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Él tiró más fuerte de su cabello y ella solo lo miró desafiante.
—Te las verás conmigo si no me das lo que quiero, puta —gruñó él.
—Ya dije, lo pensaré —respondió ella simplemente.
Karandy la soltó frustrado al no obtener de ella la reacción que quería. Ya había arriesgado demasiado cuando la abofeteó ayer.
Nadie toca a una Esclava del Rey de todos modos sin autorización del rey. Los Esclavos del Rey siempre son especiales y necesitan un trato especial.
Se había preparado ayer para ser convocado por el rey para explicar la marca de mano en su mejilla. Se había preparado para las mentiras que diría sobre lo terca y altiva que estaba siendo Danika y que él tuvo que manejarla.
Por supuesto, también estaba preparado para terminar sus súplicas con el hecho de que ayer no había sido presentada como Esclava del Rey. Afortunadamente, al Rey le desagradaba ella demasiado como para preocuparse por la marca de la mano.