Ella desvió la mirada con nerviosismo, recordando lo que él le había dicho desde el escenario... No era posible que todavía la recordara... Cómo podría ser posible... ¡Debió ser su imaginación! An Xiaxia se tranquilizó y siguió subiendo las escaleras sin voltear.
—Sheng Yize, ¡nunca pensé que aparecerías en nuestra escuela! ¡Aaah! ¡Estoy tan emocionada que podría morir! —Jian Xin'er siguió parloteando mientras Sheng Yize solo respondía con un ocasional "oh". Aun así, le costaba contener su emoción. Cuando al fin llegaron al piso once, Jian Xin'er parecía haberse decidido y tomó aire antes de hablar.
—Sheng Yize, ¡solo te he visto en televisión y me gustas mucho! ¡Ni en sueños esperaba verte! Ahora que te conozco en persona, ¡puedo morir sin arrepentimientos!
Sheng Yize asintió cortésmente.
—Gracias por tu cariño y apoyo.
Jian Xin'er era como una fan enloquecida que había perdido toda su racionalidad, así que cuando vio la respuesta insípida de Sheng Yize, sintió la necesidad apremiante de demostrar sus sentimientos al ídolo. Se mordió el labio y procedió a hacer algo que impactó a An Xiaxia. Jian Xin'er tiró su escoba, fue a toda prisa al borde del techo y lo escaló.
—¡Sheng Yize! ¡Te puedo demostrar mi amor con mi vida! —exclamó a todo pulmón.
An Xiaxia estaba a punto de salirse de sus cabales del susto. Estaba tan impactada que no sabía qué decir ni qué hacer.
«Dios, ¿acaso esta era una legendaria fan cabezadura?»
—Jian Xin'er, ¿cierto? ¿Tienes idea de lo que estás haciendo? Es suficiente —dijo Sheng Yize, enfurruñado, lo que demostraba que estaba perdiendo la paciencia.
—Yo... ¡te amo! Así que, si no aceptas mi amor, ¡saltaré!
—¿Ah? Adelante. Pero si saltas... ¿estás segura de que no te arrepentirás?
Jin Xin'er pareció dudar y no sabía qué hacer cuando una ráfaga de viento atravesó el techo. An Xiaxia sintió que iba a explotar. Dios, ídolo o no, ¿dejar que una mujer salte de un edificio es algo que un hombre debería hacer?
Recordó a todos los medios de comunicación que calificaron a Sheng Yize como "despiadado, insensible y vanidoso". Antes, An Xiaxia solo había utilizado esos términos como evidencia para discutir con sus fans, ¡pero ahora de verdad creía que Sheng Yize era así!
Jum, ¡este tipo de verdad es una mala persona!
An Xiaxia siempre había vivido con el lema de que salvar a una persona era mejor que construir una pagoda de siete pisos, así que dio un paso adelante y habló.
—Hermana, ¡no te lo tomes tan a pecho! La vida es genial e, incluso si este bastardo no te quiere, ¡hay un montón de otros hombres apuestos!
Jian Xin'er sacudió su cabeza mientras gritaba:
—¡No te voy a escuchar! ¡No te escucharé!
An Xiaxia lo volvió a intentar.
—Escúchame, también intento decirte que tu falda...
—¡No te escucharé!
—Sabes, el viento es muy fuerte hoy... —continuó An Xiaxia.
—¡No te escucharé!
An Xiaxia ya no sabía qué hacer con ella, así que solo se encogió de hombros y dijo:
—Está bien, solo quería decirte que te has estado exhibiendo.
Jian Xin'er se congeló durante dos segundos y, de forma abrupta, dejó salir un agudo grito trágico. Luego, se bajó la falda desesperadamente.
—¡Eres tan pervertida! —gritó a todo pulmón Jian Xin'er.
An Xiaxia se sintió herida y respondió:
—Soy una chica. ¿Cómo puedo ser una pervertida? Si le quieres gritar a alguien, entonces grítale a Sheng Yize. Probablemente también lo vio...
Sheng Yize tosió y desvió la mirada. Sin embargo, para Jian Xin'er, su tos sonó como una risa burlona. Dio un pisotón furioso antes de apuntar a An Xiaxia.
—Tú... tú... tú... sé quién eres. ¡Eres la idiota que escaló la pared esta mañana!