La mañana era tranquila en la mansión Kafgert. El sonido de las puertas principales resonó cuando Hubert, el mayordomo principal, anunció la llegada de un nuevo miembro al personal. Ronan, un joven de unos 12 años, cruzó el umbral con una pequeña mochila al hombro y una expresión serena pero alerta.
Rose estaba sentada en el salón principal con Ellian en brazos. Adam, de pie junto a la chimenea, observó al niño con su mirada firme e intimidante. Noah, sentado en el sofá, miraba a Ronan con curiosidad, evaluándolo en silencio.
—Mi señor, como pidió, aquí está el joven Ronan. Será asignado exclusivamente al cuidado del joven Ellian —anunció Hubert, inclinando ligeramente la cabeza.
Adam avanzó hacia Ronan, deteniéndose a unos pasos de él. Su figura imponente hizo que el joven levantara la barbilla, manteniendo la calma.
—A partir de hoy, tu única responsabilidad será cuidar a Ellian. Él será tu prioridad absoluta. ¿Entendido? —preguntó Adam, con voz firme.
—Sí, mi señor —respondió Ronan con una voz clara y decidida.
Desde el regazo de su madre, Ellian observaba la escena con sus grandes ojos brillantes. Aunque era un bebé, su mente, impulsada por un sistema que parecía guiarlo, procesaba cada detalle.
¿Quién es este? pensó Ellian, mientras miraba a Ronan. Padre lo ha elegido para cuidarme. Eso significa que debe ser confiable, pero necesito verlo en acción.
Cuando Ronan se acercó a ellos, Ellian lo miró fijamente, evaluándolo. Tiene una expresión tranquila. No parece intimidado por padre, y madre no parece preocupada. Eso es un buen inicio.
Ellian agitó sus pequeñas manos, balbuceando algo que sonó como un intento de llamar la atención. Ronan se inclinó suavemente, arrodillándose frente a él.
—Es un honor, joven Ellian —dijo Ronan, con una voz cálida pero respetuosa.
Ellian sintió algo extraño. Había conocido a otros sirvientes antes, pero ninguno le había transmitido lo que este joven transmitía. ¿Honestidad? ¿Firmeza? Quizás ambas. Esto podría ser interesante.
Cuando Rose lo entregó a Ronan, Ellian sintió las manos firmes pero cuidadosas del joven. No lloró ni protestó. En cambio, dejó que lo sostuviera mientras lo miraba con curiosidad.
Eres diferente. No como los otros sirvientes. Tal vez realmente puedo confiar en ti... por ahora, pensó Ellian, dejando escapar un balbuceo que sonó casi como una risa.
Ronan sonrió levemente, un gesto pequeño pero genuino. Adam, observando desde un lado, asintió con aprobación.
Padre parece satisfecho. Eso es bueno. Pero necesito saber más. ¿Qué harás cuando las cosas sean difíciles? ¿Podrás mantenerte a mi lado cuando realmente importe? pensó Ellian, mientras cerraba los ojos, permitiéndose relajarse en los brazos de su nuevo protector.
Después de la presentación
Ronan fue llevado a la habitación de Ellian, donde Lila, la joven sirvienta, le mostró los detalles del cuidado del bebé. Greta, la cocinera, lo interceptó en la cocina y le entregó un pequeño plato con puré para Ellian.
—Escucha, chico —dijo Greta, con su tono habitual de firmeza—. Este niño es lo más importante para todos nosotros. Asegúrate de que coma bien, duerma bien, y no le falte nada. ¿Entendido?
—Entendido, señora Greta —respondió Ronan con una ligera inclinación de cabeza.
De regreso con Ellian, Ronan lo alimentó con paciencia, sosteniendo la cuchara con cuidado mientras el bebé balbuceaba entre cada bocado. A pesar de su corta experiencia, parecía haber nacido para este papel.
Ellian lo observaba mientras comía, sus pensamientos revoloteando como siempre. Es cuidadoso. Paciente. Pero, ¿será suficiente? Sólo el tiempo lo dirá.
Cuando Ronan lo balanceó suavemente para que se durmiera, Ellian sintió algo diferente. Una sensación de seguridadad. Tal vez... tal vez este es alguien en quien puedo confiar. Por ahora, lo aceptaré.
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La primera cena con Ronan"
La mesa del comedor estaba preparada para la cena familiar. Adam estaba en la cabecera, con Rose sentada a su derecha y Noah a su izquierda. Ellian, en su silla alta, balbuceaba alegremente mientras Ronan estaba de pie detrás de él, atento a cada movimiento.
Rose miró a Ronan con una sonrisa.
—Ronan, por favor, siéntate. Eres parte de esta casa ahora.
Ronan parpadeó, sorprendido. Nunca antes lo habían invitado a sentarse en la misma mesa que sus empleadores.
—Señora, no quiero incomodarlos —respondió, con un tono respetuoso.
Adam alzó la mirada de su plato.
—No es una sugerencia. Si vas a cuidar de Ellian, debes conocer mejor a esta familia. Siéntate.
Ronan asintió y tomó asiento cerca de Ellian, asegurándose de estar lo suficientemente cerca para atender al bebé si lo necesitaba. Noah lo miró con curiosidad, rompiendo el silencio.
—Entonces, Ronan, ¿qué hacías antes de venir aquí? —preguntó Noah, mientras cortaba un trozo de carne.
Ronan dudó por un momento, luego respondió con calma.
—Trabajaba para varias familias en el pueblo, ayudando en lo que podía. Pero esto... esto es algo completamente nuevo para mí.
Ellian, escuchando la conversación, balbuceó algo que sonó como un intento de decir "Ronan". Rose rió suavemente.
—Parece que Ellian ya te tiene confianza —comentó.
Ronan miró al bebé, que lo observaba fijamente con sus grandes ojos brillantes.
—Haré todo lo posible para estar a la altura de esa confianza, señora.
Adam asintió, satisfecho con la respuesta.
—Esa es la actitud correcta.
Mientras continuaba la cena, la conversación fluyó con naturalidad. Ronan, aunque reservado, comenzó a sentirse parte del ambiente familiar, algo que nunca había experimentado antes.