La batalla se intensifica en los cielos oscuros y turbulentos. Dextera Dei, el Heraldo de la Venganza, flota en medio de una tormenta cósmica que refleja el caos de su alma transformada. Frente a él, una alianza terrorífica se forma: Azathoth, el rey loco del caos; Hastur, el Rey Amarillo; Tsathoggua, la entidad perezosa y primitiva; Kthanid, el reflejo luminoso de Cthulhu; Byatis, el Devorador de Almas; Cthugha, la entidad de fuego estelar; y Ghatanothoa, el Primigenio petrificador.Todos atacan al mismo tiempo, una embestida conjunta que amenaza con borrar a Dextera Dei de la existencia misma.Azathoth, el corazón del caos y el poder incontrolable del universo, es el primero en atacar. El cielo se distorsiona, las estrellas desaparecen, y la realidad misma comienza a descomponerse. Dextera Dei apenas tiene tiempo para reaccionar antes de que Azathoth intente absorberlo en su torbellino de locura y destrucción.Pero Dextera, con sus alas de fuego carmesí, se lanza hacia adelante, sus Mil Cadenas de la Justicia brillan como soles en medio de la oscuridad. Las cadenas se disparan hacia Azathoth, envueltas en luz divina, intentando envolver a este Primigenio en un torbellino de energía purificadora. Las cadenas golpean la masa informe de Azathoth, aunque el Primigenio se retuerce y emite gritos cósmicos. Dextera, usando todo su poder, se mantiene firme, equilibrando el caos que amenaza con desintegrarlo.Antes de que Dextera pueda vencer por completo la locura de Azathoth, Hastur se lanza contra él. La forma amarilla y grotesca del Rey se expande, llenando el cielo con tentáculos que distorsionan la realidad y el tiempo. Cada toque de Hastur descompone la materia a su alrededor, y Dextera se encuentra atrapado en un mundo de pesadillas y visiones retorcidas.Pero Dextera Dei no se deja consumir. Con un rugido, usa la Espada de la Venganza, liberando un destello carmesí que corta a través de las ilusiones y el caos de Hastur. Los tentáculos del Rey Amarillo son cortados de un solo tajo, y Dextera se lanza hacia él, clavando su espadón en el pecho del Primigenio, dispersando su energía corrupta.Tsathoggua y Kthanid lo atacan al unísono. Tsathoggua, con su cuerpo perezoso y gigantesco, lanza sombras y corrupción desde las profundidades, mientras que Kthanid, el Primigenio de luz dorada, busca equilibrar la balanza de poder. Dextera se ve atrapado entre la oscuridad primordial de Tsathoggua y la luz cegadora de Kthanid, ambos Primigenios intentando desgarrar su cuerpo y su alma.Pero Dextera no vacila. Llama de nuevo a sus Mil Cadenas de la Justicia, que se disparan en todas direcciones. Unas se entrelazan alrededor de Tsathoggua, apretando con tal fuerza que su piel oscura comienza a romperse, mientras otras se lanzan hacia Kthanid, envolviéndolo en un torbellino de luz divina que contrarresta su brillo dorado.Con un movimiento devastador, Dextera separa a Kthanid y Tsathoggua con su espadón, destruyendo sus formas físicasPero Byatis, el reptiliano Devorador de Almas, se abalanza sobre Dextera con la furia de un depredador, intentando absorber su esencia. La boca colosal de Byatis se abre, y una ráfaga de energía oscura se lanza hacia Dextera Dei, buscando devorarlo en cuerpo y espíritu.Dextera, con un solo movimiento, clava su espada en el suelo celestial, liberando un impacto de luz carmesí que choca contra el ataque de Byatis. Las sombras que lo rodean se desintegran, y Byatis retrocede, gritando en agonía. Sin dudarlo, Dextera Dei lanza sus cadenas doradas hacia Byatis, envolviéndolo por completo y comprimiendo su cuerpo hasta que estalla en mil pedazos de oscuridad dispersa.Justo cuando parece que la victoria está cerca, Cthugha, el ser de fuego estelar, ataca. Una lluvia de llamas cósmicas cae sobre Dextera Dei, quemando todo a su paso. Las temperaturas alcanzan niveles insoportables, pero Dextera, envuelto en su armadura negra como la noche, avanza a través de las llamas con sus alas de fuego carmesí ardiendo aún más intensamente.Cthugha lo envuelve en una tormenta de fuego, pero Dextera, levantando su espadón gigante, lo lanza directamente contra el núcleo de Cthugha, desintegrando al Primigenio en una explosión estelar.Finalmente, cuando la batalla parece haber alcanzado su clímax, el colosal Ghatanothoa, el Primigenio petrificador, emerge. Su presencia causa que todo a su alrededor se convierta en piedra. Dextera Dei siente su cuerpo endurecerse lentamente, pero su voluntad de hierro lo mantiene en movimiento. Con una fuerza sobrehumana, lucha contra el poder petrificador de Ghatanothoa, levantando su espada una vez más.Las Mil Cadenas de la Justicia se lanzan contra Ghatanothoa, envolviéndolo y tirando de él hacia el suelo celestial. A medida que Dextera Dei se acerca, las cadenas se tensan, y con un golpe final de su espadón, Ghatanothoa es partido en dos.