Jessica subió a la habitación de Adelaida, verla tendida en la cama, inconsciente y con el ceño fruncido, le rompió el corazón verla en este estado lamentable, lágrimas de tristeza e impotencia cayeron de sus ojos, sus sollozos empezaron a escucharse cada vez con más claridad.
- Tranquila, ella estará bien - dijo Ashly acercándose desde el escritorio de la habitación.
- No se por qué permitimos que ella se alejara tanto de su hogar... me arrepiento profundamente...
- Lo hecho, hecho esta, no se puede volver atrás...
- Supongo que es así... ¿Cual es tu nombre?
- Ashly.
- Soy Jessica, pero puedes llamarme Jess.
- Es un placer conocerte Jess.
- Igualmente Ashly.
Ambas hicieron una leve inclinación, de repente un movimiento de Adelaida desvió su atención hacia ella.
- Edward...
- ¡¿Edward?! - los ojos de Jess estaban muy abiertos.
- También nos sorprendió...
- Como podría ser el mismo vampiro al que Adelaida trataba como si no existiera.
- ¿Entonces si lo conoce?
- Ambos actuaban como niños cuando estaban juntos, atacandose verbalmente entre sí pero sin llegar a los insultos. El mayordomo Dylan decía que cuando Adelaida creciera se convertiría en la esposa del Señor.
- ¿Hubo un vínculo de almas?
- No creo haberlo visto mordiendola, pero cuando estaban juntos, aunque discutieran, por alguna extraña razón siempre se sonreían al final.
- Una especie de... unión de almas gemelas... tendré que investigarlo con la Hermana Azora...
- ¿La Hermana Azora?
- La sacerdotisa del pueblo. Es una poderosa bruja blanca, experta en temas como este. Mañana iré a verla.
Jessica tenía una expresión algo confusa, tenía una sensación extraña en su corazón, pensó que toda una historia de unión de almas gemelas se había desarrollado bajo sus narices y no sospecharon ni una sola vez de ello, lo que más la sorprendía era que el protagonista de esa unión era el Señor del Imperio Sangre Violeta, el mismo Edward Storm, la sensación era muy extraña.
- Edward...
Ashly se acercó a la cama y con el dorso de su mano midió la temperatura de Adelaida, sus ojos se iluminaron al instante, una media sonrisa se dibujó en su agraciado rostro.
- ¿Que sucede? - preguntó Jess.
- La fiebre está bajando, ¿no lo ves?, ¡de verdad está bajando!
- Y... ¿eso quiere decir que...?
- Quiere decir que su alma siente la presencia del Señor Storm, se está acercando a ella y su alma lo siente, pronto despertara, cuando el hombre esté aquí en esta habitación...
- ¿Ella estará bien? No puedo creerlo, ¡ella estará bien!
- Iré a avisarle a Mamá. Quédate aquí y ponle el paño de agua tibia para ver si la fiebre sigue bajando.
- Está bien.
Ashly bajo corriendo las escaleras del segundo piso, tan rápido que casi tropieza en el último escalón, corrió al comedor donde se escuchaban las voces de su madre y sus hermanos.
- ¡Mamá!
- ¿Qué sucede hija?
- ¡La fiebre bajo! Su temperatura se está normalizando y parece más cómoda al dormir.
- El vampiro debe estar por llegar a la aldea - comentó Caitlyn mientras bebía una taza de té.
- ¿Vampiro? ¿Cual vampiro? - preguntó Vania con un rostro que hacía ver que se sentía fuera de lugar.
- El que ha estado llamando desde que cayó inconsciente - respondió Marc con una expresión ilegible.
- ¿A quien a estado llamando? - preguntó Vania.
- Edward Storm - respondieron los tres hermanos al unísono.
- No... es cierto... ¡Jajaja! Sabía que eso no era ni amistad ni odio, debía haber algo que se nos pasó sin que nos diéramos cuenta... pero jamás creí... que...
- No hay marca de unión de almas, al menos... no que hayamos visto... Es otra cosa lo que los une - dijo Ashly caminando de un lado a otro mientras pensaba profundamente.
- ¿Amor a primera vista? - preguntó Caitlyn levantando una ceja.
- Que tonta, eso no existe, es sólo una sensación pasajera. Estoy segura de que lo que hay entre tu prima y el Señor es otra cosa - respondió Ashly con una expresión enigmática en su rostro.
- Sólo queda esperar y ver - replicó Marc mientras miraba como si hermana iba de un lado a otro sin parar.
La cena fue tranquila a pesar de la condición de Adelaida, Zemira envío un murciélago mensajero a la mansión Hunt para avisar que las hijas de Milo Hunt y Samantha Hunt estaban perfectente bien, esperaba con eso apaciguar la gran preocupación de los Duques.
***
Al día siguiente.
Edward al fin había llegado a Fog Spell, estaba tan ansioso que se mostró reacio a charlar mucho tiempo con su prima segunda y su esposo recuperado, tan pronto como supo exactamente dónde estaba Adela, tomó un caballo y fue rápidamente a la dirección indicada, le tomo más de lo que hubiera querido, pero finalmente llegó frente a la casa. Antes de que tuviera tiempo de tocar, la puerta se abrió por si sola, revelando en el umbral a una mujer de mediana edad que lo miraba como si lo estuviera esperando desde hacía días.
- Lord Edward, llevamos esperándolo un tiempo. Mi mente es Zemira Frank, soy la Madrina de la Señorita Adelaida Twain. Ella está en su habitación, y si, sigue inconsciente.
Edward se sintió de repente muy conmocionado por lo que decía la mujer, no porque fuera extraño en si, sino porque eran las respuestas a las preguntas que internamente se hacía, de repente se sintió como un libro abierto ante esta singular mujer.