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Chapter 3 - Volveremos a vernos

Luego de escucharlo, el encapuchado observó detenidamente a Raiko, dándose cuenta de su mechón de cabello con degradado rojo fosforescente, su mirada azul brillando con una mezcla de confusión y desconfianza. Justo cuando parecía a punto de decir algo, un ruido metálico proveniente del coche llamó su atención, al igual que la de Raiko. Ambos voltearon. Era uno de los criminales, tambaleándose mientras abría la puerta. Cayó al suelo, sus heridas demasiado graves para sostenerlo.

"¡DISPARALEEE!", gritó el hombre herido al encapuchado. Este volvió a mirar a Raiko con decisión, aprieta el gatillo de su arma... pero nada pasó. Frunció el ceño y revisó, solo para darse cuenta de que el cargador no estaba.

"Ah, claro...", murmuró el criminal con una risa débil, "No le pusimos munición. Pensábamos que no nos serias útil en estas situaciones".

El encapuchado, furioso, lanzó el arma hacia Raiko, quien la esquivó fácilmente. Antes de que pudiera reaccionar, el joven de ojos azules huyó hacia las sombras.

Raiko lo observó correr, con intención de perseguirlo, pero las sirenas policiales se aproximaban rápidamente desde la misma dirección. Decidió confiar en que los agentes lo atraparían y se volvió hacia el criminal herido junto al coche, que ahora echaba fuego.

"¿Quién era ese?", preguntó Raiko, con voz fría.

El criminal lo miró con una sonrisa sarcástica. "Ni aunque muera te lo diré".

"…Ok", respondió Raiko, dándose por vencido. Miró dentro del coche, donde encontró al segundo criminal, muerto por el impacto, junto a una bolsa llena de dinero. Sin más interés, tomó la bolsa y comenzó a alejarse.

"¡Oye, ayúdame!", gritó el criminal, desesperado. "¡ME VOY A MORIR!"

Raiko se detuvo, lo miró por encima del hombro y dijo con calma: "Al menos... tu muerte estará justificada". Y siguió alejándose

El criminal empieza a gritar, lleno de pánico y rabia logró tomar un arma caída y apuntó a Raiko. Su mano temblaba mientras trataba de disparar. Raiko se dio cuenta del sonido del arma y se giró rápidamente, disparando primero. Una bala certera a la cabeza del hombre terminó con su vida justo antes de que el coche explotara con un estruendo ensordecedor.

BOOM.

La explosión iluminó la calle, y sacó a varios curiosos de sus casas. Raiko, sin inmutarse, continuó caminando, poniéndose la capucha para ocultar su cabello rojo. Estando un poco lejos de la zona...

"¡ALTO AHÍ! ¡MANOS ARRIBA!", gritó una voz detrás de él.

Raiko se giró lentamente para ver a dos policías parapetados tras las puertas de su patrulla, apuntándole con sus armas.

"¿Y esto...?", dijo Raiko, con un tono casi aburrido.

"¡MANOS ARRIBA!", repitió uno de los policías. "Queda detenido por sospecha de asesinato y robo".

Raiko suspiró. "Hice mi trabajo. Si ustedes, siendo policías, no pueden hacer el trabajo sucio... lo haré yo".

Apuntó su arma hacia ellos, y los policías se cubrieron instintivamente. Pero cuando volvieron a asomarse, Raiko ya no estaba. Rápidamente corrieron hacia la esquina de la calle, para ver si lo veían irse, pero.. ya no había nadie

Decidieron volver a al coche patrulla, mientras uno de los policías, Korben, quedó pensativo. "¿Quién era? ¿Cuál es su objetivo...? ¿Y por qué siento que volveremos a vernos?"

Dentro del coche, "Tranquilo", dijo su compañero, nota la preocupación de Korben. "La próxima vez lo atraparemos. Verá que la prisión no es un mal lugar para él".

"Sí... tienes razón", respondió Korben, sin convencerse. El coche da media vuelta y se dirigen al lugar de la explosión.

Mientras tanto, Raiko en camino a la cafetería, repitiendo en su mente las palabras del policía: "Queda detenido por sospecha de asesinato y robo". 

"Me está culpando de asesinato... espera... eso quiere decir que-" Se dio cuenta de la situación.

Se detuvo en la entrada de la cafetería, mirando la televisión a través del cristal. Una noticia lo golpeó como un puñal:

"Dos personas fueron víctimas de robo, una falleció debido a las heridas, mientras que la otra se encuentra en estado crítico pero estable. Minutos después, un accidente en la avenida principal dejó a dos sospechosos muertos..."

Raiko bajó la cabeza. "La persona herida que vi... murió...", murmuró, con sus ojos rojos brillando con un destello de culpa.