Lucien se encaminó a su dormitorio con pasos medidos, dejándole seguirle. El deseo latía con fuerza en él, pero intentaba relegarlo al fondo de su mente.
Cuando llegó a la cama y volvió la mirada hacia Chad otra vez, parecía tan horrorizado, que parecía que perdería la consciencia por ello.
—Lo hice de nuevo, ¿verdad? —se lamentó, miserablemente.
—Lo hiciste.
Sus rodillas tocaron el suelo y bajó la cabeza. —Lo siento tanto, Mi Re---
—Basta de 'Mi Rey', Chad. Es mitad de la noche y solo estamos nosotros dos aquí.
Asintió una vez y tragó, culpable. —Lo siento tanto, Lucien.
Lucien tomó un profundo aliento, mirando a este hombre que había pasado por el infierno con él.
Le golpeó el hombro a Chad, —Levántate. Regresa a tus habitaciones e intenta dormir. El médico prometió conseguirte la mejor medicina para esta dolencia. Estarás bien de nuevo.
Chad se mostró dudoso, pero aliviado. Se levantó y salió de la habitación, disculpándose una vez más.
