El reino de Aqare, considerada una de las mayores potencia entre todos los poises conocidos, con la mayor población y terreno; y en cuanto a leyes se refiere siempre ha tratado de velar por la seguridad de todos. Esto no es por nada, aunque no sea el país más antiguo de todos a llevado un crecimiento constante de más de dos mil años de fundación y se ha enriquecido aprendiendo de los errores de él cómo de otros países, tomando ejemplos como Ereol, Irs o Arawen, países bastante alejados de Aqare que han dado bastante de que hablar con el pasar de los años.
En Aqare existen leyes para el libre comercio, para la propiedad intelectual, propiedad de terrenos, entre otras que muchos países tal vez no tendrían bien estructurada, pero entre todas las leyes hubo una que en su momento fue la más escandalosa la cual fue la ley contra la adquisición de personas o mejor conocida como prohibición de la esclavitud.
Esto en su tiempo provoco mucha oposición en el gobierno, principalmente de los nobles, no eran pocos los que habían adquirido a una persona como bien de manera legitima en cuanto a las leyes de aquel entonces, pero la corona no cedió en ningún momento y llevaba su campaña hasta fuera de sus fronteras prohibiendo el paso de caravanas de esclavo y hasta liberando a cualquier grupos de esclavos que cruzara su frontera, esto como podrán imaginar hacia perder bastante dinero a los vendedores, pero esto tenían que permanecer callados porque fueran de aqarianos o no, enfrentarse a esa ley era enfrentar al rey y a su ejército.
Teniendo un territorio tan amplio describir tal vasto territorio pueda que ocupe demasiado, está bien decir que al momento de la fundación del reino había tanta variedad de personas como lo son sus territorios en la actualidad, aunque la cultura es una sola eso no a sido barrera para crear una vasta variedad de subculturas provocando que se pueda decir con facilidad la procedencia de una persona por su forma de vestir o simple hablar. La variedad de arquitecturas es sumamente amplia y los ciudadanos han tenido bastante material de cual elegir de acuerdo con sus posibilidades, casas de piedra, ladrillo o madera, o todas a la vez.
Las calles grises empedradas es un deleite para los ojos, con sistema de alcantarillado que protege tanto a las propiedades privadas como a las públicas de inundaciones. En Aqare las áreas de viviendas y las áreas comerciales estaban perfectamente separadas evitando molestia a los ciudadanos a causa de los revuelos, con aquella separación llego una prohibición el cual fue el impedimento caravanas, carruajes comerciales o de gran tamaño en zona residenciales, pudiendo solo circular monturas o carruajes personales, de ese modo evitaban grandes circulación de vehículos en aquellas zonas.
Esas pequeñas cosas hablaban de quienes dirigen y viven en aquel país y el joven Zaykar ha tenido que ver y aprender de las grandes y pequeñas cosas que han formado lo que es su reino en la actualidad. Ya sin la correa atada al cuello por su abuelo, ha comenzado a recorrer las calles, interactuar con los ciudadanos y más que aprender de su reino sentirse libre para andar por zonas urbanas después de pasar tanto tiempo en aquel bosque.
En los últimos días Zaykar solo volvía a la cabaña del bosque solo al anochecer, su único trabajo era presentarle un informe a Nemirs sobre lo que había visto y aprendido, podía viajar por todo el territorio de Aqare o hasta fuera de el si quisiera, pero había considerado que viajar fuera de los límites de Aqare no era cien por ciento una opción ya que el camino de regreso sería lento y el trato fue siempre volver al anochecer, aunque tenía a Drag-yl que le facilitaba el traslado este no podía entrar a las ciudades.
Zaykar trataba de cumplir su trato en la máxima de lo posible, pero luego de lo sucedió hace ya varias noches le era difícil prestar atención a sus alrededores y aprender una lección de lo que sea que estuviera pasando, "Se hace dueña de mis labios y luego desaparece", pensaba mientras caminaba por las calles de un distrito, todo estaba silencioso, apenas algunos murmullos de personas que veían pasar al elegante joven y la dama pelirroja que lo acompañaba, mientras Zaykar solo pensaba del porque Kila había hecho lo que hizo, lo tenía sumamente confundido, lo que sentía, no lo era algo nuevo para él.
—¿Hacia dónde caminamos? —Pregunta Kilia a su pequeño primo, más que para saber, buscando tema de conversación ya que tenían buen tiempo caminando sin rumbo en silencio, Zaykar no le contesto de inmediato, el mismo no tenía rumbo.
—Abandonaremos este distrito e iremos rumbo a los límites de Aqare, escuche que personas traen productos interesante, pero lo venden fuera evitando pagar los impuestos —contesto por fin —¡Vamos! Le dije a Drag que me esperara escondido en el camino principal que conecta con el próximo ducado.
Kilia no dejo esconder su impresión.
—¿Y como se va a esconder en el camino?
El no contesto, solo la guío hasta el camino, estaban un poco lejos, alquilaron unos caballos y galoparon por mas de treinta minutos hasta llegar allí, Drag-yl no se veía por ningún lado, bajaron de los caballos y con una palmadita en la grupa volvieron en el camino. Kilia no pregunto.
—Drag-yl —grito Zaykar y Drag-yl se dejó notar levantando su enorme cabeza que reposaba sobre sus patas delantera, su cuerpo se fue manifestando de apoco hasta mostrar su plena forma de dragón. Se encontraba acostado a orilla del camino, aunque al mismo tiempo era peligroso, porque no importa que tan a la orilla estuviera su enorme cuerpo ocupaba parte del camino, Zaykar se preguntaba cuántas personas abrían chocado con el cuestionándose con que se habían topado «no le puedo reclamar», pensó Zaykar —. llévanos a los limites —ordena Zaykar al dragón quien pareciendo un perezoso no mueve un musculo esperando que subieran a su lomo, Zaykar rodea a Kilia por la cintura y usando "Ixaztil" subieron al lomo, a Zaykar le parecía más practico subir como unos cuentos empújenos de viento que escalar por el ala o la cola del dragón.
Drag-yl se levantó y con unos cuanto aleteos se elevo hasta que las personas apenas eran visibles y los caminos parecían simples líneas en un papel. Aquel camino era cierto que podía dirigirte al ducado más próximo, pero también era cierto que, si no te separabas de aquel camino, en algunas horas podías llegar al limite del reino, en esa dirección se encontraba Osaka, un reino supuestamente aliado, pero con unas notables diferencia que mantenía a sus ciudadanos alejado de los nuestros. Osaka es el reino más próximo a Aqare y después de Iraqil el más joven. Y en toda la historia conocida su tasa de criminalidad es la más alta de todas.
Zaykar diviso una pequeña cantidad de personas a la distancia, estos rondaban el área como si estuvieran protegiendo las galeras y los puestos de ventas improvisados con grandes carpas, vigilaban con gran precaución todo movimiento a su alrededor.
—Drag, bájate a algunos metros, escóndete entre los árboles, derriba algunos si es necesario, Kilia y yo nos acercaremos a pie.
Descendieron, Zaykar bajo junto a Kilia, que al parecer ya se veía emocionada por saber que vendían aquellas personas, al llegar los vigilantes no irrumpieron sus pasos, pero si dejaron un ojo de sospecha sobre los jóvenes, todos estaban preparados para cualquier movimiento en falso del que pudieran sospechar.
La ropa llamativa de Zaykar llamo la atención del encargado que salió personalmente a recibirlo.
—Joven amo ¿Qué negocios lo trae por aquí? —hablo confianzudamente el comerciante, esto al parecer era una manera de conectar con sus clientes —será la que viene por reabastecimiento y joyas nuevas para su dama o viene por una compra especial.
A Zaykar le pareció que el hombre estaba hablando en clave y si era el caso no se haría el ignorante, aunque lo fuera.
—Obvio que vengo para hacer una compra especial —dijo Zaykar todo confiado, el hombre mostro sus dientes en una amplia sonrisa, pareciera que aquella venta eran las que más le agradaban —lo sigo, dijo Zaykar evitando conversación.
—Se ve que vino hacer negocio joven amo —dijo entusiasmado, esperando con ansias ver el monedero de su cliente, en silencio dio la vuelta y guío a Zaykar a una de las carpas, era la más amplia, parecía medir alrededor de 178m2, el interior estaba dividido por sesiones, al ingresar podías ver una gran variedad de artículos, estantería completas de joyas, joyerías, bisutería y adornos para el hogar, espejos, jarros, estatuillas, luego, al cruzar una puerta de tela un lugar que no parecía medir más de 4m2, pero este lugar tenia dos puertas de telas mas a la derecha y a la izquierda solo dejando un estrecho pacillo.
El comerciante iba enseñando orgulloso toda su mercancía, pero extrañamente no se detuvo en ninguno de estos espacios.
—¿Qué hay aquí? —pregunto curioso Zaykar.
—Ya que anda acompañado, no recomiendo admirar esta mercancía —decía el comerciante con un tono curioso.
—Entrare solo, muéstrame —Kilia lo miro molesta, Zaykar no hizo caso a su incomodidad, el comerciante dio dos aplausos y enseguida se escucho un centenar de cadenas resonando una contra la otra.
—No me dejaras atrás pequeño Zay —dijo Kilia enfatizando en la palabra pequeño, recordándole que ella era mayor, Zaykar se acerco a ella, muy cerca de su oído y le susurro «Si el comerciante dice que no puedes entrar es porque seguro hay algo que puede despertar la sensibilidad de las mujeres o piensa que somos pareja».
—Entrare yo primero y te diré si es acto para tu inocente mente.
Zaykar movió levemente la tela, lo suficiente para pasar a través de ella, y un grupo de mujeres encadenadas de pie y de manos, completamente desnuda lo esperaban en fila como si de maniquíes se tratase, Zaykar paso en medio de ellas, algunas no podían evitar temblar del frio y el miedo, y Zaykar no podía dejar de mirar, aunque su consciente le decía que estaba mal.
Él se detuvo al lado de una mujer de la fila del centro, esta se giro hacia él, era mas alta, para poder mirar su rostro tenia que levantar la cabeza, esta por instinto se arrodillo y levanto la cabeza, Zaykar la miro a los ojos, eran de un color amarrillo cristalino, pero su luz estaba apagada como la luz de todas en aquella sala, Zaykar tomo el rostro de la mujer en su mano y esta comenzó a temblar Zaykar acerco su cabeza a la de ella y junto sus frentes mientras cerraba los ojos, la mujer siento el calor del cuerpo de Zaykar aunque no la estuviera abrazando, Zaykar acariciaba sus mejillas con su pulgares, la mujer podía sentir que Zaykar aunque excitado por lo que veía no tenia malas intenciones hacia ella.
—Lo siento —dijo Zaykar como un susurro.
El cuerpo de la mujer había dejado de temblar, Zaykar se alejo de ella y salió.
—No entres ahí —dijo Zaykar a Kilia, su voz sonaba feliz, pero Kilia sabía que era un fingido, aunque no hubiera pasado tanto tiempo él, sabía ya cómo sabía como reaccionaba cuando algo verdaderamente le interesaba.
El comerciante abrió lo que sería el ultimo cuarto de aquella carpa, todo el espacio sobrante era de jaulas, dos filas de diez jaulas en cada una entre cinco y seis personas, niños, niñas y hombres «Las mujeres ya vi donde la tienes», pensó Zaykar. El rostro de Kilia se horrorizo, Zaykar la tomo de la mano y la acaricio, con eso le decía que se calmara.
Zaykar recorrió el estrecho pasillo observando el interior de las jaulas, las personas dentro de ellas, flácidas, débiles, secas, pálidas.
Había una niña Estenita en la tercera jaula de la derecha, Zaykar se acercó curioso, ella retrocedió, era una Wijebi, sus rasgos felinos la delataban, pero Zaykar veía porque la capturaron, era de pelaje blanco con manchas negras, unos enormes ojos verde pálido, recordaba a un imponente leopardo de las nieves.
Zaykar había notado algo, todos estaban sellados, en el brazo, espalda o pierna, no importaba el lugar, tenia un sello y era lo mismo con las mujeres del cuarto anterior.
—Ya se decidió Joven amo.
—Sí —decía sin dejar de mirar a la Wijebi, el hombre no necesito más palabras.
—Espérelo fuera —Kilia se mantuvo en silencio en todo momento, hasta cuando esperaban en una carpa que servía como recepción, no dijo una palabra.
El comerciante llego, traía a la pequeña Wijebi con ropa limpia y perfumada, «Así mantienen la tapadera», pensó Zaykar. El hombre revisaba una tabla de precio, que mostraba los precios por monedas.
—Aquí está —dijo al fin —2050 Aqis por la por la pequeña.
Zaykar levanto la bolsa que colgaba de su cinturón y conto las monedas, dejándola en diez columna de veinticinco monedas.
—Cuéntela usted si quiere.
—No es necesario, usted la acaba de contar joven amo, mejor hagamos el contrato de inmediato.
Tapado por todo aquel pelaje, la Wijebi tenía tatuada con magia un sello de esclavitud, literalmente en un círculo mágico, decía "esclavo" escrito en Adataría, cualquiera que supiera leer y escribir Adasteria podía notarlo.
—¿Necesita mi sangre, saliva o pelo? —Ahora si Zaykar se hizo el tonto.
—Solo ponga la mano sobre el sello, yo hago el resto.
El comerciante recito unas palabras sin sentido, seguro que la persona que invento esta magia no entendía nada de poesía. El circulo mágico brillo y donde antes solo decía esclavo, ahora decía "esclavo zay", ambas palabras formando un círculo, seguro que el comerciante pensó que Zaykar agradecería ese toque, pensando que aquel su nombre por como Kilia lo había llamado.
La pequeña Wijebi gimió de dolor, hacer el pacto le quemaba, Zaykar solo sentía un pequeño calor emanando del sello, pero la pequeña tenia la sensación de un gran fuego al contacto de su piel y el sello la obligaba a mantenerse en pie.
—Listo dijo el comerciante, ninguna orden que le des podrá ser rechazada, puedes intentarlo si quieres —decía el comerciante orgulloso.
—No te preocupes —Zaykar cargo a la niña haciendo que esta recostara su cabeza en su hombro, rodeara los brazos sobre sus hombro y cruzara los pies en su cintura, la Wijebi quería rechazarlo, pero sabía que no podía, si lo hacía, el sello la quemaría. —Vamos Kilia.
El grupo abandono la zona comercial improvisada. Mientras Zaykar caminaba iba acariciando el suave pelaje de la niña, Kilia lo miraba con ojos desafiante, pero no decía nada, pasaron las fronteras de Aqare, caminaron unos setenta metros en silencio y Kilia no se lo pudo guardar más.
—Enserio no puedo creer que hayas lucrado la mano de… —Kilia no supo que decir —de ese imbécil —finalmente dijo.
—O era yo, o la compraría otro, preferí comprarla yo —dijo Zaykar con una sonrisa inocente, Kilia lo miro con unos ojos que desprendían rabia y desprecio —Cálmate ¿Sí? Desde que vi lo que había en el primer segundo cuarto ya me imaginé lo que abría en el segundo y lo están haciendo detrás de nuestras propias fronteras —La voz de Zaykar poco a poco fue cambiando, su tono se escuchó algo sombrío, hasta asusto un poco a Kilia, su rostro no tenía ese ápice de inocencia, se veía sombrío y enojado.
Zaykar camino hasta Drag-yl quien miro a la pequeña que dormía en sus brazos, al parecer sus caricias lograron calmarla y su cuerpo cedió a su cansancio, quien sabría cuántas noches tendría sin dormir a causa del miedo.
—abrázanos —ordeno Zaykar a Kilia quien capto la orden de inmediato abrazándolo desde atrás, Zaykar pronuncio las palabras y la ráfaga de viento lo elevo hasta el lomo, Kilia tomo su posición, Zaykar se sentó con los pies cruzado mientras sostenía a la pequeña con sus dos manos —Al castillo.
Drag-yl capto la orden, sentía los sentimientos de su padre, elevo el vuelo y no escatimo en velocidad, Zaykar se mantenía firme, KIlia no pudo evitar sostenerse de Zaykar, aunque Drag-yl rompía el aire con sus alas y Zaykar recibía de frente la presión sobrante aun así el viento era fuerte y Kilia no podía mantener el equilibrio.
En poco tiempo llegaron a los territorios del castillo, Drag-yl busco un lugar amplio donde aterrizar, los guardias se mantenían alerta, aunque no era la primera vez que el príncipe llegaba montado en el dragón no podían evitar sentir terror, la batalla contra el cobrizo aun seguía arraigado en su piel.
—No se le acerque sin tienen miedo —dijo Zaykar luego de bajar, los guardias, aunque no perdían de vista al dragón, ahora tenían su atención en otra cosa «¿Qué tenía el príncipe en su regazo?», era lógico que lo sabían, era imposible no identificar a un Estenita en cuanto lo vieras, su apariencia animal antropomórfica era inconfundible, el caso aquí era ¿Como llego un Estenita a las fronteras de Aqare? —díganle al rey que el príncipe Zaykar lo espera en el salón del trono, es un caso oficial y urgente —. Sin más palabras se dirigió al salón.
El rey entro con sus vestimentas formales, portando su capa y corona, tras el lo seguían sus consejeros y su hijo Folis, Zaykar lo esperaba junto a Kilia frente al trono, el lugar de los acusados o aquellos que presentan problemáticas al rey. El rey se sentó, Folis tomo su lugar a la izquierda del rey, los consejeros atrás de Zaykar de pie de cada lado del pasillo.
—Cuanta príncipe Zaykar ¿Cuál es tu inquietud? —dijo el rey luego que el salón estaba en silencio.
Zaykar despertó a la niña, quien se asusto por haberse quedado dormida, Zaykar la calmo acariciando su cabeza nuevamente, el rey observaba en silencio esperando respuesta a su pregunta.
—Baja, ve con el rey y muestra el sello —La niña obedeció su orden sin titubeos —mire con atención su majestad y luego pregunte ¿Dónde adquirí eso?
El rey bajo la cierre del vestido que llevaba puesto la niña, la pequeña descubrió el lado donde estaba el sello, a causa del pelaje el rey no podía ver nada, la pequeña señalo el lugar, el rey movió un poco aquel pelaje blanco y lo vio, una marca de esclavo y no solo eso, decía "Zay", Danqer cerro el vestido y la pequeña volvió al lado de Zaykar.
—¿Quién? —pregunto el rey entendiendo todo.
—Un mercader, en nuestra propia frontera, la frontera que da paso a Osaka ¿Qué medidas se debería tomar con aquellas personas? Tienen mas de una docena de hombres y niños todos sellados como esclavos y dos cuartos llenos de mujeres para ser vendidas como esclavas sexuales —entonces Kilia entendió porque Zaykar no la dejo entrar y porque compro a la pequeña Wijebi.
—Tiene nombre la pequeña Wijebi.
—El rey pregunta tú nombre pequeña —le dice Zaykar con voz dulce.
—Nevali, señor.
—Quitaremos esa horrenda marca de ti —el rey hizo una seña con la mano indicando a un guardia para que se lleve a la niña, Zaykar la dejo con el guardia y cuando hubo salido entonces el rey prosiguió —. Lo más lógico sería preparar un escuadrón y aprender a esos inhumanos.
—Señor, si es como dice el joven príncipe, no creo que sea el método correcto, si están en los limites de la frontera, están en tierra de nadie —dijo uno de los consejeros.
—En tierra de nadie no debe haber reclamos —replico Zaykar —se ríen en nuestra cara vendiendo esclavos a nuestra gente y muchos idiotas de nuestro ciudadanos en vez de adquirir una vivienda con esa cantidad lucran a esos cerdos, el reino de Aqare nunca a tendido problemas con perseguir a quien se lo merece en tierra de nadie.
El rey quedo pensativo un momento.
—Mandaremos un escuadrón aéreo en los planzúl.
—Pero señor —lo interrumpió uno de los consejeros.
—Pero nada, no sabemos cuanto tiempo tendrán allí y cuanto tiempo se quedarán, el escuadrón planeara una estrategia y apresará a los individuos, junto a ellos ira un escuadrón de magos para liberar el sello antes de que piensen en asesinarlas —el rey miro a Zaykar —príncipe Zaykar, debería dirigir el operativo ya que fue quien descubrió a estos individuos.
Zaykar solo asintió, hizo una reverencia y salió de la sala del trono.
—Perdón —dijo Kilia mientras lo seguía.
—¿Por pensar qué era un esclavista? Descuida cualquiera hubiera pensado lo mismo, ahora ¿Me acompañas a dejar sin nada a estos idiotas? Hace tiempo que no se llenan las bóvedas del reino.
Kilia asintió decidida, Zaykar se dirigió a la torre administrativa militar, aquella adyacente al patio de armas, la orden del rey ya había llegado a ellos, solo esperaban la llegada del príncipe. Subieron los escalones hasta llegar al segundo piso, se detuvo en la décima puerta e ingreso.
—Bienvenido príncipe Zaykar —dijeron todos al unísono mientras levantándose de sus asientos e hincando su rodilla izquierda en el suelo reposando su brozo en el muslo derecho.
—Levántense, pasemos las formalidades y hablemos del plan estratégico —decía Zaykar mientras se acercaba a la mesa, viendo como el estratega había organizado estatuillas en posiciones de la frontera en un mapa enorme.
Todos se levantaron y al ver que el príncipe no tomaba asiento como si de un pensamiento colectivo se tratase todos prefirieron quedarse en pie.
—Claro majestad, como puede ver ya he pensado en algunos movimiento, solo esperaba su llegada para platicarlo —decía el estratega, tomando una vara enorme que podía recorrer gran parte de la mesa que recorría unos tres metros en aquella habitación, la mesa se encontraba centrada y dejaba un espacio de un metro en los laterales y en los frentes —. Como ya sabrá, haremos el recorrido con los Planzúl, he decidió las siguientes rutas —el estratega señalando tres áreas, dos alejadas del camino principal y la tercera siendo el mismísimo camino principal —de esa manera lo atacaremos por atacaremos por tres frentes, no importa lo débil o fuerte que sean sus hombres nos aseguraremos de que no puedan responder.
—Excelente —lo felicito Zaykar, la verdad es que el príncipe estaba listo para dar el visto bueno a cualquier estrategia que propusiesen, eso no le importaba en lo más mínimo, Zaykar había aprendido de todo, pero "estrategia militares" no era una materia que había tomado —en vista de que tienen todo planeado, podemos partir cuando sea, yo viajare en mi dragón...
—príncipe —lo interrumpió el estratega —con todo respeto, por increíble que sean los dragones, la velocidad de los planzúl es superior, el dragón solo retrasara el desplazamiento de la escuadrón.
—Siendo el caso, me iré antes para no retrasar al escuadrón.
Zaykar salió del cuarto sin esperar respuestas, el estratega se noto frustrado, pero no dijo nada. Zaykar llego al último piso, salió de la torre y vio el cercano y al mismo tiempo lejano patio de armas, el terreno era enorme, el área de entrenamiento podía albergar al ejército completo. En un área apartada, el escuadrón aéreo se preparaba esperando las ordenes de partida, constaba de un equipo de 50 hombres y 25 planzúl, veinticinco de los hombres eran guerrero y el resto eran magos, los magos se encargaban de pilotar a la bestia voladora y dar asistencia aérea, pero en este caso, la mayor parte de ellos también estarían en tierra.
No era la primera vez que Zaykar observaba una criatura de estas, pero su porte y belleza no dejaba de impresionarlo.
Los planzún son criaturas sumamente rápidas de plumaje dorado o naranja amarillento dependiendo de cómo lo mires, es difícil describir su color cuando sus plumas destellan al contacto de cualquier luz, principalmente la luz solar. Su apariencia es como la de un ave de rapiña, con un pico curado y afilado, tan alta como un enorme oso, con 4 patas poderosa, las delanteras finalizan con unas enormes garras que le permite adherirse a cualquier superficie, las dos patas traseras, musculosas y fuertes, le permite impulsarse ante de los vuelos para tomar mayor velocidad. De por si sus vuelos parecen instantáneos, pero cuando toma esos impulsos, no se logras percibir su despegue.
No perdió tiempo y se dirigió a la ubicación de Drag-yl, despego inmediatamente y comenzó su recorrido dirigiéndose nuevamente al límite oeste de Aqare, pasaron aproximadamente veinte minutos cuando tenia a los planzúl pisándole los talones, el escuadrón fue disminuyendo la velocidad en cuanto se fueron acercando al joven príncipe, solo por respeto a su estatus no tomaron la delantera, no todos iban tras él, solo 9 les seguían, los otros 16 habían tomados los flanco restante y se alistarían para el ataque.
Habían llegado al punto de destinado, aunque no había sido a la velocidad a la que estaban acostumbrado los jinetes, para Zaykar era lo suficientemente rápido. Se había posado prácticamente sobre los comerciantes los cuales se habían quedado prácticamente paralizado al ver el dragón que literalmente los miraba con odio. Drag-yl no sentía nada contra ellos, lo que hacia era reflejar los sentimientos oculto de su padre, que tenía el incesante deseo de hacerlos desaparecer, Drag-yl abrió su boca mientras en su centro se genera lo que parecía ser un aliento de nube de cloro, Zaykar lo tranquilizo y este cerro la boca "No vale la pena", le susurro.
—Pueden iniciar cuando deseen —grito Zaykar.
Los tres flanco desaparecieron de su posición en un parpadeo, en un instante los veinticinco guerreros, estaban en el suelo y los magos no se veían ni en los planzúl que habían vuelto a su posiciones ocultas ni en tierra peleando junto a los guerreros.
Estos en un movimiento rápido, en el mismo instante que los guerreros habían saltado de los planzúl, los magos habían entrado a la carpa central donde se encontraban los esclavos y se encargarían de eliminar el sello de esclavitud y escoltar a los individuos de manera segura.
Por orden del rey ningún soldado debía matar a los comerciantes ni a sus acompañantes, solo debían hacerlo en caso de ser necesario, esta orden se había dado en caso de que los involucrados fueran ciudadanos de Osaka, si se diera el caso que lo fueran, el asesinarlo les daría una excusa a los dirigentes para iniciar un conflicto armado.
Los soldados habían dejado fuera de combate a todos los involucrados, los involucrados no era numerosos, veinticinco eran multitud ante ellos, pero alguien faltaba, Zaykar no había visto al encargado de toda esta operación comercial, se lanzó al vacío y descendió lentamente disminuyendo su velocidad de caída con una presión de aire, cuando por fin estuvo en tierra camino entre las carpas en silencio se detuvo al costado de una, como había salido sin un arma simplemente junto sus dedos, los que se endurecieron como el mismo hierro y como si de una navaja se tratase rajo la tela, allí estaba escondido entre sus mercancías.
El hombre reconoció a Zaykar enseguida.
—¿Joven Zay? —dijo sorprendido.
Zaykar lo tomo por el cuello y lo arrojo fuera, como si el peso de aquel corpulento cuerpo no fuera mas que un costal de plumas.
—¿No estuvo satisfecho con el trato? Podemos conversarlo como personas civilizadas.
Zaykar seguía en silencio, tomo impulso y lo pateo en el abdomen tan fuerte que escupió sangre, Zaykar usaba solo uso su fuerza, no había reforzado su cuerpo, aquello solo era el resultado de horas de entrenamiento físico. Tomo al hombre por el cuello de su ropa, apunto con sus puño a su cara, bajo su puño con presión y lo detuvo solo a un centímetro de impactar, el brazo le temblaba, quería desaparecer si existencia, pero no tenía el valor de matarlo con sus propias manos. Respiro hondo, se irguió y arrastro al hombre ante los de soldados, arrojo al costal de carne ante los pies del capitán.
—Hagan lo que deseen con él, incauten todo, llamen a las intentarían cercanas si es necesario, no dejen rastro de este lugar —Zaykar hablaba rápido, no respiro para decir aquello.
Kilia observo todo desde arriba, aunque el rostro de Zaykar no se veía enojado, al patear a aquel hombre de esa manera decía todo lo contrario, si lo hubiese golpeado un poco mas fuerte su pie pudo haber atravesado su abdomen, «Si hubiese endurecido su pie o utilizado refuerzo lo hubiese matado», pensó Kilia aun en su sorpresa, no pensó que ver a aquellas personas en esa situación lo había afectado tanto.
Subió de impulso hasta el lomo de Drag-yl, dejando el trabajo a los soldados presentes.
—Vamos Drag, busquemos a la pequeña y vayamos a casa.