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Chapter 3 - Capítulo 2: Transportado a otro mundo.

Juske una vez que había sido transportado a este nuevo mundo paralelo... Él había pasado por muchas cosas.

Una de ellas fue, que el portal lo había dejado en una cueva oscura y húmeda... Alrededor suyo se notaba el musgo decorado en las paredes rocosas de aquella cueva oscura. 

Las gotas que caían del techo de la oscura cueva rezonaban sobre los charcos de agua en el suelo.

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Juske con una presión ambiental decide salir de ahí inmediatamente... En su camino por la salida de la cueva logra dar con una luz al fondo del túnel. A menudo que avanzaba la luz se volvía más intensa ante sus ojos.

Juske tranquilamente logra tomar el hermoso aire fresco de la naturaleza.

("Juske"): — "Esto es el otro mundo por fin".

Dijo el chico alegremente, con mucha emoción y felicidad se puso a corretear por todo el lugar.

El nuevo mundo para él era un lugar el cual se sentía libre. Experimentando cosas que nunca había visto.

Vio animales con apariencias muy irreales en su mundo, y muchas cosas más de lo que él no podría explicar.

Después de tanto tiempo de explorar el nuevo mundo, juske nota el sol acostarse poco a poco mientras que el lugar se oscurece.

("Juske"): — "No puede ser esta anocheciendo y aún no he encontrado un lugar en donde pasar la noche".

Dijo juske viendo el mapa que le dio kitsune con mucho recelo y preocupación. 

Por suerte un carruaje de madera descubierto por atrás pasa donde él deteniéndose. 

Un hombre mayor le ofrece subirse en su carruaje ya que estaba anocheciendo, juske con un poco de duda no le queda más que aceptar.

("Hombre mayor"): — "Oye te dejaré en una ciudad más adelante de aquí llamada Luxem. Ahí podrás quedarte".

Unos minutos después de una larga recorrida, el hombre deja a juske frente a una posada en la gran ciudad llamada Luxem. 

La ciudad en la noche se notaba muy activa por sus habitantes enérgicos y felices.

Sin esperar más juske entra a la posada.... Frente a una mujer de cabello castaño y piel pálida. Lo resive con una gran y cálida bienvenida.

("Recepcionista"): — "¿Hola señor, usted va a querer una habitación?"

("Juske"): — "Así es"

("Recepcionista"): — "¿Por cuántos días exactamente?"

("Juske"): — "Con 2 días está bien".

("Recepcionista"): — "Bien. Son 2 monedas de bronce por favor".

El chico procede a abrir la bolsa qué está en su cintura para sacar 2 monedas.

("Juske"): — "¡Muchísimas gracias"

Juske le da las gracias fuertemente con una reverencia como suele hacer en Japón.

("Recepcionista"): — "Esta bien no hay de qué. ¿Pero por qué haces eso?".

Juske sube a la escalera sin más que decir.

El sol de la mañana ilumina la pequeña habitación de Juske en la posada de Luxem, bañándose con un brillo dorado que resalta las paredes de madera y los escasos muebles. 

Al despertar, el joven siente una mezcla de emoción y ansiedad. Hoy comienza oficialmente su viaje en este mundo nuevo, lleno de oportunidades y desafíos.

Recuerda el consejo de su hermana Kitsune antes de que activara el portal que lo trajo aquí. 

Kitsune le advirtió sobre la importancia de encajar en este mundo y evitar llamar demasiado la atención, especialmente con la Máscara Carmesí, un objeto cuya energía poderosa podría despertar la codicia y el temor de aquellos que lo rodean.

("Juske"): — "No la uses a menos que sea necesario", me dijiste. Espero que tengas razón, Kitsune.

Después de vestirse y asegurar la máscara en su pecho, oculta bajo su ropa, Juske decide salir a explorar la ciudad y aprender más sobre cómo funcionan las cosas aquí. 

Luxem, la ciudad en la que llegó, es conocida como "la ciudad de la luz", famosa por sus canales y por el brillo de sus edificios blancos y azules que reflejan el sol como espejos. 

A medida que avanza, el bullicio de las calles lo envuelve. Carros, comerciantes y aventureros de diferentes lugares llenan las plazas, dándole una sensación de vitalidad.

Su primer destino es la oficina de registro, donde, como Kitsune le explicó, podría obtener una identificación de viajero, lo cual es necesario para moverse libremente entre ciudades. 

La oficina es un edificio modesto en comparación con los demás, pero el ambiente en su interior es formal y ordenado. Una mujer de expresión seria lo recibe en el mostrador.

("Recepcionista"): — Bienvenido. ¿En qué puedo ayudarte?

("Juske"): — Me gustaría obtener una tarjeta de identificación de viajero.

La mujer lo observa con atención, tomando nota de sus ropas y su acento extraño.

("Recepcionista"): — Muy bien. Rellena este formulario y responde las preguntas. ¿Tu lugar de origen?

Juske se queda en silencio por un momento. No puede decir "Tokio", ya que levantaría sospechas. Decide inventar algo rápidamente.

("Juske"): — Vengo de un pequeño poblado al este, llamado Tashiro.

La recepcionista lo mira con cierta desconfianza, pero finalmente asiente.

("Recepcionista"): — Bien. Tu tarjeta estará lista en una hora. 

— Te recomiendo que explores el centro mientras esperas. También deberías visitar el gremio de aventureros si planeas ganar dinero y aceptar misiones.

Una vez que obtiene su tarjeta de identificación, Juske sigue el consejo de la recepcionista y se dirige al gremio. Es un edificio imponente, con una gran fachada decorada con escudos y emblemas de antiguos aventureros.

 Al cruzar las puertas, se encuentra en un salón amplio y lleno de vida, donde el murmullo de las conversaciones se mezcla con el sonido de las armas y el equipo de los aventureros que van y vienen.

Una gran pizarra en la pared principal muestra misiones de diferentes rangos, desde las más sencillas de rango F hasta las peligrosas de rango A. 

Justo al lado de la pizarra, hay un mostrador atendido por un hombre robusto y serio. Juske se acerca con cautela.

("Encargado del Gremio"): — ¿Primerizo, eh? ¿Qué buscas, chico?

("Juske"): — Sí, es mi primera vez aquí. Me gustaría saber cómo funcionan las misiones… y cómo podría empezar.

El encargado asiente y le explica el sistema de rangos. Todos los aventureros comienzan en el rango F y deben completar misiones para ganar puntos y subir de categoría. 

Le señala algunas misiones de rango F que están disponibles en la pizarra, la mayoría consisten en tareas menores como recolectar hierbas o ahuyentar animales problemáticos.

("Encargado del Gremio"): — No esperes gloria en tu primer trabajo. Todos empiezan con las tareas básicas. Si tienes paciencia y eres constante, podrías ganarte un lugar aquí. Así que elige una misión y no nos hagas perder el tiempo.

Juske revisa las misiones disponibles y, finalmente, selecciona una: recuperar una piedra preciosa robada por bandidos locales. 

No es una tarea fácil para un novato, pero su instinto le dice que necesita empezar con algo más desafiante. Además, siente que su verdadera prueba no es la misión en sí, sino aprender a controlar sus impulsos y resistir el poder de la máscara que lleva oculta.

Con la misión aceptada, Juske agradeció al encargado del gremio y se prepara para partir. A medida que sale del edificio, observa cómo los aventureros lo miran de reojo, algunos con curiosidad, otros con desdén. 

Él no se inmuta. Este es solo el inicio, y sabe que debe probarse a sí mismo para abrirse camino en este mundo extraño.

Mientras se dirige hacia la salida de la ciudad, listo para enfrentar a los bandidos y recuperar la piedra preciosa, una voz resuena en su mente.

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El aire en la cueva era denso, impregnado de humedad y de un silencio que parecía anticipar lo que estaba por ocurrir. 

Juske avanzó con pasos firmes, manteniendo su espada corta lista en las manos. Los bandidos no tardaron en aparecer, emergiendo de las sombras como serpientes, sus risas bajas llenando el espacio vacío.

("Bandido 1"), con una sonrisa burlona: — Vaya, vaya… ¿qué tenemos aquí? Un chico solo buscando problemas. ¿Qué quieres, novato?

("Bandido 2"): —¡ Es el fin del camino para ti, amigo! Nos vas a dar problemas por nada.

Juske no dijo una palabra. Su mirada fija en ellos, evaluando los movimientos. Sabía que, si no actuaba rápido, los bandidos lo rodearon y sería un blanco fácil.

El bandido más grande, armado con un garrote de hierro, fue el primero en moverse. Con un rugido, giró su brazo hacia Juske, buscando golpearlo en la cabeza. 

Juske se inclinó hacia un lado justo a tiempo, dejando que el garrote pasara a su lado, rozando su mejilla. El sonido del hierro chocando contra el aire resonó en su oído. Sin perder el ritmo, dio un paso hacia adelante.

("Juske"): — Esto no será fácil para ustedes.

Con un rápido movimiento, Juske se desplazó hacia el lado de su oponente y, usando la espada con destreza, hizo un corte en diagonal hacia la pierna del bandido, que gruñó de dolor mientras caía hacia atrás. La sangre comenzó a manar de la herida, pero el bandido aún intentaba mantenerse en pie, apretando los dientes.

("Bandido 1"): — ¡Maldito! ¡Te voy a partir en dos!

El bandido con el garrote, furioso, intenta golpear a Juske nuevamente, esta vez con un golpe más amplio, buscando atraparlo en un solo movimiento.

 Juske, sin dudar, se agachó justo antes de que el garrote pasara por encima de su cabeza. Aprovechó la apertura para rodar hacia el bandido y, con un movimiento preciso, cortó la muñeca del bandido grande, haciendo que el garrote cayera al suelo con un estruendo.

El bandido con la barba, viendo que su compañero había sido herido, sacó un cuchillo y se lanzó hacia Juske, intentando apuñalarlo en el abdomen. Juske, con agilidad, se apartó rápidamente, usando la empuñadura de su espada para bloquear el cuchillo y empujando el brazo del bandido hacia atrás.

("Bandido 2"): — ¡Te mataré, hijo de perra!

Con un giro rápido, Juske se adelantó y desarmó al bandido de un solo golpe. El cuchillo cayó al suelo y, en un rápido contraataque, Juske lo empujó hacia la pared de la cueva, dejándolo aturdido.

El bandido grande, aún sufriendo por la herida en su pierna, intentó levantarse, pero Juske no le dio tiempo. Con un movimiento decidido, dio un paso hacia él y lo golpeó con el puño de la empuñadura de su espada, derribándolo por completo.

("Juske"): — Díganme dónde está la piedra, y este sufrimiento se detiene ahora.

("Juske"): — ("Sone muy exgaredado con eso").

El bandido de la barba, con la cara pálida y el sudor cayendo por su frente, levantó las manos en señal de rendición.

("Bandido 2"): — ¡Te la damos, te la damos! ¡Basta! ¡Por favor, basta!

Con un suspiro de alivio, Juske dejó caer la espada a su costado. El bandido, con una expresión de desesperación, sacó una pequeña bolsa de su cinturón y la lanzó hacia Juske. La bolsa, que brillaba levemente, contenía la piedra preciosa robada.

Juske la recogió sin tomar los ojos del bandido. Sin decir palabra, guardó la piedra en su saco. Los bandidos, viendo que no había más que hacer, permanecieron en el suelo, incapaces de moverse. 

El aire se volvió pesado, y la sensación de la Máscara Carmesí en su pecho le recordó que aún no era momento de relajar la guardia.

("Juske"): — Que aprendan la lección.

Sin mirar atrás, Juske salió de la cueva, la piedra segura en su saco. A pesar de su victoria.

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Después de entregar la piedra preciosa en el gremio y recibir su recompensa, Juske decide explorar más el lugar. El gremio está lleno de aventureros de todas las edades, algunos con armaduras brillantes y armas imponentes, mientras otros parecen tan novatos como él.

 El bullicio y la energía del gremio lo envuelven; muchos aventureros se reúnen alrededor de una gran pizarra llena de misiones de todos los rangos, desde F hasta A. 

Observando cómo la gente se organiza, Juske empieza a entender que su camino en este mundo no será fácil.

Un aventurero mayor, de cabello canoso y ojos astutos, se le acerca. Tiene una cicatriz en la mejilla y una expresión de curiosidad en su rostro.

("Aventurero Mayor"): — ¿Primera misión, eh? Te vi regresar. No es común que los novatos vuelvan tan rápido, y mucho menos sin heridas. ¿Quién eres, chico?

("Juske"): — Me llamo Juske. Sí, fue mi primera misión, pero… bueno, digamos que he tenido algo de práctica.

("Aventurero Mayor"): — Práctica, dices. No pareces el típico chico de ciudad. ¿De dónde vienes?

("Juske"): — Digamos que de muy, muy lejos. Y estoy buscando respuestas. Este mundo es… diferente al mío, y creo que solo aprendiendo de él podré encontrar lo que necesito.

El aventurero mayor lo observa detenidamente, como si tratara de descifrar un secreto en los ojos de Juske.

("Aventurero Mayor"): — No suenas como un muchacho cualquiera. Bueno, supongo que con el tiempo descubrirás que en este mundo hay peligros que van mucho más allá de los bandidos. Cuídate, Juske.

Juske asiente, agradecido por el consejo, y el aventurero se retira, perdiéndose entre la multitud. Juske siente que aún no ha terminado su día y se dirige al tablón de misiones, donde revisa una vez más las opciones disponibles.

Mientras busca, nota que una joven se le aproxima. Tiene un cabello largo y oscuro que cae en una trenza y un par de ojos verdes que lo observan con curiosidad.

("Joven Aventura"): — Oye, ¿tú eres el chico que acaba de completar la misión de los bandidos, verdad? Me llamo Kaori.

("Juske"): — Sí, soy yo. Un gusto, Kaori.

("Kaori"): — Escuché que la completaste tú solo. ¿Qué te parece trabajar en equipo en la próxima? Podría ayudarte a escalar de rango más rápido, y no es que me vendría mal alguien más para una misión de rango E.

Juske reflexiona por un momento. No esperaba que alguien le ofreciera formar un equipo tan rápido, pero la idea de aprender de alguien con más experiencia le atrae. Además, si quiere comprender este mundo, lo mejor sería conocer más gente.

("Juske"): — Suena bien, Kaori. Justo estaba buscando algo un poco más desafiante.

("Kaori"): — Perfecto. Ven conmigo; conozco un lugar donde sirven una sopa increíble. Podemos revisar los detalles de la misión mientras comemos.

Los dos salen del gremio y se dirigen a una taberna cercana. Kaori le explica que la misión de rango E consiste en eliminar a unas criaturas llamadas "neblinos" que han estado atacando a los viajeros en el bosque cercano a la ciudad. Aparentemente, estas criaturas suelen moverse en grupos y generan una especie de niebla tóxica alrededor.

("Kaori"): — Los neblinos son escurridizos y peligrosos si no tienes cuidado. Son expertos en camuflaje y usan la niebla para cegar a sus presas antes de atacar. Así que, si no tienes experiencia enfrentándolos, no bajes la guardia.

("Juske"): — Lo entiendo. ¿Algún consejo adicional?

("Kaori"): — Sí, mantente siempre atento al suelo. Los neblinos son rápidos, pero suelen dejar rastros de humedad o limo. Y si en algún momento sientes que el aire se vuelve denso, como si faltara oxígeno, sal de la niebla de inmediato.

Juske asiente, impresionado por el conocimiento de Kaori. A medida que conversan, comienza a comprender que cada misión no solo es un reto físico, sino también una prueba de estrategia y conocimiento. Terminan de planificar y acuerdan partir al amanecer.

Al día siguiente

Juske y Kaori parten hacia el bosque. Al llegar, el ambiente es húmedo y fresco, y el silencio les da una señal de que los neblinos podrían estar cerca. Caminan en silencio, escudriñando cada sombra y cada árbol.

De repente, una espesa niebla comienza a formarse alrededor de ellos, cubriendo el suelo y haciendo que sea difícil ver más allá de unos pocos metros.

("Kaori"): — ¡Atento, Juske! Es su niebla. Mantén la calma y recuerda lo que te dije.

Juske siente un ligero temblor en sus manos, pero recuerda las palabras de Kaori. Sin embargo, dentro de la niebla, percibe algo más, una energía latente, como si la Máscara Carmesí respondiera al peligro.

Siente el deseo de activarla, pero lucha contra la tentación, queriendo demostrar que puede enfrentar la situación sin depender de su poder.

La primera criatura emerge de la niebla: un neblino, de cuerpo esbelto y gris, con ojos brillantes y colmillos afilados. Su respiración suena como un susurro en el viento, y su figura se mezcla con el entorno. Juske y Kaori se preparan para el combate.

("Kaori"): — ¡A la derecha, Juske! ¡Está intentando rodearnos!

Juske reacciona rápido, lanzando un ataque con su espada. El neblino lo esquiva, pero él se mantiene firme, bloqueando sus movimientos. 

Con la ayuda de Kaori, ambos logran acorralar a la criatura, que se desvanece en una nube de humo oscuro tras recibir el golpe final.

Pero antes de que puedan relajarse, otros dos neblinos aparecen, rodeándolos. Kaori lanza una serie de cuchillos arrojadizos, hiriendo a uno de ellos en la pierna. Juske, con sus reflejos agudizados, aprovecha la oportunidad y ataca de nuevo, concentrado en el objetivo.

 Finalmente, después de varios minutos de combate, ambos neblinos caen.

Agotados, pero victoriosos, Juske y Kaori se miran y sonríen.

("Kaori"): — Nada mal para un novato. Me alegra que aceptaras la misión.

("Juske"): — Gracias, Kaori. Fue... intenso. Y creo que he aprendido mucho hoy.

Ambos regresan al gremio, y Juske siente una satisfacción especial. Ha superado otro reto y empieza a ver el camino con más claridad.