Aquella mañana fue una muy ajetreada desde el inicio, no solo por los problemas que ocurrían en casa a los cuales él decidió no prestarles mucha atención en un principio sino también por haber tenido aquel desagradable sueño una vez más. Lincoln rara vez se preocupaba por recordar sus sueños, pues no eran tan relevantes para él, aunque en ocasiones eran tan vívidos o bien tan intensos que con facilidad podía recordarlos, siendo capaz de hablar sobre ello con sus hermanas. Pero ese sueño en particular era diferente.
Cada vez que tenía ese sueño, ocurría siempre la misma secuencia de eventos. Las mismas sensaciones, los mismos sentimientos, el mismo final abrupto de aquel sueño para despertar casi siempre a la misma hora, sintiéndose algo agitado y un poco confundido, incapaz de recuperar sus ganas de dormir y teniendo que divagar sobre muchas cosas hasta que al fin despertaran el resto de sus hermanas. Un evento que ocurría con mucha más frecuencia de lo que a Lincoln le gustaría, pero que no podía llegar a considerarse un problema. Al menos no aún.
Como sucedía la mayoría de las veces, él salía del baño viendo una fila ya frente a la puerta del mismo, sintiéndose superior por ser el primero en usar aquel santuario. Tenía su cabello un poco más largo de lo normal y nuevamente algo húmedo por ser bastante descuidado al momento de secarlo, por lo que al salir, vistiendo su pequeña playera y cubriendo sus interiores con temática de súper héroe usando su toalla, uso los dedos de su mano para estirar hacia atrás su cabello. La fresca ducha que tomó le hizo alejar de su mente aquel sueño, recuperando con ello su buen humor, por lo que después de acomodar su cabello hacia atrás, dio un paso fuera del baño y usó aquella mirada que él; y solo él, consideraba seductora, mientras su forma de caminar se volvía exagerada y sus labios pronunciaban con un acento extraño "Todo tuyo, nena", mirando a su hermana Lori, quien era la primera en la fila, para después chasquear su lengua de forma caricaturesca.
Un pequeño silencio se hizo presente en ese momento, Lincoln no sabía que sucedía, pero pudo notar en esos segundos que para él se sintieron como horas, como el rostro de su hermana mayor estaba fruncido ante el enojo, mientras el rostro de su segunda hermana mayor tenía una extraña mueca que parecía mostrar una mezcla incomoda entre tristeza y molestia. Aquello no era normal, por lo que tragando saliva de manera pesada volteo a ver el rostro del resto de sus hermanas, esperando que alguna de ellas le explicase que sucedía. Ninguna de ellas hizo nada además de mostrar un rostro compungido, y recordando cómo sus hermanas mayores parecían discutir mucho a penas un rato atrás, pensó que tenía algo que ver con eso. Tuvo la convicción para preguntar que sucedía, pero no el tiempo de hacerlo, cuando dejó atrás su postura exagerada y la cambió por una más normal, preparado para hacer su pregunta, fue interrumpido ante la sensación de como su toalla se resbalaba desde su cintura hasta sus tobillos, dejando expuesto su gracioso calzoncillo con dibujos.
Sentirse avergonzado era lo normal, especialmente viendo como ante aquello todas sus hermanas, sin excepción, se rieron de él despreocupadamente, relajando un poco el ambiente pesado que podía sentirse hasta hace un momento. Su rostro y orejas se vieron completamente enrojecidos ante la vergüenza que pasó, pero dentro de él, sentía aquello como una victoria al ver como Lori, aun riéndose de él, le dio un abrazo y le deseo un buen día, entrando en seguida al baño, mientras Leni, ya con su hermosa sonrisa de nuevo en su rostro, peinó su cabello un poco con sus manos, mientras le decía que tuviera más cuidado o se tropezaría con la toalla. La sensación de victoria causada por creer que hizo algo bien, aún cuando no sabía que era exactamente eso bien que hizo, llegó en el momento en que Luna con emoción le hizo un gesto de aprobación. Tal parece que Luan tenía razón y hacer reír a las personas era igual a hacerlas felices.
Al bajar para recibir el desayuno, Lincoln sintió aquella victoria como una muy pequeña al notar como Lori y Leni parecían estar molestas una vez más. Era algo por lo que debía preocuparse, pero no aun, primero debía ir a la escuela y sería hasta regresar a casa que podría ver la forma de poner felices a sus hermanas una vez más.
Pero no parecía que fuera a ser algo sencillo, como era costumbre para él, la hora del almuerzo no la pasaba en compañía de ninguno de sus compañeros de clase, pues incluso en la escuela él pasaba la mayor parte del tiempo en compañía de sus hermanas. Y ese día en particular fue diferente. Notó de inmediato como es que en la mesa del comedor escolar en la que solían comer los Loud, estaban solo una parte de los miembros. Leni, quien mostraba una conducta bastante preocupante, cosa que no le sorprendió al pequeño peliblanco, Luan, quien no parecía muy atenta a lo que sucedía, y su inseparable gemela, quien parecía estar ahí más que nada esperando por él. Pero el resto de sus hermanas estaban ausentes. Antes de mirar a su alrededor, decidió preguntarle a su hermana de blancos cabellos, quien con cierta preocupación le explicó lo que sucedía. Aquellas discusiones incidentales y muy ocasionales habían comenzado a escalar recientemente y, por alguna razón que no le quedo muy clara a Lincoln, esa mañana las cosas escalaron mucho.
Decir que Lincoln estaba sorprendido era poco, pues no podía imaginarse a Lori, la mayor de sus hermanas y la que más se preocupaba por cuidarlos, tener una pelea con alguno de ellos, especialmente con Leni a quien muchos consideraban la hermana favorita. Con apuro, volteó en la dirección que su gemela le señaló, sintiéndose más tranquilo al ver como Lori estaba sentada en compañía de Luna y de Lenna. Era extraño ver a sus hermanas separadas, y también lo era verlas sin compañía en la hora del almuerzo, compañía ajena a la familia, claro está. Pero eso era lo de menos, Lincoln debía intervenir, aunque no podía darse una idea de cómo es que lo conseguiría, su gemela no le dio demasiados detalles sobre lo ocurrido y Luan, siendo tan peculiar como era, parecía que no estaba muy interesada en aquella discusión, disponiéndose a hacer algunos chistes relacionados que si bien le parecían graciosos a Lincoln, también le parecían algo groseros. Pero podría investigar en otro momento, mas tarde o quizá de regreso a casa, Leni se veía algo alterada y sería prudente tratar de calmarla y hacerla sentir más cómoda antes de que montara una escena dentro de la escuela.
De regreso a casa, y tras el fuerte regaño que Rita le dio a todos por cómo se estaban comportando, Lincoln se sintió mucho mas confundido, su madre hablaba de una manera en que parecía saber que es todo lo que ocurría entre Lori y Leni, de la misma forma en que el resto de hermanas parecían saberlo, con excepción de las más pequeñas, evidentemente. Pero, ¿Por qué su madre asumió que él era parte de todo eso? Por mucho que preguntó a su gemela, ella no supo darle detalles sobre aquella presunta discusión entre las hermanas mayores. Lo único que sabía a ciencia cierta era que hubo una discusión y poco más, pero eso le hizo pensar que lo mejor sería tomar cartas en el asunto, como siempre lo hacía.
En cuanto tuvo tiempo, Lincoln caminó con firmeza hasta la habitación que Luna y Luan compartían, pues tal parece que aquella discusión llegó a tal punto que las hermanas mayores no podían verse sin comenzar a discutir. Eso era una tontería, no había forma de que alguien como Leni fuera parte de una discusión, mucho menos de que la comenzara. Lori, por otro lado, era justo el tipo de persona que iniciaría una discusión, pero nunca por nimiedades, y mucho menos con su hermana favorita. Algo mas estaba pasando y era ya una urgencia saber que estaba causando ese comportamiento en ellas.
Recordando aquel comic de estética y narrativa Noir que leyó hace algunas semanas, Lincoln se motivó a indagar en lo que ocurría, pretendiendo ser aquel detective frio y violento que resolvía los crímenes a punta de violencia. Por supuesto, él no pretendía usar la violencia, pero aun así se imaginó a sí mismo como aquel detective de enorme estatura, cubriendo la totalidad de su cuerpo en aquella gabardina de color café la cual nunca estaba abotonada, mientras su mirada resaltaba dentro de la sombra que aquel sombrero proyectaba sobre su rostro. Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y apresuró su paso hasta aquella desordenada habitación y sin anunciarse, entró tratando de verse amenazante. Fue ruidoso cuando lo hizo, por lo que las tres hermanas dentro de aquella habitación detuvieron la conversación que tenían solo para voltearlo a ver algo confundidas con lo que hacía.
—Quiero los detalles, ahora— exigió el pequeño Lincoln, levantando el sombrero imaginario que tenia puesto, para permitir a sus hermanas ver sus ojos.
—¿Qué quieres, Lincoln?— preguntó con cierta molestia la mayor de las hermanas— Estamos ocupadas, ve a jugar a otro lado.
—Alguien me dijo que tomara este caso, solo así podrá evitarse una guerra— comentó el peliblanco, una vez más perdido en su pequeño mundo y consiguiendo fastidiar a Lori.
—Hablo en serio, Lincoln. Déjanos en paz, estamos hablando de algo importante.
—Pero quiero ayudar— aclaró él, saliéndose por completo del papel detectivesco que pensaba mantener en todo momento.
—¿Ayudar con que, enano?— por alguna razón, Lenna se veía molesta, no demasiado, pero lo aparentaba.
—Si, Lincoln, esta vez no es un juego— agrego Luna, acercándose al pequeño y posando su mano sobre la cabeza de su hermanito—, ve a divertirte a otro lado.
Por mucho que a Lincoln le gustara como sus hermanas mayores lo consentían al ser el más pequeño, la molestia que le causaba el ser excluido de algunas conversaciones o actividades precisamente por esa misma razón le parecía muy frustrante. Insistió un poco más para hablar con sus hermanas, quienes no dejaron su postura y llegados a cierto punto, incluso Lori se sintió obligada a amenazar al pequeño peliblanco para alejarlo, pensando en lo necio que él, o cualquiera de sus hermanas solía ser en situaciones como esa. Lincoln salió de aquella habitación bufando y quejándose entre dientes de la forma en que lo trataban como a un niño, evitando por completo el ver que de hecho él solo es un niño. De regreso en la habitación de las mayores, donde estaba Leni, miró con atención a sus hermanas presentes, Leni seguía viéndose alterada, por lo que la prioridad seria sin dudas tratar de evitar que algo malo vuelva a suceder, pensando en cómo horas atrás hizo un pequeño desastre en la escuela a penas terminó el almuerzo. Después miro a Luan, quien con una sonrisa en su rostro leía atentamente un pequeño libro el cual le provocaba algunas risas ocasionales, pareciendo poco interesada en lo que sucedía a su alrededor, al menos de momento, pues ese libro la tenia absorta. También seguía allí su gemela, quien recostada sobre la cama de Lori, con sus extremidades bien extendidas, suspiraba con molestia seguramente ante los hechos que ocurrían, pues a pesar de lo mala que fue la explicación que dio, era obvio que tenía más conocimiento de aquella extraña pelea entre las hermanas mayores. Y… sentada en la cama de Leni, recargada sobre la cabecera de la misma, estaba también la pequeña Lucy. ¿En qué momento llegó ella?
El resto de ese día simplemente lo dedicó a consolar a su hermana mayor quien de manera contradictoria decía estar enojada con Lori, para enseguida decir que quería estar con ella. Nada para sorprenderse, Leni tenía ese tipo de conducta cuando estaba bajo algún tipo de estrés. Esa noche, después de la cena, Lincoln estaba ya decidido a saber que había sucedido, por lo que al regresar a su habitación, y antes de que su madre diera la orden de apagar las luces, habló con sus hermanas inmediatas, con quienes compartía habitación. La mayor de ellas en un extremo de la habitación haciendo de aquel lugar su pequeño espacio, mientras la menor, su gemela, dormía junto a él en la misma cama, al extremo opuesto de donde la de Lenna estaba donde también resaltaba la personalización que la peliblanca le dio a aquel espacio, siendo que a Lincoln le bastaba con tener su caja bajo la cama donde guardaba su creciente colección de comics, así como su pequeño espacio en la pared junto a la cama donde tenía pegado el poster de su héroe favorito.
La pequeña hermana mayor fue quien le dio respuesta de inmediato, pero una vez más no fue una satisfactoria, tan simple como sonaba, la respuesta era solo que Lori y Leni habían peleado. ¿Cuál era la razón? Lincoln no fue capaz de saberlo, pues al hacer aquella pregunta, Lenna volvió a dar una respuesta rápida, afirmando que fue culpa de Leni, sin tener oportunidad de explicar la razón pues su gemela alzo su voz de forma retadora afirmando que la culpa había sido de Lori. En cuestión de segundos el par de hermanas estaban enfrascadas en su propia pelea, la cual afortunadamente se había limitado a gritarse la una a la otra en desacuerdo, sin necesitar llegar a las agresiones físicas. Como era normal en él, Lincoln trató de mediar y disipar aquella discusión, pero todo se le salió de control cuando sus hermanas le pidieron tomar una postura para resolver aquella disputa. Estaría del lado de la mayor, o lo estaría de la menor. El tono de voz en sus hermanas le pareció amenazante, y sin duda aquello fue una sentencia, pero afortunadamente para él, aquellos gritos terminaron por llamar la atención de su madre quien con prisa subió a la habitación que ellos tres compartían y tras una reprimenda muy enérgica, apaciguó las aguas. Esa noche Lincoln se sintió incomodo ante la forma en que sus hermanas terminaron por culparlo, pues según ellas no habrían sido regañadas si él hubiera escogido a una de ellas rápidamente.
La mañana siguiente, fue nuevamente él quien entro al baño primero, dándose su ducha matutina que no solo le haría ir limpio y fresco a la escuela, también lo espabilaría, especialmente ahora que el tercer trimestre del año estaba ya en su punto. Habiendo olvidado ya lo acontecido el día anterior, Lincoln salió del baño con su actitud caricaturesca presente una vez más, listo para decir alguna ocurrencia tonta a Lori, quien por lo general era la primera en la fil en las mañanas. Pero la confusión no le permitió expresar palabra alguna, pues frente a la puerta del baño no había una fila en la que sus hermanas esperaban su turno para usar el baño, en su lugar estaban dos filas, la primera a su diestra, liderada por una Leni que se veía muy preocupada y algo alterada, y la segunda a su siniestra, liderada por una Lori molesta y algo intimidante. El peliblanco no tuvo tiempo siquiera de preguntar qué es lo que sucedía, pues de inmediato Lori clamó ser la siguiente en usar el baño, ocasionando que las demás hermanas empezaran, ya sea a secundarla dándole la razón, o a contradecirla diciendo con toda confianza que era Leni quien debía usar el baño a continuación.
Una vez más Lincoln trató de mediar aquella extraña situación, pero todo escaló tan rápido que fue su madre quien molesta tuvo que subir y darle un regaño a cada uno de sus hijos, sin importarle que el pequeño varón no tuviera idea siquiera de que sucedía. Pero Lincoln no tuvo tiempo para defenderse, pues tan rápido como subió para ejercer su autoridad de madre, la mujer bajó con prisa vociferando como es que esa pelea tonta le quitó tiempo para atender a Lucy y las gemelas. Estando tan cerca de dar a luz una nueva vida era fácil entender que su temperamento fuera tan intenso.
Aun molestas, las hermanas volvieron a formas dos filas frente al baño después de que con molestia algunas de ellas vieran a Lori entrar bufando tras el regaño que todas recibieron. Por su parte, Lincoln se mantuvo un momento estático, en medio de aquellas dos filas, sin saber bien como es que sus hermanas mayores ahora habían conseguido dividir al resto de ellas en bandos, aunque la mayor confusión provenía de cómo es que todo salió de control tan rápidamente. Claro, la forma tan agresiva en que todas reaccionaron no era tampoco algo que le pareciera normal, pero en ese aspecto decidió simplemente no pensarlo mucho, era una pelea después de todo.
Esa mañana, durante el desayuno se pudo notar como las hermanas de Lincoln estaban claramente divididas en grupos, para la total molestia de Rita, quien con tanto pesar como enojo veía a sus hijas hacer aquella estupidez, teniendo que tolerar aquel comportamiento en el viaje a la escuela también. Las cosas habían llegado demasiado lejos, podía entender que pese a ser absurda, aquella discusión terminara por salirse de control, aquellas fechas eran propicias para ello, pero lo que sucedía en ese momento era absurdo. Ese mismo día, en cuanto tuviera tiempo disponible, hablaría muy seriamente con Lori por lo que sucedió y de cómo es que se solucionaría.
***
Esa tarde, Lincoln llegó molesto a casa, lo estuvo todo el día por la forma en que sus hermanas estaban actuando, incluso fue incapaz de prestar atención como era debido a sus clases. A la hora del almuerzo sus hermanas estaban divididas en dos grupos nuevamente y según ellas no lo dejarían sentarse para hacerles compañía ya que estaba del lado del otro grupo. Lincoln seguía sin saber cuál era la causa de esa pelea, mucho menos que tan seria era, así que era una estupidez que le acusaran de tomar una postura ante la misma, y más frustrante aún era la forma grosera en que no le dejaban exponer sus palabras para tratar de remediar aquello. La discusión con ellas le consumió tanto tiempo que incluso perdió su oportunidad para comer algo.
Esta vez no pidió permiso, ni tampoco se anunció antes, simplemente entró a la habitación con molestia, dispuesto a recibir una respuesta bajo las condiciones que fueran necesarias. Una vez más escogió el cuarto que Luna y Luan compartían, pues realmente prefería evitarse la molestia de alterar a Leni más de lo que ya estaba, por lo que una vez más actuando, pero no de una forma graciosa y caricaturesca sino de una forma pesada y altanera, levantó con fuerza su voz, terminando de ofuscar a sus hermanas mayores, quienes ya tenían un pesado suspiro a medio camino ante el ruido fuerte de la puerta abriéndose de forma brusca.
—¿¡Por que se pelearon!?— preguntó el pequeño, con fuerza y una determinación que a sus hermanas les parecería linda en otras condiciones.
—¡Lincoln!— gritó Luna, presionando con fuerza su mano derecha sobre su pecho ante el susto que sintió.
—¿Cuál es tu problema, apestoso?— Lenna intentó ocultar el susto que tuvo sin mucho éxito detrás de aquella pregunta contundente.
—¡Leni está llorando!— el reclamo de Lincoln pareció surtir efecto en la mayor de todos los presentes, cuyo rostro paso de uno molesto por el grito de su hermano menor, a uno sorprendido ante lo que escuchó del mismo— ¿Por qué hicieron llorar a Leni?
—Nosotras no hicimos nada— la temblorosa voz de Luna demostraba la preocupación que sintió por su hermana especial en aquel momento—, estuvimos aquí desde que llegamos a casa.
—Pero desde ayer están ignorando a Leni y ella no les hizo nada…
—Cállate, Lincoln— imperó la castaña de baja estatura, mostrándose molesta aún por el susto y también sabiendo que en ese momento debía apoyar a su hermana mayor—, tú no sabes lo que está pasando.
—Porque ustedes no me lo han dicho, ¿Qué fue lo que pasó?
—No lo entenderías, Lincoln— de manera desganada, Luna tomó asiento una vez más junto a Lori, a quien convenció con un pequeño jalón de hacer lo mismo—, eres muy pequeño.
—No importa si no lo entiendo— reclamó molesto el peliblanco, quien disgustado tuvo que admitir para sí mismo que aquello dicho tenía mucha verdad contenida, suponiendo que la discusión entre las más mayores de sus hermanas tendría algún significado que escapase a su entendimiento infantil—, al menos díganme porque están peleando. No me gusta verlas así, ni tampoco quiero que Leni siga llorando.
—Es su culpa— agregó Lenna—, fue Leni la que inició la pelea.
Con cierta consternación, Lincoln miro a Lenna por lo que dijo, para enseguida ver el rostro de sus otras dos hermanas presentes, tratando de que su mirada les incitara a desarrollar más aquella declaración, pues por mucho que quisiera y admirara a Lenna, le parecía difícil creer aquello. Sin lugar a dudas Leni solía iniciar muchas discusiones, pero nunca hubo una sola que escalara hasta ese punto pues para Leni había cosas más importantes, o quizá muy poco interés, como para pelear por nimiedades.
Lori se paro molesta y pasó junto a Lincoln, sin tocarlo, pero dando la impresión de que en verdad quería empujarlo, arrojándolo lejos de ella. Salió presurosa de la habitación y se le podía escuchar con claridad dando pisadas fuertes para dirigirse a las escaleras, terminando por bajar y sentarse llena de ira sobre el sofá de la sala. Las dos castañas le siguieron enseguida, siendo solo Lenna quien le dirigió una mirada de reproche al niño, quien tras unos segundos también las siguió. ¿Qué estaba pasando con sus hermanas? Nunca antes las había visto así, y no le gustaba en lo más mínimo esa forma en la que actuaban, era tan agresiva, esquiva y conflictiva que no encajaba en absoluto con ninguna de ellas. Incluso su gemela a lo largo de ese día pareció aumentar de manera descomunal su descontento ante la forma en que veía a su hermana mayor.
Con cuidado, bajó las escaleras de forma algo apurada siguiendo a sus hermanas, permitiéndose incluso saltar los últimos tres peldaños de la misma de manera temeraria para así acortar su viaje, incluso si fuera solo una fracción de segundo. Seguía sin tener una respuesta a la pregunta importante que hizo, y su determinación no había desaparecido, por el contrario, ante lo que sucedía sentía que en ese momento, más que nunca antes, debía ser alguien necio y saber que había pasado con las hermanas mayores para que terminaran tan molestas la una con la otra. Era atemorizante especular al respecto, pero debía saberlo, así que poniéndose frente a Lori, quien sentada en el sofá mostraba todo su enojo, él preguntó de nuevo.
—¿Por qué están peleando, Lori?
—Vete de aquí, Lincoln, aunque te lo diga no lo entenderías.
—¿Y cómo sabes que no lo entendería?
—Da igual, tonto, aun si lo entendieras no podrías ayudar con nada.
—Hace dos días que están peleando, y parece que todas saben lo que sucedió, menos yo. Al menos dime qué fue lo que pasó, ¿Qué hizo Leni?
—Leni tomó su ropa sin permiso— aquella respuesta de parte de Lenna dejó a Lincoln en shock—, lleva días haciendo eso.
—¿Qué?— preguntó confundido Lincoln, siendo el único que, al menos de reojo, pudo ver cómo es que su madre salía de la cocina y lo miró desde el comedor, atenta a la forma en que la discusión seguía— ¿Eso es todo?
—Vete de aquí, Lincoln— la exigencia fue hecha por la menor de las castañas, con cierto enojo en su tono de voz.
—Así es Lincoln, mejor vete antes de que empeores las cosas— agregó Luna, suplicante y mostrándose preocupada.
—¿Se pelearon porque Leni uso tu ropa? ¡Ustedes siempre están intercambiando su ropa! ¿Por qué deberían pelearse por eso?
—Cállate, tonto— Lori fue muy contundente—, no lo entenderías.
—¡Por supuesto que no! ¿Cómo voy a entender eso? Es una tontería— la molestia que él mostró en su tono de voz, sin lugar a dudas, hacía sentir enojo a Lori, aunque lo mismo ocurría con las otras dos castañas, quienes con mas contexto de aquella situación, consideraban que estaba siendo muy grosero con la mayor—.
—Vete de aquí, Lincoln, déjame sola.
—¿Hiciste llorar a Leni porque ella usó tu ropa? ¡Tú también usas la ropa de Leni! Todas ustedes usan las ropas de las demás siempre. Es una tontería que te molestes por eso.
—Usó mi blusa favorita, justo el día que yo planeaba salir con mis amigas, esperaba verme bien ese día para tratar de impresionar a un chico. Leni lo sabía, se lo dije precisamente para evitar algo así.
—Sigo sin entenderlo, ¿eso fue todo? Pudiste usar cualquier otra ropa, tienen un armario gigante en su habitación lleno de ropa.
Extrañada, Rita se detuvo antes de interceder en la discusión, algo en las palabras de Lori le parecía extraño. Era un comportamiento irracional de parte de su siempre bien portada y protectora hija mayor, y recordando lo que la pobre Lori atravesó hacia apenas días atrás, creyó saber cuál era la razón para el actuar de su primogénita.
—Ya basta, Lincoln— Luna se puso de pie entre ambos hermanos, tratando de mediar aquella discusión, pues el rostro que Lori puso le pareció intimidante y seguramente también peligroso—, ella planeo ese día con sus amigas y quería que fuera perfecto. Leni lo sabía y aun así lo arruinó…
—¿Lo arruinó? ¡Leni está llorando en su habitación porque extraña a Lori! Se supone que debemos cuidar a Leni, ella es especial, aunque haga cosas así, no las hace con malicia. Tú deberías saberlo mejor que nadie, Lori.
—Le dije específicamente que no tocara la ropa que puse sobre mi cama porque la usaría para salir esa noche, se lo repetí varias veces y fui amable con ella al decírselo, esperaba que me hiciera caso después de que me dijo que lo entendía. Pero aun así ella tomo mi ropa y la usó.
—Entonces pudiste usar otra ropa y listo.
—Cállate, apestoso.
—No lo entiendes, Lincoln, después de que se lo pedí y que ella me dijo que lo entendía, igual usó mi ropa. ¿Me puedes decir que no hizo eso con malicia? ¿Estás seguro de que Leni no hizo eso solo para molestarme? ¿No te parece extraño que ella tomara mi blusa y la usara a pesar de que ella no planeaba salir a ningún lugar? Ella sabía que ese día yo saldría, habíamos hablado con ella para que fueras tu quien cuidara de ella, pero aun así tomó mi ropa y me arruinó esa salida.
Lincoln recordó fácilmente que aquella ocasión en efecto se le avisó que estaría a cargo de Leni, junto a Luna, mientras Lori salía de paseo a una fiesta o algo así. También recordaba que después de la cena simplemente le dijeron que Lori se quedaría en casa y no haría falta que el cuidase de Leni.
—No es para tanto— musitó el chico, algo intimidado por ver a su hermana mayor ponerse de pie hacia unos momentos, levantando también su voz, aquel cambio hizo también a Rita confirmar lo que creía…
—¿No lo es? Tienes razón, una blusa no es para tanto, es solo ropa, como dices. Pero, si te digo que también ella y sus peticiones me han dejado encerrada en casa varias veces, ¿qué pensarías de eso? La mayoría de las veces que quiero salir con mis amigas ella tiene una excusa para convencer a mamá y papá de que me quede con ella. También es difícil cuidarla en la escuela tratando de mantener mis notas, y a eso agrégale que debo cuidar de ustedes. ¿Aún crees que no es para tanto?
—Pero… Leni no hizo nada— antes de poder continuar, Lincoln fue silenciado ante el reclamo que su hermana mayor soltó, ahora de manera histérica, siendo que él aún mantenía en mente la forma en que sus padres le decían como debía ser paciente con Leni ya que ella era una niña especial.
—¿Qué no hizo nada? ¡Claro que hizo algo! ¡Ella siempre hace algo y nunca nadie le dice nada por hacerlo!— el reclamo de Lori sorprendió a Lincoln, quien jamás imaginó ver alguna vez a su hermana mayor quejarse de aquella manera de Leni— ¡Si ella se equivoca debemos darle espacio y la oportunidad de volverlo a hacer para que no se sienta mal! ¡Pero si yo me equivoco a mi me regañan y debo de volver a hacerlo de inmediato hasta que todo me salga bien! ¡Si yo quiero hacer algo, debo pensar primero en cuidarla, aunque eso signifique no hacer lo que quiero! ¡Pero si ella quiere hacer algo debo de asegurarme de acompañarla y ayudarla sin importar si tengo otros pendientes! ¡Ella puede faltar las veces que quiera a la escuela y no está obligada a ninguna actividad escolar! ¡A mí me regañan si mi promedio baja solo un poco, aun cuando saben que dentro de la escuela debo estar cuidando de ella también! ¡Yo tengo que quedarme en casa cuidando de ella todos los días, sin poder salir con mis amigos o hacer algo que me guste! ¡Pero si ella quiere, yo debo de acompañarla a donde sea y por el tiempo que sea, sin que le interese si estoy en medio de algo o si tengo cosas por hacer! ¿Por qué todos siempre están de su lado? ¿Por qué nadie me da nunca la razón a mí? ¿Por qué siempre tengo que intimidarlos para que hagan lo que digo? ¡Yo solo quiero tener todo listo rápidamente para poder hacer algo que me guste! ¿Creen que me divierte ser la hermana gruñona que siempre los regaña?
Aquel arranque de emociones se vio interrumpido cuando Rita al fin entró en la sala, alzando su voz de forma maternal para pedirles a todos que se calmaran. Especialmente a Lori quien seguía furiosa, y a Lincoln quien parecía asustado. Con autoridad, miró a Lori y sin decir nada, la invitó a sentarse en el sofá, cosa que ella hizo de inmediato, principalmente porque comenzó a llorar sintiéndose frustrada de no haber podido decir todo lo que quería y sintiendo que para colmo, ahora vendría un fuerte regaño de su madre. Con otra mirada, esta vez dirigida al chico y ambas castañas, les invitó a salir de la sala y subir directamente a su habitación, dejando a solas a las dos rubias para lo que a ojos de todos los hijos sería un regaño y seguramente también un castigo duramente propinado.
Pero cuando Rita tomo asiento junto a su hija, sus palabras fueron suaves y compasivas, había entendido la razón de aquel reclamo, y también el motivo de porque fue tan contundente, así como el presente llanto de Lori. Después de un largo suspiro, debió decirle a su hija que no estaba molesta con ella, por el contrario la entendía. Con pesar recordó que hacía muy poco, unos días tan solo, Lori tuvo su primer periodo y junto a eso Lori debió enfrentar cambios que aun cuando Rita pensó fue muy clara al hablar con ella sobre eso, no parece que cubriera bien todo lo necesario en la conversación de hacia días. Le dijo de manera comprensiva que entendía la razón por la que explotó de esa manera, la incomodidad que los cólicos menstruales causaba era mucha, especialmente la primera vez que una chica se enfrenta a ellos, sin mencionar el cambio hormonal que la hacía propicia a algunos arranques emotivos. Tuvo que explicarle a su hija que entendía si eso es lo que causó aquella forma grosera y ruidosa de hacer sus reclamos, pues teniendo la edad que tenia, le podía dar un indulto pensando en todo el dolor y también la confusión que su primer periodo le estaba causando.
Igualmente trató de ser comprensiva y discreta al enfrentar las duras palabras de su hija, sabía que pese a que fueron dichas en un arranque de enojo, cada una de esas palabras era el verdadero sentir de su hija. No lo había pensado con detenimiento, pero ciertamente estaba dándole responsabilidades y problemas que no le correspondían, y debía solucionar eso. Lori lloró mientras escuchaba a su madre y la manera en que ella le pedía disculpas por eso, asegurándole que lo arreglaría, le quitaría la carga de cuidar de su hermana menor mas allá de lo que un hermano debe hacer. Si así lo quería, Rita le permitiría a su hija cambiar de habitación para darle algo de espacio a su primogénita, buscando con ello compensarla por todo el estrés al que la sometió. Pero aquella sugerencia hizo llorar con más fuerza a Lori.
La primogénita, ahora abrazando a su madre con fuerza, le rogó que no la separara de Leni. Admitía que todo aquello que dijo era verdad, lo sentía así verdaderamente, pero eso no significaba que odiara a Leni, ni tampoco que la quisiera lejos. Había guardado por tanto tiempo esos sentimientos que con todo lo que había pasado en los últimos días, ella simplemente explotó y dijo todo de la manera más incorrecta posible. Pero no odiaba a Leni, por el contrario, la amaba, era su hermana favorita y le gustaba estar con ella pese a todo, le gustaría tener más tiempo para sí misma y para pasar el tiempo con sus amigas, pero si eso significaría separarse de Leni a tan grandes rasgos, entonces no valdría la pena. Lori cuidaría de Leni sin importar que, y aunque le molestara todo lo que dijo de su hermana, lo único que Lori quería era un poco mas de ayuda lidiando con la hija especial de la familia.
***
Esa noche, después de la cena, Lincoln fue directo a su habitación sintiéndose algo alterado. Aquella extraña discusión con Lori fue intensa para él, así como lo fue la recriminación que tanto Luna como Lenna le hicieron mientras subían a sus habitaciones después de que su madre se los indicara sin pronunciar palabras. No solo eso, frente al enojo que guardaba, Lenna comento al resto de hermanas lo que sucedió y todas convirtieron a Lincoln en el villano, cosa con la que él mismo podía llegar a secundar, recordando cómo es que Lori se quedó en la sala llorando y seguramente a punto de recibir un regaño y un castigo.
Como pocas veces, Lincoln pudo ver como incluso su gemela le dio la espalda ante las justificaciones que intentó dar, pues pese a todo, él sostenía que pelear por usar la ropa de alguien más era una tontería, no era capaz de entender como algo tan insignificante terminó por volverse una pelea que incluso dividiera a sus hermanas. Gracias a la molestia de sus hermanas y posterior actitud esquiva con él por lo que provocó, Lincoln pasó toda la tarde y parte de la noche solo, dándose el tiempo para pensar al respecto, pero no fue capaz de llegar a ninguna conclusión. Si acaso, y a manera de juego, comenzó a divagar sobre todo lo que pasó, pensando que quizá el aun no estaba enterado de todo lo que causó esa pelea.
Al final del día, aquello no era importante en absoluto pues antes de la cena, y con los padres presentes para aquella reconciliación, Lori y Leni finalmente hicieron las paces entre risas y lagrimas, consiguiendo que el resto de hermanas deshicieran de inmediato aquella enemistad que se había formado entre ellas, de la misma manera en que había comenzado, sin que Lincoln lo notara. Y durante la cena, todos estaban felices de como había terminado todo, Lori además estaba avergonzada por haber hecho pasar por todo aquello a su hermana especial, pero Leni no le tomó mucho cuidado. Como el resto de sus hermanas, Lincoln intentó participar en la cena haciendo observaciones y bromas sobre lo que pasó, pero se detuvo rápidamente. Aunque eran claramente sin ánimo de ofender, las respuestas que obtenía de sus hermanas le pesaban bastante, recalcaban una vez más como es que él tuvo la culpa por no entenderlas y por hacer llorar a Lori.
Pensativo al respecto, esa noche declinó la invitación de sus hermanas para una reunión, como aquellas que de vez en cuando hacían para hablar sobre cosas de interés o simplemente pasar el rato. Estaba demasiado distraído con sus pensamientos para querer atender a las cosas que sus hermanas le dirían en esa reunión, por lo que fue directamente a recostarse sobre su cama, esperando conciliar rápidamente el sueño. ¿En verdad fue él quien lo arruinó todo? A pesar de que estaban todas divididas y la discusión solo parecía crecer con las horas, era verdad que ninguna de ellas hizo nada en contra del resto. Si Leni llegó a sentirse triste o ansiosa fue simplemente por estar lejos de Lori, no por algo que ella le haya hecho o dicho. De todos los hermanos, fue él quien provocó discordia realmente, tal vez era cierto que todo fue su culpa.
Esa noche, Lincoln fue el primero en acostarse, pero fue también el ultimo en dormir, perdiéndose en el proceso aquella reunión de hermanas en la que todas estuvieron de acuerdo en hacer un protocolo el cual seguir si volvía a suceder una pelea como la recién acontecida, pero todas dando por sentado a Lincoln, haciéndoles olvidar que aquello debería ser mencionado al único varón de la descendencia.