Mientras exploran las cámaras más profundas del santuario, los hermanos comienzan a tener visiones perturbadoras. Kaneki ve a Akira y a las vidas que no pudo salvar, mientras Luffy ve una versión oscura de sí mismo, acusándolo de ser la causa de las tragedias que los rodean.
Tercera tragedia emocional: En un momento de desesperación, Kaneki tiene una visión de Naruto. Pero no es el Naruto que conocía, sino una versión corrompida, que le dice:
"Deja de intentarlo, Kaneki. ¿No ves que mi sacrificio fue en vano? Cada paso que das solo trae más muerte."
Kaneki comienza a dudar de sus propias intenciones, pero Luffy lo golpea en la cara, rompiendo el trance.
"¡Esa no es la voz de Naruto! Naruto nunca se rendiría, y tú tampoco deberías."
Los hermanos logran superar las visiones, pero no sin heridas emocionales profundas.