Capítulo Continuación: "La Tragedia del Agua Fría: El Legado de las Duchas"
La noticia de las "duchas infernales" del campamento sigue propagándose por la academia, como si hubiera ocurrido una catástrofe de magnitudes épicas. Las conversaciones de pasillo giran todas en torno a ese único y traumático evento. Cada noble que pasó por la experiencia se ve a sí mismo como un sobreviviente de guerra. Y claro, algunos incluso se atreven a compararlo con las grandes batallas épicas que solo existían en los libros de historia.
Una mañana, Lady Perfección y sus amigas, con cara de agotadas y aún con el cabello mojado, me encuentran en el comedor mientras disfruto tranquilamente de mi desayuno. La conversación arranca con una pregunta de la más diplomática de las chicas:
"¿Cómo… cómo pudiste soportar esa experiencia? Todo nuestro linaje ha sido terriblemente marcado por esa atrocidad, pero tú… ¡tú ni siquiera parecías afectado! ¿Acaso eres un monstruo?" dice, con una mezcla de asombro y desdén en su voz.
Yo la miro con una sonrisa irónica, sorbiendo mi café. "¿Monstruo? No, solo soy alguien que ha tenido que enfrentarse a cosas mucho peores. El agua fría es un juego comparado con algunas de las misiones que he tenido que hacer en mi vida."
Lady Inocencia, que es un poco más suave pero igual de acostumbrada al lujo, se une al drama con una mirada perdida. "Pero… ¿cómo sobrevives? Eso fue horrible. Mi piel aún se siente… traicionada."
Mi respuesta es, por supuesto, completamente sarcástica: "Oh, lo lamento. Debe ser difícil ser tan delicada."
Al principio, las chicas no saben si tomarme en serio o reírse. Pero justo cuando me inclino para agregar algo de sal a mis huevos revueltos, un noble que había estado escuchando la conversación se acerca con su característico aire de superioridad.
"Debo decir que, después de la experiencia, mis expectativas sobre este lugar se han visto gravemente afectadas. Yo nunca, en la historia de mi noble linaje, pensé que sería obligado a tomar una ducha de esta forma." Dice, con ese tono tan dramático que podría ganar el Oscar. Mira a Lady Perfección, como si esperara que ella compartiera su pesar, y ella, claro, asiente como si el mundo entero se hubiera colapsado sobre sus hombros.
Sigo comiendo, sin mostrar una pizca de compasión, mientras otro noble se atreve a hablar: "Creo que los dioses no nos protegen si tenemos que vivir esta miseria. Me temo que nunca más seré el mismo. El agua fría me ha marcado."
Yo lo miro de arriba a abajo y, sin perder el ritmo de mi desayuno, contesto: "Vaya, qué suerte que no te haya dado un ataque cardíaco. En mi mundo, si te quejas de algo tan trivial, te mandan a hacer guardia en un campo de batalla sin armadura."
Este comentario hace que todos en la mesa se queden en silencio, mirando como si hubiera soltado una bomba nuclear. Pero luego, algunos de los nobles empiezan a reírse nerviosamente, sin saber si deberían sentirse aliviados o aún más aterrados. Mientras tanto, la conversación sigue en el mismo tono: una mezcla de quejas y comparaciones sobre quién soportó más el "trauma".
Lo más curioso de todo es cómo cada uno de los nobles parece haber desarrollado un "método de supervivencia" distinto para tratar la tragedia de las duchas. Algunos se dan baños largos y lujosos durante las tardes, como si pudieran compensar la tortura sufrida en el campamento. Otros, incluso, hacen pequeños rituales de purificación, como si ducharse bajo el agua fría fuera un acto de heroísmo al que hay que rendir tributo.
Y yo… bueno, yo continúo mi vida como si nada hubiera pasado. Después de todo, este es solo otro lunes para mí. Pero mientras las chicas siguen discutiendo las formas más dramáticas de "sanar" sus heridas emocionales por el agua fría, yo no puedo evitar pensar que, en medio de todas esas quejas y dramas innecesarios, la vida de un aventurero, por mucho que se empeñen en llamarla "dura", no es nada comparado con sobrevivir a la época de los baños medievales.
Así que, cuando Lady Perfección se me acerca con una mirada que parece más una súplica que una conversación, me limita a decirle con una sonrisa: "Te prometo que la próxima vez que haya una misión de campo, no tendrás que enfrentarte a estas… atrocidades. Pero recuerda, la vida no siempre es tan suave y cómoda. A veces, se trata de sobrevivir a una ducha fría. O a un orco. O a una guerra. Tienes que estar preparada para lo que venga."
Y por alguna razón, al escuchar mis palabras, algo parece hacer clic en la cabeza de Lady Perfección. Tal vez se da cuenta de que la vida no siempre será un desfile de modas y banquetes. Y de alguna manera, no puedo evitar sentir un poco de satisfacción al saber que, aunque sea por un segundo, la nobleza de este mundo comienza a ver lo que significa realmente "supervivencia".
Claro, todo esto no quita que aún haya muchas más duchas, muchas más misiones, y más situaciones ridículas por venir. Pero por ahora, me conformo con el hecho de que las chicas ahora miran la "ducha de agua fría" con un nuevo respeto.