—¿Había ocurrido algo extraño esa noche?
Bueno...
A pesar de los murmullos y temblores de Raquel en su camino de regreso de la habitación, como si algo terrible les hubiera sucedido, esa noche no había pasado nada extraño.
Al menos no que ella supiera.
—No tocaste nada, el Rey no tiene por qué saber esto. N-nadie vio, nadie puede decir que vio. Si él... si él no pregunta y tú no dices, eso no es mentir.
—Silencio, Raquel. Tu incesante murmullo está asustando a la Dama —Colin había advertido y, por una vez, Belladonna le estaba agradecida por eso.
Inmediatamente regresó a la Cámara del Rey, le dieron las buenas noches y ella cerró la puerta.
Se había quedado dormida con el temor de que algo la tomara en su sueño y la matara.