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Chapter 7 - Capitulo 7 :conexion en el jardin

Era una tarde soleada, y el jardín de la mansión Kafgert estaba bañado por la cálida luz del sol. Ellian estaba sentado sobre una suave manta, rodeado de pequeños juguetes de madera. Ronan, siempre vigilante, se mantenía cerca, observando cada movimiento del bebé con atención, como si el mundo entero dependiera de esa pequeña figura.

Desde la sombra de los árboles, Noah apareció con un libro en la mano. Su porte era elegante y su expresión neutral, pero al acercarse a Ellian, sus ojos adquirieron una calidez que no mostraba ante los demás.

—¿Qué está haciendo ahora? —preguntó Noah, con su tono característicamente tranquilo, mirando a Ronan.

Ronan, sosteniendo un bloque de madera en la mano, respondió con naturalidad:

—Está explorando sus juguetes, joven Noah. Parece particularmente interesado en este. —Extendió el bloque hacia el mayor de los hermanos.

Noah tomó el bloque y se arrodilló junto a Ellian, mostrándoselo con suavidad.

—¿Esto es lo que quieres? —preguntó, su voz ahora más baja, casi cariñosa.

Ellian, con su limitada movilidad, extendió sus pequeñas manos hacia el bloque, balbuceando algo que parecía un intento de responder. Noah sonrió, una expresión leve pero genuina que suavizó sus facciones serias. Empezó a mover el bloque delante de Ellian, como si estuviera escribiendo algo en el aire con él.

—¿Qué dices, pequeño? ¿Quieres que te escriba algo con esto? —bromeó, viendo cómo Ellian seguía el movimiento del bloque con sus ojos brillantes.

Mientras Noah jugaba, una sonrisa gentil, sin rastros de presión ni obligación, emergió en su rostro. Ronan, que observaba desde un lado, quedó momentáneamente sorprendido. No era común ver a Noah tan relajado, menos aún divirtiéndose de manera tan natural.

Ellian, por otro lado, comenzaba a sentirse un poco frustrado. No seas así. Quiero escribirte con estos bloques, pensó, con una expresión que dejó entrever su pequeña molestia. Pero cuando intentó expresarse, lo único que salió fue un balbuceo típico de un bebé.

—¿Qué intentas decir, pequeño? —preguntó Noah, con una risa suave mientras tocaba ligeramente la mejilla de Ellian—. Supongo que tendré que esperar a que aprendas a hablar.

Ellian soltó un suave quejido, pero pronto se dejó llevar por la atención de su hermano. Ambos comenzaron a juguetear con los bloques, entre risas y balbuceos, disfrutando de un momento que parecía sacado de un mundo ideal.

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Ronan, mientras tanto, los observaba con discreción. Había algo especial en esta familia, algo que no había esperado encontrar al aceptar este trabajo. Los vientos frescos y el paisaje tranquilo del jardín contrastaban con todo lo que conocía del mundo exterior.

Este lugar es como una fantasía, pensó Ronan, mirando a Noah y Ellian. Dentro de esta mansión, la vida parece tan diferente...

Recordó los pueblos que había visto en su camino hacia aquí: lugares azotados por el hambre, donde la pobreza y la desesperación eran las constantes. Fuera de estas murallas, el mundo era un lugar cruel, donde los monstruos no solo eran criaturas físicas, sino también las circunstancias que consumían a las personas.

Aquí, en cambio, todo era serenidad. Los miembros de la familia Kafgert, aunque nobles, mostraban una humanidad que desafiaba los estereotipos de arrogancia y frialdad que Ronan había conocido en otros lugares. Incluso Noah, con su actitud reservada y noble, revelaba una calidez que no mostraba ante nadie más que su pequeño hermano.

¿Cómo logran mantener esta armonía? se preguntó Ronan, mientras una brisa suave acariciaba el jardín. Es un lugar tan diferente... pero eso no significa que esté exento de peligros.

Con este pensamiento en mente, Ronan reafirmó su compromiso. Este pequeño fragmento de paz y felicidad que existía en la mansión Kafgert era algo que valía la pena proteger. Miró nuevamente a Ellian, que ahora reía alegremente en brazos de Noah, y sintió una extraña mezcla de responsabilidad y determinación.

Haré todo lo que esté en mi poder para asegurarme de que este niño crezca seguro. Incluso si el mundo exterior es cruel, aquí dentro, debe mantenerse esta paz.

Mientras el sol comenzaba a ponerse, bañando el jardín en tonos dorados, Ronan se mantuvo firme, como un guardián silencioso de aquella pequeña burbuja de felicidad.