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Chapter 6 - Sombras - Colores

 Algo molesta con el asunto, y repitiendo una conducta que recientemente era común en varias de las hermanas, Lenna fue hasta la habitación de su hermana mayor para quejarse de Lincoln nuevamente. Aunque para ella eso debió ser una pequeñez, lo cierto es que recientemente parecía salirse con la suya en esas situaciones, por lo que prefería hacer un poco de drama al respecto.

Los nervios de Lori se crisparon ante la interrupción y después de reclamarle a su hermana menor por el inconveniente le dijo que aquello se resolvería cuando Lincoln regresara a casa. Estaba verdaderamente molesta con el hecho, aunque no por lo que su hermana menor de dijo sino mas por el hecho mismo de que Lincoln estuviera ausente. Últimamente eso era algo muy común, demasiado para su gusto, y sobre todo muy inconveniente. Hablar con sus padres no parecía solucionar el problema tampoco pues, a consideración de ellos, lo que hacía Lincoln no solo estaba bien sino que era de admirar y algo que ellas, como sus hermanas, debían respetarle. Lori lo intentaba, en verdad lo hacía, pero comenzaba a sentirse agobiada por esas ausencias pese a que eran bastante cortas, no solo porque eso la mantenía atada a responsabilidades extras y por más tiempo sino porque una vez más Lincoln parecía alejarse de ellas… parecía alejarse de ella.

Después de aquella plática tan incómoda, pero también tan reveladora que tuvo con su madre después de su primer periodo, Lori entendió que su estado de ánimo se volvería más volátil en ciertos momentos relacionados con sus cambios hormonales y pensó que podría con ello, se creía capaz de sobre llevarlo y estaba segura de que no tendría problemas al solucionar cualquier inobediente que eso le pudiera causar. Estuvo muy equivocada. Teniendo aun muy presentes las sensaciones de los cólicos y el uso de aquellas toallas femeninas que le avergonzaba tanto usar ante la idea de que parecían ser pañales para adulto, ella trató de mantener la calma y sacar de su mente las cosas que la afligían al pasar tiempo con sus amigas. Y solo algunos días después de tener aquella primera experiencia con su pubertad, la cual de hecho parecía llegarle un poco tarde, terminó por explotar sin ser capaz de controlar sus emociones. No podía evitarlo, eran demasiadas cosas juntas y odiaba tener que pasar por todo eso al mismo tiempo. Cuando era pequeña y asistía a la primaria, ser la chica lista la hacía alguien interesante y en parte popular también, pero estando ahora en la secundaria, aquello parecía repelente para el resto de sus compañeros que ahora la molestaban por ser alguien estudiosa y por tratar de mantener una buena relación con sus docentes. El simple hecho de entrar a la secundaria le hizo perder bastantes amigos a los que les tenía mucho cariño. Pero encima de eso, su pubertad comenzó con el pie izquierdo cuando de manera incontrolable y también desmedida, su rostro comenzó a llenarse de espinillas, haciéndola pasar de ser considerada una de las chicas más bonitas a una de las más feas simplemente por eso, lo cual afecto de manera negativa su autoestima. Esto fue causando en ella un estrés que lentamente derivó en una jaqueca contante y que después evoluciono en una tensión ocular persistente, obligándola a ir a una revisión médica. El estrés parecía estarle provocando una presión arterial muy alta, que a su vez causaba esas jaquecas y el problema en sus ojos, lo cuales no solo habían comenzado a cansarse rápidamente en las lecturas sino también habían comenzado a llorar de manera constante y a enrojecerse, haciéndole tener también una visión empobrecida por ello.

Debió someterse a dos soluciones importantes para salir de aquel predicamento, primero fue asistir a terapia a manera de mejorar su salud mental, y también recibiendo un tratamiento médico para el control de su presión arterial inusualmente alta. Lamentablemente para Lori, también se le obligo a usar unos anteojos especiales que evitarían que sus ojos se lastimen demasiado a lo largo del día y así previniendo efectos secundarios a largo plazo. A ella eso no le gusto en absoluto tomando en cuenta que ahora no solo era la chica lista y faldera de la clase, era también la de la cara llena de espinillas y ahora incluso debía llevar puestos unos lestes increíblemente toscos y feos para evitar daños permanentes a su vista. Aunque asistía a terapia, lo cierto es que no podía bajar la ansiedad que su apariencia le causaba y al poco tiempo no solo tuvo que lidiar con esos problemas sino que debió lidiar con uno más. Incapaz de aligerar el peso en su mente respecto a su apariencia, además de la ansiedad, la presión arterial alta y sus cambios de temperamento hormonales, Lori debió lidiar con un problema de caspa causado también por el estrés, lo cual termino por ser corregido viéndose obligada a usar una espesa y apestosa crema sobre su cabello, la cual no solo lo dejaba brilloso y pegajoso sino también lo hacía muy difícil de peinar. Pero las cosas malas que le ocurrían a Lori no terminaron ahí, para su aun peor situación, a ella comenzaron a brotarle los cordales, aquel molesto tercer par de muelas las cuales si bien no le causaban ningún malestar real, lamentablemente si empujaban con fuerza su dentadura, desviándola y haciéndola lucir mal. Aunque la atención a ese problema fue relativamente rápida y Lori enfrentó una cirugía maxilofacial muy rápida e indolora, aquel par de muelas dejaron secuelas estéticas en su rostro, obligándola a llevar puestos unos brackets que no solo tendrían que corregir la alineación de sus dientes sino también la postura de su mandíbula que resulto desviada tras la aparición de aquellos molares.

Lori se sentía fatal después de todo eso. A lo largo del poco tiempo que llevaba en secundaria había perdido prácticamente toda su reputación, se volvió a ojos de sus compañeros una lame botas de los profesores y para colmo empezó a lucir de forma horrible por culpa de sus espinillas, brackets, lentes bromosos y también por su ingobernable y apestoso cabello bañado en crema especial para evitar la caspa. Y aun así ella debía mantener sus calificaciones y ser parte de sus actividades fuera de clases, lo cual solo agregaba mas estrés a su joven cuerpo aun lejano de florecer. Lori bien podría soportar eso aún si no le quedara ni un solo amigo con quien hablar, pues ella siempre fue una chica de carácter fuerte y obstinada cuando hacía falta que lo fuera. Pero agregar a ello su primer periodo la puso al límite total, convirtiéndola en una bomba de tiempo lista para estallar a la menor de las provocaciones. Lamentablemente quien provocó esa desagradable explosión de emociones negativas fue su hermana menor.

Después de pasar aquellas horribles mañanas en la escuela, donde sentía que lentamente perdía cualquier tipo de esperanza en mejorar su situación, aferrándose como podía a las únicas dos amigas que aun tenia, Loria debía regresar a casa y controlar a sus hermanos menores, ayudar en las tareas domesticas y, por encima de todo, cuidar de manera particular de su hermana inmediata. Leni era hermosa, y aunque un año de diferencia las separaba en edad, para Lori era innegable que ella era mucho más linda, era una idea que había adquirido después de escuchar a mil y una personas decir constantemente y sin ningún ápice de discreción como es que Leni era la más linda de todas sus hermanas, pese al problema que ella tenía. Aunque era un comportamiento irracional y en un principio ella era incluso capaz de racionalizarlo, en muy poco tiempo Lori no pudo dejar de pensar en que Leni le restregaba lo bonita que era, mientras ella se hacía cada día más fea por culpa de todos sus problemas. Y aunque era tan fuerte y madura como para mantener esos sentimientos dentro de ella, escondidos junto al resto de emociones negativas que su hermana inmediata le causaba, no podía evitar sentir su estomago retorcerse al ver a Leni. Su rostro era aún liso y libre de cualquier imperfección, su sonrisa era radiante y completamente alineada, su cabello era tan largo y sedoso, su altura era notable y su cuerpo, aunque seguía siendo infantil, dejaba ver cuán desarrollada estaba en comparación al resto de chicas de su edad. Pero Lori no podía decir nada, debía mantenerlo todo para ella, sería una pésima hermana y una hija horrible si decidiera quejarse de Leni con su familia, después de todo, su hermana inmediata era especial, y por mucho que le incomodara, eso la hacía acreedora a un trato especial también. Pero esa tarde todo se le salió de control.

Ya desde el día anterior al incidente la paciencia de Lori había comenzado a flaquear y con ello había comenzado con aquellas observaciones mordaces e incisivas sobre las conductas de su hermana menor. En parte hacia eso a propósito, con la intención de hacerla enojar y así liberar algo de su frustración, pero Leni era demasiado… ajena a su alrededor para realmente entender aquellos ataques, lo cual solo molestaba mas a Lori. Afortunadamente Lori tenía aun a sus amigas y pese a que no era algo común para ellas, decidieron asistir a la fiesta de un amigo que en su casa tenía un enorme jardín, pero lo más importante es que estaría el chico latino que tan atractivo le parecía y sus amigas la habían convencido de que ella tenía una oportunidad de acercarse a él. No tenía dudas de ello, pues para empezar aquel chico, además de tener aquel comportamiento algo tontorrón, era también alguien increíblemente amable y sobre todo muy sociable. Era el tipo de chico que ofrecía su ayuda a todos y que de tanto en tanto fantaseaba despierto sobre alguna tontería que pasara por su mente. Para Lori era tierna la forma en que ese chico le recordaba a su hermano menor.

También estaba convencida de que podría verse bien para él al menos en esa ocasión, pues si bien debía usar aquellos aparatosos lentes y esa desagradable crema capilar, estaba segura que de no usarlas por una tarde y noche nada malo le pasaría. No había forma de quitarse temporalmente los brackets, pero al menos sabía como disfrazar un poco sus espinillas con maquillaje. Tenía tan buen humor por aquella fiesta que incluso podía verse disfrutando en caso de que aquel chico la rechazara, pues pese a todo estaría libre de sus responsabilidades por un rato. Pero, a pesar de que ella fue muy clara en el asunto, Leni tomo una de las prendas que tenía preparada para esa tarde y con ello la hizo explotar de una forma muy grosera. Fue algo completamente desproporcionado, pero no pudo evitarlo tomando en cuenta todo lo que había estado conteniendo y la forma es que se había estado sintiendo últimamente, tanto física como mentalmente. Cuando sus hermanas se inmiscuyeron en la pelea por la forma en que Lori reaccionó, no pudo evitar sentirse avergonzada por mostrarles como es que atacó de manera verbal a Leni, pero su enojo creció más cuando algunas de sus hermanas tomaron partido por la segundogénita, atacando a Lori con ello, al mismo tiempo que sintió justificada su reacción cuando el resto de sus hermanas se puso de su lado, validando sus sentimientos y quejas. Eventualmente eso se convirtió en un combustible muy volátil que termino por dividir a las hermanas en dos bandos enfrentados. Y en medio de todo eso estaba Lincoln, su adorable hermanito que, siendo tan distraído y abstraído en su mundo como solía ser, seguramente no sabría que hacer en esa situación. Pero Lori estaba segura de que él y nadie más que él entendería su postura, no era demasiado descabellado pensar en eso, Lincoln era también obligado a cargar con muchas responsabilidades y sin lugar a dudas se le pedía resultados mucho más significativos que al resto de sus hermanas sin contar la misma Lori. Pero al volverse parte de la discusión, Lincoln no tomo su lado, no mostro la compasión y disposición que solía mostrarle ni tampoco pareció entender la razón de su molestia. Era cierto que Lori no dejo muy clara la situación para él, pero consideraba que él le daría su apoyo pese a eso, siempre sucedía de esa forma, ella estaba en problemas o se llenaba de responsabilidades y era Lincoln quien acudía en su ayuda y para ofrecerle su apoyo. Pero en su lugar él comenzó a defender a Leni, le dio prioridad a ella, la defendió, fue a ella a quien eligió, dejando a Lori de lado. Así es como ella se sintió en ese momento. Estaba acostumbrada a que todas sus hermanas prefirieran a Leni, incluso a que sus padres y amigos lo hicieran, pero la frustración que sintió al ver a Lincoln hacer lo mismo en ese momento la hizo romperse y estando en la sala de la casa, muy molesta y triste, con su pequeño hermano menor enfrentándola de una forma tan insistente, ella dijo cosas de las que termino por arrepentirse bastante rápido.

Su madre fue muy comprensiva con ella en aquel momento, no le increpó por sus acciones y en su lugar le expresó su entendimiento por las mismas, haciendo que Lori se sintiera a salvo. Ella incluso pudo aceptar el ofrecimiento de su madre para tratar de disminuir sus responsabilidades en casa y también de limitar la dependencia que Leni tenía por ella, pero se negó rotundamente. Lori realmente estaba cansada y muy agobiada con todas sus responsabilidades, especialmente con la que estaban ligadas al cuidado de Leni, pero de ninguna forma dejaría de hacerlas. Aceptaría cualquier ayuda de parte de su familia, pero no quería dejar a Leni de lado de ninguna forma, ella era su hermana menor y, aun cuando para la mayoría de hermanas era obvio que a quien trataba de forma especial era a Lincoln, lo cierto es que era Leni su hermana favorita. Jamás y bajo ningún motivo estaría dispuesta a alejarse de su hermana menor inmediata, y al menos durante esa época de su vida era algo que creía fervientemente.

Pero aunque se limaron asperezas y se liberaron tensiones en aquella plática con su madre, para Lori aun había mucho camino por recorrer para poder sanar sus heridas emocionales, cubrir sus necesidades afectivas y saciar sus deseos de interacciones no familiares. Esa ocasión permitió a Rita ver cómo es que su hija mayor adquiría una meta relacionada con su futuro, y basándose solo en eso no contemplo demasiado con las conductas poco saludables que aparecieron en ella.

***

Incapaz de entender la razón de su actuar, Lori no podía evitar contemplar los actos de su hermano menor como una extensión de lo sucedido en la discusión con Leni. En la ocasión anterior él prefirió a la segundogénita antes que a ella y eso le rompió el corazón, pero esta vez estaba siendo incluso mucho peor, tanto como para no solo molestarla a ella. Tanto como para hacerla sentir la necesidad de mostrarle represarías.

Sin una razón clara, pues él decidió no explicar con certeza lo que sucedía, Lincoln comenzó a evitarla, en realidad las evitaba a todas. Con pesar y algo de molestia, veía como es que su lindo hermano menor ahora trataba de encontrar excusas para no ayudarles y se escabullía para evitar pasar tiempo con ella, pero trató de no ser demasiado pesada con ese tema, conocía bien a su pequeño monstruo y sabia cuan peculiar podía llegar a ser dependiendo de que tuviera su interés en cada momento. Seguramente eso es lo que le sucedía, algo atrapo su atención, y al igual que cuando le pidió ayuda para encontrar su talento, esta vez buscaba hacer algo nuevo, pero lo quería hacer por sí mismo. Aunque se sentía dolida por la forma en que se alejaba de ella, Lori pensó que no habría problema en esperar a que Lincoln se cansara de hacer lo que sea que esté haciendo para que entonces vuelva a estar al lado de todas ellas. Pero él no volvió con ellas, en su lugar concentro toda su atención en una sola de sus hermanas, la más cercana a él. Era cierto que todas ellas, con excepción de las bebes, tenían una hermana favorita a la que querían más que al resto, era inevitable que ese tipo de cosas suceda tomando en cuenta que compartían habitaciones y que así como algunas tenían edades muy similares, otras tenían edades relativamente lejanas, causando con ello ciertos distanciamientos en cuanto a ideas o creencias. Para algunas era muy evidente quien era su hermana favorita por la forma en que prefería su compañía y cuan unida era a ella, como en el caso de Luan, quien no solo decía con orgullo cual de sus hermanas era su favorita sino también solía tener momentos muy íntimos con ella que reforzaban su decisión. También podía ser que no fuera del todo claro, como era el caso de Lincoln, quien era igual de educado, de servicial y de amoroso con todas sus hermanas por igual, haciendo difícil de notar cual de todas era su favorita, aunque entre ellas hacía tiempo que llegaron a la conclusión natural de que era su gemela quien ocupaba ese lugar especial para él. En otros casos no era para nada evidente, como podía serlo la misma Lori, quien pese a tener confianza en decir que su hermana favorita era Leni y podría hacer, decir o incluso cambiar lo que sea con tal de tenerla a su lado y verla feliz, lo cierto es que a quien daba un cariño especial era a Lincoln. Era de esa forma porque solo en él encontraba a alguien que la entendiera de una forma real.

Al ser la primogénita, de Lori siempre se espero mucho más que del resto de sus hermanas, algo que cuando aún era muy pequeña no le causaba ningún conflicto ya que de manera natural solía esforzarse en todas sus actividades. Y aún cuando la situación de Leni probó ser una muy complicada, para Lori no había problemas con lidiar y cargar esa responsabilidad. Y si bien cuando Luan comenzó a tener su comportamiento explosivo las cosas parecieron volverse un poco más difíciles, para Lori no había duda de que estaba dispuesta a hacer lo que fuera por sus hermanas y padres. Para ella eso era normal y le parecía que debía cumplir con esa expectativa, después de todo sus padres siempre le recordaban que al ser la hija mayor debía ser también la hija que mas ayude, la que más se esfuerce por el resto, la que más sacrificios haga. Aunque era cierto que con ello sus padres estaban envenenando la mente de Lori, llenándola de ideas poco saludables y que seguramente le jugarían en contra con el tiempo, al final ellos consiguieron dejarla en paz cuando sus esfuerzos en convencer a Lori pasaron a su entonces nuevo hijo varón. No fue algo rápido, ni tampoco algo a lo que pudiera encontrarle un lado negativo, pero en cuanto Lincoln comenzó a tener cierta autonomía, sin importar lo pequeño que era, se le dieron sus primeras responsabilidades. Por algunos años Lori escuchó decir a su madre como es que Lincoln seria el pequeño caballero de la familia, que ayudaría a todas su hermanas y las querría incondicionalmente cuidando de ellas en todo momento, así como también a ella en especifico se le dio la idea de que Lincoln siempre seria quien más la ayudaría. Ciertamente con todas aquellas cosas dichas por su madre, Lori termino por dar aquel trato tan especial para su hermano menor, el cual causaba aquella confusión en sus hermanas sobre si era realmente Leni la hermana favorita de la primogénita. Pero ella no podía evitarlo, conforme Lincoln crecía, ella podía ver con más claridad como es que lo que su madre decía era verdad, pues su pequeño hermano menor en verdad estaba siempre pendiente de todas ellas y atento a ayudarlas con lo que sea que le pidieran, incluso podía sentirse respaldada por el gracias a que, a diferencia del resto de hermanas, el pequeño Lincoln en verdad se esforzó por aprender sobre el comportamiento de Leni, entendiendo cuáles eran sus rituales, sus costumbres, sus disgustos, sus bloqueos, sus peculiaridades, así como también aprendió de ella que la hacía feliz, que la calmaba, que la distraía, que la entretenía. Aunque realmente Lori no esperaba que así sucediera, Lincoln termino por convertirse en una gran ayuda al ser una de las únicas tres personas en esa familia que podía lidiar e incluso mitigas los arranques que Leni podía llegar a tener en circunstancias muy especificas.

Pero eso no era todo, pese a ser tan pequeño, Lincoln era también un confidente muy bueno, permitiendo a Lori decir algunas cosas que no estaba dispuesta a mencionar a nadie más y brindándole siempre sus bonitos e infantiles pensamientos ante los problemas que Lori llegaba a mencionar. De la misma forma, Lori llegaba a sentirse culpable la mayor parte del tiempo al verlo pasar por algo muy parecido a lo que ella experimentaba, pues pese a que Lincoln parecía siempre estar lleno de vida, era obvio que se contenía la mayor parte del tiempo. Al igual que Lori, era muy complicado para Lincoln tener tiempo a solas o siquiera tiempo para hacer sus propios deberes, y de él también esperaban que de resultados sobresalientes en todo sin darle mucho espacio a poder excusarse. Era esa la razón por la que Lori solía consentir de manera evidente a Lincoln, pues entendía que pese a ser alguien tan alegre y tan entregado a sus hermanas, tenía dificultades lidiando con todo eso, especialmente a su corta edad. No era algo que rondara su mente de manera continua, pues a ella le hacía sentir incomoda pensar en ello, pero Lori veía a Lincoln como su alma gemela, y aunque no era nada sano de su parte le gustaba la idea de que a él le gustaran tanto los mimos que tanto ella como Luna o Leni le daban de manera constante, pues gracias a ello Lori podía abrazarlo constantemente y también en muchas ocasiones besarlo. Estaba segura de que no veía a Lincoln como nada más que su hermano menor, pero le era común imaginarse una vida junto a él, después de todo ambos compartían tanto en común y ambos pasaban por adversidades similares.

Con sus inseguridades a flor de piel a causa de su apariencia, su reciente discusión con su hermana favorita, donde descubrió que no todas sus hermanas estaban de su lado pese a los sacrificios que hacía por ellas, su cuerpo inundado en hormonas que la hacían ser tan temperamental y algunas incomodidades físicas por culpa de su edad, Lori igual fue capaz de superar aquel acontecimiento. Entendía que la pubertad causaba en ella aquel acné tan vistoso y desagradable, por lo que no había una solución inmediata al problema. Entendía que la forma en que estaba guardándose algunas cosas y siendo incapaz de expresar correctamente otras causaba en ella esas jaquecas y su necesidad por llevar la mayor parte del día aquellos feos anteojos. Podía entender también que sus dificultades la hicieran sentir tan mal por dentro, que inevitablemente se viera reflejado ese malestar en su exterior, siendo aquella fea caspa y algo de escamosidad en su cuero cabelludo el resultado. Podía aceptar que su cuerpo había comenzado a cambiar y eso la hacía sentir que no era ella misma con cada nueva cosa que descubría sobre ser una mujer. Podía entender que aun si quisiera, ella no sería capaz de contener sus emociones en muchas ocasiones por culpa de su edad y también por la pubertad. Podía aceptar la culpa de aquella discusión con Leni, sabiendo en retrospectiva que sus razones para molestarse eran menos que relevantes, pero sobre pensadas por culpa de su situación. Estaba dispuesta a recibir la ayuda que su madre le brindó en aquella platica posterior a su explosión, donde dijo muchas más cosas de las que se arrepiente de las que le gustarían. Podía hacer todo eso aunque no fuera de inmediato y tampoco tuviera el raciocinio para descubrirlo antes, pero por alguna razón lo que no podía hacer era entender ni perdonar lo que Lincoln le hizo. Y no podía hacerlo, porque él parecía continuar haciéndolo, lo que la molestaba mucho más.

***

Después de aquella discusión, y por consejo de sus padres, Lori tuvo que tragarse su orgullo y hacer las paces con Lincoln sin externar cual fue su molestia con él, pues el pequeño peliblanco genuinamente parecía ajeno a lo que aquella discusión representaba. Seguía molesta con él en cierta medida y también esperaba tener alguna oportunidad de devolverle los malos sentimientos, pero al ser mayor también sabía que debía ser mucho más mesurada y dejar las cosas por la paz. Y realmente pensó que lo estaba consiguiendo, incluso había dejado de lado todo su sentir con respecto a lo que ella sintió como una traición de su hermano menor. Pero él decidió traicionarla de nuevo, o al menos es como ella sintió aquel acto de parte del pequeño.

Sin muchas explicaciones, Lincoln decidió que ahora pasaría la mayor parte del tiempo con su gemela, a solas, y descuidando con ello de forma deliberada tanto a Lori como a Luna, Luan y Lenna, siendo que solo a Leni y a las pequeñas no les retiro ni un ápice de su atención. ¿Por qué decidió hacer eso? Lori no tenía idea, pero llegó a pensar que fue algún tipo de castigo, y aunque no podía concluir realmente el motivo para dicho castigo, era obvio que estaba haciendo sentir a las mayores mal, pues todas con la única excepciones de Leni expresaban cada día mas molestias ante la forma en que Lincoln ahora decidía no ayudarles ni pasar tiempo con ellas por priorizar a su gemela haciendo quien sabe que sosas dentro de su habitación sin dejar que nadie más se les una. Se supone que Lincoln era un pequeño caballero en formación, así que debía estar ahí para todas sus hermanas, cuidando de ellas, ofreciéndoles ayuda y también sacándolas de apuro, pero en su lugar decidió escoger a una de ellas y comenzó a descuidar al resto, o al menos a la mayoría de las demás. Era como si Lincoln les estuviera expresando sin palabras el hecho de que ya no las quería tanto como antes, pues ahora era mucho más callado y también esquivo. Incluso dentro de la escuela él se había vuelta tan callado que parecía ser alguien diferente. Pese a eso, Lori trató de ser la hermana mayor que se esperaba fuera, dándole tiempo y espacio a Lincoln, minimizando el peso de su acciones y de sus decisiones para no tomárselas de manera muy personal, pero lo cierto era que esas decisiones le afectaban, la hacían sentirse desplazada y también le causaban inseguridades.

Aunque Lori tenía una figura paterna muy presente en su vida la cual pese a ser mayormente emocional y frágil, realmente podía demostrar firmeza y fuerza en los momentos requeridos, en realidad para Lori no era su padre quien representaba su estándar masculino. A diferencia de la inmensa mayoría de personas, para Lori no era su padre quien representaba el estándar de lo que esperaba de un hombre, y para ello había muchas razones, la principal era sin duda la forma en que su madre le hablaba sobre su hermano menor, y por ello era de Lincoln de quien recordaba todas las cualidades, todas las características y todas sus flaquezas cuando pensaba en lo que le gustaba de los hombres. Ella no era del todo consciente de ello, pero la única razón por la que aquel chico latino de su escuela le gustaba tanto era porque le recordaba mucho a Lincoln, aunque solo en relación a su personalidad, pues ese chico no tenía el hermoso cabello de Lincoln ni tampoco sus graciosas pecas o su hermosa sonrisa. Hasta ese momento Lori jamás había recibido negativas de su pequeño hermano peliblanco, por lo que le confundía mucho aquel abandono repentino de parte del que, sin ella saberlo, era su chico ideal. Y sin duda las cosas empeoraban al estar dentro de aquella cámara de ecos en la que sus hermanas se habían convertido, nublando lentamente su juicio y cambiando su percepción.

No siendo Lori la única desatendida, Luna constantemente se veía afectada por la actitud del hermano menor, teniendo que asistir a la hermana alfa en busca de explicación ante la nueva dinámica familiar, sin que Lori tuviera idea de cómo responder a ello. Y aunque Luan se veía en realidad muy poco afectada ante lo que sucedía, Lenna parecía estar sintiéndose muy enojada y descontenta con la situación también. Ellas tres hablaban ocasionalmente al respecto y siempre terminaban quejándose de que Lincoln pasara a ser tan distante con ellas, pero siempre terminando por culparlo a él, reclamando la menor de las faltas del niño para justificar su molestia y haciendo con ello que una idea negativa de su pequeño hermano menor comenzara a forjarse dentro de sus mentes. Era una cámara de ecos donde cada una de ellas decía algo y el resto simplemente le respondía con lo que quería escuchar, reafirmando y asentando en ellas las ideas negativas que su molestia había generado. Para ninguna de ellas fue igual el resultado de aquel ejercicio negativo de conversación, incluso podía decirse que mientras Lori y Lenna afirmaban sus enojos y los validaban haciendo de Lincoln la figura de su infundado pero bien establecido resentimiento, para Luna la culpa se asentaba de manera personal. Hacía tiempo que la tercera hermana de la familia sentía que estaba perdiendo a su pequeño hermano menor por razón que en realidad no existían, y con ese nuevo comportamiento y todas aquellas cosas que decían sus hermanas terminó por sentir que era ella la causante de que su hermano decidiera alejarse de ella. Pero en el caso de Lori fue algo más cercano al resentimiento, una sensación de enojo derivada de la forma en que el dejo de cuidarlas repentinamente, aunada a su increíblemente fuerte temperamento y su natural terquedad que se acentuaban de manera negativa ante la sensibilidad emocional propia de la pubertad. Lori quería hacer que Lincoln sintiera la misma sensación de tristeza que ella sentía, y aunque no había hecho nada por expresar aquella negatividad fuera de las conversaciones venenosas que tenia con Luna, Luan y Lenna. Fue entonces que sucedió el incidente de la libreta y el ático.

Debía admitir que sinceramente veía los dibujos de aquella libreta como un intento muy pobre y gracioso de parte de Lincoln, pero lo cierto es que pese a todo Lori amaba a su hermano menor y no quería lastimarlo, sin embargo al ver aquellos dibujos sus comentarios ofensivos e incisivos surgieron de manera innata. Quizá fue culpa de Lenna, quien antes que las demás comenzó con aquellos comentarios burlones sobre lo que Lincoln plasmo en aquellas hojas, burlándose de él incluso ante el hecho de como ella siendo tan pequeña de estatura y aun relativamente débil, podía mantener aquella libreta lejos del alcance del peliblanco. Aunque estaba siendo cruel con lo que decía, Lori solo pensó que aquello era una pequeña venganza por como la hizo sentir y esperaba de su hermano el mismo comportamiento de siempre, que no pasaría de algunos quejidos, mucha frustración y un par de rabietas muy silenciosas. Lori lo conocía bien, mejor que nadie, esperaba algo que ya había visto antes de él, pero se equivocó, lo que su hermano hizo fue algo que ella nunca antes le vio hacer. Permaneció en shock por un momento tras aquel potente sonido ante el portazo que su hermano menor dio al salir de la habitación y no fue capaz de salir de su estupor hasta que dicha puerta fue abierta nuevamente, esta vez por acción de su padre quien molesto ante el ruido les infundió un reclamo por ello. Cuando su padre salió corriendo de casa al escuchar sobre Lincoln, Lori estaba completamente confundida, pues nunca esperó un actuar semejante de su hermano menor, quien siempre mostró ser alguien mesurado y bastante en control de sus emociones. Y entonces la culpa la invadió cuando, al regresar su padre en compañía del niño, ambos se encerraron en la habitación de los adultos y aun estando todas ellas en la planta alta, podían escuchar los gritos y reclamos propinados por los padres al pequeño. En aquella situación Lincoln no tenía la culpa de nada, era culpa de ellas, o al menos de Lori y de Lenna, quienes fueron las que más le molestaron con sus burlas, él solo tuvo una rabieta por culpa de su enojo, si alguien debía ser castigado tendrían que ser Lori y Lenna, incluso Luan, pero en su lugar era Lincoln quien por alguna razón estaba recibiendo aquella lluvia de improperios por parte de sus padres. Más aun, Lori no podía recordar alguna vez en la que viera a sus padres tan molestos como en aquel potente regaño, el cual para colmo fue bastante prolongado desde su perspectiva. Cuando por fin se detuvo aquella cacofonía de gritos, un prolongado silencio reino en la planta baja de la casa, permitiendo a Lori enfriar sus pensamientos y darse cuenta de que lo primero que debía hacer en cuanto sus padres decidieran liberar al pequeño se la habitación, era disculparse con él por todo. Principalmente por burlarse de sus dibujos y por hacerlo recibir un regaño tan intenso, pero no fue capaz de hacerlo, para cuando ella al fin salió de su habitación junto al resto de sus hermanas el pequeño peliblanco estaba ya encerrado en el ético por propia cuenta, por lo que tratando de darle algo de privacidad y espacio volvió junto a sus hermanas a su habitación. Debían hablar sobre lo que paso.

La conversación fue bastante corta, a penas estaban tratando de ver cómo es que se disculparían cuando lo que pareció un fuerte pisotón hizo retumbar la casa desde el ático, mostrándole a las hermanas como de afectado estaba el único varón de la descendencia. Pero eso no fue todo, un par de gritos y mucho ruido provinieron del ático, dejando claro que aquello era producto de un acto de violencia por parte del peliblanco. Lori no pudo evitar sentirse aprensiva cuando al ver subir a su padre con prisa, decidió seguirlo guiada por su instinto de hermana mayor, entendía que debía cuidar de Lincoln pues ante tal muestra de violencia seguramente terminaría lastimándose y aunque tardó bastante en tomar control de su cuerpo para subir al ático, se sorprendió bastante cuando al estar dentro de aquella oscura y empolvada habitación vio a su padre siendo apaleado mientras intentaba contener a Lincoln haciendo aquella rabieta tan desenfrenada. Una vez más Lori veía en Lincoln una conducta que jamás creyó fuera a ser parte de él, y eso la hacía sentirse incomoda, puede que incluso algo asustada. Estaba segura de que ella, siendo la mayor y a quien todos acuden, es la que mejor conocía a sus hermanos menores, especialmente a Lincoln, con quien ella creía que tenía ese lazo especial por ser sometido a un trato tan peculiar como el suyo, convirtiéndolos en confidentes de sus problemas y de sus quejas, mostrándose el uno al otro sus peores caras gracias a ese lazo especial entre ellos. Lori estaba segura de que conocía todo sobre su pequeño hermano menor, y sin embargo ahí estaba un Lincoln que ella no conocía, que no había visto nunca antes y que le parecía también algo peligroso. Lincoln jamás levantó su mano en señal de violencia para nadie, ni dentro ni fuera de fu familia, al menos no hasta que pudo ver como su padre recibía golpes y rasguños mientras trataba de detener su pequeño cuerpo el cual, ante todo lo que hacía por resistirse al abrazo de su padre, parecía estar incluso convulsionando. ¿Aquello era por su enojo? ¿Lincoln podía ser así de violento cuando se enojaba? ¿De haber sido ella la primera en llegar, Lincoln le estaría propinando aquella paliza en lugar de a su padre?

***

Cuando habló con sus padres sobre eso, Lori creyó en ellos sin dudar mucho sobre lo que decían, incluso podía identificarse en gran medida con ello, después de todo hacia muy poco que a ella le pasó algo muy similar pero en menor escala. Incluso le explicaron porque él llego a tales grados de violencia, y en verdad tenía sentido, Lincoln era un niño pequeño después de todo, pese a eso él estaba a cargo de muchas tareas que le correspondían por ser el varón, así como también responsabilidades relacionadas con el cuidado de sus hermanas; a las más pequeñas cuidándolas y siendo de ayuda para su madre tratando de atenderlas, y a las mayores asistiéndolas en sus actividades y ayudando a resolver sus problemas, problemas que por la diferencia de edades con algunas resultaban completamente ajenos o bochornosos.

Lori podía entender que incluso cuidar de Leni era algo que resultaba muy frustrante en ocasiones, y estar obligado a recibir una paliza de parte de todos pero tener que tolerarlo por ser la mayor era algo que Lincoln experimentaba también, en su caso no por ser el mayor sino por ser varón. Si a eso le agregaba la frustración que Lincoln sintió hacia un tiempo al no conseguir encontrar algo en lo que ser bueno y ahora siendo atosigado por ellas al dejarlas de lado, siendo que él en realidad lo único que quería era tener tiempo para sí mismo. Aunque avergonzada de los malos pensamientos que le dedicó a Lincoln estando en confianza con Luna y Lenna, así como en la soledad de su mente, Lori mantuvo esas emociones sin perder su intensidad, pero al menos ahora sentía que podía justificar un poco su actuar. Lincoln debía tener muchas cosas guardadas que jamás les dijo a los demás, así como Lori aun tenía problemas que no estaba dispuesta a externar, y a pesar de que se estuvo esforzando bastante en ello, al ver sus varias de ellas simplemente soltaron comentarios despectivos y burlones sobre el fruto de su esfuerzo, lo hicieron sentir mal y también le mostraron una actitud agresiva. De alguna manera Lori podía decir de manera confiada que Lincoln tenía derecho a estar enojado y a tratar de expresar como se sentía. Pero no podía dejar de pensar en lo que verlo de aquella forma le causaba, pues aunque seguía queriéndolo, ahora sentía que no podía confiar del todo en él. Ahora sabía que su pequeño hermano menor tenía secretos, también presencio hasta donde podía llegar su violencia y su fuerza y ninguna de esas cosas la tranquilizaba en absoluto. Justifico amablemente las acciones de su hermano, pero Lori sentía que con el pasar del tiempo cada vez veía a Lincoln más lejano, siempre que descubría algo nuevo de él era interesante, pero no esta vez, especialmente con la forma en que había comenzado a alejarse de ellas.

La molestia de Lori no aminoro en absoluto, especialmente porque no tenía oportunidad de hablar con él de la forma en que le gustaría. Lo cierto es que si tuvieran el tiempo y la oportunidad, Lori podría aceptar todo lo que sucedió a base de charlas con él para tratar de entenderlo mejor, siempre y cuando pudieran volver a ser como antes. Él un pequeño y lindo hermano menor que cuidaba de ellas y pasaba su tiempo cuidándolas y queriéndolas. Ella siendo una estricta hermana mayor que pese a las dificultades siempre encontraba la forma de mantener unidos a todos sus hermanos y evitar, tanto como sea posible, las peleas entre ellos. Pero Lincoln no parecía querer volver a eso ya que pasaba cada vez menos tiempo con ellas, primero dejando de asistir a los almuerzos escolares con ellas y después pasando menos tiempo con ellas en casa. La frustración de Lori ante la sensación de perder una vez más la oportunidad de arreglar las cosas con su hermano menor incluso la hacía madurar un fuerte sesgo sobre como sucedían las cosas, pues si bien era cierto que Lincoln ahora pretendía de manera activa pasar menos tiempo con sus hermanas, también era cierto que aun cuando él quisiera hacerlo no podría, pues la mayoría de ellas estaba ahora ocupadas con actividades escolares extra curriculares. Pero Lori no podía identificar eso como parte del problema, para ella todo era por culpa de Lincoln, quien descaradamente decidió no pasar más tiempo con ellas. Quizá lo que más le frustró fue que eventualmente supo la razón por la cual Lincoln ahora no pasaba tiempo con ellas en el almuerzo, o prefería quedarse más tiempo en la escuela, dentro de la biblioteca escolar, pero sin intenciones de esperar a sus hermanas para regresar a su lado a casa. En su lugar Lincoln ahora pasaba su tiempo libre en compañía de un niño de su clase, un feo niño de raza negra, medio ciego y con un raro cabello rizado que parecía acaparar su atención en todo momento. Esta vez Lincoln las había reemplazado de manera efectiva, y a cada día que pasaba parecía que aquello era incluso más notorio.

Aquellas platicas que Lori tenía con sus hermanas en las que formaban aquella cámara de eco donde sus pensamientos negativos se afianzaban no desistieron, en su lugar parecieron volverse mucho más comunes y presentes, consiguiendo con ello que Lori y Lenna ensancharan la hostilidad contra Lincoln en forma de represaría ante el desplazamiento que ellas sentían su hermano menor les daba como alguna forma de venganza. Mientras Luna se sumergía más en la culpa, asumiendo que Lincoln se alejaba gracias a que ella había hecho algo mal o dicho algo incorrecto. Incluso Luan, quien no estaba particularmente afectada por como Lincoln ahora pasaba tiempo con su nuevo amigo, comenzó a sentir hostilidad por su pequeño hermano, principalmente por ver como toda aquella situación afectaba a su hermana mayor inmediata.

Sin dejar de exigir su atención, Lori comenzó a castigar a Lincoln usando palabras que expresaban molestia ante su nueva amistad, aquel niño afeminado de piel negra quien parecía estarles robando la atención de su pequeño caballerito y al parecer también haciéndolo cambiar. Pero quien en realidad estaba cambiando era Lori, pues aun sin darse cuenta de ello, sus acciones pasaban a ser muy distantes de lo que solían ser. Al menos con su hermano menor. La forma en que le insinuaba su molestia, el cómo le recordaba sus ausencias, los reclamos antes sus fallas y también su negación a aceptar las disculpas que él llegaba a brindar causaban en el pequeño de blanca cabellera una expresión de malestar y tristeza, y eso parecía hacer sentir bien a Lori. Verlo fruncir el ceño ante la molestia, entristecerse o solo verlo resignado se convirtió en algo catártico para Lori, quien realmente no se cuestiono como es que poco a poco esa actitud iba creciendo en ella y haciéndose mucho más presente. Pero ella no era alguien completamente ajena a sus propios problemas, podía entender como mínimo que ver de aquella forma a Lincoln la hacía proyectarse en él. Pese a que tenia visitas relativamente frecuentes con el psicólogo, las cuales no eran tan comunes como deberían ya que el gasto de esas visitas era priorizado para Leni y Luan, quienes a primera vista parecían ser las que más necesitaban de ello, Lori no había conseguido aun la confianza para abrirse completamente sobre sus problemas con aquel terapeuta, dentro de ella aun se mantenía esa idea arraigada por sus padres de que debía tolerar más que el resto por ser la mayor. Precisamente por eso es que se sentía mucho más cercana a Lincoln, y también comprendida por él, pero dentro de sí, ella solía dedicarse comentarios desagradables debido a su incapacidad de expresar lo que más le molestaba. Por fuera ella era capaz de mostrarse como alguien fuerte, capaz, intrépida y sobre todo muy temperamental, pero aquello ocurría casi de forma exclusiva frente a su familia, así debía ser si quería mantener el orden entre sus hermanos menores y guardar las apariencias con sus padres, y aun cuando llegaba a vulnerarse con su pequeño hermano, aun había muchas cosas que Lori no estaba dispuesta a compartir sobre sí misma, sintiéndose algo culpable por ello. Cuando reflexionaba sobre ese tema, para Lori era inevitable sentirse frágil y débil, contemplándose a sí misma como una farsante que solo quería agradarle a sus padres y tratar de controlar a sus hermanos. No estaba equivocada en absoluto, pero si había llevado aquella idea hasta un extremo muy alejado de la realidad.

Aunque a la mayoría le gustaría decir que es así, lo cierto es que nadie puede ser genuinamente autentico con otras personas, y eso no es algo que resulte malo en sí mismo. Guardarse los pensamientos intrusivos, las fantasías más íntimas o incluso los actos propios que se dan en la privacidad es algo común y que muchas veces no está relacionado con la intimidad que se tenga con otras personas, por lo cual no se suelen compartir con nadie. Todos han llegado a fantasear con dejar todo atrás y desaparecer, con cometer una fechoría completamente descabellada, con herir de manera violenta a alguien, con privar de la vida a otra persona o con despojarse uno mismo de su vida, pero eso no significaba que se en algún momento se llevarían a cabo aquellos actos. De la misma forma hay cosas que hacemos en la privacidad y no estamos dispuestos a mostrarle a nadie más, sin importar la relación que se tenga con otra persona, para muchos darse placer es una de ellas, para casi todos el acto de liberar desechos es otra, pero también existen casos más específicos y mundanos que van en función de las propias inseguridades y complejos que se tienen; cortarse las uñas de los pies, soltar un gas, cepillar sus dientes, escuchar o ver algún tipo de entretenimiento en especifico, cambiar su ropa. Incluso existen personas con hábitos que de manera intrínseca representan una intimidad incomparable, pese a no ser necesariamente íntimos, chuparse un dedo al dormir, morder sus uñas, tallar sus parpados, para personas con más problemas podría ser el acto de vomitar, de infringirse dolor o de provocarse heridas. Lori, como cualquier otra persona, tenía también muchas cosas que no compartía con nadie más y que guardaba para hacer o pensar en completa soledad, pero en algún momento y tras tanta reflexión sobre ello, comenzó a sentirse avergonzada por ello. Veía aquello como una debilidad y solía decirse a sí misma insultos y reprimendas por ser de aquella forma, especialmente porque aquello que ella escondía solían ser sus miedos y algunas de las cosas que más le molestaban. Aquella parte de sí misma, dentro de su mente, era representada por una niña llorona y berrinchuda a la que no le gusta nada y se molesta con todo, pero que nunca ofrece alguna solución a sus problemas. Aunque Lori no se odiaba a sí misma, si odiaba esa parte de sí misma, y cuando molestaba a Lincoln y le hacía expresar aquellas emociones negativas en su rostro, Lori podía verse reflejada en él.

Nunca antes vio a su hermano expresando esas emociones de esa forma en especifico, tan parecida a como ella misma se percibía en sus adentros, por ello cuando lo observaba le era muy sencillo verse a sí misma, y eso la hacia enojarse, no con Lincoln sino con ella misma. Era en ese momento que el ciclo de enojo apareció en ella y fue incapaz de notarlo. Decirle a Lincoln aquellas palabras llenas del enojo que tenia acumulado y que no necesariamente estaba completamente dirigido a él le daban una sensación de catarsis, entonces Lincoln se mostraría molesto o triste ante ella y sus acciones, lo cual le haría parecer a la imagen mental de Lori, llevándola a insultarlo teniéndose en mente a sí misma, causando una nueva catarsis aun mayor ya que cuando le trataba mal, era como tratar mal a la parte de sí misma que mas odia y al mismo tiempo hacia que Lincoln mostrara con más intensidad su lado negativo.

Pero Lincoln no era como Lori, al cabo de un par de meses siendo asediado por Lori y su nueva forma de catarsis, la cual había influenciado de manera negativa a algunas de sus hermanas, quienes siguiendo el ejemplo de la alfa comenzaron a también liberar poco a poco sus frustraciones sobre él, Lincoln comenzó a dar batalla y defenderse. El pequeño Lincoln quizá pudo mantenerse en silencio y soportar aquella frustración que sus hermanas le habían empezado a expresar, pero algo le hizo perder su paciencia por completo, algo que estaba relacionado con sus hermanas, pero que irónicamente tenía que ver con aquellas que no le trataban mal, las gemelas.