Después de encontrar el dulce punto que me hacía sentir bien, Brandon no perdió tiempo y comenzó a empujar sus dedos contra él con más rapidez y fuerza. Mis caderas se movían incontrolablemente al ritmo del movimiento de sus dedos. Era increíblemente satisfactorio y podía sentir cómo perdía el control por la adictiva satisfacción de sus dedos golpeándome. No estaba segura de por qué reaccionaba tan intensamente con él, pero sin duda se sentía increíble sentir sus dedos moverse dentro de mí. Independientemente de la razón, tenía que admitir que él me excitaba y me hacía anhelar más.
—Brandon... yo... Ahh... —gemí sintiendo mi cabeza dar vueltas.
