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Chapter 19 - Capitulo 19

Capítulo: "Las Quejas Nobles en la Hora de la Ducha: Un Viaje a la Miseria Medieval"

Ah, las duchas en el mundo medieval… uno pensaría que, si estamos en una academia donde los futuros héroes y nobles aprenden a luchar y sobrevivir, el tema de la higiene sería, al menos, algo que pudieran manejar sin mucho drama. Pero ¡oh, qué equivocado estaba! Porque aquí, amigos míos, hasta el simple hecho de ducharse es toda una odisea para los nobles.

Todo comienza cuando el maestro nos anuncia una estadía en el campamento de entrenamiento. Y claro, al escuchar "campamento", uno ya puede imaginar la miseria que se avecina. Pero no es hasta la primera mañana que veo la verdadera tragedia: el escuadrón noble tiene que enfrentarse al horror de las duchas improvisadas al aire libre. Para ellos, esto no es simplemente una ducha. No. Esto es una ofensa, un atentado contra su nobleza.

Así que ahí estoy, viendo cómo la nobleza se reúne en pequeños grupos, susurrando con horror y asco. Lady Perfección y Lady Inocencia están a la cabeza del grupo, mirando las duchas con una mezcla de incredulidad y repulsión. Parecen preguntarse cómo alguien puede sobrevivir a algo tan primitivo.

Uno de los nobles, un tipo con un nombre pomposo y el peinado más ridículo que puedas imaginar, se acerca al maestro con cara de ultrajado. "¿Es en serio, maestro? ¿Esperan que… que nos bañemos en esta… cosa?" pregunta, señalando la ducha de forma como si fuera un monstruo de tres cabezas.

El maestro, sin perder la compostura, responde: "Así es, joven. Es parte del entrenamiento. Un héroe debe ser capaz de adaptarse a cualquier situación."

Las caras de los nobles se llenan de horror absoluto, como si el maestro les hubiera pedido beber veneno. "¿Adaptarnos? ¡Esto es inhumano!" grita otro de ellos, lanzando miradas de desprecio a la ducha.

Y es que, claro, la "ducha" en cuestión es apenas una estructura de madera con un cubo que, con mucha suerte, tiene agua fría. Porque aquí no hay lujos de agua caliente o jabones aromáticos. Es un simple balde, un lugar para colgar tu ropa y otro para bañarte rápido, intentando no congelarte en el proceso. Para mí y el resto de los aventureros, esto es lo normal, lo esperado. Pero para ellos, es como si estuvieran en el umbral del infierno.

Y ahí empieza el drama. Lady Perfección se para frente a la ducha, cruzando los brazos y mirando el balde con una expresión que podría derretir metal. "¿Y cómo se supone que una dama debe ducharse aquí?" dice, mirando alrededor como si esperara que alguien la escuchara y mágicamente apareciera un baño de mármol con agua caliente solo para ella.

Yo, no puedo resistirme, y con mi voz más sarcástica, le respondo: "Lady Perfección, esto es una experiencia única en la vida. Piensa en esto como… una aventura de supervivencia."

Me lanza una mirada asesina, como si acabara de insultar a su linaje entero. Pero no me detengo ahí. "Además, es una buena práctica. ¿Quién sabe? Tal vez algún día en una batalla no tengas agua caliente a la mano y esta experiencia te salve la vida."

Lady Inocencia, que siempre ha sido un poco más dulce pero no menos mimada, intenta darle sentido a todo esto. "Quizás si pensamos en esto como… como un ritual de purificación…" murmura, casi convenciéndose a sí misma. Pero luego mira el balde de agua helada y su ánimo se derrumba.

Al final, después de mucho murmurar y quejarse, uno por uno los nobles empiezan a acercarse a la ducha con pasos lentos, como si fueran al cadalso. Los veo apretando los dientes, sus manos temblorosas mientras levantan el balde y dejan caer el agua helada sobre sus cabezas. Sus gritos ahogados de horror y sus expresiones de miseria son dignos de una tragedia griega.

Uno de los chicos incluso empieza a dar un discurso, entre temblores, sobre cómo "la nobleza de su linaje no merece este tipo de tormento", y cómo "los dioses los han abandonado al permitir semejante crueldad". Yo casi me caigo de la risa, pero logro contenerme, viendo cómo Lady Perfección intenta mantener la compostura mientras le cae el agua helada en el cabello.

Cuando es mi turno, simplemente tomo el balde, vierto el agua y listo. En mi mundo, me he duchado en condiciones peores y bajo situaciones más extremas. Pero aquí, al parecer, estoy rodeado de gente que ni siquiera puede imaginar algo peor que ducharse en agua fría.

El verdadero espectáculo, sin embargo, viene después, cuando los nobles salen de la ducha temblando y murmurando sobre "la barbarie de la vida de campamento". Algunos incluso miran el suelo como si estuvieran pasando por algún tipo de experiencia trascendental. Otros, en cambio, me miran con una mezcla de odio y… algo parecido a respeto. Porque, al parecer, yo soy el "salvaje" que puede ducharse sin quejarse y sin hacer una escena digna de un teatro.

Al regresar a la academia, la historia de las "duchas de tortura" en el campamento ya se ha extendido. Los nobles caminan por los pasillos susurrando sobre lo traumático que fue, y Lady Perfección incluso da un discurso a sus amigas sobre cómo sobrevivir al "verdadero desafío del héroe": "La vida sin baños dignos de la nobleza."

Y así, en este mundo donde las duchas al aire libre parecen más peligrosas que las criaturas que enfrentamos, aprendo una nueva lección: para estos nobles, la supervivencia no está en la lucha contra monstruos, sino en la simple capacidad de enfrentar un balde de agua fría.