El camino los llevó a un terreno oscuro y desolado. El cielo estaba cubierto por nubes negras que parecían tragarse cualquier rastro de luz. El aire era denso y pesado, como si cada paso los acercara a un peligro invisible.
Selene se detuvo, levantando la mano para indicar precaución.
—Algo no está bien. Este lugar… tiene una energía extraña.
Kael abrió su grimorio, las runas brillando mientras murmuraba un hechizo de detección.
—No solo es extraño, Selene. Este lugar está saturado de magia oscura. Parece que hemos entrado en el Dominio del Abismo.
Elara miró a Kazuki, preocupada.
—¿Crees que el próximo fragmento está aquí?
Kazuki asintió lentamente.
—Lo siento. La reliquia está reaccionando a algo adelante. No tenemos otra opción que seguir.
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El Guardián del Abismo
El grupo avanzó con cautela, sus armas listas y sus sentidos alerta. Tras horas de caminar por el terreno sombrío, llegaron a una gigantesca puerta de obsidiana, decorada con intrincados grabados que parecían contar una historia de tragedia y sacrificio.
Cuando Kazuki tocó la puerta, esta se abrió con un crujido profundo, revelando un vasto salón lleno de sombras danzantes. En el centro del salón, una criatura colosal emergió de las tinieblas. Era un ser hecho de pura oscuridad, con ojos rojos que brillaban como brasas.
—Mortales —gruñó la criatura, su voz resonando como un trueno—. Soy Nyros, Guardián del Abismo. Si desean el fragmento, deben demostrar su fuerza y su voluntad de enfrentar la oscuridad dentro de ustedes.
Ren apretó los puños y dio un paso adelante.
—¿Más pruebas? Perfecto. Estoy listo.
Nyros extendió una garra y señaló al grupo.
—Esta vez no será una batalla física. Cada uno enfrentará su peor temor. Si logran superarlo, el fragmento será suyo. Si fallan… quedarán atrapados aquí para siempre.
Antes de que alguien pudiera responder, la oscuridad envolvió a cada miembro del grupo, separándolos en mundos individuales.
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Kazuki: La Culpa del Líder
Kazuki se encontró de regreso en su aldea natal, pero todo estaba en ruinas. Los gritos de su familia y amigos llenaban el aire mientras las llamas consumían las casas.
—Fallaste —susurró una voz familiar. Al girar, vio una versión más joven de sí mismo, con lágrimas en los ojos. —Prometiste protegernos, pero nos dejaste morir.
Kazuki cayó de rodillas, sintiendo el peso de la culpa aplastarlo. Pero entonces recordó a su equipo, su nueva familia.
—No puedo cambiar el pasado, pero puedo luchar por el futuro. No volveré a fallar.
La visión comenzó a desvanecerse, y Kazuki sintió una nueva fuerza crecer dentro de él.
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Selene: La Tentación de la Oscuridad
Selene se encontró en un trono de obsidiana, rodeada de personas que la adoraban. La voz de una sombra resonó en su mente.
—Podrías tener todo el poder del mundo. Serías invencible. Solo tienes que abandonar tus lazos con ellos.
Selene cerró los ojos, sintiendo la tentación recorrerla. Pero cuando pensó en Kazuki y los demás, una sonrisa apareció en su rostro.
—El poder sin propósito no es nada. Mi fuerza viene de ellos.
El trono se desmoronó, y Selene se liberó de la ilusión.
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Ren: El Peso del Fracaso
Ren fue transportado a un campo de batalla donde yacían los cuerpos de sus compañeros. La sangre cubría sus manos, y la risa de un enemigo invisible resonaba.
—Eres fuerte, pero no lo suficiente para salvarlos. Siempre serás un guerrero solitario.
Ren apretó los dientes, levantando su lanza.
—No estoy solo. No más. Ellos creen en mí, y no los defraudaré.
La escena se desvaneció, y Ren sintió que su vínculo con el grupo se fortalecía aún más.
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Elara: La Pérdida de la Esperanza
Elara caminaba por un mundo gris y sin vida, donde ninguna de sus sanaciones funcionaba. Las personas a su alrededor murmuraban palabras de desprecio.
—Tu bondad es inútil. No puedes salvar a nadie.
Elara cayó de rodillas, sintiendo el peso del fracaso. Pero entonces recordó todas las vidas que había cambiado, todos los momentos en los que su magia había hecho la diferencia.
—Incluso si fallo, seguiré intentando. Porque mi esperanza nunca se extinguirá.
El mundo gris comenzó a llenarse de color, y Elara encontró la salida.
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El Fragmento del Abismo
La oscuridad retrocedió, y el grupo se reunió nuevamente en el salón. Todos parecían cansados, pero también más determinados.
Nyros los observó en silencio antes de hablar.
—Han enfrentado sus miedos y los han superado. Son dignos de portar el fragmento del Abismo.
Con un gesto, el Guardián entregó un cristal negro que brillaba con un resplandor tenue. Kazuki lo tomó con cuidado, sintiendo la energía oscura fusionarse con los otros fragmentos.
—Gracias —dijo Kazuki, inclinando ligeramente la cabeza.
Nyros los miró una última vez antes de desaparecer.
—Recuerden: la oscuridad no es el enemigo. Lo que importa es cómo la enfrentan.
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El Camino Continúa
Dejando atrás el Dominio del Abismo, el grupo continuó su viaje. Cada uno llevaba consigo las lecciones aprendidas en sus pruebas. Aunque la advertencia de Irina seguía pesando en sus mentes, su confianza en sí mismos y en su misión era más fuerte que nunca.
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Fin del Capítulo 28.