Año 9987, Día 35 del Mes de la Luna.
Luciel se encontraba caminando por el pueblo solo, regresaba de ver y pasar un rato jugando con Fred y Eren en la Posada de María.
'Ah, ¿Me preguntó en que pensaran las personas de este mundo?' – pensó Luciel.
"¡Déjame en paz!" – de pronto Luciel escuchó una voz femenina, y cuando miró, vio que una muchacha de piel clara, pelo rubio y ojos rojos era molestada por dos tipos.
"Vamos preciosa, acompáñanos a nuestra casa, te enseñaremos a como divertirte." – dijo el más pequeño de los dos, un tipo inclusive más pequeño que la chica. – "Te enseñare cosas que nadie te ha enseñado todavía."
"Suéltame." – dijo la joven cuya muñeca era agarrada por ese tipo.
"Vamos, cálmate, no te voy a hacer nada malo, al contrario, te gustara."
"Así es, lo que te haremos te hará sentir muy bien." – dijo el otro sujeto que era alto y gordo.
"¡No! Soltadme." ��� dijo la joven que intentaba zafarse del agarre del sujeto, y cuando el otro tipo la iba a agarrar también.
"¡Déjenla en paz!" – grito Luciel quien se acercó a las tres personas.
"¿Y tú quien diablos eres?" – dijo el tipo alto.
"Déjenla." – volvió a decir Luciel.
"Ja, mira Celso, tenemos a un valiente ante nosotros." – dijo el tipo que sostenía a la chica.
"Hm, tienes razón Gras, tenemos a un valiente… idiota entrometido." – dijo Celso quien miró a Luciel. – "¡Largo de aquí niño!"
"No ven que la molestan, por favor, déjenla en paz." – dijo Luciel que no pensaba en irse.
"Tch, en serio chico, Gras, dime, acaso ya nadie nos respeta en este pueblo, ¿Acaso no me escuchó?"
"Hm." – Gras soltó a la chica y se acercó a Luciel. – "En serio chico, eres un idiota."
"¡Ah!" – Luciel recibió un golpe de Gras que lo mandó a volar unos metros por el aire para luego caer sobre el suelo.
"¡Hey!" – la chica se preocupó al ver lo sucedido y se acercó a Luciel quien estaba sangrando mucho por la nariz.
"Uy, lo siento, ¿Fue demasiado fuerte? Que mala onda de mi parte, no creí que alguien que se entrometía en los asuntos de otras personas fueran un completo debilucho."
"Jajaja, te pasas Gras, mira, el chico ni siquiera se puede levantar, jajaja."
"Ah, y yo que pensé que iba a dar más lucha." – dijo Gras que se disponía a patear a Luciel cuando una voz le detuvo.
"¡Alto!" – se trataba de Joanne, trabajaba como recepcionista en el edificio del gremio de aventureros del pueblo, y ella no venía sola, estaba acompañado de su amigo de la infancia, Evans.
"Pero sí son la mocosa de Taylor y el mocoso bajo el idiota de Glover." – dijo Gras al ver a los recién llegados. – "Largo de aquí."
"Gras, Celso, creo que el Vicecapitán Glover y el Capitán dejaron en claro que no aceptarían más comportamientos como estos, ¿O me equivocó?"
"Solo porque eres el perro faldero favorito de Glover, no significa que te tengamos miedo." – dijo Celso que se acercó a Evans.
"Y yo no te tengo miedo a ti." – respondió el joven.
"Tal vez, pero crees que tú solo puedes contra nosotros dos, puede que ya no lo seamos, pero solíamos ser guardias también." – dijo Gras que se acercó a Evans. – "Crees que puedes contra nosotros dos."
"…" – Evans no podía decir nada, Gras tenía razón, en un uno versus uno, él podía derrotar a cualquiera de los dos, pero un uno versus dos sería imposible para él en obtener la victoria.
"Bien, ahora largo." – dijo Gras que voltio a ver a la chica que trataba de limpiar a Luciel de la sangre que tenía en el rostro. – "Y ahora, en que estábamos."
"¡No!" – gritó Joanne, quien como dijo Gras, ella era hija de Taylor, siendo la mayor de las dos hijas que él vicegerente tenía.
"No escuchaste lo que dije, en serio, acaso ahora los mocosos no entienden, dije que ¡Largo!" – gritó Gras que quiso golpear a Joanne pero que en cambio recibió una patada. – "¡Ah!" – Gras miró a Evans, quien le acababa te dar una patada. – "Acaso no escuchaste lo que dije."
"No dejaré que lastimes a Joanne, ahora, ¡Largo! Sí no deseas recibir otra patada."
"Hm, escuchaste Celso, parece que tenemos otro valiente aquí."
"Así parece ser." – dijo Celso que se puso detrás de Evans. – "Creo que hay que recordarle que debe de respetar a sus mayores."
"Sí."
"Ja, ¿Respetar a mis mayores? Ustedes son basura, son unos malditos que nunca merecieron ser parte de las filas de los guardias."
"¡En serio! ¡Pues toma esto!" – gritó Gras que se abalanzó contra Evans.
"¡Muere!" – mientras Celso atacaba por detrás.
"¡Evans!" – grito Joanne al ver a su amigo en aprietos, pero en ese momento, tanto Celso como Gras cayeron al suelo adoloridos, ambos habían recibido un golpe de una persona.
"Escoria como ustedes no debería de vivir en este pueblo." – se trataba de Don Armando.
"¡Tú!" – Gras veía furioso a Don Armando.
"Sí no quieren terminar con más golpes, más vale que se vayan."
"Tch." – Gras gruño, pero sabía que ni siquiera él y Celso juntos podrían contra Don Armando. – "Vámonos Celso."
Por lo que los dos se retiraron del lugar.
"Es mi culpa." – lloraba la chica que se preocupaba al ver que Luciel todavía no reaccionaba.
"No te preocupes, solo esta desmayado." – dijo Don Armando que cargó a Luciel.
"Yo…" – la chica aun seguía mal, pero Don Armando le miró y le dijo: "Ve a casa, todo estará bien."
"Sí, me asegurare que finalmente esos dos cerdos no vuelvan a salir de sus celdas." – dijo Evans furioso. – "Muchas gracias por su ayuda Don Armando."
"No hay de qué Evans, además, no iba a dejar que aquellos que vinieron a ayudar a mi empleado sufran." – dijo mientras empezaba a caminar rumbo al restaurante.
"Yo…" – la joven segu��a triste, y Joanne se acercó.
"Ven, te acompañaremos a tú casa, ¿Verdad Evans?"
"Sí, es mejor sí te escoltamos a tú casa." – dijo Evans que junto con Joanne llevaron a la joven a su casa.
"Auch…"
"Veo que ya te despertaste." – dijo Don Armando que veía a Luciel retorcerse de dolor sobre la cama.
"¿Dónde estoy?"
"En el sótano del restaurante."
"¿Cómo…?"
"No sé muy bien la situación, pero cuando llegue al sitio, ya estabas tú desmayado y con el rostro golpeado."
"¿Eh?" – fue entonces que Luciel recordó. – "¡La chica!"
"¿Qué chica?"
"Había dos tipos molestando a una chica, y les pedí que la dejaran en paz, y entonces…" – Luciel se tocó el rostro. – "Esto paso… ¿Y la chica?"
"Ah, la chica que lloraba."
"¿Esta bien?"
"Sí, no te preocupes, después que tú te desmayaras, Evans junto con Joanne se encontraban por allí y al parecer les ayudaron."
"¡Evans! Y�� ¿Joanne?"
"Ah, tal vez no la conozcas, pero es hija de Taylor."
"¿El Vicegerente del Gremio de Aventureros?"
"Sí, ella trabaja en el gremio como recepcionista."
"Oh…"
"Sí, bueno, no te preocupes, la chica que ayudaste ya está bien, y esos dos sujetos lo más probable es que Glover se encargue de ellos."
"Ya veo."
"Sí, ahora, ¿Quieres comer?"
"Sí, tengo hambre."
"Pues subamos." – dijo Don Armando que ayudó a Luciel a levantarse.
"Gracias."
"No hay problema."
Y los dos subieron.