—La casa Iraqil una vez fue una con el reino inmortal, durante generaciones ha tenido que rendir tributo a un reino titubeante que al pasar de los años ha pasado de una familia inmortal a una familia longeva y aún se le sigue llamando reino inmortal —Kainabur hablaba con sus lideres mientras caminaba de un lado a otro en su sala de reunión, con un rostro aparentemente impasible —sin embargo, quien puede asegurar que esa familia inmortal verdaderamente existe ¿Quién de ustedes la ha visto? Sí, ya sé que todos han visto al general Rayzar en acción siendo atacado innumerables veces por personajes atrevidos en su intento de herirlo, pero quien dice que eso no son más que artimañas para hacer creer a las masas que la familia Adara es inmortal, quien aseguro que su padre es el verdadero rey primo. Puedo asegurar que no son más que artimañas y si no fuera el caso no pondría tanta seguridad en proteger a su hijo, seguro aun no aprende los trucos de la familia, así que digo que hay que deshacernos de él antes de que lo aprenda, de algo estoy seguro, esa gente es difícil de matar, un Lybe por ejemplo puede durar varias generaciones reinando antes de su abdicación y un Adara al parecer puede durar más, pero en mi opinión, eso no los hace inmortales, ni los Lybes ni a los Adaras.
Kainabur dejo de hablar unos segundos mientras se detenía apoyándose del asiento central que se encontraba a la cabeza de la mesa, sus lideres no decían ni una palabra esperando que este terminara su discurso, se miraban unos a los otros en ese incomodo silencio a unos no le interesaba el parloteo de su rey, otros prestaban sumo interés a los análisis e historias contadas por su rey, otros menos interesados, pensaban que podían dejar esas habladurías para otro momento y prestar sus fuerzas para asuntos más importantes en el reino, pero a pesar de tantos pensamientos diversos, ninguno daba una opinión sobre el asunto y solo esperaban que el rey por fin culminara su monologo.
—Mi familia Iraqil nunca ha cambiado de nombre, ha mantenido el nombre del reino, no ha sido conquistada, no ha decaído desde la división de los Adara y los Iraqil, además de la expulsión de la familia y a pesar de esa vergüenza, el reino y la familia Iraqil sigue sirviendo a esos traidores, muchos pensarán que es una estupidez seguir recordando sucesos acontecidos hace siglo y revivir el odio olvidado hace generaciones, pero les recuerdo que el odio nunca se olvidó, solo se encerró para que el reino creciera antes de devolver el favor al reino de Aqare, hay que matar a su inmortal y demostrar que su poderío no es más que mentiras divulgadas, no hay nada en el mundo que sea inmortal.
Mientras Kainabur hablaba, en el reino de Aqare, en la casa de seguridad se encontraban ya establecidas todas las personas que habían sido enviadas, las personas encargadas de hacer de guías habían creado otra ruta a través del bosque que conectaba con el camino real, de esta manera si intentaban realizar otro atentado podían despistarlo, el problema con esta nueva ruta sería que los ñoños mimados estarían quejándose por haber ensuciados sus costosos zapatos o vestidos.
Hacía ya unas horas que un visitante inesperado había llegado, los guardias y todos los que lo habían visto llegar recibieron el susto de sus vidas, principalmente los guardias encargados de la vigilancia ya que nadie lo vio ni lo escucho acercarse, se trataba de Nemirs padre de Rayzar abuelo de Zaykar y Zea monarca de los Adara quien se encontraba teniendo una placida conversación con su nuera en estos momentos.
—Escuche de los guardias que sufrieron un atentado y que por alguna razón Zaykar parecía ser el blanco.
—No estamos seguro de eso, pero aparecer así era, aquella gente nos ignoró por completo en cuanto vieron a Zay, sino hubiese sido por el halo mi Zay estaría muerto ahora mismo.
—Me siento bien al saber que el bastardo está muerto, pero tengo una irá interna por no haberme enterado antes, hubiese acabado esto solo con las muertes de los asquerosos mercenarios, pero soy inmortal no soy omnisapiente ni omnipresente —. Nemirs suspiro —. Pero la familia está bien —. Sonrío.
La conversación se estaba dando en el balcón que daba a lo que sería el patio trasero de la mansión Xarel se encontraba sentada en uno de los muebles mientras Nemirs se apoyaba de los muros que delimitaban el espacio del balcón.
—Me encargaré de Zaykar, haré que no necesite ser protegido, su vida al parecer estará en el peligro de ahora en adelante —. Dijo Nemirs al fin.
—Porque no dejas de decir tantas palabrerías y no le enseñas hacer de inmortal o como sea que se haga el maldito ritual —. Respondió Xarel un poco frustrada.
—Yo decido cuando y donde, dentro de mis estándares aun es muy joven he inmaduro, yo normalmente dejo que entiendan el miedo a la muerte.
—Y mientras que se muera ¿Verdad? — Xarel lo mira de mala manera, no era odio ni desprecio, tal vez ira comprimida, era ese tipo de mirada que te mataba sin espadas, Nemirs hecho una carcajada.
—Como va a morir estando conmigo, desde ahora es mi protegido, no le quitaré un ojo de encima —Nemirs comenzó a alejarse del banco dejando sola a Xarel en aquel balcón, sin despedida, ya que no lo vio necesario, para cualquier otro hubiese sido considerado una falta de respeto irse sin ni siquiera considerar si la conversación había concluido para la otra parte, Xarel no le dio importancia, era una pérdida de tiempo discutir con su suegro.
Nemirs recorrió los infinitos pasillos de aquella mansión con paciencia, bajo las escaleras, salió por la puerta principal y camino por el patio hasta el lado lateral izquierdo de la mansión, en aquel lugar habían levantado un puesto de entrenamiento improvisado arrancando parte de pasto y fabricando muñecos de palos y pajas, pequeños y grandes, los pequeños eran del tamaño perfecto para que el joven Zaykar pudiera entrenar, ahí estaba recibiendo instrucciones de un soldado institutriz, moviendo la espada torpemente golpeando el muñeco de izquierda a derecha, se esforzaba bastante.
—Levanta los brazos, que el cansancio no sea excusa para perder la guardia, eso te costaría la vida —. Grito Nemirs ingresando a la arena. No era algo que su actual mentor no le allá dicho, solo que al pequeño Zaykar se le complicaba mantener la postura y después de algunas decenas de espadazos al muñeco, los brazos le flaqueaban.
—Deberías descansar mi príncipe —. Recomendó el soldado.
—Que siga un rato más —Interrumpió Nemirs —. Aguanta un minuto sin decaer tus brazos y te puedes ir a descansar —Nemirs se posó detrás del muñeco a una distancia prudente, murmuro unas palabras "Oraz lla helabu" chasqueo los dedos y un enorme reloj de arena apareció sobre Nemirs, la arena no se movía como si algo le impidiera el paso — ¿Y?
—¿Es una orden o una sugerencia? —Replico Zaykar de mala gana, tenía los brazos entumecidos de tanto entrenar, él había solicitado el entrenamiento y consideraba que debía descansar por ese día.
—Una orden en realidad, así que deberías poner manos a la obra —el reloj de arena comenzó a moverse, Zaykar suspiro, respiro profundo, levanto la pequeña espada de madera y haciendo un sobre esfuerzo por mantener los brazos arriba golpeaba el muñeco de palo —. Así no duraras ni cuarenta segundos, hasta un leñador blandiría la espada mejor que eso, tus brazos están rígidos y golpeas el muñeco sin sentido —el reloj se detuvo, no había pasado un minuto, la arena en contra de todo sentido de gravedad regreso a su punto inicial, Nemirs se acercó a su nieto y estando detrás de él se agacho, tomo sus puños movió sus manos por el tocando muñeco con la espada, hacía unos movimientos limpios, lo hizo una y otra vez, lo soltó, volvió a estar debajo del reloj, "Atifnu" murmuro y una espada en su mano apareció —. Hazlo tu ahora —Zaykar intento imitar los movimientos que su abuelo intento grabar en sus músculos, Nemirs de igual manera intentaba guiarlo desde el frente, la arena caía, comenzó a caer en cuanto Zaykar retomo la práctica, pero Zaykar solo veía a su abuelo que guiaba sus movimientos desde el frente, el minuto termino y Zaykar había mantenido los brazos arriba, Nemirs dejo de guiarlo, Zaykar casi se pierde al no tener a su abuelo guiándolo, pero intento mantener el ritmo, sus movimientos seguían siendo brusco, pero ahora eran un poco más fluidos, los brazos estaban entumecidos, pero los mantenía arriba, el reloj se había reiniciado, Zaykar no aguanto y dejo caer la espada, la mano ya le temblaba —Un minuto cuarenta segundo, felicidades te superaste a ti mismo.
El soldado que tuvo todo el tiempo observando, no le satisfacían los métodos del viejo Nemirs, pero no podía negar que podrían llegar a ser efectivos y aunque no lo fueran ¿Qué podría hacer un guardia contra el rey primo?
Zaykar se desplomo en el suelo, vio como el reloj dejo el espacio que ocupaba, Nemirs se acercó a él y le tendió la mano, aunque no quería levantarse sabía que su abuelo se quedaría con la mano tendida eternamente hasta que se la pasará.
—No puedes tirarte después de calentar, los músculos se encogerán y dolerán, siéntate y extiende las piernas, no la flexiones —y así lo hizo Zaykar.
—Aparte de ponerme a sufrir con tus extraños métodos de enseñanza ¿A qué has venido? —dijo Zaykar con un tono algo brusco.
—La animadversión inmerecida que siento hacia mí, provoca que mi corazón se entristezca, tú rabia e impotencia descárgala en otro lado. —Zaykar miro hacia otro lado mientras apoyaba sus manos en la arena con sus pies extendido, soltaba leves respiraciones intentando no jadear y su pecho se inflaba de manera controlada —Ve y descansa, hablaré contigo después, cuando estes más receptivo, al parecer tienes muchas cosas en esa cabecita en este momento, te recomiendo despejarla, debes saber con quién y en que enfocar tus sentimientos.
Nemirs se marchó, Zaykar duro un rato más tendido en el suelo mientras el guarda lo vigilaba en silencio, para que no se sintiera incomodo, no lo miraba directamente, pero no le quitaba la vista de encima. Cuando decidió levantarse, con el guarda a rastra, se dirigió a los baños para sacarse todo el polvo que en algunos lugares se habían convertido en lodo a causa del sudor. Zaykar deseaba bañarse solo, pero las doncellas no lo dejaban ni por un segundo, sentía un profundo agradecimiento por el guarda que se quedaba a cuidar la puerta y no entraba al baño.
Zaykar había comenzado a sentir vergüenza ya hacía un tiempo y que las doncellas lo bañasen no le parecía tan normal, aparte que a ellas no se le pasaba una sola parte del cuerpo y en los últimos baños siempre que ellas lavaban sus genitales sufría una erección y esto le incomodaba, pero no importaba las veces que el solicitase que lo dejarán entrar al baño solo estas no escuchaban.
Salió del baño escoltado por las doncellas, una bata blanca cubría su cuerpo, llegaron a su aposento y ellas espetaban la indicación sobre que le gustaría vestir.
—Esto es agobiante ¿Saben? Se vestirme solo, ahora solo me iré dormir, solo llevaré ropa interior o un piyama.
Ellas obviando los disgustos u otra cosa parecida, buscaron rápidamente algo para dormir, lo desnudaron y vistieron con un camisón que llegaba hasta la mitad de sus muslos y un pantalón un poco holgado, ambos, color vino. Las doncellas acomodaron la cama, taparon todas las ventanas con cortinas para impedir el paso de la luz, hicieron una reverencia a modo de despedida y abandonaron el lugar.
Zaykar se tiró en la cama boca abajo, descomponiéndola toda al caer, estaba agotado y sus pequeñas manos le dolían, el sol, aunque no estaba en su punto más alto aun alumbraba con fuerza, se quedó dormido, aunque haya dicho que quería dormir no eran sus verdaderas intenciones, aun así, no percibió cuando se quedó dormido, el cansancio lo supero.
Despertó varías horas después, no había ruidos en la casa, ni siquiera de las mascotas, o era muy tarde o todos se habían ido a la cama temprano, a Zaykar no le sorprendería la segunda opción, estando en ese lugar no había muchas opciones para distraerse.
Zaykar intento levantarse, pero sintió que había un peso además del suyo en su cuerpo, era la cabecita de Zea sobre su pecho, durmiendo plácidamente, al parecer su cansancio era tal que no noto cuando acostaron a su hermana a su lado, aun así, su cuerpo instintivamente supo que no estaba solo ya que paso de estar boca bajo a estar boca arriba y no cambio más de posición.
Intento moverla con cuidado sin despertarla, tomo una almohada y la puso en su lugar, dejándo la cabeza de Zea en el mismo lugar, pero eso no basto para evitar que se despertará, Zea no se movió y fingió estar dormida.
Zaykar se levantó y se vistió con ropa de campo, pantalones rústicos de color marrón oscuro, camiseta marrón claro como el trigo, tomo un bolso que contenía utensilios de estudio, un cuadernillo de notas, un libro poco cuidado con escrituras antiguas y algunas plumas para anotar; se movió sigilosamente por la habitación hasta llegar a la puerta, giro la manija para abrirla.
—Estas saliendo de noche sin permiso —dijo Zea despegando la cabecita de la almohada; Zaykar suspiro mientras miraba hacia el techo y se giraba en dirección a la cama y miraba a su hermanita.
—No es cierto, tengo más privilegio que tú por ser el mayor —intento engatusar a su hermanita.
—Llévame contigo o se lo diré a mamá —el miserable intento de usar la carta de hermano mayor no funciono, un gran disgusto se pudo ver en su rostro.
—Si te llevo conmigo el castigo de mamá será peor.
—Pues cuando regreses tienes que traerme chocolate.
—Si te traigo chocolate a esta hora no podrás dormir nada.
—Pues tendrás que llevarme contigo.
—Si te llevo mamá me va a matar.
—Pues le diré.
—El castigo será menor ¿En verdad tienes 4 años?
—Cuatro y medio.
—Te traeré chocolate, pero será en la mañana, hoy tienes que dormir.
—Pero me dejarás sola, yo no quiero estar sola.
—Te dejaré un golem ¿hecho? —Zea lo pensó un poco, aunque no le emocionaba la idea.
—Que sea de algodón, la piedra es muy dura.
—Hecho —. Fue a su armario y busco de las ropas más suave que había, la reunió frente a la cama, eran bastante prendas, Zea se sentó en la cama emocionada porque iba a hacer su hermano, Zaykar miro su libro gastado extendió sus manos, suspiro, giro su mano derecha revelando sus palma cerro los dedos solo dejando los dedos índice y medio visibles —Imezakae —dijo mientras movió sus muñecas haciendo que sus dedos apunten hacia el cielo y mantenía su mano izquierda inmutable, las prendas comenzaron a moverse formando un cuerpo con ellas, inicio por formarse la cabeza, con doblajes inentendible, formándose una cabeza totalmente esférica, luego el tronco que se había formado como una clase de deltoide cometa con sus lados mayores que forman una punta donde se incrusto en la cabeza y los lados que quedaron abajo sirvió para incrustar un par de rectángulo que serían los piernas, en la parte superior, a los lados por igual se incrustaron un par de rectángulos más que sirvieron como brazos — Eronwukae —dijo mientras cerro el puño de su mano izquierda, giro la muñeca apuntando los dedos al puño y junto el puño y los dedos. El gólem estaba compacto y firme y a la vez suave, Zea estaba maravillada, Zaykar bajo las manos, inhaló y exhaló —. Está listo —Zea abrazo al pedazo de tela moviente y el pedazo de tela la abrazo en respuesta —¿Me puedo ir?
—Sí, te puedes ir, pero me debes un chocolate —. Zaykar suspira.
—Te advierto que tendré que deshacerlo antes del amanecer.
—Solo si estás aquí antes que eso.
Salió del aposento y cerró la puerta con cuidado evitando hacer ruido con ella, camino por el pasillo, bajo las escaleras y salió por la puerta de la cocina, como en aquel lugar no había muro, Zaykar solo se preocupaba por si un guardia podía encontrarlo merodeando a altas horas de la noche, pero era extraño, no había guardias por la puerta de la cocina, era como si hubieran bajado la seguridad de la casa, Zaykar no pensó en si era extraño o no, se apresuró a correr hacia al bosque, camino unos veinte minutos hasta que no pudo ver la casa, se detuvo, miro el suelo, extendió su brazo derecho con sus dedo índice, medio y pulgar extendido, y los demás cerrados, realizo un medio circulo y enseguida elevo su brazo por sobre su cabeza, eso mientras decía.
— Tisuka Imechakae.
Un bloque de tierra endurecida surgió del suelo, quedo anivel de su cintura, dejo el libro gastado sobre aquel bloque de tierra, junto a las demás cosas que había llevado. Zaykar ya había leído hasta la página cincuenta de aquel libro y a escondida ya había practicado todo aquello las 51 páginas restantes solo eran ejemplos y aplicaciones para lo que podría usarse lo aprendido, sin embargo, la página cincuenta había dejado a Zaykar pensativo y sorprendido, tal vez era algo obvio, pero para él no, nunca se lo había planteado, la página iniciaba diciendo lo siguiente.
"Lasi igevem har ameloz lici ozelmalasi ki ikeryrolasi vi ikyo, eyzer tai esitobin burkaryla ji edax emeloz, diritla burkary ji edax ameliso, vi elpa oili gaise Zoxatawi ill iohidilosura mit nara Endoicos kovi emeloz tai otaxu, meda gilidi okadi tai nara fi zorudibin egosek eisir jidi emeloz otaxulaso, vi elpa tosobin tai Ikeyro qiti Eyzer emakesbin gaitsu esameku, endoicos bi Zoxatawi aniwribin daipo ji anwo lla fiu azuai Eyzer fiu ikeyro yidi iriwandi ekenuvu, lla nachuliu axunu Eyzer umasi ji oxvi bi koisario kovi eduled, gilidi opirogernuvudi lla Fiudi Igevemdi mit otazulasi".
"Toda magia o hechizo fue creada y elaborada por alguien, para que haya existido el primer hechizo, debió existir el primer hechicero, por ende, desde este capítulo en adelante ya no encontrarás más hechizo que aprender, solo verás cosas que no se podrán resolver con los hechizos aprendido, por ende tendrás que elaborar algo para combatir esta problemática, encontraras un capítulo completo sobre el control de la energía para la elaborar tus propios encantamientos, de manera adicional para hacer el libro un poco más extenso, veras aplicaciones de las magias ya aprendidas".
Zaykar ya se había adelantado a leer el capítulo de control de energía ya que pensó que le ayudaría a realizar mejor los hechizos, lo que le vino como anillo al dedo, había practicado bastante el control de su energía, no años, ni nada por el estilo, solo algunos meses, no era un experto, pero había aprendido a defenderse para que sus hechizos le salieran bien.
"1ra problemática. Seguro a la fecha en la que se publica este libro, o tal vez lo estas leyendo 100, 200, 1000 años después, deben existir cientos de hechizos para hacer crecer plantas, pues mira cuanto me importa, el ejercicio es crear un hechizo de tu autonomía para hacer crecer las plantas, invéntate un movimiento con las manos, usa solo palabra, utiliza un objeto, vara, pluma, piedra como canalizador de energía mágica, haz lo que quiera, pero crea un hechizo que permita hacer crecer las plantas".
Zaykar tomo una planta cualquiera como prueba, se posó frente a ella extendió su mano derecha enfoco su energía en ella y comenzó a decir —mika —, una y otra y otra y otra vez, no sucedía nada —¡MIKA! —Grito, le entro rabia ya que no sucedía nada, fue a su libro de notas y suspirando profundo escribió, "mi primera prueba canalizando mi energía para hacer crecer las plantas fallo".
Mientras escribía, algo se iba acercando a él sin que lo notara, sus ojos amarillos como la miel, brillaban en la negra oscuridad. Zaykar estaba bendecido con la luna de aquella noche, que alumbraba el claro donde se encontraba, aquella luna creciente alumbraba tan fuerte que unos ojos sanos como los de Zaykar no necesitaban lumbreras fabricadas, Zaykar sintió que no estaba salo, levanto la cabeza y miro con terror aquella bestia de pelaje gris, hocico chato, patas largas, cola peluda y esponjosa, cerro su cuadernillo y grito.
—¡XUBI MIKA!
Un muro enorme creció, era como de alguno dos metros y recorría de un lado del claro al otro, que era de algunos dos cientos metros. Hecho todo en la bolsa de manera apresurada.
—Xubi mika —esta vez sin gritar, en ambos lados del claro crecieron muros de piedra del mismo tamaño que el primero "Esto me dará tiempo para retrasarlo", pensó Zaykar, mientras corría de regreso a la casa, pronto la bestia de ojos amarillos lo estaba persiguiendo, unos muros de doscientos metros no iban a detenerlo por mucho, la velocidad de las cortas piernas de Zaykar no daban abasto para la velocidad de aquel animal.
Zaykar corrió unos 14 segundos cuando ya la bestia estaba tras él, Zaykar no lo dudo mucho, unos pocos segundo más y sería la cena de ese animal.
—Okip — Dijo mientras daba un enorme salto hacia delante para tomar impulso, la bestia saltó sobre él, pero ya Zaykar flotaba sobre su cabeza, el problema era que solo flotaba, no podía desplazarse libremente. —Xubel —dijo esta vez, extendiendo la mano dirigida hacia la bestia que se disponía a saltar una vez más para alcanzarlo, y una ráfaga de aire salió disparada de su mano, lo que provocó que se elevara por lo menos dos metros sobre el cielo. —Xubel —se apresuró a pronunciar una vez más y lo mantuvo hasta que salió del bosque lo cual le tomo menos de dos minutos con la velocidad que había adquirido. Por la velocidad Zaykar llego hasta el patio oeste de la casa, la bestia de ojos amarillo instintivamente dejo de perseguirlo al llegar a ese lugar y se alejó rápidamente de allí —xubel — dijo en voz baja lanzando unas pequeñas ráfagas de aire controladas para llegar al patio este e ingresar por la cocina, por alguna razón en el patio oeste habías guardias y en el patio este no, cuando estuvo cerca de la puerta de la cocina lanzo una ráfaga de viento controlada hacia arriba utilizando el mismo hechizo, cuando hubo tocado el suelo dijo —disipar —y solo entonces dejo dejó de flotar.
Se dirigió a su habitación y cuando allí estuvo se sacó la ropa, las cuales se había llenado de polvo por haber andado en el bosque, lanzo al armario en un pequeño sesto destinado a la ropa sucia, se vistió con la piyama color vino, mando al gólem al armario, Zea se despertó al sentir que su acolchado gólem se iba ido su lado —. Disipar —dijo Zaykar deshaciendo el hechizo del gólem el cual se volvió solo un montón de ropa que se debía organizar, lo cual Zaykar no iba a hacer.
—¿Y mi chocolate?
—Dije que te lo daré mañana, ahora échate a un lado y déjame dormir —Zaykar estaba un poco abrumado, por dos cosas, por la bestia que lo estaba persiguiendo y porque su entrenamiento de aquella noche no había dado frutos.
Unos guardias habían visto al joven Zaykar salir e ingresar al castillo, lo habían perseguido en todo momento, con ellos iba Nemirs el cual había impedido cualquier intento de ayudar al pequeño príncipe.
—No le digan nada a la princesa Xarel, le daría un infarto saber esto —. Dijo Nemirs retirándose a su aposento.
La noche paso, Zaykar dormía plácidamente junto a su pequeña hermanita, Nemirs ya estaba listo para iniciar el día, eran las 6:30 de la mañana el sol ya había salido, he iluminaba todo rincón de la casa que no estuviera cubierto.
—¡Por favor! mi señor, aun no es hora de levantar al joven Zaykar, ni a la pequeña Zea —. Dijo una doncella impidiendo el paso de Nemirs.
—La pequeña Zea puede seguir durmiendo, pero los hombres debemos estar de pie en las primeras horas del día, ya es hora de que el pequeño Zay aprenda eso —. Contesto Nemirs haciendo a un lado a la doncella, entro a la habitación y abrió las cortinas —buen día dormilón, que cosa aquí está la pequeña Zea, porque no me dijiste no habría abierto las cortinas.
—Pero si le dije señor —Replico la doncella.
—Zay debes dejar de dormir con Zea, los hombres dormimos solos o con otros hombres hasta que nos casamos —Dijo Nemirs al soñoliento Zaykar que se tapaba la cara con las sábanas evitando la luz.
—No es decisión tuya abuelito, ninguna otra niña me quitara a mi manito —Replico Zea toda enérgica abrazándose de Zaykar.
—Sigue soñando —Dijo Nemirs casi inaudible —. Vamos párense ambos de ahí —Nemirs halo las sábanas con la que Zaykar y Zea se cubrían, descubriendo a ambos, Zaykar se levantó de mala gana y mientras que Zea se levantó con pilas nuevas con más de 150MWh para gastar.
—Recuerda que me debes Zay —Zea saliendo, corriendo de habitación mientras la doncella le cae atrás.
—¿Te sientes bien? —Pregunta Nemirs
—Estoy bien, solo con un poco de sueño.
—Pero si dormiste 12 largas horas, desde las 18 hasta 6.
—Estuve despierto durante la madrugada —contesto Zaykar sin dar detalles.
—Bueno tendrás que levantarte de todas formas, no perderemos un día por tu imprudencia, vamos al baño y a alistarte —. Zaykar se levanta de mala gana y luego de ir al baño y cambiarse fue al puesto de entramiento sus ojos se veían apagados, no tenían energía.
Nemirs sin decir nada le lanzo una espada de madera, esta cayó al suelo, no tuvo los reflejos suficientes para atraparla, la recogió y en el momento que tuvo en su mano su abuelo se abalanzo hacia él y como si clavara una espada real en su pecho acertó un golpe en su pecho con la fuerza suficiente como para que doliera, pero no con tanta fuerza como para dejarle una herida.
—Estas muerto —, aseguro —de nuevo —. Insistió, mientras Zaykar aún se agarraba el pecho por el dolor, quería escapar de aquella espeluznante experiencia, pero le resultaba imposible ¿Quién podía darle frente a este viejo milenario? Se irguió levantó su espada y apenas lo hizo Nemirs ya había levantado su espada para acertar un golpe en su cabeza, que, si fuera una espada de hierro seguro abriría su cráneo sin dudar, el miedo al dolor que sentiría si recibiera ese golpe provoco que de alguna manera aguantara el golpe con la hoja, la presión del golpe provoco que sus rodillas se doblaran, Nemirs rio, levanto la espada y le dio la espalda —. Bien —Zaykar le dio muchas vueltas, pensó cientos de veces en un segundo atacarlo por la espalda, pero solo le basto pensar una vez lo que pudiera hacerle si hacia eso para eliminar esas ideas.
—Abuelo por favor, prometo dormir bien el día de hoy, dejemos este entrenamiento para des… —volvió atacar de improvisto dándole un golpe en la costilla con lo que se suponía era el filo de la espada de madera.
—¿Has visto esos entramientos estúpidos de guardias chocando hojas? Son estúpidos porque haciendo eso no aprenden nada, lo que te estoy lanzando son golpes con fuerza reducida para no causarte ninguna fractura, espero que tu cuerpo se vuelva a normalizar y vuelvo atacar, tu deber es detectar cuando ataco y bloquear el golpe, si no bloqueas estos ataques, cuando lo hagan con una espada real, estas muerto ¡Vamos! —tomo poción de combate y esta vez espero que Zaykar se posicionara. En ese momento entendió que no importaba cuantas veces le pidiera que lo dejara descansar no lo haría.
Nemirs ataco, golpeo su brazo, sus piernas, su rostro. Zaykar bloqueo, cayó al suelo, una estocada fue dirigida a su abdomen, rodo por el suelo, se levantó, Nemirs golpeo sus costillas otra vez, Zaykar bloqueo un ataque dirigido a su rostro. Nemirs paro.
—Has muerto muchas veces hoy, mmm, —vibro sus labios —espero que hoy hayas aprendido que debes descansar bien y que tu asesino no esperara que estes descansado para atacarte, al contrario, estará feliz de aprovecharse de tu cansancio —. Dejo la espada en un reposadero especialmente para estas y dejo a Zaykar solo —descansa.
Xarel había estado observando desde las ventanas del segundo piso y no estaba feliz, pero no había nada que pudiera decirle a su suegro y le aterraba la idea de que igual quería llevarse a su hijo a vivir con él. «Por esto tendrá que pasar si ese demonio se lo lleva», se aterro, pero luego pensó en la realidad. «Tal vez es mejor que reciba esas palizas de su abuelo a que este muerto»
Zaykar se encontraba descansando en el puesto de entrenamiento. A causa de su desvelo de la noche anterior no estaba rindiendo como es debido en el entrenamiento, aunque probablemente ese haya sido el punto. «Seguro quería que aprendiera a pelear estando cansado», penso Zaykar. Su guarda espalda no estaba, por orden de Nemirs este los había dejado solos y Nemirs dejo a Zaykar descansando mientras este hacía quien sabe que cosa.
—¿Me enseñas a hacer magia? —Dijo una niña sin previo aviso, interrumpiendo el descaso del joven Zaykar, esta niña era pequeña, apenas superaba el metro y por su manera de hablar era obvio que era más joven que Zaykar.
—Si supiera con mucho gusto, pero como no sé, lo siento —respondió Zaykar tratando de evitarla, como Zaykar había crecido encerrado en las paredes del castillo, solo socializaba con los maestros, su hermana y las raras veces que se juntaba con familiares como los primos, la poca interacción con niños de su edad lo volvía un poco distante.
—Todo el mundo sabe que sabe usar magia, mi papá no puede pagarme un maestro por eso te pido que me enseñes.
—Es imposible que todo el mundo sepa que se algo que no sé —responde Zaykar con aire de confianza.
—Todos los guardias saben que sales de noche a practicar, cuando estabas en el castillo tú papá lo dejaba pasar, pero mi papá siempre te vigila y aquí es tú abuelo que no permite que los guardias intervengan cuando estás practicando y mi papá hace un buen trabajo, por cierto —. Zaykar se quedó en silencio, siempre pensó que era muy sigiloso, pero apenas se daba cuenta que siempre estaba siendo vigilado.
—Apuesto que no debías contarme eso —la niña se quedó cayada, el silencio afirmaba que no sabía guardar secretos.
—Eres hija de Losly Kolter —afirmo Zaykar.
—Sí, mi nombre es Haira —confirmo orgullosa.
—No sé mucho de magia, a mí tampoco me pagan maestro de magia, lo poco que sé lo he aprendo de libros —advirtió Zaykar.
—Yo no tengo libros —contra resto Haira.
—Pero ¿Sabes leer? —Pregunto con miedo de recibir una respuesta negativa.
—Sí, mi papá me enseño —afirmo Haira.
—Bien pues te puedo prestar algunos libros —Zaykar, pensó unos segundos lo que diría a continuación, ya que dudo, pero lo dijo al fin —mejor aún, te puedo prestar esto —dijo sacando una medalla de oro puro que contenía el símbolo de la biblioteca y el escudo de la corona —con esto podrás salir y entrar a la biblioteca de la casa y el castillo, hasta podrás tomar libros prestados.
—No puedo tomar eso, pensaran que me lo robe —declino Haria
—¿Y porque harían eso? SI piensan eso, que me pregunten directamente.
—Así son, si te ven con algo de mucho valor que no puedes comprar, enseguida dicen que es robado.
—Si eres así de pesimista sí que van a creer que robaste algo —. Zaykar se levantó sintiendo todos los ramplimazos que le habían dado en un solo, se retorció mentalmente por el dolor, pero no dio a demostrar que le dolía exceptuando un gesto involuntario que realizo con su rostro. —Ven que te llevo.
Zaykar entro con Haira a la mansión, irían a la biblioteca, esta se encontraba en el lado oeste de la casa, literalmente el lado opuesto a donde estaban, contrario totalmente a la cocina que se encontraba en el lado este. Los sirvientes veían con extrañeza que el príncipe estuviera andando con otra pequeña que no sea su hermana, pero no se atrevían a preguntar.
Llegaron a la puerta de la biblioteca, Haira dudo entrar, pero Zaykar la llevo de la mano.
—Señora Michal, como se siente en esta hermosa mañana —. Saludo enérgico Zaykar a la bibliotecaria.
—Tarde joven príncipe —, corrigió Michal, —y está hermosa tarde estoy de maravilla.
«¿Tarde? Tanto tiempo tengo recostado en el puesto de entrenamiento», pensó Zaykar aterrado, no por el tiempo que paso allí, sino pensando que tan mal lo había dejado su abuelo —. No sentí el paso del tiempo —contesto —. Bueno, vine hablar seriamente sobre algo.
—Diga joven príncipe —contesto Michal tomando una posición adecuada a las palabras del príncipe.
—Quiero solicitar una medalla para esta niña para que pueda tener acceso a las bibliotecas privadas.
—Mi príncipe, eso no es algo que pueda otorgar, eso lo maneja la administración y se necesita un sello real para ser aprobado —. Zaykar la miro con disgusto, esas cosas solo le parecían escusas, pero iniciar una discusión con Michal seguro no lo pondrían en una buena posición si Xarel se enteraba que el príncipe había iniciado un conflicto con la servidumbre, respiro profundo y busco una alternativa más inteligente.
—Para qué sirve mi título si no puedo manejar pequeñeces como estas, cuando vuelva tendré una conversación con el tío Danqer —. Dijo para demostrar su incomodidad, —esto es lo que pasará, ella se quedará con mi medallón teniéndolo podrá ingresar, leer y tomar prestado lo que desee, en mi caso nunca he tenido que mostrar ninguna identificación para entrar a ningún lugar oficial de la corona especialmente las bibliotecas privadas y en caso de que la necesite creo que no me negarían un repuesto ¿O sí? —La bibliotecaria sonríe al ver la manera en que maneja la situación, obviamente le pareció mejor que no le dijera que dejará su medallón a la niña ya que ahora tendría que informarlo, pero aun así le pareció que actuó de manera sensata.
—Claro que no le negaré un repuesto mi príncipe.
—Ves Haira, caso resuelto —Zaykar le pasa el medallón, Haira sonríe presionando el medallón contra su pecho —me voy a mi cuarto que tengo bastante sueño.
—¡Adiós! —Se despide Haira de manera enérgica mientras Zaykar sale de la biblioteca —. Con permiso —entra de manera apresurada a la biblioteca mientras Michal hace un esfuerzo por soportar su entrada alborotada. «Lo dejaré pasar por hoy», piensa Michal.