, la última palabra fue dicha con la mano de Adelaida en el pecho del hombre, este dio un agudo grito de dolor y una sombra se condensó hasta que formó una especie de perla negra, la perla negra cayó en la delicada mano blanca de Caitlyn, ella la encerró en una caja de madera negra pequeña, con un movimiento de su mano Adelaida devolvió toda la habitación a la normalidad.
- Fue un éxito - dijo Caitlyn levantándose del suelo.
- ... Lo fue...
- ¿Estas bien? Te ves pálida...
- Estare bien - respondió Adelaida extendiendo la mano para que Caitlyn la ayudará a levantarse.
El hechizo había salido bien, pero Adelaida se sentía demasiado mal, su cuerpo pesaba hasta el punto en el que le costaba caminar, se sentía mareada y tenía ganas de vomitar, su tez era tan blanca que casi llegaba a ser de color azul, sus pensamientos estaban confusos y su mirada se volvió levemente borrosa.
Caitlyn miró preocupada a Adelaida, estaba tremendamente asustada de su aspecto, la ayudo a levantarse y la apoyo a caminar, los pasos de Adelaida eran inseguros e inestables, afortunadamente era delgada y Caitlyn era más fuerte de lo que aparentaba, les costó pero al final Caitlyn pudo llevar a Adelaida al sofá en la sala de estudio junto a la habitación. Nathaly y sus sirvientes estaban espantados al ver a la débil muchacha, como si hubiera visto un fantasma Nathaly se acercó rápidamente para preguntar:
- ¡¿Qué le sucedió?!
- Está agotada, pero estará bien - respondió Caitlyn poniéndo su mano en la frente de Adelaida para medir su temperatura.
- ¿Mi esposo... ?
- Estará bien, creo que despertara en la noche. Le hemos curado y no tendrá que preocuparse de si quedo desquiciado - respondió Caitlyn.
[1] En latín: Montañas de hielo eterno, de cristal transparente y hierro fuerte es una caja, la luz divina no escapa y las intenciones son cristalinas.
[2] En latín: Mira el sufrimiento de mi hermano, compadecete de su agonia, no permitas que su alegría sea eclipsada por la maldad, ¿por qué en tanto sufrimiento la esperanza perduró? Porque la fuerza esta oculta en ellos, esta oculta en ti, esta oculta en mi.