"¿Por qué elegiste al Restaurante del Espadachín Carmesí cómo el lugar ideal para trabajar?"
"Yo…"
"Responde."
"Bueno, por que Glover me dijo que viniera aquí."
"Hm, ¿Nombre?"
"Luciel…"
"¿Edad?"
"…"
"¿Edad?" – repitió Don Armando.
"Doce años."
"¿Es este tú primer empleo?"
"Sí."
"¿En este mundo, o en ambos?"
"Ambos, este es la primera vez en mi vida que buscó trabajo."
"Inexperto y joven, vaya…"
"…"
"¿Vives con tus padres o solo?"
"…"
"Responde."
"Claramente vivo solo." – dijo Luciel que se sentía incomodo cuando mencionaban a su familia.
"¿En dónde te hospedas actualmente?"
"La Posada de María."
"Hm, buen lugar, María es una gran persona, y llevo una década tratando de reclutar a Ron, el maldito es el mejor cocinero del pueblo y tal vez del condado." – dijo Don Armando. – "¿Cuánto dinero deseas obtener en este trabajo?"
"Lo esencial."
"¿Esencial para qué?"
"Para tener un lugar en donde dormir y comida que comer."
"Sin grandes aspiraciones, ¿Y que hay de gastarlo en alcohol o mujeres?"
"¿Eh?"
"Ya sabes, obtener dinero para gastarlo en alcohol, o para pasar una noche en la Plaza Nocturna."
"No, no sé que es la plaza nocturna, pero soy muy joven como para pensar en alcohol o mujeres."
"Tienes doce años, pero ¿No te interesa las mujeres o el alcohol? Son algo básico y esencial para todo hombre."
"Pues no soy esa clase de hombre todavía."
"¿Tienes novia?"
"No."
"¿Cuántas veces a la semana tienes sexo?"
"…" – Luciel trató de procesar lo que acababa de oír, pero no podía creer que en verdad haya oído tales palabras. – "¿Cómo?"
"Sí, ¿Cuántas veces a la semana tienes sexo?"
"¡¿Qué?!"
"Tranquilízate y responde a la pregunta, ¿Cuántas veces a la semana tienes sexo? ¿Cuántas veces a la semana tienes relaciones con una mujer? O un hombre sí así son tus gustos."
"Creo que es mejor que me marche." – dijo Luciel que se levantó de su asiento preparándose para marcharse de allí.
"Siéntate." – dijo Don Armando con firmeza. – "Y no te sientas ofendido ni te enojes. Contesta con confianza y sin dudar, no te acobardes u ofendas por responder una pregunta tan simple, no pasará nada sí eres sincero y respondes la pregunta, creedme, todas tus respuestas serán consideradas confidenciales, y solo yo sabré las respuestas, y prometo no decírselo a nadie."
"Pero… solo soy un crío, no entiendo porque me esta haciendo una pregunta tan incomoda."
"Bueno, verás Luciel, yo pienso que todo en la vida tiene una razón de ser." – dijo Don Armando. – "Veras, el sexo, el sexo es algo muy común, aunque a la gran mayoría de personas le cueste hablar de ello con confianza o hablarlo en público, y que hay muchos que piensa que hablar de eso es tabú, la verdad es que todos en su mayoría tienen o han tenido relaciones sexuales. Es algo normal, natural y que no deberías de tener vergüenza al hablar de ello."
"Solo soy un niño."
"Vamos, yo a tú edad ya…"
"Mucha información."
"Como quieras, pero bueno, no te ofendas, como te dije, todo en la vida tiene una razón, y la razón por la que ahora hago esta pregunta es porque he tenido ya varios casos en el pasado cuando he tenido que despedir a un par de tontos que andaban teniendo relaciones en horario de trabajo en mi adorado establecimiento, eso sí es no tener vergüenza, como osan ensuciar este hermoso local con sus fluidos, acaso no entienden de la santidad que existe en un lugar de trabajo, del profesionalismo y dedicación que se requiere, en especial en mi adorado restaurante." – dijo Don Armando con algo de furia en su rostro.
"…"
"Sí, esos malditos… desde entonces tengo más cuidado en contratar a mi personal, por esa razón, hago esta pregunta, a hombres y mujeres por igual."
"No es eso… ¿Acoso?"
"¿Acoso? Claro que no, después de todo, es parte de la entrevista."
"Aja…"
"Bueno, todo parece perfecto, aun me debes la última pregunta, pero bueno, lo dejare pasar está vez. Desde que Glover me habló de tú situación, honestamente pensé en ayudarte, eres un solo un niño y te encuentras viviendo esto…"
"…"
"Bien, enhorabuena Luciel, te contrataré, el salario será 15,000 Jules al mes, y antes de que te quejes, viene incluido con tres comidas al día, y un lugar donde dormir."
"¿Eh?"
"Sí, tendrás un lugar donde dormir, siempre pensé en que hacer con ese sitio, pero contigo aquí, ya hay solución."
De esa forma, Don Armando le llevo al sótano.
"Se que no es el mejor lugar para dormir, pero es mejor que nada."
"¿Por qué hay una cama aquí?"
"Hace un tiempo solía pasar mucho tiempo en el restaurante que hasta dormía aquí, aunque desde hace ya dos años que no duermo en este sitio, la cama aun sirve, y hay un baño aquí el cual puedes usar."
"Whoa, pero… ¿Esta bien esto?"
"Ya lo decidí ayer, siendo honesto, será interesante tener a un habitante de otro mundo como mi empleado, además, que es lo peor que puede suceder"
"Bueno…"
"¿Cuánto se acaba los días de hospedaje en la Posada de María?"
"Esta es mi última noche."
"Bueno, pasa la noche allí, y mañana ya puedes venir con todas tus cosas"
"Casi no tengo nada."
"Bueno, así todos comenzamos, ¿No es así?"
"…"
"Pero no te preocupes, todo irá bien, no puedo decirte que sé como te sientes, porque realmente no lo sé, pero, lo mejor es que te vayas acostumbrando a este mundo, a este nuevo comienzo en tú vida."
"Sí."
"Es un placer en conocerte Luciel, yo, Don Armando, Dueño del Restaurante del Espadachín Carmesí, te doy la bienvenida." – dijo mientras sonreía.
"…" – al ver por primera vez a Don Armando sonreír, Luciel se quedó estupefacto, no sabía que decir, esto era mejor de lo que esperaba, ganaría dinero al mismo tiempo que tenía cubierto la comida y el sitio para dormir.
"Esto… ¿Realmente puedo aceptar esto?"
"No seas indeciso, además, ya eres oficialmente mi subordinado, así que, no hay vuelta atrás."