Dextera Dei no se detiene. Sus ojos brillan con la furia implacable de la justicia divina, y su cuerpo, cubierto en llamas carmesí y cicatrices, se mueve con una velocidad devastadora. Sin previo aviso, sin que los mismos Primigenios puedan reaccionar, Dextera arremete simultáneamente contra Kthanid, Yig, y el omnipresente Yog-Sothoth.La Ira de KthanidKthanid, el hermano de Cthulhu, es un ser de inmenso poder cósmico, cuya apariencia brillante y ojos dorados emiten una luz cegadora. Su existencia es una paradoja, una fuerza de balance entre los horrores del cosmos. Pero incluso Kthanid, con su sabiduría profunda y poder abismal, no anticipa la furia que desata Dextera Dei.Dextera se lanza hacia él, cortando el aire con su espadón de tres metros. Kthanid, en un intento por defenderse, lanza rayos de energía pura, destellos dorados que podrían vaporizar montañas. Pero Dextera Dei esquiva cada uno con movimientos ágiles, sus alas de fuego carmesí le dan la velocidad y la maniobrabilidad necesarias para enfrentarse a tal poder. Al alcanzar a Kthanid, Dextera deja caer su espada, atravesando la brillante coraza del Primigenio. Kthanid grita, su luz dorada comienza a fragmentarse, su esencia divina se desmorona bajo el peso de la justicia de Dextera.El Ataque de YigAntes de que pueda asestar el golpe final a Kthanid, el Primigenio Yig, el padre de las serpientes, se lanza contra Dextera Dei con una furia reptiliana. Sus colmillos gigantescos destellan con veneno, y su cuerpo serpentino envuelve a Dextera en un intento de aplastarlo. Las escamas oscuras de Yig se aprietan contra la armadura de Dextera, intentando sofocar su poder.Pero Dextera, imbuido del poder de la Trinidad, usa sus Mil Cadenas de la Justicia. Estas salen disparadas, envolviendo el cuerpo serpentino de Yig, apretando con tanta fuerza que las escamas comienzan a romperse. Dextera extiende su espada y, con un giro rápido, corta las serpientes colosales de Yig, dividiéndolo en dos. El grito de dolor de Yig llena los cielos, su veneno se esparce por todas partes, pero Dextera lo evita sin esfuerzo. Con un golpe final, el cuerpo de Yig cae desde los cielos, su esencia oscura se disuelve en la nada.El Terror de Yog-SothothPero no hay tiempo para descansar. Mientras los cielos arden y las nubes se agitan con la furia de la batalla, el terror cósmico más antiguo y omnipresente, Yog-Sothoth, hace su aparición. Este Primigenio es una entidad que trasciende el tiempo y el espacio, una masa de esferas luminosas, ojos y energía cósmica que gira en todas las direcciones. Yog-Sothoth es el todo y la nada, el pasado, presente y futuro colapsados en una sola entidad. Su poder es tan vasto que cualquier ser mortal sería destruido al verlo.Pero Dextera Dei, el Heraldo de la Venganza, no es un ser mortal. Sin vacilar, se enfrenta a Yog-Sothoth. Las Mil Cadenas de la Justicia se disparan hacia el Primigenio, intentando atraparlo en sus enredos dorados. Sin embargo, Yog-Sothoth parece intangible, como si no existiera en una sola dimensión. Las cadenas pasan a través de él, y por un momento parece que el poder de Dextera no será suficiente.Entonces, recordando el toque de la Trinidad, Dextera comprende. Yog-Sothoth no puede ser derrotado con fuerza bruta. Con su mente ahora expandida por el conocimiento divino, Dextera cierra los ojos, y el espadón que lleva comienza a brillar con un poder más allá del entendimiento. Se lanza directamente hacia el centro de la entidad, ignorando los ataques que distorsionan el espacio y la realidad a su alrededor. El espadón atraviesa el núcleo de Yog-Sothoth, un punto que solo Dextera, con su nueva sabiduría, puede percibir.En un grito de pura energía cósmica, Yog-Sothoth comienza a desintegrarse, sus esferas luminosas explotan en todas direcciones, pero Dextera Dei sigue firme. El Primigenio, que trasciende el tiempo mismo, es finalmente destruido en el presente, una paradoja cósmica que se deshace ante la espada de Dextera.