La noche se desplegaba rápidamente sobre el paisaje boscoso, y el aire estaba pesado con la tensión. Wanda y Pietro Maximoff, aunque todavía jóvenes, habían crecido en poder y sabiduría bajo la guía de sus sistemas. Los ecos de la Red Queen y la White Queen llenaban sus mentes, mientras avanzaban hacia el objetivo: salvar a los padres de Tony Stark, que se encontraban en una carretera aislada en medio de un espeso bosque.
A pesar de la aparente quietud del lugar, sabían que el peligro estaba cerca. Y más que todo, un nombre resonaba en sus mentes: El Soldado del Invierno. Aunque no conocían completamente a este enemigo, sus sistemas les proporcionaban la información necesaria para saber que era un oponente formidable.
—Red Queen, ¿qué debemos hacer? —preguntó Wanda, su mirada fija en el camino solitario que se extendía por delante de ellos. La carretera parecía tranquila, pero el peligro acechaba en cada esquina.
La voz de la Red Queen resonó en sus oídos con claridad.
—El Soldado del Invierno está cerca, Wanda. Está en el área, y su misión es eliminar cualquier amenaza. Sus habilidades mejoradas lo hacen casi imparable, pero su tecnología de rastreo puede ser neutralizada. Deberán actuar rápido.
Wanda asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. A pesar de no conocer todos los detalles sobre el Soldado del Invierno, su misión era clara: salvar a los padres de Stark.
—Pietro, ¿qué sabes de él? —preguntó Wanda a su hermano, sabiendo que la White Queen tendría la misma información que la Red Queen.
Pietro sonrió con una mirada confiada y asintió.
—Sé que es peligroso. Modificado cibernéticamente, con habilidades físicas sobrehumanas. Y su rastreo es casi infalible. Pero podemos superarlo, tenemos que destruir sus dispositivos primero.
Ambos sabían que no podían perder tiempo. Red Queen intervino con una recomendación más precisa.
—Debes destruir los rastreadores antes de acercarte a los Stark, Wanda. Sus sistemas de seguridad son avanzados, y no podrán escapar si el Soldado del Invierno detecta su ubicación.
Sin pensarlo dos veces, Wanda levantó la mano y concentró toda su energía en un pulso de energía caótica. La onda que generó se expandió por la carretera y el bosque circundante, desactivando cualquier dispositivo de rastreo o vigilancia que pudiera estar cerca y destruyendo cualquier arma de fuego. Sabía que su acción solo les daría una pequeña ventaja antes de que el Soldado del Invierno pudiera reaccionar.
—Eso debería darles algo de tiempo —dijo Wanda, concentrada.
Pietro, con su usual impaciencia, ya había comenzado a moverse. Desapareció en un destello de velocidad, corriendo a lo largo de la carretera, asegurándose de que el Soldado del Invierno no tuviera acceso a ningún sistema de vigilancia.
—White Queen, ¿qué sigue? —preguntó Pietro, mientras su velocidad le permitía recorrer el área y anticipar cualquier movimiento del enemigo.
—El Soldado del Invierno ya ha sido detectado. Está cerca. Necesitan aprovechar la confusión que Wanda ha creado. Usa tu velocidad, Pietro, y ayúdala a mantenerlo ocupado hasta que puedan neutralizarlo —respondió la White Queen, con un tono calculado.
Pietro asintió, sabiendo que la clave de la victoria radicaba en su capacidad de desorientar al Soldado del Invierno, mientras Wanda gestionaba las ilusiones y distorsionaba la realidad para desorientarlo aún más. Con la sincronización perfecta de sus habilidades y los consejos de sus sistemas, el plan estaba listo para ejecutarse.
El Soldado del Invierno apareció entre los árboles, su figura oscura como una sombra. Su presencia era aterradora, pero Wanda y Pietro no se dejaron intimidar. Pietro, utilizando su velocidad sobrehumana, comenzó a moverse alrededor del Soldado, creándole un torbellino de movimientos rápidos e impredecibles.
Wanda, por su parte, comenzó a crear distorsiones en el espacio, ilusiones que desorientaban al Soldado, haciendo que fuera incapaz de predecir el próximo movimiento de los hermanos. Cada vez que intentaba atacar, se encontraba con una realidad alterada que lo confundía más.
—Manténlo ocupado un poco más, Wanda. Necesitamos desconectar sus implantes —dijo la Red Queen con urgencia.
Wanda, con un suspiro de concentración, redobló sus esfuerzos. Con un pulso de energía caótica, comenzó a manipular los sistemas cibernéticos del Soldado, buscando la fuente de energía que alimentaba sus implantes. En un instante, un estallido de energía caótica apagó los rastreadores y la mayoría de los dispositivos cibernéticos del Soldado del Invierno.
Este último, ahora sin sus mejoras, comenzó a mostrar signos de vulnerabilidad. Aunque aún mantenía su entrenamiento y habilidades físicas, ya no era la máquina de guerra casi invencible que había sido momentos antes.
Pietro aprovechó la oportunidad para acercarse y golpearlo, utilizando sus habilidades de velocidad para golpearlo en puntos débiles antes de retroceder rápidamente.
El Soldado del Invierno cayó de rodillas, pero no estaba derrotado. Sabían que debían actuar rápido.
Justo en ese momento, ambos hermanos recibieron una nueva alerta en sus sistemas.
—Misión de emergencia activada —anunció las Queen—. Los padres de Tony Stark están en grave peligro. Deben llegar a ellos inmediatamente.
Pietro y Wanda intercambiaron una mirada decidida.
—Vamos, no podemos perder más tiempo —dijo Wanda con determinación.
En un destello de velocidad, Pietro comenzó a correr en dirección al lugar donde los padres de Stark estaban siendo retenidos. Wanda, con su energía caótica a su lado, lo siguió, sabiendo que este era solo el comienzo de lo que los esperaba.
La batalla contra el Soldado del Invierno había sido solo un preludio. La misión más importante estaba por comenzar.