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Chapter 21 - Capítulo 19: Superioridad

La joven princesa se encontraba de pie en el balcón de su habitación, llevaba un vestido color esmeralda que cubría hasta sus piernas, justo en el medio de estas. Aquella prenda no era muy ajustada, pero no era muy holgada, aquella prenda resaltaba su inocente y hermosa figura, adornada con zapatillas plateada sin tacones dando un toque de brillo y elegancia.

Justo detrás se encontraba una sirvienta separada solo por algunos tres o cuatro pasos, mantenía una postora erguida a diferencia de la princesa que dejaba descansar su cuerpo de manera descuidada sobre las barandillas. El viento soplaba fuerte, como si anunciara fuerte lluvias, pero el cielo se encontraba totalmente despejado.

—Me sorprende que no esté ansiosa por no poder ayudar en la guerra —bromeo su sirvienta con confianza.

Zea no le mostro importancia y quedo en silencio, su rostro inexpresivo, sus ojos entre cerrados, su pelo alborotado a causa del viento, aquel clima extraño la hacia sentir libre y calmada.

—Hace tiempo que estoy a tu cuidado —dijo al fin luego de aproximadamente un minuto de silencio que hizo que la sirvienta se sintiera inquieta pensando que había molestado a la princesa —conoces mi amor por el combate, poder blandir una espada bajo casi cualquier circunstancia es un regocijo, pero, conozco mi lugar, soy una princesa —mientras hablaba Zea mantenía su posición y mantenía su vista hacia aquella área desértica, en aquel pateo no caminaba un alma y solo se podían ver las flores, pastos y arbustos bien cuidado por los jardineros del castillo —ya llegara el momento en que tenga que demostrar mis habilidades en batalla, pero no es este.

No se trataba de estar ansiosa o no, se trataba una cuestión de posiciones y estatus, además de estar vigilada por sus padres, en especial los ojos de Rayzar que no la perdía de vista.

La sirvienta separo sus labios para hablar, un leve sonido casi inaudible se escapó, algo como un "esh", no dijo nada, a pesar del fuerte viento que golpeaba sobre el Zea ella percibió esa efímera variación entre los diversos sonidos en el área.

—No te lo guarde habla —dijo mientras giraba y miraba con curiosidad.

—Escuche de una de las chicas que vieron a Kila dirigiéndose hacia el este en un planzúl y en vista de que renuncio hace una unas semanas luego de la visita del príncipe todas creen… — la sirvienta dejo de hablar mientras Zea lanzaba un resoplido.

—Es obvio que debe de estar en el campamento, espero que esos gorilas no se la pongan difícil.

 

Una luz cegadora se poso en todo en todo el campamento, fue tan repentina que a los soldados a penas le dio tiempo a empuñar sus armas ¿La causa? Podía ser cualquier cosa, lo más probable era un hechizo o podría ser un objeto.

—Es un planzúl y lleva una dama sobre el —dijo alguien pudiendo por fin ver la causa de su ceguera, mientras descendía en medio del campamento.

La mujer bajo del planzúl de un salto quedando justo al lado de la bestia rodeada de todos los saldos que sin reconocerla no se atrevían a bajar la guardia solo por el hecho de ser una mujer.

—Esta no es zona de aterrizaje —dijo un comandante dando un paso al frente —pusiste todo el campamento en peligro con esta imprudencia…

—¿Cómo? Por favor, discúlpenme es que no sabía dónde bajar —dijo la mujer con un rostro y tono de voz arrepentido.

No era que no supiera de ante mano que dicha acción conllevaría un revuelo, todo aquel que conociera un planzúl sabría que su plumaje provoca que la luz se refleje y la luz del sol en especial estando en aquella altura al detenerse se reflejaría en cada a unas de sus plumas a tal velocidad que ante todos solo quedaría un brillo intenso, en conclusión, la mujer solo quería llamar la atención.

—Por favor, Identifícate —la mujer había llegado desde la dirección en la que se encontraba Aqare, vestía ropas de piel teñidas de negro bastante ceñidas a su cuerpo, desde sus botas hasta sus guantes, todo era negro.

La tensión en el área era poca, aunque todos mantenían una postura rígida en sus corazones no había ningún peligro real, desde que la adrenalina de su sistema disminuyo aquel comandante y todos los soldados presentes que la observaban se habían fijado que el cuerpo de aquella mujer era remarcado por su vestimenta. El comandante hacia un sobre esfuerzo por mantener sus ojos en su rostro, pero hasta hacer eso era una distracción.

La mujer separo levemente sus labios para contestar, pero los cerro de inmediato, era como si se hubiera bloqueado y pensaba en que contestar.

—Mi nombre Kila —dijo con una amplia sonrisa, fue no lo único que se le ocurrió.

—¿Crees que es suficiente información? —replico el comandante.

—¡Es mi protegida!

Una voz retumbo en todo el área, el príncipe se elevaba sobre todos y mantenía una poción firme mientras flotaba a un metro y medio sobre todos los presentes.

—Mi príncipe —dijo Kila mientras tomaba una actitud de reverencia juntado sus manos e inclinándose levemente hacia delante.

—Para otro día las formalidades ¿Qué haces aquí? —pregunto directamente mientras descendía y cayendo suavemente quedando frente a ella.

—Obviamente para asistirle.

Al decir eso muchos hombres contuvieron sus risas, tal ves si soltaban una carcajada el príncipe podría enojarse, ¿asistir en batalla? Era obvio que esta damisela no conocía su lugar, pensaban colectivamente.

—Se que tienes buenas habilidades, pero colectivamente no es muy bien visto mandar a una mujer a luchar y lo sabes —respondió Zaykar manteniendo una actitud algo neutral, conteniendo sus ganas de cargarla.

—Príncipe Zaykar, con todo respeto hacia usted y sus soldados, pero podría derribar a cualquiera de estos enclenques, excepto a usted claro.

Todos no aguantaron las risas, el único que mantuvo su postura fue el comandante de aquella unidad, hasta llegaron a pensar que el "excepto a usted" solo era por no faltar al respeto al príncipe y que aquella mujer tenia una imagen sobrevalorada de sí misma.

Zaykar miro a los alrededores, todos dejaron de reír y un frio extraño recorrió sus cuerpos, un silencio intenso se apodero del lugar, Zaykar dejo escapar una bocanada de aire.

—Ven aquí —Zaykar señalo a alguien al azar, el hombre vacilo, el comandante lo fulmino con una mirada de muerte al ver que no avanzaba, provocando que se acercase con pasos rápidos —. Lucharas con él, no porque desconfié de tus habilidades, sino porque ellos desconfían de tus habilidades, si ganas te puedes quedar y me asistirás como deseas. —Zaykar camino hacia un lado del grupo —grola lla tisuka — pronuncio mientras de la tierra se formaba un asiento, se sentó y luego siguió hablando —no tienen permitido usar ningún tipo de magia, solo sus propias fuerzas, usen el arma que quieran, el que quede en una posición que irremediablemente todos notemos que estaría muerto si fuera una batalla real (y con todos me refiero a mi como árbitro) gana, inicien cuando quieran.

El soldado que ya tenia su espada en mano solo tomo una postura defensiva, no se atrevió a atacar primero con el temor que se burlasen de él los demás. Kila saco de un bolsillo trasero del pantalón algo que parecía ser una carta de baraja, pero solo era blanco, no tenía ningún diseño especial, sostuve el objeto entre su dedo índice y medio seguido un par de daga aparecieron en el aire, las atrapo y volvió a guardar la carta.

Kila sostenía las dagas hacia abajo, subió sus puños tomando poción de combate, cubriendo su rostro como si fuera una pelea de sin armas. Al ver que el hombre no atacaba ella avanzo, realizando una salida estruendosa acercándose, eliminando la distancia que había entre ellos en solo unos pocos segundos, su velocidad sorprendió a todos, realizar una salida así requería bastante fuerzas en las piernas, pero ella no solo acorto la distancia, sino que lanzo algo que parecía ser un puñetazo por la derecha, pero el puño nunca llego a su rostro, lo que se precipitaba hacia el era la daga de su mano derecha directo hacia su mejilla izquierda, a dicha velocidad, si la daga impactaba en su rostro abriría sus mejillas en dos y su rostro nunca sería el mismo. Si nunca le había dado boquera, tendría algo peor.

El soldado bloqueo la daga con su espada y con una fuerte empujón la hizo retroceder unos cuantos pasos, mientras retrocedía mantuvo su equilibrio y con juego de pie quedo en su costado izquierdo abalanzándose al instante, ataco nuevamente con la daga de su mano derecha, el soldado se preparó para bloquearla, pero todo fue una finta, en cuanto el soldado inicio un giro para dar la cara a Kila, freno su ataque, flexiono sus rodillas hasta el punto de tocar la tierra con su mano y dio un giro de trecientos sesenta grados extendiendo su pie derecho en el proceso golpeando el tobillo del izquierdo del soldado, Kila solo se atrevió a hacerlo aun el soldado teniendo tal armadura ya que sus botas eran gruesas y altas y no sentiría todo el impacto de la armadura, aun así el impacto de su pies contra la arma provoco un dolor terrible en pies aunque no se haya fracturado, sus ejes se curvaron levemente y se esforzó por no mostrar ni atisbo de dolor. El soldado perdió inevitablemente el equilibrio, Kila extendió sus rodillas de inmediato este cayo al suelo y antes que el soldado realizara un solo movimiento amenazo al soldado dejando sus dagas a cada lado de su cuello, aquel hombre podía sentir el frio toque de la hoja, aunque no lo había cortado, un solo movimiento y podría no contarlo.

—Se acabo, es tu victoria —dijo Zaykar levantándose del asiento de tierra y dando rápidos aplauso el choque de la tela de los guantes no era muy sonoro, pero el sonido que provocaban las partes metálicas podría a llegar a considerarse algo molesta al ritmo que aplaudía —veo que mi señora aquí presente no solo decía habladurías —Zaykar sonrío abiertamente y extendió la mano al soldado quien por respeto no rechazo, pero se sentía sumamente ofendido —debes entrenar más esto te dejara una marca roja de por vida ante tu superior, a mi me vale en comino pero ya sabes como son estos viejo —le dijo en un tono bajo al soldado de manera que solo él pueda escuchar.

Kila ya había devuelto las dagas a la carta y como de costumbre mantenía aquella postura erguida con sus manos en el centro de su cuerpo debajo de sus caderas, Zaykar dejo caer su mano derecha sobre su cabeza como si de una niña se tratara, Kila agacho su cabeza de manera algo tierna cerrando sus ojos.

—Bien hecho, sinceramente no quisiera estar en la posición de aquel hombre —la tomo de la mano y la guío hacia otro lado del campamento —ven —los soldados que bloqueaban sus pasos enseguida comenzaron a abrir paso —Alguien que alimente y cuide ese planzúl —grito mientras avanzaba.

«Alguien tendrá para comer mientras está aquí», susurró un soldado a sus aledaños.

—Tomas demasiados riesgos al venir aquí —decía Zaykar mientras la guiaba por el campamento aun área con menos personas.

En aquella área había otras mujeres, entre ellas personal de asistencia médica, había algunos soldados, pero solo estaban para molestar a las mujeres allí presente. Se detuvieron allí, Zaykar diviso unas cajas, las acomodo y las acomodo como asientos.

—Majestad…

—Sin honorarios —interrumpió Zaykar de manera abrupta.

—Zaykar —pronuncio Kila de manera suave de manera que pudiera confundirse con un tono dulce —mi única razón de venir aquí es estar contigo, estaré encerrada en esa enorme casa, sola, por mucho tiempo y aunque digas que me visitaras tendrás tus propias preocupaciones así que aprovechare este efímero tiempo.

Zaykar inhalo y dejo escapar el aire de manera suave mientras apretaba sus puños sobre sus muslos en la parte mas cercana a las rodillas.

—¿Te disgusta que haya venido?

Zaykar negó con la cabeza mientras seguía en silencio, no era cuestión de gusto o disgusto, el país se encontraba en un conflicto armado, aunque el se viera tranquilo y calmado su espíritu gritaba de miedo y esperaba no paralizarse en el momento que tuvieran que pelear y ella venía al campamento ¿A tener una cita o algo parecido?

—Estas loca ¿Sabías? —finalmente hablo, no supo que mas decir, podía decirle que regresará, pero ¿Quería eso?

—Pues ahora lo se —dijo fingiendo una cara de molestia, «siempre he estado loca por ti», pensaba, pero no se atrevía de decirlo en voz alta. —esta loca puede serte de bastante ayuda en la batalla, podemos pelear como alma gemela usando «ixabiv lla igevemdi»

—¿ixabiv lla igevemdi?

—Sí, fusión de magias…

—Entendí a la primera, lo que nunca había escuchado de una magia como esa.

—Es una magia famosa entre los magos ereolí, dos personas entrelazan sus pensamientos pudiendo ejecutar mismo hechizos de manera sincronizada, solo uno de los dos debe saber el hechizo, la otra persona lo realizara por puro instinto, aunque su potencia puede verse diezmada, si ambos conocen los hechizos realizados el resultado será notablemente superior —explicaba Kila con orgullo —He practicado bastante y puedo decir que domino la ixabiv lla igevemdi como toda una maestra.

De manera inconsciente Zaykar pensó «si los magos de nuestras fila pudieran manejar dicha magia ¿Que pudieran lograr?», duro bastantes segundos perdido en sus propios pensamientos observando hacia la nada, con su cabeza gacha, pareciendo que observaba el suelo.

—Ha que te sorprendí —dijo aun mas orgullosa pensando que Zaykar se encontraba anonadado.

Zaykar salió de sus pensamientos, miro a Kila con una sonrisa enorme mostrando todos sus dientes.

—Pues claro ¿Qué te parece si lo probamos de inmediato?

El corazón de Kila se estremeció, la idea de sincronizar su propia mente con la de Zaykar, aunque no pudieran entrar uno en la mente del otro o algo por el estilo, aunque solo sea un proceso que mandaba la información básica de lo que haría cada uno en el momento inmediato provocando que ambos tomen decisiones instantáneas, compartiendo conocimiento inmediato, aunque solo sea eso, la sola idea de ponerse a comportarse como si fuera una sola mente, la emocionaba.

Kila se puso de pie sin decir una palabra, haciendo a entender a Zaykar que esta daba su consentimiento. Zaykar miraba los alrededores, al ser un área prácticamente improvisada no había campo de entrenamiento ni nada por el estilo, de eso modo tomo el área más abierta que pudo divisar y camino junto a Kila hasta ese lugar.

Se detuvieron junto en el centro de aquel lugar, a un metro de distancia de ellos lo rodeaban carpas y justo al frente estaba totalmente abierto o casi, era más bien un camino, Zaykar pensó que lo que estaba pensando hacer podría ser peligroso.

—Imagino que sabes usar itve —afirmo Zaykar casi a modo de pregunta.

—Obvio.

—Pues usando ixabiv lla igevemdi trataremos de lanzar itve, el resultado debe ser favorable ¿No? —de inmediato a medio metro de distancia levanto una pared curva de tierra de un metro de ancho.

Kila junto sus manos y cerró los ojos, —IXABIV LLA IGEVEMDI —pronuncio en voz alto extendiendo sus brazos hacia Zaykar en el proceso indicando de manera corporal que el vínculo sería con él. De inmediato sintió pequeñas punzadas en algunas áreas de su cerebro, no eran dolorosas, pero al no ser parte natural de sus procesos cognitivos y al no estar acostumbrado a ellos eran lago molesto. Zaykar noto que antes que Kila hiciera algún movimiento el ya sabía que iba a realizar aquel movimiento y podía sincronizarse con ella, de la misma manera ella sabía cuando el iba a realizar alguna acción y podía sincronizar con él y como si estuvieran usando magia de comunicación mental podían hablarse a través de la mente, pero la comunicación era más efectiva y llegaba al instante y al no tener que articular palabra la información llegaba y era procesaba por el cerebro al instante. De esa manera acuerdos de movimientos mutuos eran efectuados en milisegundos.

—Itve.

—Itve.

Pronunciaron ambos a una sola voz, creando una llamarada de fuego colérica que impacto contra el muro de tierra quemándolo casi por completo, solo dejando una delgada capa de aquella estrepitosa barrera.

—Uvodari —pronuncio Kila disipando la conexión.

Aunque Kila sabía que el poder de la fusión de magia era notable, aun así, le tomó por sorpresa tal poder destructivo, si ambos no hubieran controlado el poder ejercido la destrucción hubiera sido mayor, ninguno quería imaginar que desastre hubiera ocurrido ante un fuego iracundo descontrolado.

—SE DETECTO TRES JINETES DE PLANZÚL A VUELO BAJO SALIENDO DE LOS MUROS DE IRAQIL, TIEMPO ESTIMADO DE CONTACTO 7.5 MINUTOS.

Todo el mundo comenzó a correr, completar algunas partes de su armadura que habían dejado por molestia y otros formaron frente a la entrada del campamento, Zaykar de manera estratégica se quedo en segunda fila, el general del campamento con espada en mano se posiciono al frente, aquellos pocos minutos parecieron eternos.

Todo el campamento ya estaba preparado en la entrada, cuando a unos jinetes de planzúl se detuvieron a unos quinientos metros, un joven con una armadura bastante llamativa los guiaba, los dos detrás llevaban armaduras plateadas, no era posible ver sus rostros, pareciera que estuvieran mejor protegido que el joven del frente, aun así, las vestimenta del joven denotaban superioridad económica.

El joven iraqil se detuvo se detuvo a unas pocas distancia del campamento, lo suficiente cerca para que se escuchara su voz al hablar, lo suficientemente lejos para no ser considerado hostil.

—Soy Naburfad Iraqil y he venido como mensajero de negociaciones —dijo el joven Naburfad inclinándose levemente mostrando respeto a los presentes. Su pelo negro cayo levemente sobre su frente, tapando así lo poco que se podía ver de su oscura piel y de ese mismo modo se ocultaba el marrón de sus ojos esperando que este levantara la cabeza para ser revelado.

—El rey mando a su querido príncipe ¿Cómo mensajero? —respondió el general de manera burlona, Naburfad no se dejó provocar y contesto en un tono calmado.

—Es correcto y si le es posible quisiera hablar con la persona a cargo.

—Con el…

—Yo estoy a cargo —Zaykar salió al frente de manera desafiante interrumpiendo a lo que él llamaba alguien «incompetente» frente al puesto que ejercía. El general lo miro con ojos fulminante y Zaykar paso a su lado sin prestarle a tención y ahí iba una queja más para su padre el general. Naburfad lo miro de manera incrédula, su armadura, su edad aparente, todo le parecía una burda broma, pero no se atrevía a ser descortés sin antes entender la situación.

—¿Y usted es? —respondió Naburfad de manera háblame.

—Zaykar Adara Lybe, primogénito de Rayzar y Xarel, heredero legitimo del trono de Aqare —de manera estratégica Zaykar saco todos sus títulos, grabando su posición antes todos los presentes, al hablar uso un tono autoritario, aunque no altanero, el corazón de Zaykar casi se desborda al hablar, practico aquello tantas veces en su mente que no sabía si se trabaría al hablar, todo salió bien y al parecer había dejado cierta impresión ante el joven iraqil.

Naburfad miro disimuladamente a los presentes, sus rostros eran serios y rendían respeto al joven que proclamaba ser el heredero al trono, el hombre que lo había recibido, que era obvio que era el hombre al mando, su rostro denotaba molestia, aun así no se atrevía a hablarle, aunque el fuera la cabeza del lugar, la posición de Zaykar como hijo y heredero lo dejaba en una posición inferior, tal vez si Zaykar hubiera ido con ropas de soldado fuera un caso diferente, pero su padre nunca lo mando con ropas de soldado, ni como aprendiz, ni como escudero, desde el inicio declaro que su hijo el príncipe estaría asistiendo en el campamento de avanzada. Naburfad enseguida comprendió que de la boca de Zaykar no salían tonterías.

—Es un placer conocerlo al fin, príncipe Zaykar.

—El placer es mío príncipe Naburfad —Zaykar contesto con una leve reverencia de respeto a lo que Naburfad contesto con el mismo respeto —lamento ser tan directo príncipe Naburfad, bueno, quitémonos estas caratula de formalidades, en verdad no lamento nada.

Naburfad no pudo contener una carcajada interrumpiendo el discurso de Zaykar a lo que el príncipe de Aqare respondió positivamente quedando en silencio con una sonrisa de satisfacción al ver que la tención había sido disipada, aunque no fuera la intención.

—Disculpé príncipe Zaykar, no pude evitarlo —dejo escapar una leve risa esta vez —siento que nos llevaremos bien, por favor prosiga.

Zaykar suspiro, no por molestia, lo hizo para intentar no reírse ya que la risa de Naburfad era bastante contagiosa.

—Le intentaba decir que su presencia me parece algo confusa, principalmente la afirmación de que el rey Kainabur sea quien lo haya mandado de emisario.

Las declaraciones de Zaykar dejaron algo estupefacto al joven iraqil y su sorpresa no pudo ser ocultada de su rostro disipando toda duda que haya podido tener Zaykar acerca de si Kainabur lo había enviado o no. «Tendrá la edad que aparenta o tendrá alguna condición física que lo mantiene con apariencia de adolescente», se preguntó Naburfad.

—Viendo que aún no contesta ¿Esta confirmando que Kainabur no te envió? —pregunto Zaykar directamente siendo fulminado con las miradas por los dos soldados detrás de Naburfad, miradas que Zaykar ignoro por completo.

—Sí he venido a negociar términos de paz, pero es cierto que no he sido mandado por mi padre.

—Con que poder vienes a negociar si no es con una orden de tú rey —dijo antes que Naburfad pudiera decir algo más —eso podría considerarse traición.

—Pueden considerarlo como deseen, pero lo que esta claro es que Iraqil nunca tuvo el poder militar para combatir con Aqare y el reino persigue una venganza inútil, mi padre morirá en esta guerra haya venido aquí o no, la diferencia esta en que intento salvar la vida de la gente que su estupidez piensa erradicar.

—¿En pocas palabras intercambias su vida por la tuya? —Zaykar lanzo una pregunta algo capciosa, pero Naburfad no se inmuto y respondió como si nada, como si se hubiera preparado mentalmente para cualquiera que le hiciera dicha pregunta.

—Intercambiare su vida por nuestra familia y el reino —dijo en un tono serio y apagado —no me mal interprete príncipe Zaykar, no es como si la vida de mi padre me importara poco, pero no soy estúpido, esto es una guerra y solo terminara con una de las dos cabezas.

—El rey de Iraqil aún está a tiempo de terminar esto de manera pacífica —comento Zaykar.

—¿Te refieres al orgulloso y testarudo hombre que se sienta en el trono de nuestro pequeño reino?

Solo era sarcasmo, pero podía describirle a cualquiera con dos dedos de frente que la situación dentro de Iraqil no era favorable para su gente gracias a la incesantes de su rey.

—¿Qué propones entonces? —Zaykar no se atrevió a proponer nada, le parecía más sensato y conveniente que la propuesta venga del lado desesperado, sin dejar de lado el hecho de que ellos habían sido los que iniciaron el fuego.

—Puedo brindar cualquier cosa que su gente necesite, con respeto a esta guerra, información o infiltración no debería ser un problema, tengo pocos hombres a mi causa, pero ellos deberían ser suficiente.

—¿Si quedas en el poder como soberano de Iraqil tu gente jurara lealtad eterna a mi reino? Que quede claro que planeo cortar el problema de raíz y no pienso dejar ni una sola familia con poder dentro de esos muros así que necesito saber tu decisión ahora, porque tu familia es la que de mayor poder goza.

Todos los que escuchaban no daban crédito a dicha conversación, el general se quitaba el sombrero, el en aquella posición hubiera escuchado las exigencias y recomendaciones de Naburfad, hubiera llevado aquello ante su superior y volvería con una respuesta, pero Zaykar manejaba todo por su cuenta sacando el mayor provecho de la situación, señalando la postura de Aqare antes aquella situación.

—¿Preguntas si en mi reinado convertiré a Iraqil en un estado vasallo de Aqare voluntariamente?

—¡No!, pregunto si entregaras tus territorios voluntariamente e Iraqil y Aqare serán un solo un reino una vez más, si estás de acuerdo, puedo convencer al rey de que deje a la familia Iraqil como soberanos de los territorios de Iraqil.

—¿Me dejas otra opción?

—¡No!

—Eso pensé —Naburfad podía ver que en los ojos del príncipe aqarino no había dudas, temor o vacilación, o aceptaban o el ejercito arrasaría con todo, había opciones, pero una era mejor que la otra, Naburfad acaricio su nuca, el no deseaba aceptar, pero era eso o la muerte de sus hermanas y hermanos —Sí mi familia puede conservar su vida y algo de poder en el territorio, entregare los territorios voluntariamente —dijo al fin.

—Bien, llevare todo lo que se habló aquí ante el consejo —Zaykar paso por el medio de todos, quienes abrían paso a su futuro soberano y saliendo de su modo serio al ver como todos los soldados se hacían a un lado, pensó «Se siente sumamente genial» —déjalo entrar en el campamento y mantenlo vigilado mientras vuelvo —dijo girándose levemente dirigiéndose al general para luego seguir su camina hasta la improvisada zona de aterrizaje, ahí tomaría un planzúl ya que a Drag-yl lo había hecho regresar a su cueva o a hacer lo que quisiera, como en un inicio solo quería observar había pensado que llamaría bastante la atención llegar con un dragón y todos sabrían que es el desde inicio, era sabido por todo el reino que Zaykar hijo de Rayzar era jinete de dragón, el único en todo el reino, «Olvide añadir ese título en mi presentación», pensó mientras caminaba y una sombra lo seguía de cerca.

Él sabía que ella lo seguía, pero sus pasos eran casi imperceptibles, sino fuera por el arduo entrenamiento de Nemirs para no ser sorprendido por nadie este ni notaria que Kila camiba detrás de el cómo sirvienta siguiendo a su amo, la cabeza gacha, manos juntas, pasos cortos, asegurándose de mantener la distancia, nunca alcanzarlo, nunca rebasarlo.

—Puedes caminar a mi lado ¿Sabes? —dijo pesadamente, Kila avanzo un poco, camino a su lado adaptándose a su velocidad, pero manteniendo su postura, «para sacarle ese entrenamiento de mami pasaran años», pensó viendo que Kila siempre recaía en sus costumbres de sirvienta.