*THYRA*
Desperté lentamente, la sensación de ligereza invadiendo mi cuerpo de manera extraña, como si toda la fatiga, el dolor y el peso que había llevado durante semanas se desvaneciera poco a poco. Mi cuerpo ya no dolía, o al menos no tan intensamente como antes, y me sentía más despierta, más viva. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero lo que sí sabía es que algo había cambiado.
La figura que me había ayudado aún estaba allí, observándome con una expresión de curiosidad. Su mirada era aguda, como si tratara de entender algo que no terminaba de comprender. Entonces, habló.
"Es sorprendente", dijo con una voz profunda y algo intrigada. "Nunca había visto a una humana resistir lo que hiciste. Absorber el poder de un dragón... No es algo que se vea todos los días."
Fruncí el ceño, confusa. "¿Qué quieres decir con eso?", pregunté, sin poder evitar la preocupación que se formaba en mi pecho. "¿De qué hablas?"
La figura pareció dudar por un momento antes de continuar. "De alguna manera u otra, absorbiste el poder del dragón que mataste, o más bien, absorbiste su esencia. Tal vez fue cuando, en tu intento desesperado por matarlo, utilizaste tu propia vitalidad para generar mana de forma forzada. Ese acto hizo que parte de la esencia del dragón se fusionara contigo."
Mis pensamientos se desbordaron con la revelación. ¿Absorbí su poder? Fue entonces cuando me di cuenta de lo que probablemente había sucedido. Cuando utilicé toda mi vitalidad para generar mana en ese último intento de acabar con el dragón, y cuando caí en su sangre, las dos energías, la mía y la del dragón, se habían mezclado.
"¿Entonces... qué significa eso para mí?", pregunté, intentando procesar lo que me había dicho. "¿Ahora soy como ellos? ¿Un dragón?"
La figura negó suavemente con la cabeza, como si mi pregunta no fuera lo que realmente le preocupaba. "No. No eres un dragón, ni has adquirido sus poderes ancestrales o habilidades, si eso es lo que temes o esperas. Lo que sucedió es más... complejo. Probablemente tienes alguna habilidad especial que proviene de esa esencia, pero no se sabe si tendrá efectos permanentes o cómo se manifestará. Es un fenómeno raro, pero es posible que poseas algo relacionado con los dragones ahora, aunque aún no lo sabemos con certeza."
Un escalofrío recorrió mi espalda al escuchar esas palabras. Algo relacionado con los dragones... ¿qué tipo de habilidad podría ser? ¿Sería algo peligroso? ¿Algo que podría cambiar mi destino para siempre? Demasiadas preguntas llenaban mi mente, pero ninguna respuesta clara llegaba.
El silencio se instaló entre nosotros por un momento. Mi cuerpo aún se sentía extraño, como si algo más profundo dentro de mí hubiera cambiado, pero no sabía qué era. Todo lo que sabía era que, en algún momento, después de mi caída, algo en mí había sido transformado. El hechizo de desesperación que había lanzado para vencer al dragón parecía haber tenido un efecto mucho más grande de lo que podría haber imaginado.
"¿Y qué pasa ahora?", pregunté, mi voz algo temblorosa. "¿Qué haré con esto?"
La figura miró hacia el horizonte, como si pensara en algo que no me estaba diciendo, antes de responder. "Lo que pasa ahora depende de ti, pero uno de los primeros pasos es aprender a controlar lo que ha surgido dentro de ti. No es algo sencillo, y es posible que necesites tiempo para descubrir qué puede hacer. Pero lo que está claro es que no volverás a ser la misma."
La figura finalmente se presentó. Su voz era suave, pero cargada con un conocimiento profundo que parecía trascender el tiempo mismo.
"Mi nombre es Enarian", dijo, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. "Soy un guardián de este lugar, y he estado observando lo que ha sucedido aquí, observando cómo tu destino se ha entrelazado con el poder del mundo."
Mis pensamientos estaban más confundidos que nunca, pero algo en su presencia me decía que no debía hacer más preguntas sin tener primero algo más claro. Enarian me guió a través del vasto espacio subterráneo, el cual parecía estar imbuido de una energía cálida y acogedora. Era un lugar de calma, lleno de una energía vibrante que fluía a través de cada rincón. A medida que caminábamos, me señaló una pequeña zona iluminada con una luz suave y verde, como si fuera un rincón apartado, pero lleno de paz.
"Este es un espacio donde puedes meditar y recuperar tu mana más rápido", dijo Enarian, alzando una mano en dirección al centro del área. "Aquí podrás sentirte más conectada con lo que has absorbido, aunque no sabremos exactamente qué sucederá cuando lo hagas. Pero si eres lo suficientemente paciente, tal vez descubras algo interesante sobre ti misma."
Sin más, me dirigí al centro, sentándome con las piernas cruzadas, tomando una respiración profunda. Cerré los ojos y traté de concentrarme en mi interior. Sentí como mi cuerpo lentamente comenzaba a recordar su mana, como si se despertara de un largo sueño. La sensación era agridulce, como si mi cuerpo estuviera tratando de volver a conectar con algo fundamental, algo que había olvidado.
Mientras lo hacía, percibí la mirada de Enarian. No necesitaba verlo para saber que me observaba, pero su presencia me resultaba extraña. A medida que mi respiración se hacía más profunda, sentí que una corriente de energía fluía a través de mí. No solo mana, sino algo mucho más... profundo. Algo que no había experimentado antes. Mi corazón latía más rápido, y mi cuerpo se llenaba de una sensación de poder. Fue cuando Enarian murmuró, casi en un susurro:
"Interesante."
Abrí los ojos de golpe, sorprendida por sus palabras. "¿Qué es lo que encuentras interesante?", le pregunté, mi voz temblando ligeramente por la curiosidad.
Enarian me miró fijamente, con una leve sonrisa. "Lo que estás haciendo, lo que está sucediendo dentro de ti. Sientes cómo tu mana se recarga, pero hay algo más. Algo que parece provenir de... otro lugar. Algo que no es tuyo, pero ahora forma parte de ti."
Algo dentro de mí se tensó al escuchar sus palabras. "¿De qué estás hablando?"
"Recuerda", dijo con calma, "piensa en lo que sucedió durante tu lucha contra el dragón. En ese momento de desesperación, en ese momento cuando usaste toda tu vitalidad para generar mana y vencer a la bestia. ¿Recuerdas algo en especial?"
La pregunta me hizo detenerme. Cerré los ojos, recordando la batalla, el dolor, la desesperación, y luego… algo más. Algo extraño, algo que no entendía. El altar. El altar en la caverna. Recordaba haberlo visto, y sentí como mi mana y el poder que emanaba de ese altar se conectaban conmigo en ese momento. Había algo en ese lugar, algo que había influido directamente en la forma en que derroté al dragón.
Abrí los ojos lentamente, ahora entendiendo lo que Enarian sugería. "¡Entonces, es por eso que pude absorber la esencia del dragón!" exclamé, más para mí misma que para él. "Mi energía se mezcló con la del altar y, de alguna manera, mi vitalidad transformada en magia absorbió parte de la esencia del dragón."
Enarian asintió lentamente, como si ya lo hubiera sospechado. "Exactamente. La combinación de tu vitalidad, ese altar, y la batalla contra el dragón crearon una reacción única. Es por eso que pudiste no solo matar al dragón, sino también absorber parte de su poder. Esa esencia se fusionó contigo, aunque de manera inestable."
Mis pensamientos comenzaban a aclararse. La pieza que me faltaba estaba finalmente encajada. Lo que había sucedido en esa batalla no era solo una coincidencia. Algo mucho más grande que yo estaba en juego, y aunque no entendiera completamente lo que sucedía dentro de mí, sabía que estaba a punto de descubrir algo que cambiaría mi vida para siempre.
Miré a Enarian, aún con el eco de mis pensamientos resonando en mi mente. Aunque el misterio se despejaba poco a poco, había algo en todo esto que me hacía sentir un poco más perdida que antes.
Con una sonrisa irónica, le pregunté, tratando de aliviar un poco la tensión del momento: "Entonces, ¿ahora qué? ¿Qué se supone que debo hacer con todo este poder de dragón dentro de mí?"
Enarian se quedó en silencio por un momento, como si estuviera evaluando la pregunta. Luego, soltó una risa suave, casi burlona, antes de responder con un tono más ligero. "La verdad... no tengo ni idea", dijo con una sonrisa juguetona, "Es la primera vez que veo algo como esto. Aunque, lo del altar, eso sí lo sé. Yo lo construí, después de todo."
Me quedé en silencio, sorprendida. "¿Tú lo construiste? Entonces... ¿eso significa que tú también...?"
Enarian asintió con calma. "Sí, lo hice. Ese altar tiene un poder especial. Pero lo que realmente ocurrió no es que solo absorbieras su poder, sino que algo más pasó. Esa esencia del dragón no fue absorbida solo por tu magia o tu cuerpo. Fue algo más profundo. Natural, diría yo. Fue por voluntad, no por fuerza. No es que hayas obligado a las energías a fusionarse contigo, sino que todo ocurrió de una manera más... orgánica."
Mis ojos se abrieron en comprensión, aunque seguía algo confundida. "¿Entonces todo esto fue... mi voluntad? ¿Fue algo que hice sin darme cuenta?"
"Sí", respondió Enarian, su tono ahora más serio, pero sin dejar de sonreír con una chispa en los ojos. "Es como si algo en ti eligiera aceptar el poder del dragón. Y no solo eso, sino que la conexión con el altar... el poder que fue transferido a ti fue más que solo fuerza. Fue un reconocimiento de tu potencial, de tu propia capacidad para manejar algo tan grande."
Puse una mano en mi frente, procesando todo. "Es... raro", murmuré. "Es como si todo lo que me pasó estuviera orquestado por algo que no comprendo."
"Así es", dijo Enarian, recostándose contra una de las paredes cercanas. "Pero ahora, tú eres la única que puede decidir qué hacer con todo esto. ¿Vas a usar ese poder para algo bueno? ¿O serás una amenaza para aquellos que te rodean? Eso, solo el tiempo lo dirá."
Me quedé pensativa, mirando mis manos. No sentía que tuviera el control total de este poder, pero algo en mi interior me decía que podría aprender a usarlo. Solo necesitaba tiempo.
"Bueno," comencé a decir, con una sonrisa decidida, "supongo que lo primero será descubrir cómo funciona este poder, y luego… ¿quién sabe? Tal vez pueda encontrar una manera de regresar a casa."
Enarian levantó una ceja, como si estuviera esperando algo más. "¿A casa? ¿Realmente piensas que eso será tan fácil?"
"No lo sé," respondí, "pero siempre he sido buena en encontrar soluciones, incluso cuando las cosas parecen imposibles. Si este poder me ha dado algo, es la oportunidad de demostrar que puedo manejarlo. Y si no, bueno... entonces probablemente me meta en más problemas."
Enarian rió suavemente, su mirada llena de una mezcla de admiración y diversión. "Parece que tendrás un largo camino por delante, Lady Auren. Y creo que no te faltarán sorpresas. Pero por ahora, quizá deberías descansar un poco más. No estás completamente recuperada."
Sonreí ante su advertencia, aunque en el fondo sabía que mi cuerpo, aún marcado por el cansancio de la batalla, me pediría más descanso. Si todo esto había sido parte de mi destino, entonces encontrar mi camino de regreso no sería solo un viaje físico, sino también un desafío de descubrir qué más era capaz de hacer con este poder que había absorbido, por voluntad o no.
"Descansaré, pero no por mucho tiempo," respondí con determinación. "Este poder no me va a controlar. Yo lo controlaré a él."
Enarian me observó en silencio, asintiendo con una sonrisa de aprobación. "Tal vez, solo tal vez, serás capaz de hacerlo. Pero recuerda una cosa, Lady Auren: no todo poder debe ser usado sin entender sus consecuencias."
***
Desperté lentamente, con la sensación de que mi cuerpo ya no era el mismo. Al abrir los ojos, el aire fresco me golpeó de inmediato, y una fragancia deliciosa llenó mis pulmones: comida. Mi estómago rugió con fuerza, recordándome que no había comido en mucho tiempo. Pero lo más sorprendente era cómo me sentía, ligera. Mucho más ligera que antes.
Miré mis manos, moviéndolas con suavidad, como si las estuviera viendo por primera vez. La sensación era diferente, más conectada, más plena. Algo en mi interior me decía que no era solo la falta de dolor, sino que había algo más, algo que no había experimentado antes. Una energía fluía dentro de mí, como si mi propio cuerpo hubiera sido renovado por alguna fuerza que no lograba comprender del todo.
Me levanté lentamente, probando mis piernas, que respondieron con facilidad. Me sentí... fuerte. Más fuerte de lo que había estado antes. Había algo extraño, casi incómodo, como si la esencia del dragón estuviera todavía dentro de mí, circulando a través de mis venas, fusionándose con mi propio poder.
El mana a mi alrededor era ahora mucho más perceptible. Lo sentía fluir a través de cada grieta en las rocas, en cada rincón de la caverna. Pero lo que realmente me sorprendió fue la sensación de la energía de Enarian, que parecía estar en todas partes, envolviéndome en una especie de cálido resplandor. La cantidad de mana que emanaba de él era inmensa, mucho más allá de lo que cualquier ser humano podría imaginar. Sin embargo, no sentía ninguna amenaza en esa energía. Enarian no me inspiraba miedo. Más bien, una sensación de... calma.
Al levantar la vista, lo vi en su rincón habitual, observándome con una ligera sonrisa, como si hubiera estado esperando que me despertara.
"¿Te sientes mejor?" preguntó, su voz suave, pero con una ligera curiosidad en ella.
Asentí lentamente, aún procesando lo que estaba sintiendo. "Sí. Mi cuerpo se siente... diferente. Más ligero, más... conectado. ¿Es por la meditación, o...?"
Enarian asintió, acercándose un poco mientras me observaba con esa mirada analítica que siempre tenía. "La meditación te ha permitido recuperar parte de tu energía, sí. Pero también debes tener en cuenta que la esencia del dragón que absorbiste está interactuando con tu propio mana. Es como si todo eso se estuviera fusionando de alguna manera. Puede que te sientas diferente por un tiempo, hasta que logres dominar esa energía, aunque sea un poco."
Lo miré detenidamente, sin poder evitar una sonrisa leve. "Esto es... algo completamente nuevo para mí. No puedo negar que, aunque me siento mejor, también me siento un poco... abrumada."
"Eso es natural," respondió Enarian con una sonrisa tranquila. "Lo que has experimentado no es algo común, y es probable que aún haya mucho que no comprendas. Pero eso está bien. Tienes tiempo. Tiempo para adaptarte y entender cómo controlar lo que has absorbido. El verdadero desafío será cómo equilibrar esa nueva fuerza dentro de ti sin que se apodere de tu voluntad."
Miré al frente, sintiendo nuevamente esa inmensa corriente de mana que fluía por la caverna. Pero no solo lo sentía a través de mis manos o de mi cuerpo. Era como si la propia tierra estuviera viva con esa energía. "¿Qué... qué es todo esto? ¿Dónde estamos exactamente?"
"Un lugar oculto," respondió Enarian, sus ojos brillando con una mezcla de misterio y conocimiento. "Un refugio de los antiguos, donde se almacenaron fuerzas olvidadas. Es un lugar fuera del alcance de la mayoría de los mortales. Solo los que tienen el conocimiento necesario pueden encontrarlo."
Tomé un respiro profundo, considerando todo lo que me había dicho. Todo esto era mucho más grande de lo que había imaginado. No solo estaba tratando de lidiar con el poder que había absorbido del dragón, sino con un entorno completamente nuevo y desconocido, lleno de magia que no comprendía.
"Entonces," dije, comenzando a caminar hacia el lugar donde la comida estaba siendo preparada, "¿qué pasa ahora? ¿Qué se supone que debo hacer con todo esto?"
Enarian sonrió suavemente y se acercó a mí. "Eso depende de ti, Lady Auren. Tienes muchas opciones, solo te repito que lo primero es aprender a entender tu propio poder. Este lugar es solo el principio de lo que puedes lograr."
Mientras me sentaba, sintiendo el peso de las decisiones que tenía por delante, algo dentro de mí se despertó. Había comenzado este viaje buscando respuestas, y ahora, con el poder de un dragón en mis venas, sabía que mi camino sería aún más incierto. Pero algo me decía que era capaz de afrontar lo que fuera que el futuro me deparara.
"Entonces, comenzaremos a aprender," dije con determinación. "Empecemos."
*******
Estaba tendida en el suelo, con el rostro contra las rocas, respirando pesadamente. Mi cuerpo estaba de nuevo lleno de dolor, mis músculos agotados. Había estado practicando durante horas, tratando de canalizar todo el poder recién adquirido, pero el esfuerzo había sido mucho más de lo que imaginaba. El mana que fluía dentro de mí era como un torrente salvaje, y no lograba domarlo completamente. Cada vez que pensaba que estaba alcanzando el control, algo me hacía perder el rumbo y caer de nuevo en la misma sensación de ser desbordada.
"Está bien, descansa," escuché la voz de Enarian cerca de mí, calmada, pero con una ligera admiración. "Ahora entiendo por qué ese 'consejo' te teme. Tienes un nivel de aprendizaje aterrador."
Me giré con dificultad, levantando la cabeza lo suficiente para verlo. Su expresión mostraba una mezcla de asombro y diversión. "¿A qué te refieres?" dije con voz rasposa, aún sintiendo el agotamiento recorrer mi cuerpo.
"Lo que has logrado en tan poco tiempo... Es algo que pocos pueden alcanzar," continuó, acercándose lentamente y observando mi respiración agitada. "Tu capacidad para adaptarte y absorber conocimiento es sorprendente. Y más aún, tu poder... la fuerza en tus ataques físicos y hechizos, además de tu agilidad. No es común ver a alguien tan fuerte en tan poco tiempo."
Me recosté en el suelo, tomando un respiro profundo mientras trataba de asimilar sus palabras. Sabía que algo había cambiado en mí desde la batalla con el dragón, pero no entendía hasta qué punto. Mi cuerpo estaba absorbiendo poderes de maneras que no comprendía completamente, y aún no sabía cómo controlarlos por completo.
"Lo que estoy tratando de decirte es que ahora tienes un poder que podría alterar el equilibrio de todo lo que conoces," añadió Enarian, su tono más serio. "Si sigues por este camino, tendrás que tener mucho cuidado con lo que haces. No solo los hechizos y la magia serán parte de tu vida, sino también la influencia que tienes sobre los demás. El miedo que esos 'sabios' tienen hacia ti no es infundado. Ellos no entienden lo que eres capaz de hacer."
Me quedé en silencio por un momento, mirando el techo de la caverna. El peso de sus palabras cayó sobre mí con una fuerza inesperada. Sabía que había ganado fuerza, que ahora podía sentir el mana y usarlo con facilidad, pero la responsabilidad de todo eso me aterraba. ¿Qué haría con tanto poder? ¿Cómo podría controlar lo que se sentía como una tormenta dentro de mí?
"No quiero ser una amenaza para nadie," dije en voz baja, luchando por encontrar claridad en mi mente. "Solo quiero encontrar a mi familia, regresar con ellos, y... detener todo esto."
Enarian se agachó a mi lado, observándome con una expresión que no podía descifrar del todo. "Lo que quieres hacer es admirable, pero debes ser consciente de que las cosas nunca volverán a ser como antes. Has cruzado una línea. Ya no eres solo una guerrera más, Lady Auren. Eres algo más. Y, mientras más tiempo pases en este lugar y con este poder, más difícil será mantener esa humanidad que tanto deseas."
Sus palabras me golpearon como una verdad que no quería aceptar, pero que sabía que era inevitable. No podía deshacer lo que había sucedido. No podía simplemente dejar de lado todo lo que había aprendido, todo lo que había absorbido. Era parte de mí ahora.
"Entonces, ¿qué debo hacer?" pregunté, mi voz temblando levemente, aunque trataba de sonar firme.
Enarian suspiró, levantándose y mirando al horizonte de la caverna. "Primero, necesitarás encontrar tu equilibrio. Solo entonces podrás tomar las decisiones correctas. Y mientras tanto, tendrás que prepararte para los desafíos que vendrán. Porque lo que has despertado dentro de ti atraerá a muchos, y no todos lo harán con buenas intenciones."
La idea de ser vista como una amenaza, de ser perseguida por mi propio poder, no era algo que había considerado hasta ese momento. Pero sabía que, ahora que había atravesado ese umbral, no podía retroceder. Solo me quedaba avanzar, aprender a controlar lo que había dentro de mí y enfrentar las consecuencias.
Me levanté lentamente, aunque mi cuerpo seguía protestando. "Entonces, ¿empecemos otra vez?" dije con una sonrisa cansada, pero firme. "Necesito saber cómo controlar esto."
Enarian me miró con una sonrisa que reflejaba tanto respeto como intriga. "Eso es lo que quería escuchar."
Y así, a pesar del agotamiento que sentía, comencé de nuevo, sabiendo que esta vez no solo luchaba por mi supervivencia, sino también por el control de una fuerza que podría cambiarlo todo.