Chereads / Viento Rojo / Chapter 1 - Capítulo 1 - La Invitación del Viento

Viento Rojo

waltz_j
  • --
    chs / week
  • --
    NOT RATINGS
  • 452
    Views
Synopsis

Chapter 1 - Capítulo 1 - La Invitación del Viento

La brisa fresca del océano azotó las rocas de la costa, haciendo que las olas se estrellaran con fuerza contra las formaciones rocosas. Ryuu observaba desde la cima de una colina, los dedos entrelazados alrededor de un cordón de cuero que sujetaba el medallón de su madre. Su respiración era entrecortada, no por el esfuerzo físico, sino por la sensación de estar constantemente al borde del abismo. El viento, que siempre lo había acompañado, parecía desobedecerle a su voluntad, jugando a su alrededor, enredándose en su cabello y en su ropa. Aquel viento, que debería ser su aliado, era la fuente de sus pesadillas.

—¡Ryuu! ¡Baja ya de ahí! —la voz de su tía resonó desde la cabaña que se encontraba en la base de la colina, algo preocupada pero firme, como siempre.

Ryuu suspiró y, con una mirada al horizonte, decidió regresar. La villa costera de Zephir, donde había nacido y crecido, estaba quieta en la distancia. Una pequeña aldea entre la arena y el mar, conocida solo por aquellos que vivían cerca del océano. Nadie importante, o al menos eso pensaba él.

Al llegar a la cabaña, su tía lo esperaba en la puerta con los brazos cruzados, observando el viento que aún danzaba a su alrededor.

—¿De nuevo con el viento? —preguntó ella, sin sorpresa. Había aprendido a reconocer los momentos en los que su sobrino estaba a punto de perder el control. Con un gesto, le indicó que entrara—. Hablemos de lo que has encontrado.

Ryuu caminó hacia la mesa de madera, donde una carta descansaba sobre un montón de pergaminos y hierbas secas. Era una carta rara, con un sello dorado que nadie en la aldea había visto antes.

—¿Quién…? —comenzó Ryuu, pero su tía le interrumpió.

—Lo sé. Está en tus manos ahora. —La curandera parecía más seria de lo habitual. Sus ojos, usualmente cálidos, ahora reflejaban una preocupación que Ryuu nunca había visto antes.

El joven guerrero tomó la carta con cautela. El sobre estaba hecho de un pergamino de alta calidad, y el sello de cera dorada brillaba bajo la tenue luz de la lámpara. Al romper el sello, encontró un mensaje escrito con una caligrafía impecable:

"Te invitamos a participar en el Torneo de los Elementos. El evento comenzará en la Isla Eterna, donde los guerreros de todo el mundo se enfrentarán por el poder de la Lanza de Aether. Esta es una oportunidad única para demostrar tu valía. No rechaces este destino."

El viento se agitó con más fuerza en el momento en que terminó de leer las últimas palabras. El medallón que colgaba de su cuello pareció vibrar. Ryuu apretó los puños, sintiendo cómo la presión en su pecho aumentaba. Era el mismo tipo de presión que sentía cuando el viento se descontrolaba, como si todo su ser estuviera a punto de estallar.

—No… no puedo ir. —Sus palabras salieron como un susurro, pero dentro de él, una pequeña chispa de duda encendió una llama de ansiedad.

Su tía no se movió. Solo lo miró en silencio, como si ya hubiera previsto su respuesta.

—Este es el destino que te pertenece, Ryuu. —Su voz, suave pero llena de determinación, cortó la tensión en el aire—. No es solo un torneo. Es una oportunidad para que aprendas a controlar tu poder. Para encontrar tu verdadero propósito. No puedo decirte que no tengas miedo, porque sé que lo tienes, pero si no lo haces, siempre vivirás con esa pregunta en tu corazón. Y siempre serás temido, no respetado.

Ryuu apartó la mirada, incapaz de enfrentar los ojos de su tía. Sabía que ella tenía razón. Desde que podía recordar, su habilidad para controlar el viento había sido un problema, no una bendición. Los aldeanos lo temían, su tía se esforzaba por enseñarle a controlarlo, pero nunca había sido suficiente. El viento siempre lo traicionaba en los momentos más inoportunos. Por eso, vivir con esa sensación de que su poder lo controlaba a él, más que al contrario, era su peor pesadilla.

—Voy a… pensar en ello —dijo finalmente, aunque las palabras no lo convencían a él mismo.

Su tía asintió lentamente, sabiendo que la decisión estaba lejos de ser fácil. Después de un largo silencio, añadió:

—El viento es un reflejo de ti, Ryuu. Solo cuando dejes de huir de él, podrás encontrar tu verdadero camino.

El joven guerrero miró el medallón nuevamente, recordando las historias de su madre. Ella había sido una guerrera en sus tiempos, una de las mejores en controlar el viento. Pero todo eso había quedado atrás, borrado por la tragedia que le había quitado la vida cuando él era solo un niño.

—¿Y si no puedo controlarlo? —preguntó Ryuu, más para sí mismo que para su tía.

Ella sonrió con suavidad, casi como si lo hubiera esperado.

—El viento es incontrolable solo para aquellos que temen a su propio poder. Si aprendes a aceptarlo, a fluir con él, verás que no es tan indomable.

Las palabras resonaron en su mente mientras la tormenta fuera de la ventana aumentaba en intensidad. Finalmente, Ryuu respiró hondo, como si tomara una decisión en su interior.

—Iré. —Fue todo lo que dijo.

Su tía sonrió y, sin decir más, le entregó una bolsa con provisiones. El viaje comenzaría al amanecer. En el fondo, sabía que este viaje no solo lo cambiaría a él, sino también a todo el mundo que lo rodeaba.