Kaneki, agotado y emocionalmente destrozado, se sienta al lado de un Luffy inconsciente, quien apenas respira después de haberse sacrificado para salvarlo. Durante días, Kaneki cuida de él, dudando de si podrán continuar el viaje. En su desesperación, comienza a cuestionarse si el sacrificio de Naruto valió la pena.
Sin embargo, en un momento inesperado, Luffy despierta. Aunque débil, su espíritu indomable sigue intacto.
"Kaneki… no voy a quedarme dormido mientras queda algo por hacer. No hasta que encontremos una manera de traer a Naruto de vuelta."
Las palabras de Luffy renuevan la determinación de Kaneki, pero el capitán lleva consigo un dolor latente: su cuerpo ha comenzado a deteriorarse debido al exceso de Haki. Aunque intenta ocultarlo, Kaneki empieza a notar que algo no está bien.