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Chapter 11 - Juicio

Llegamos al consultorio de Anne en un tiempo record, en cuanto el auto se detuvo solté la mano de Derek y me puse de pie, camine hacia la puerta de la camioneta y baje de ella, Anne estaba girando en la esquina con mi auto, se perfilo para estacionarse justo detrás de la camioneta de Derek y bajo.

Mientras Derek y el señor Collins se encargaban de ayudar a los niños a bajar yo camine hacia a Anne.

—Espero que sepas que una vez que esto termine, mi venganza será terrible y dolorosa.

Ella sonrió con satisfacción y me ofreció las llaves de mi auto, los niños corrieron hacia mi en el momento en que estuvieron en la acera, tome de la mano a ambos y comencé a caminar hacia el recibidor del edificio, Derek conversaba algo con el señor Collins y Anne caminaba detrás de nosotros tarareando una canción extraña.

Observe a la camioneta irse y a Derek con una gorra y lentes de sol acercarse al recibidor, llego junto con nosotros al elevador. Subimos hasta el piso de la oficina de Anne, Eason nos esperaba recargado en el umbral de la puerta. Sus ojos no perdieron tiempo en observar al hombre que nos acompañaba, era por lo menos dos cabezas más alto que él, y su corpulencia lo hacia lucir delgado y desgarbado, sus ojos se dirigieron al rostro de Anne y después al mío.

Entramos en el consultorio y cerramos la puerta, Derek se quito la gorra, los lentes y miro al hombre que parecía atónito por su presencia.

—¿A que se debe tanta premura? —pregunto Eason en dirección a Anne.

—Pregúntale a Elaine… créeme que te vas a sorprender.

Eason giro su rostro hacia a mi, al ver que tenia las manos ocupadas.

—¿Elaine? —susurro, pero al ver que lo fulminaba con la mirada, simplemente nos dejo pasar a la oficina.

—¡Mamiiiiii! —El grito alegre de Lily nos sobresalto a todos, la pequeña salió corriendo de la oficina de Eason y abrazo a su madre primero, se preparaba a saltar a mis brazos como siempre cuando noto la presencia de Adrien y Cassie. —¿Tía Elaine? — sonreí en su dirección, miro de un modo muy simpático a los dos pequeños que me resguardaban, y después me sonrió. —Dijiste que iríamos a comer helado, se abrazo a mi pierna y comenzó a tirar levemente del dobladillo de mi falda.

Adrien la miro fijamente y tras tirar de mi mano abrió sus brazos pidiendo que lo cargara, mientras tanto Cassie abrazos con fuerza mi otra pierna.

Indefensa ante lo que parecía ser una lucha encarnizada por mi atención, mire a Anne en busca de un poco de ayuda, pero, ella solo comenzó a reírse.

—Vaya… siempre he sabido que tienes un don especial con los niños, pero esta demostración es digna de quedar grabada en video.

La mire con furia.

—Lily… ellos son, Adrien y Cassie. Su papá es un amigo mío y hoy saldrán con nosotros a comer helado.

Lily miro con detenimiento a todos los adultos presentes hasta que sus ojos se detuvieron en Derek, la pequeña lo miro con una intensidad nada digna de su edad.

—Tía Elaine… ¿él es tu novio?

Casi me caí de bruces al escucharla preguntarme aquello. Anne y Eason comenzaron a reír, obviamente burlándose de mi. Mientras tanto Adrien y Cassie clavaron sus ojos en mi rostro. Trague saliva, jamás me había sentido tan incomoda en mi vida. De pronto Derek camino hacia Lily y se agazapo frente a ella.

—¿Por qué dices eso? —Le preguntó en tono amable. Lily se acerco a él y susurro algo en su oído, Derek me miro por el rabillo del ojo y se puso de pie. Se preparaba a decirme algo cuando su teléfono sonó, el miro el identificador y apretó los ojos. —Es Abigail— Cassie escucho el nombre de su madre y camino hacia su papá.

—¿Ya se termino el día contigo papá?

Derek sonrió y coloco su mano en la cabeza de su hija, desordeno un poco su cabello y contesto el teléfono, camino hacia el pasillo y cerro la puerta de la oficina tras de si.

—Lily… ¿Qué fue lo que le dijiste? —pregunte mientras bajaba a Adrien y lo colocaba junto a su hermana. La pequeña diablilla sonrió y sacudió la cabeza.

—Es un secreto.

La voz de Derek comenzó a retumbar por todo el lugar, estaba molesto, iracundo me atrevería a decir, mire a Anne.

—Debo ir al juzgado, si quieres quédate con los niños también… solo envía los documentos a Stephen.

—De ninguna manera… iré contigo— Anne era mucho mas tozuda que yo, por lo que seria inútil enfrascarnos en una discusión al respecto, así que simplemente suspire y le hice una seña con la cabeza para que comenzara a caminar.

—Lily… podrías hacerles compañía a Cassie y Adrien por mí, cuando tu mamá y yo regresemos, iremos a comer el helado que te prometí.

La pequeña asintió sin mucha convicción y miro a los dos niños que también parecian confundidos. Salimos del despacho después de que Anne le dijera a Eason que le explicara a Derek que nos habíamos ido sin él, sinceramente necesitaba un poco de espacio, su actitud seductora en la camioneta había hecho que mi mundo se tambaleara, tenia deseos de alegarme un poco de él, para poder dejar de sentirme tan, tan… intranquila.

Anne subió a mi auto después de mí, arranque el auto y me dirigí al juzgado; mientras conducía, Anne le envió a Stephen los documentos, junto con la explicación de que debía hacer con ellos.

—¿Estas tan molesta conmigo que has decidido no dirigirme la palabra?

Respire hondo antes de responder, por fortuna el semáforo había cambiado de color así que pude girarme para mirarla directamente a los ojos.

—¿Tu que crees? ¿No tengo razones para estarlo?

Anne sonrió y coloco su mano en mi pierna.

—Elaine, he sido tu amiga desde hace tanto tiempo… te he visto caer y levantarte en tantas ocasiones, te he demostrado que soy leal y que te aprecio de verdad una y otra vez. Creo que más bien eres tu quien debería pensar si realmente tienes razones para estar tan molesta conmigo.

Fruncí el entrecejo al escucharla decir aquello.

—Anne, tu mejor que nadie sabe cuanto tiempo me tomo recuperarme de aquello… y ahora, tanto tiempo después, en un momento en el que me siento tan vulnerable y perdida, vienes y lo sacas a la luz de nuevo, y frente a un extraño. Se que tus intenciones son siempre las mejores, pero en verdad, necesitas dejar de pensar que puedes o debes ayudarme a superar la perdida. Lo tengo bajo control, confía en mí.

Anne suspiro cansada.

—Muy bien, entonces siendo así, solo déjame decirte lo siguiente antes de cerrar este asunto: Eres una mujer fuerte, eso nadie lo duda; eres una mujer independiente y dedicada, eso tampoco esta en tela de juicio; eres una mujer exitosa y sobresaliente, por supuesto, te admiro mucho por ello… pero dentro de todas estas alabanzas que palabra notas que se repite una y otra vez. Eres una mujer Elaine, y no puedes enterrar ese hecho, pronto te darás cuenta, si es que realmente aun no lo haces… no puedes continuar dejando de lado a la mujer, a la mujer que quería ser madre, a la mujer que quería un hombro sobre el cual recargarse, la mujer que esta hecha pedazos en tu interior y que tu por temor, no quieres recomponer. Esos niños son la clave, además tú los necesitas tanto como ellos a ti. Solo te pido que no los abandones por miedo a no tener el valor de superar realmente la pena que te carcome, pues, temo mucho amiga mía, que has vivido tanto con ella que piensas que es parte de ti, y no es así, el dolor forma una parte de quienes somos, nos forja el carácter… pero no define quienes somos.

Escuche tan atentamente sus palabras que no me percate que el semáforo estaba en verde hasta que el conductor de atrás toco su claxon. Metí primera y avance. Guarde silencio, analizando las palabras de Anne, una por una, frase por frase, intentando definir en mi interior que tanto de su agudo sentido de psicóloga había acertado al describir mi comportamiento actual.

—Es imposible que esos pequeños me necesiten tanto… solo tienen unas horas de conocerme ¿Cómo puedo haberme convertido ya en un soporte? No es lógico Anne, y Derek, él, solo quiere que le ayude a salvar a sus hijos de una madre abusiva y manipuladora, no es diferente a los otros padres y esposos que he ayudado.

—Los niños son diferentes de nosotros, ellos simplemente se rigen por su instinto, son pequeños e inocentes, y sensibles, sumamente sensibles, yo creo firmemente que con el simple hecho de haber sido tratados con amor y respeto por ti, despertaste en ellos la curiosidad por saber, ¿por qué eres tan distinta a su madre?.

—Anne… ¿Por qué insistes en torturarme de esta forma? ¿Y Derek… que no te das cuenta que cualquier pensamiento fuera de lo profesional hacia él, podría complicar su caso y poner en riesgo a sus hijos?

La interpelada me miro sorprendida, y después sonrió.

—Yo jamás mencione a Derek en la ecuación… pero ya que tu lo has traído a conversación. ¿A que te refieres con pensamientos fuera de lo profesional? —Maldije en silencio y suspire. —Elaine, desde lo ocurrido con Steve no te he visto jamás poner atención a ningún hombre, y ahora que lo mencionas, permitiste que te abrazara hace unas horas.

Guarde silencio y centre mi atención en el camino hasta que el siguiente semáforo cambio de color.

—No lo sé—respondí con un hilo de voz, me gire hacia ella y respire profundo.

Realmente no era mi intención atraer su atención al asunto pero, ella tenia razón en una cosa, habían pasado casi seis años desde aquello, y, mi soltería y celibato se habían vuelto perpetuos. Sin importan quien o cuantas veces quisieran ayudarme a conseguir a alguien, ya no digamos para algo serio… por lo menos para salir, disfrutar o divertirme; no habían conseguido nada en absoluto, excepto hacer que me encerrara mas en mi misma.

—¿Te gusta? — su pregunta retumbo en mi cabeza con un eco ensordecedor que me abrumo por completo.

—No, por supuesto que no, solo pienso que es alguien que merece respeto, dime… ¿Cuántos hombres conoces que son primero padres que hombres? Es decir; su aun esposa es una mujer de ensueño, alta, delgada, con un cuerpo de diosa griega, es una ex modelo que además de todo tiene porte. — Anne rio y entono con voz grave:

—Y… es una psicópata en potencia— Reí también por su comentario y continúe desde donde me había quedado

—Si, bueno, supongo que tienes razón en eso… sin embargo, él podría simplemente conservarla contenta, fingir que nada ocurre, pero, no lo hizo, decidió hacerle frente y proteger a sus hijos, ahora esta acusado injustamente de maltratarlos cuando, tal y como dijiste… la maniaca es ella. No creo que lo que siento por él tenga algo que ver con amor o pasión, creo que es admiración, respeto… empatía.

Vire en la intersección y me estacione frente al juzgado, tome el saco del asiento trasero de mi auto, me lo puse, tome mi maletín y baje, retomando mi papel de abogada, camine hacia la entrada seguida de cerca por Anne, por fortuna, ella ya no menciono nada sobre mi comentario anterior. Los juzgados estaban repletos a pesar de que faltaba solo una hora para que cerraran.

Me dirigí directo al mostrador, el relevo de Entel me miro con ojos sorprendidos, supongo que el incidente entre Alex y la señora Evans era de dominio público.

—Quisiera solicitar una audiencia de emergencia con el juez— pedí en tono tranquilo y frio. El chico sonrió de forma amable y sin decir palabra alguna camino hacia el extremo izquierdo del mostrador y tomo el teléfono.

—Juez Terral, la abogada Tullor desea solicitar una audiencia de emergencia con usted, viene acompañada de la Dra. Tang— Nos observo fijamente durante un par de segundos mas y sonrió. —, muy bien, les diere que pasen—

Tras decir aquello salió del mostrador y nos guió hacia los despachos de los jueces, tanto Anne como yo caminamos en silencio detrás de él. Una vez frente a la puerta del despacho, el chico toco en dos ocasiones. El juez Terral abrió la puerta y nos observo a los tres.

—Gracias Thomas. Abogada, doctora ¿Qué necesitan?— pregunto sin retirarse de la entrada. 

—Juez Terrel… quisiera hacer la solicitud de un par de mociones, se que es un poco tarde pero es urgente que revise los documentos que tengo para sustentar mis mociones.

—Por supuesto abogada, de hecho en este momento el señor Gonzales estaba informándome sobre la demanda que sustenta en contra de la señora Evans por daños y lesiones.

El juez nos dejo pasar a su despacho. Alex y Stephen se encontraban ahí sentados en el sofá. Mis ojos se centraron en el rostro de Alex, en verdad que esa mujer era violenta, una herida profunda cubría su rostro desde su sien hasta la parte baja de su mandíbula. Aun tenia sangre en los costados y estaba muy roja e hinchada. Los ojos de ambos hombres se iluminaron cuando me vieron entrar seguida por Anne.

Ambas nos sentamos en las cómodas sillas frente al escritorio del juez.

—Su señoría—comencé mientras abría mi maletín —Quisiera solicitarle lo siguiente— Tome las actas y las coloque sobre el escritorio —: Esta acta solicita que la señora Evans se someta a revisión psiquiátrica, así como solicita que mientras los resultados son entregados a la corte los niños permanezcan al cuidado de mi cliente. —La mirada del juez se clavo en mi rostro, mientras sus labios se curveaban en una sonrisa orgullosa, pero era demasiado pronto para pensar que mi estrategia era buena, aun tenia mas cartas que jugar—. Esta acta es para solicitar una revisión de pruebas, la señora Evans presento ante el juzgado una carpeta con fotografías que fueron agregadas a la demanda de divorcio que interpuso contra mi cliente, para sustentar su solicitud de conservar la custodia completa de sus hijos debido a que ellos y, presuntamente ella, son victimas de violencia domestica. Quisiera solicitar a su señoría que le solicite a la demandante partes médicos, con fecha, hora… descripción de las lesiones y que un perito medico revise dichos documentos y a los pequeños.

El juez leyó lenta y atentamente mi acta, sabia que estaba siendo demasiado agresiva en mis solicitudes, pero si esto lo había sorprendido, comencé a preguntarme como reaccionaria al leer el acta de mi siguiente moción.

—Abogada… no le parece que solicitar tantas mociones de pronto es un poco apresurado, además, aun con la solicitud de revisión de pruebas no puedo simplemente ignorar el hecho de que la señora Evans acusa a su aun esposo de violencia, por lo que no puedo ordenar que los niños permanezcan con su padre, para tomar esa decisión necesito estar seguro de que los pequeños no corren ningún riesgo.

Sonreí, tome la ultima acta y la coloque sobre el escritorio del juez.

—Estoy consiente de ello señoría, es por eso que prepare esta moción también.— Deslice con el dedo el papel para acercarlo hacia donde el se encontraba sentado.

Mire por el rabillo del ojo a Anne y suspire. Estaba a punto de revelar un punto en mi estrategia del que ninguno de los presentes tenia la menor idea. El juez leyó el acta con lentitud y sus ojos se abrieron como platos conforme avanzaba su lectura.

—Abogada… esta solicitud es; bueno, lo mas acertado para hacer en este caso, pero en mi opinión personal, algo sumamente desalmado… es un poco cruel.

Alex, Stephen y Anne me miraron fijamente. Mientras tanto yo sonreí con suficiencia.

—Señoría, el señor Evans podrá ser mi cliente, pero yo, estoy de parte de la justicia, comúnmente no tomaría una acción tan drástica; sin embargo observe lo que ocurrió con Alex, por el bien de los intereses no del señor, sino de los pequeños, quienes comúnmente en estos casos no tienen voz y voto, debo solicitar esto. No se preocupe, el señor Evans esta informado y de acuerdo, su único interés también es el bienestar de sus hijos.

El juez miro a todos en la habitación y comenzó a firmar, y sellar las mociones, al llegar a la ultima… su mano temblaba un poco, parecía que aun analizaba si era o no la mejor opción.

Sin permitir que mi nerviosismo fuera evidente, permanecí en silencio y con la mirada fija en el rostro del juez hasta que finalmente firmo y sello la ultima acta, me miro aun dubitativo y suspiro.

—Abogada, le sugiero que vaya a mostrador y meta las actas para su registro, también creo que seria buena bueno que le avise a su cliente que debe estar preparado, no creo que el abogado de la contraparte se quede tan tranquilo después de mociones como estas.

Asentí antes de tomar las actas con mi mano derecha y me puse de pie.

—Por supuesto señoría… le agradezco mucho su tiempo—

Moví la cabeza hacia los tres individuos que permanecían expectantes para indicarles que debíamos irnos.

Los cuatro salimos de la oficina del juez y comenzamos a caminar hacia el mostrador del juzgado.

—Elaine… podrías por favor decirnos que es exactamente lo que acaba de ocurrir.

Sonreí hacia Anne y coloque mi mano en su hombro.

—Alex, encárgate de que todas estas actas queden selladas de recibido y que la orden de alejamiento, así como la comparecencia para la señora Evans quede definida para el próximo lunes, y… también asegúrate de que sea notificada que tiene setenta y dos horas para presentarse a pagar los gastos médicos ocasionados por la herida que te ocasiono o moveré una orden de aprehensión en su contra por asalto.

Todos me miraron sorprendidos, inmediatamente Alex bajo la vista hacia el acta y leyó con cuidado.

Aunque jamás imagine que la señora Evans me permitiría utilizar esta carta tan pronto, si sabia que era muy probable que sufriera un desliz al enterarse que habíamos ganado la petición de muestra de la demanda. Por lo que había cubierto cualquier daño físico o moral hacia nosotros en el acta, solicitando que se le ordenara no acercarse a mi o a ninguno de nuestros abogados, y desde luego a responder por hacerlo. Con la solicitud de pago so pena de pasar un par de días en los separos, la señora Evans se había hecho acreedora a una marca en sus antecedentes penales, dando pauta a solicitar que los niños permanezcan con su padre bajo supervisión de un psicólogo perito, esa jugada agregando los resultados de las entrevistas de Anne sobre Derek y los niños, tenia la oportunidad de demostrar que la violenta era ella y rematando con las pruebas de su demanda original de divorcio, podía revirar dicha demanda y convertirla en la parte demandada, ahora era Derek quien exigía el divorcio por violencia… pero tenia un punto aun más fulminante, con toda esta evidencia y mi movida con el acta, aunque fuera por encima del agua, la estaba acusando de mentir en el juicio, cualquier movimiento de su abogado ahora tenia que ser pensado con cuidado.

La había acorralado de tal manera que solo estaba dándole la oportunidad de admitir la derrota y alejarse o terminar en la cárcel.