Comienza un nuevo día, y Raiko se despierta muy animado. "Qué bonito día va a hacer hoy", piensa mientras se acerca a la ventana para contemplar las vistas de su barrio. La calle está casi vacía, con apenas unas pocas personas pasando. "Qué tranquilidad..." murmura, disfrutando del momento. Sin embargo, esa calma se interrumpe cuando presencia una colisión entre un coche y otro que sale de un garaje.
"Eh, ¿Qué haces, estúpido?", grita el conductor que salía del garaje.
"¿Qué estoy haciendo? Si iba normalmente por la vía", responde el otro.
"¡Pues mira por dónde vas! ¿No ves que estoy saliendo?".
"¿Cómo voy a ver con tantos coches aparcados en medio? Será mejor que tu mires antes de salir tan rápido".
"¡No voy a pagar los daños!"
"¡Pero si todo esto es culpa tuya!"
"¡¿Mi culpa?!"
En pocos minutos, el altercado escala y empiezan a salir familiares de ambos bandos, armando un buen alboroto. Raiko observa la escena desde su ventana, suspira y se reafirma: "Sí, definitivamente, muy tranquilo..." Luego, se aleja para cambiarse de ropa. "No tengo más ropa", dice con lágrimas fingidas mientras rebusca en su limitado armario. Resignado, se prepara para el día con la poca ropa que tiene disponible y decide ir a desayunar. Al acercarse a la bolsa del pan, descubre que sólo queda uno. Se queda inmóvil, pensativo. "¿Y el pan? ... No me lo creo". Por fin recuerda que olvidó el pan que compró por la noche, en la cafetería, y se decepciona consigo mismo.
Intentando despejarse, enciende su portátil para ver las noticias. Navega por los titulares: "Accidente... robo... muerte... robo... muerte... cine... anime... videojuegos... casas... videojuegos... casas... accidente..." Raiko suspira. "Lo mismo de siempre. Nada nuevo". A pesar de la monotonía, siente una mezcla de tristeza y determinación. "Poco a poco, voy a acabar con este bucle de tragedias". De repente, encuentra una noticia relacionada con lo ocurrido la noche anterior:
"Una persona cercana vio a un joven acercarse al herido y luego huir. La policía cree que puede ser un cuarto implicado en el asalto, separado de los demás".
Un testigo cercano declaró: "Sí, vi a uno de ellos acercarse al herido y luego huir. No les ayudó, probablemente quería comprobar si tenían más cosas que robar. Fui yo quien llamó a la ambulancia y a la policía... ahora que lo pienso... un coche patrulla pasó por la zona, pero pasó de lar-".
Raiko, molesto, cierra la ventana del navegador con un alt+F4 y apaga su portátil. "Como si yo tuviera la culpa de todo...", murmura. De repente, recuerda que no le ha lavado los dientes.
Al hacerlo, nota algo extraño en el espejo: su pelo ha vuelto a la normalidad y sus ojos rojos han dejado de brillar. "Pero... ni siquiera ha pasado un día... no?", dice sorprendido, sin darse cuenta de que la herida de su mejilla también ha desaparecido.
Más tarde, Raiko sale a la calle. El día está nublado. Mientras camina, se cruza con su vecino Guille, un jubilado que limpia el exterior de su casa.
"¡Buenos días, Raiko! ¿Cómo te va el día?", le pregunta alegremente.
"Igual que siempre, Guille. Nada nuevo", responde con una leve sonrisa.
"¿Vas a la cafetería?".
"Sí, ¿te traigo un poco de pan?".
"Te lo agradecería. Toma, un Glint"
Raiko agarra la brillante moneda de plata mientras reflexiona sobre su origen.
"El Glint (GL), la moneda principal de Neonvale, es considerada la moneda más bella del mundo, ya que está hecha de un material que brilla un poco, su color plateado brillante es único. Aunque tres Glints valen un dólar, por eso no es la moneda más valiosa, pero sigue reflejando la transformación económica de esta ciudad y país, liderada por WareNeon. Algunos dicen que trae buena suerte, pero en realidad no, es todo lo contrario. Este cambio marcó una prosperidad superficial, pero también intensificó las desigualdades de la ciudad, muchos no podían acceder a esta nueva moneda..."
"Gracias, Guille", responde Raiko, aunque sabe que necesitará al menos tres Glints para comprar pan.
"Nos vemos, Raiko", se despide el vecino mientras sigue limpiando. Raiko, mientras tanto, duda entre caminar o ir en el autobús. "¿Caminar... o el autobús? Sí, mejor en autobús". Se dirige a la parada, pero mientras espera ocurre un incidente: un hombre roba el bolso a una señora que estaba sentada cerca. "Qué cliché es esto, no?", le dice Raiko a la mujer, pero ella no se lo toma en serio.
"¡Eh, mi bolso!", grita desesperada la mujer.
Raiko actúa con rapidez. Sin dudarlo, apunta y dispara al pie del ladrón con una pistola oculta. El hombre cae, suelta el bolso y se recompone para huir. La mujer se queda atónita. Raiko recoge el bolso y se da cuenta de que en el proceso han caído siete Glints. Al devolvérselo a la mujer, le da las gracias entre lágrimas. "Muchas gracias por su ayuda". Raiko asiente en silencio.
Mientras Raiko sube al autobús, la mujer mira en su bolso y exclama: "¡Me faltan dos Glints!" Raiko, sonriendo, levanta la mano y muestra las monedas. "Es la comisión por mi ayuda". Las puertas del autobús se cierran mientras la mujer mira boquiabierta.