La brújula mágica los condujo a través del desierto interminable, guiándolos hacia un oasis oculto. Cuando finalmente llegaron, el lugar era un contraste impresionante con la aridez que los había rodeado. Árboles altos con hojas plateadas se inclinaban sobre un lago cristalino, cuya superficie reflejaba el cielo nocturno como un espejo. Flores extrañas emitían un tenue brillo, llenando el aire con un aroma dulce pero desconocido.
—Esto no es un oasis común —advirtió Kael, observando cómo la brújula se iluminaba en respuesta al lugar.
Elara se arrodilló junto al lago, sumergiendo las manos en el agua fría.
—Es tan tranquilo. Parece un refugio después de todo lo que hemos pasado.
Kazuki se mantuvo alerta, su mano descansando sobre la empuñadura de su espada.
—Demasiado tranquilo. Algo no está bien aquí.
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La Bienvenida de los Perdidos
Mientras exploraban el oasis, comenzaron a notar figuras entre los árboles. Eran personas, o al menos lo parecían, con rostros indistintos y cuerpos que se desvanecían en una neblina etérea.
—¿Quiénes son? —preguntó Ren, levantando su lanza.
Una de las figuras avanzó, sus movimientos lentos y extraños.
—Somos los que vinieron antes que ustedes. Buscadores, guerreros, soñadores... todos atrapados por nuestras propias decisiones.
Selene frunció el ceño, dando un paso atrás.
—¿Qué quieren de nosotros?
—Advertirles. Este oasis es un lugar de descanso, pero también de tentación. Si se quedan demasiado tiempo, se convertirán en uno de nosotros.
El grupo intercambió miradas. Las palabras de las figuras eran inquietantes, pero también parecían ofrecer una verdad importante.
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El Secreto del Lago
Kael estudió las aguas del lago, observando cómo el reflejo no mostraba su rostro, sino fragmentos de memorias pasadas.
—Este lago no solo es un lugar de descanso. Refleja lo que cargamos en nuestro interior.
Elara se acercó, viendo en el agua imágenes de las personas que no había podido salvar.
—Es como si... reviviera nuestros fracasos.
De repente, la brújula comenzó a girar frenéticamente, y un resplandor emergió del centro del lago.
—¡Ahí está! —exclamó Ren, señalando la luz.
Pero antes de que pudieran acercarse, las figuras del oasis comenzaron a rodearlos, sus voces llenas de advertencias.
—Si toman lo que está en el lago, deberán enfrentarse a sus mayores debilidades. ¿Están preparados para el costo?
Kazuki desenvainó su espada, mirando a su equipo.
—No hemos llegado hasta aquí para dudar ahora. Si esto es lo que debemos hacer, lo enfrentaremos juntos.
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El Enfrentamiento con las Sombras
Cuando el grupo se acercó al lago, las aguas comenzaron a agitarse violentamente. De la superficie surgieron figuras hechas de agua y sombra, cada una tomando la forma de una versión distorsionada de los miembros del grupo.
—Son... nosotros mismos —dijo Selene, enfrentándose a su doble, que sostenía una daga idéntica a la suya.
Kazuki: El Líder en Duda
El reflejo de Kazuki lo atacó con furia, acusándolo de llevar a su grupo hacia la muerte.
—No eres más que un hombre roto, jugando a ser un héroe.
Kazuki se enfrentó a su doble con determinación, respondiendo con cada golpe:
—Puede que sea imperfecto, pero no abandonaré a mi equipo.
Con un último corte, derrotó a su reflejo.
Selene: La Sombra de la Traición
Selene luchó contra su reflejo, que la acusaba de ser incapaz de cambiar.
—Siempre serás una traidora, incapaz de ganarte la confianza de nadie.
Selene, llena de furia, respondió:
—No soy mi pasado. Estoy aquí para demostrar que puedo ser alguien mejor.
Al atravesar a su doble con su daga, esta se desvaneció.
Ren: La Lucha por la Lealtad
Ren enfrentó a su doble, que lo atacó con una lanza similar.
—Siempre estarás solo. Nadie luchará a tu lado cuando más lo necesites.
Ren gruñó, bloqueando los ataques.
—Ya no estoy solo. He encontrado un lugar al que pertenezco.
Con un golpe final, destruyó a su reflejo.
Elara: El Peso de las Pérdidas
Elara se enfrentó a una versión de sí misma que lloraba mientras intentaba curar a sombras que se desmoronaban en sus manos.
—Siempre fallarás. Nunca podrás salvar a todos.
Elara cerró los ojos, concentrándose en su magia.
—No puedo salvar a todos, pero puedo intentar salvar a quienes pueda.
Con un destello de luz, su reflejo se desintegró.
Kael: El Hambre de Conocimiento
Kael se enfrentó a un reflejo que sostenía un grimorio lleno de secretos oscuros.
—Sabes que lo deseas. El conocimiento absoluto está al alcance de tu mano.
Kael negó con la cabeza.
—El conocimiento sin propósito no es más que una maldición. No seré esclavo de mi ambición.
Con esas palabras, destruyó su reflejo.
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El Fragmento del Alba
Con los reflejos derrotados, la luz del lago se elevó, revelando el tercer fragmento del Alba. Kazuki lo tomó con cuidado, sintiendo cómo se fusionaba con la reliquia.
Las figuras del oasis los observaron en silencio, sus cuerpos comenzando a disiparse.
—Han pasado la prueba que nosotros no pudimos. Que encuentren aquello que buscan.
El grupo dejó el oasis, cargando con el peso de las verdades que habían enfrentado. Cada paso los acercaba más a su destino, pero también a un enfrentamiento inevitable con los misterios que rodeaban la reliquia.
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Fin del Capítulo 32.