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Chapter 17 - Capítulo 15: Alto y más alto

10 de rinaqiu de 1508, último día de prosperidad. Debo decir que el día de ayer fue un día de locos, esa locura arruino mis planes de pasar un poco más de tiempo en el castillo. La joven pelirroja que vi en la arena resulto ser un familiar, más precisamente una prima, no mentiré, me emocioné un poco, no conocía ni aun solo de mis tíos por parte de papi y ayer conocí a Ergo. Luego de que la joven apareció y el abuelo evitara que mataran a Kilia llego Ergo provocando que se formara otra cortina de polvo. El hombre no se veía contento, aunque luego de fijarme, Kilia se veía algo decaída, por todo el jaleo no lo note. Antes que se me olvide, el abuelo me conto algo sumamente importante, los Adara no podemos pelear entre nosotros, hacer sesiones de entrenamiento está bien, pero ataques de rabia con intención de matar serán anulado por la Magia de Sangre, "Igevem lla karehomo". Si intentamos iniciar cualquier enfrentamiento real seremos repelidos, por eso Zea y Kilia fueron lazadas por los aires.

Antes de retirarme del castillo no lo podía hacer sin antes pasarme por la biblioteca. No se sé si Haira me recuerda como yo la recuerdo, sé que no pasamos tiempo de calidad, pero aun así la consideró mi mejor amiga, tal vez sea por el hecho de ser la primera con la que tuve contacto. Al saludarla ella fue super formal y eso me molesto un poco, por lo menos pude lograr que se soltará un poco y pudimos tener una conversación super amena, me conto que había mejorado mucho en el camino de la magia, no tanto como ella hubiera querido, había encontrado un maestro que la ayudo avanzar más, aunque su padre la ayudaba tenía que costearse el maestro y se había vuelto maestra también y daba clase a jóvenes por una paga mínima de esa manera tenía una entrada extra. Antes de irme le deje todo el dinero que cargaba, ella no lo quería aceptar, pero no iba a dejar que me rechazará. Eso de ella siendo maestra me hace pensar que el reino necesita un sistema educativo para los menos agraciados.

—No me dejaste hablar ayer, las cosas siempre son así contigo —Replicaba Ergo sentado en el mueble frente a la chimenea acompañado de su padre Nemirs quien bebía gustosamente una taza de chocolate.

—No te deje hablar porque ya sabía a qué venias, había mucho desorden y estabas sumamente alterado a causa de la posición en la que encontraste a Kilia y te entiendo —decía Nemirs —y no, aun no es el momento, está muy joven.

—¿Por qué no? —respondió alterado Ergo.

—Antes que digas alguna estupidez cierra la boca —Nemirs lo miro a su hijo con una mirada amenazante mientras seguía bebiendo su chocolate —sabes la respuesta, su cuerpo aun es inmaduro, debes esperar que complete su desarrollo, solo estas cegado por el miedo a causa de la muerte de Kaela.

—¿Cuándo será?

—Espera tres años más ¿Tiene 18 ahora?

—Sí

—Cuando cumpla los 21 será perfecto, a esa edad no debe haber miedo de que su desarrollo se detenga a causa de la sangre inmortal.

Mientras padre e hijo mantenían tal calurosa conversación el silencio invadía el grupo formado por Zea, Kilia y Zaykar quienes se encontraban al aire libre detrás de la cabaña sentados frente al agujero que servía de residencia para el reptil de aproximadamente 6 metros quien asomaba la cabeza para ver al silente grupo.

—Se siente un silencio incomodo en este lugar —dijo el reptil mirando a Zaykar quien tomaba la enorme cabeza en sus brazos y el reptil cerraba los ojos a gusto con el gesto, Kilia retrocedió un poco asustada.

—Tranquila los dragones son seres razonables —dice Zaykar con su cabeza recostaba sobre la de Drag-yl mirando a Kilia con una sonrisa.

—La historia no dice lo mismo —contesta ella.

—Los dragones normalmente no abandonan su nido, los que han causado destrucciones a ciudades humanas a menudo son influenciados por algún humano —contesta Zea, aunque de igual manera no se atrevía a acercarse.

—Dices eso, pero no me tienes confianza —responde el Drag-yl olfateando su temor.

—No he convivido contigo como para tenerla, aun sigues siendo un reptil gigante.

—Me ofendes.

El silencio volvió al lugar, Zea observaba incomoda a la alejada Kilia quien mantenía su distancia de todos.

—Perdóname —dice Zea casi inaudible, pero en aquel momento cualquier sonido parecía un estruendo —por atacarte antes.

—Descuida, en esa situación cualquiera con un arma hubiera hecho lo mismo —la escusaba Kilia, lo que provocaba que Zea se sintiera menos culpable, Kilia le hablaba, pero no la miraba sus ojos se perdían en el color de la tierra y el verde de la hierba. Zaykar le hace una seña con sus brazos Zea, esta niega con la cabeza Zaykar hace otra seña indicándole que vaya, Kilia no nota nada. Zea suspira se levanta y la abraza, Kilia levanta la vista y sorprendida toma los brazos de Zea, los brazos de Zea la rodeaban al nivel de sus hombros, Kilia metió la cabeza entre los brazos de Zea intentando no llorar, pero sus ojos estaban húmedos. Zea y Zaykar no sabía que sucedía, pero algo se hacía añicos dentro de ella —. Perdón —dice entre sollozos.

—No tienes que pedir permiso para llorar —le dice Zaykar brindándole una cálida sonrisa desde lo más profundo de su corazón, intentando empatizar con lo que sea que estuviera sintiendo en aquel momento.

—Siento mucho dolor en ella Zay —dice Drag-yl, el dragón toco a Zaykar quien comenzó a sintir aquello que ella sentía y lloro desconsoladamente, Zea lo miro sin entender que sucedía, Zaykar se acercó a ellas y las abrazo. El silencio incomodo se volvió silencio de luto, Zaykar no sabía la razón del dolor, pero sintió aquel dolor Drag-yl salió de su cueva, se acostó a su lado y los rodeo con su cola, todos se quedaron así en silencio mientras los minutos pasaban, la sensación de aquellos sentimientos se fueron desvaneciendo de apoco del interior del joven príncipe, despacio de aparto de ella quien lo miro con el deseo de seguir abrazados, pero a Zaykar se le había pasado la emoción y se comenzaba a sentir incomodo.

—Porque no damos un paseo ¿Qué te parece Drag-yl? —dice ignorando la mirada de Kilia.

—Me parece una excelente idea —responde el dragón entendiendo la situación.

—Yo no pienso subir en él —dice Zea aun abrazando a Kilia.

Zaykar da un salto y utiliza una ráfaga de aire para impulsarse aún más para finalmente caer sobre el lomo de Drag-yl.

—Tendrás que, tendrán que —dice con una enorme sonrisa —será divertido.

Kilia hace varías respiraciones mientras Zea se lo sigue pensando mientras observa al cuadrúpedo de seis metros.

—¡Vamos! —le dice Kilia tomando la princesa de la mano.

—No puedo creer que ella me tengas más confianza que tú —dice Drag-yl molesto.

Zaykar crea una ráfaga de viento debajo de ellas que fue elevándola lentamente hasta estar a la altura del lomo y otra le dio un pequeño empujón para hacerla caer sobre el lomo. A Zaykar se le hacía fácil hacer esas cosas, pero al momento de hacerlo a remoto aun le faltaba práctica.

—Perdón —Se disculpo —Drag-yl, ason —Zaykar indico al dragón que se elevará luego de que las damas se habían acomodado.

No tenían cinturón de seguridad, ni nada de que agarrarse, no había silla de montar, solo las gruesas escamas de aquel dragón, Zaykar iba delante y Zea se iba con los ojos cerrados abrazando la cintura de su hermano, Kilia estaba asustada, pero se hacia la fuerte obligándose a mantenerse erguida con los ojos abierto observando cómo se elevaban cada vez más sobre las nubes.

—Abre los ojos Zea, ábrelos —le decía Zaykar a su hermana mientras abría los brazos para recibir el aire que chocaba contra él.

—No quiero —respondía cada vez.

—¿Como disfrutaras del mar de algodón? —pregunto mientras Zea abría los ojos lentamente y se maravillaba aterrorizada por la altura. —es hermoso —gritaba Zaykar, la presión del aire no le dejaba escuchar su propia voz —la primera vez que lo intente no podía abrir los ojos y le pedí a Drag que me bajara, pero soy masoquista y me gusta la adrenalina.

Zaykar soltó los brazos de su hermana y se lanzó al vació, Zea grito aterrorizada, a Kilia no le salió la voz, pero ellas solo escuchaban las risas y gritos de libertad del joven príncipe que lanzaba ráfagas de aire para mantenerse arriba, Drag-yl se aseguró de volar a su lado, Zaykar no volaba, solo descendía y Drag-yl lo hacía con él.

—Drag atrápame — Drag-yl descendió, y fue subiendo de apoco, Zaykar cayó en su lomo, Zea y Kilia se sostuvieron entre ellas y Zaykar reía con la adrenalina por los cielos.

—No vuelvas hacer eso por favor —pidió Kilia con una voz aterrorizada, Zaykar se sentó de pies cruzado con suma confianza en el lomo de su amigo dragón.

—Está bien —Zaykar no dejaba de reír y el Drag-yl compartía su emoción —bajemos amigo, las damas no disfrutan el viaje —Drag-yl descendió en un monte bastante elevado, lleno de pasto verde, el sol descendía, el crepúsculo vespertino llegaba y el cielo se pintaba de naranja, todo se calmaba, ya no había fuerte viento a causa de una gran velocidad, ahora había calma, una suave brisa acariciaba —¿Mejor? —las chicas asintieron, mientras Drag-yl volvía a alzar el vuelo, más despacio más, más bajo, había menos temor, el sentimiento de terror se fue desvaneciendo y podían disfrutar el viaje de regreso, aun así Zaykar se seguía tentando a volver a saltar.

—¿Qué tal él viaje? —preguntaba Nemirs al ver entrar a sus nietas, estas se miraban confundida ya que por lo que veían Nemirs y Ergo no se habían levantado del sofá.

—¿Qué viaje? —interroga Ergo.

—¡Ohh! Las niñas dieron un paseo en Drag-yl con Zaykar.

—Aterrador y divertido —responde Kilia.

—Definitivamente aterrador —concluye Zea, Nemirs suelta una carcajada.

—En definitiva, no hay amor por el cielo.

—Padre me ha sugerido pedir asilo en el castillo, tu tío Rayzar y tu tía Xarel no se negarán a prestarnos una habitación por un tiempo —. Ergo resto importancia al hecho de su hija allá salido sin que él lo haya notado, estaba ahí y estaba bien, además pensó que estar con sus primos en aquel momento le vendría bien en aquella difícil situación, hace unas horas su rostro estaba pálido y ahora había tomado algo de brillo.

—¿Debe ser en el castillo? ¿No puedo quedarme aquí? —Kilia se resistió a la idea.

—¿Por qué no quieres ir al castillo? Estarías genial allí —cuestiono Zea.

—No me gustan los muros —mintió Kilia, la verdad era se le hacía difícil «¿No hay una manera de que estos dos hermanos estén juntos?», pensaba, viviendo tanto tiempo en solo con sus padres nunca había pasado tiempo con otros jóvenes y como nunca lo había hecho no lo había extrañado, pero le encanto el tiempo que estuvo con sus primos, le encanto el aterrador viaje por el cielo, le gusto el abrazo consolador, su empatía y quería pasar más tiempo con ellos dos, pero si tenía que decidir entre ir al castillo o esta cabaña, se había decidido por Zaykar.

Ergo miro a su padre y la cabaña se hizo más grande, otra habitación se había habilitado "Bienvenida a la cabaña Adara", decía sin voz la vivienda mientras las niñas veían sin palabras el suceso.

—Deberías hablar con tú hermano, seguro te consigue algún puesto para que puedas vivir aquí, debes estar activa para que el dolor no te carcoma —decía Nemirs a Ergo.

Zaykar caminaba en los alrededores de la cabaña, cuando Drag-yl era más pequeño lo acompañaba, pero solo el hecho de pasar cerca de un árbol su peso y tamaño actual podría derrumbarlo todo, por eso solo se quedaba en la cueva esperando que Zaykar volviera o pudiera ser que saliera a dar otro pasea por su cuenta, pero es muy raro que saliera.

Caminó un poco más adentro, no muy lejos, pero si lo suficientemente lejos aprovechando la caída de la oscuridad para no ser visto.

—Kila, sé que estás ahí, puedo sentir tu presencia —dijo Zaykar en voz audible, ella salió de la oscuridad de la noche, dejando que la luz de la luna deslumbrara sus ojos verdes y se reflejara en lo rosa de su piel, su pelo negro apenas era visible por la oscuridad, pero su degradado en rosado intenso era difícil no percibirlo.

—Aquí estoy —dijo en un tono suave, manteniendo la distancia entre ella y el príncipe, Zaykar la recordaba como una niña con una hermosura sin tratar a causa de la suciedad y ropajes pocos adecuados para una dama, pero volverla haber, no podía esconder su impresión, seguro que ella lo estaba observando a la perfección y él no lo hacía «vixdi nuructi», pronuncio en su cociente iluminando sus ojos para ver en la oscuridad de la noche y ahí estaba elegante, inalcanzable, nunca se imaginó que ella iba a desarrollarse de esa manera, aunque no sobra decir que sus recuerdo de ellas no eran de manera lascivas o algo por el estilo, la primera vez que la vio él tenía ocho, pero ahora si la miraba con otros ojos.

—¿Tienes tanto tiempo vigilándome y no podías saludar? —pregunto sin saber que decir.

—Me tiene que disculpar majestad, ni siquiera debería estar hablando con usted, estoy faltando a una regla, nunca dejo dejarme ver son órdenes directas. —respondió algo robótica, mostraba una sonrisa ligera y natural.

—Regla de mi madre para las CIN me imagino.

—Me parece que tiene bastante conocimiento algo que su madre desconoce —dice con una sonrisa bastante amplia pareciéndole gracioso.

—Sí, y espero que se quede así ¿Disfrutas observando esta pobre alma? —Zaykar solo buscaba romper el hielo, que sentía que los separaba, pero lo hacía fatal.

—Lo hago.

—No te recordaba tan hermosa —por fin hizo un comentario más natural.

—Tal vez no lo era.

—Seguro que sí, pero era muy niño para notarlo —por fin Kila se ríe.

—¿Que intenta majestad? —pregunta sabiendo lo obvio.

—En inicio solo quería saber de ti, pero ahora intento seducirte —responde todo sincero.

—Si sigues así el resultado puede ser nefasto —Kila se encontraba erguida, sus manos caían una sobre la otra frente a ella, como sirviente esperando una orden, a Zaykar no le agradaba la situación, él se acercó, ella retrocedió, el tomo sus manos y las separo.

—Deja las formalidades —ella no contesto —escuche que mi madre te propuso ir a Ereol, pero rechazaste la propuesta.

—Es que no soy de Ereol.

—Los antecedentes dicen lo contrario —respondió la contestadora.

—Soy de descendencia Ereol, pero soy de nacionalidad aqarina, usted me la dio, indirectamente —ahora ella lo miraba a los ojos —¿Quiere que me vaya?

—Nunca dije es…—Ella lo beso, era como si lo estuviera esperando, Zaykar no sentía nada por ella, pero ella si había maquinado sus sentimientos hacia él, una pequeña acción por parte de él había cambiado por completo su forma de vivir, tenía donde vivir, amigos con los cuales compartir. Ser parte del "CIN" no había sido una imposición, había sido una desciñó, para poder verlo y así como una vez él la protegió, ella poder hacerlo «Yo tenía 13 él tenía 8 y se comportaba tan maduro», pesaba. Su sentimientos en un principio eran devoción quería servirle en toda las manera posibles, ese sentimiento tal vez se creó porque había sido la primera persona que había llegado a su rescate, solo le dio una carta, pero esa carta abrió todas las puertas a un nuevo mundo, ella lo pensó, pero no le importo que ese sentimiento se convirtiera en una obsesión que veía como amor.

Zaykar no la alejo, le gusto, era la primera vez que sentía lo que era un beso, la abrazo, en el telar de los años, donde el tiempo teje sus hilos, Zaykar emergió como un gigante. A pesar de la vasta distancia que separaba sus edades, su corpulencia eclipsaba a la delicada figura de ella, ella se alzaba para alcanzar sus labios y el termino inclinándose más para no perder los de ellas.

Ella se separó y rápidamente desapareció entre las sombras, dejando un sentimiento confuso en el joven príncipe.