Tras la muerte de Akira, los hermanos descubren una Orden del Alba, un grupo de guerreros dedicados a purificar los Fragmentos del Vacío. Luffy se siente inspirado por su determinación y propone trabajar juntos, pero Kaneki desconfía, especialmente del líder, un hombre misterioso llamado Kael, cuya sonrisa parece demasiado calculada.
Segundo desafío: En una misión para destruir un Fragmento poderoso, los hermanos se separan del grupo. Luffy lidera un equipo con nuevos amigos, mientras Kaneki investiga en secreto a Kael. Sin embargo, la misión resulta ser una trampa. El Fragmento absorbe a varios compañeros, entre ellos Hiro, un joven optimista que había idolatrado a Luffy.
Segunda tragedia: Luffy, incapaz de salvar a Hiro, es testigo de su muerte. A pesar de su carácter siempre alegre, el peso de las vidas perdidas comienza a afectarlo profundamente.
"¡No es justo! ¡Yo soy el capitán! ¡Yo debería haberlos salvado!" grita Luffy, mientras Kaneki intenta consolarlo.