Chapter 12 - La Legion Perdida

32 de Sextilis del Año 453 Tercera Era.

Braylet, Capital del Reino de Diofantes.

 

Christopher abre los ojos y se queda mirando el techo de madera, observa con interés las grandes vigas que sirven de sostén para el mismo, y como se van insertando en las paredes de piedra, dando la impresión de que se fusionan con ellas; También observe que la altura entre el piso y el techo es de casi cuatro metros.

~ Me imagino que son así de altos para que, en temporada de calor, las habitaciones se mantengan frescas.

La cama en la cual está acostado está fabricada en madera, pero el colchón se siente muy suave y mullido, pero por más que lo agarra, no logra adivinar que material es.

~ Definitivamente no es paja.

El mobiliario de la habitación, también es muy diferente a las anteriores que ha observado.

~ Se nota el trabajo artesanal, el uso de barniz, y algunas de ellas decoradas con frescos.

Christopher observa la mesita que sirve de lavabo, en ella una especie de olla grande de poca altura que sirve para verterle el agua, misma que se encuentra en una jarra de barro pintada de blanco y decorada con ilustraciones de caza.

~ Se nota el lujo de este lugar, ahora entiendo muy bien porque cobran a una centuria la noche, pero no sé porque aún no puedo relajarme.

Había llegado ayer al anochecer, después de desembarcar, preguntó a un comerciante por algún mesón, de preferencia con buenas habitaciones y una comida más digna; sobre todo para evitar volver a pasar por algún sitio parecido al barrio rojo de Mildea; solo que en esta ocasión lo enviaron al Hostal de Gaia.

~ Ojalá y encuentre información aquí de dónde estoy, y sobre todo lo relacionado a este mundo, solo así podré entender cómo funciona esta sociedad, y cuáles son mis opciones, aunque...

El recuerdo de los 10 muertos aún lo persiguen, y no precisamente por un sentimiento de culpa, si no por el hecho de terminar siendo perseguido por los crímenes cometidos.

~ Afortunadamente las noticias no viajan por Internet, o ya habría terminado encerrado en alguna cárcel, o preparándome para ir a la horca.

Poco a poco la ciudad se fue despertando, y el bullicio de las calles se empezó a hacer presente.

La capital del Reino de Diophants tiene el doble de tamaño que Mildea, sus calles perfectamente empedradas y de gran tamaño, permiten el paso simultáneo de hasta cuatro carretas; en las entradas de los edificios y comercios se pueden observar las porta antorchas, que sirven para la iluminación nocturna; en cada cruce de calles dos soldados montan guardia, aunque solo se encuentran en el área comercial, el barrio Noble y las periferias del castillo.

El castillo, residencia del monarca no es muy grande a simple vista: una construcción de varios niveles con arcos y grandes jardines abarca un área aproximada de 10 hectáreas, ubicada sobre una pequeña elevación al extremo norte de la ciudad, por lo que se puede apreciar a desde varios lugares.

Después de desayunar, Christopher se dirigió a la tienda de libros de la calle Príncipe Mongart, ya que según le había comentado el dueño de aquel mesón, ahí podría encontrar un mapa del reino, así como de otros reinos.

~ "Manuscritos, Libros y Papiros", Lo bueno que aquí en la capital si ponen carteles con el nombre de la negociación, ya que aún se me hace difícil entender sus dibujos.

La edificación donde se encuentra la negociación es una construcción de tres niveles, se podría decir que abajo está el local comercial, y arriba el área habitable.

Su fachada es de piedra labrada con pilares, su puerta y las cuatro ventanas son de madera, están protegidas por barrotes del mismo material; en los niveles superiores tiene ventanas con balcones, y de la misma forma son cuatro bordeados con pilares a modo de adorno. En el dintel de la puerta y sostenida por los pilares se encuentra una cornisa triangular, esta contiene en su interior unas pequeñas esculturas aladas que sostienen algo parecido a rollos de manuscritos, así como unas plumas para escribir.

~ Me imagino que representan a los ángeles del conocimiento… o algo así.

Al tratar de abrir la puerta, esta se encontraba asegurada, sin embargo, contaba con una aldaba en forma de mano.

~ Tenía muchos años de no ver una aldaba, solo en las casas muy antiguas existen.

Agarrando la misma golpeando tres veces la puerta.

~Un recuerdo.

Se escucha decir desde el interior.

Tras unos momentos, una pequeña ventana muy bien disimulada en la puerta se abrió, y un hombre de mayor edad se mostró a través de ella.

~¿Qué deseas?

~ Buenos días caballero, me dijeron que con usted puedo conseguir mapas de este y otros reinos.

~ Si tengo algunos, pero son muy costosos.

Respondió con voz áspera, sé notaba que estaba acostumbrado a que solo llegaran a preguntar, y al final, solo unos pocos pagaran por su mercancía.

Christopher lo miró, sonoro, metió su mano en la alforja, y mostrando tres áureos le contestó.

~Si así lo deseo, puedo comprar hasta su propia alma, caballero.

Aquel hombre vio las monedas y después observó a Christopher, sin mostrar un cambio en su rostro o tono de voz respondió.

~ Necesitarás más que tres simples áureos para comprar algo así, señor.

~ Hay más monedas de donde salieron estas.

Le dijo Christopher, mientras guardaba las monedas en la bolsa del pantalón.

Aquel hombre soltó un suspiro, cerró aquella ventana, y se escuchó como quitaba algo a la puerta, y momentos después esta se abrió.

~ Sea bienvenido señor, y disculpe de momento mi forma tosca de abordarlo, pero estoy acostumbrado a que cuando llega algún desconocido, solo hagan preguntas estúpidas, y no comprendo nada.

~Me lo puedo imaginar.

En ese momento Christopher recuerda su trabajo de medio tiempo como empleado de mostrador, así como a los típicos clientes que hacen mil preguntas, y al final terminan sin realizar compra alguna.

El local era amplio, con varias mesas parecidas a las mesas de dibujo, inclinadas para lograr una mejor posición al momento de escribir, Varios estantes mostraban los libros, pero de forma frontal y no por el lomo como suelen acomodarse en una biblioteca; las lámparas de aceite se encontraban en nichos protegidos para evitar algún tipo de accidente; También había candelabros de pie, provistos de una gran base, aunque al igual que las lámparas, estas se encontraban apagadas.

Una gran barra hace la función de mostrador y divide el local en dos, atrás de esto se logra observar una gran cantidad de rollos, así como más libros; y en un rincón al fondo del local, un gran escritorio con libros y manuscritos, así como un gran sillón, era evidente que aquello era una oficina.

~ Y bien ¿Qué tipo de mapas buscas?

Le preguntó, mientras se colocaba detrás del mostrador.

~ Deseo un mapa del reino, así como mapas de los demás reinos vecinos, rutas de comercio, mapas topográficos y demográficos, mapas incluso continentales.

Aquel hombre lo vio un poco sorprendido, pero empezó a buscar algunos mapas.

~ Es la primera vez que me piden mapas tan diversos, pero temo decirte que no podrás conseguirlos, al menos no en estos reinos, nuestros mapas sólo marcan las ciudades, rutas y algunos datos como bosques, ríos importantes y zonas montañosas; pero nada más.

~ Mmmm... Ya veo, de todas formas, me gustaría ver esos mapas, tal vez alguno me pueda servir.

~Mire, este es el mapa del Reino, como puede observar muestra los principales ríos y ciudades con sus nombres y las rutas de comercio.

Le dijo mientras desenrollaba un mapa de aproximadamente medio metro de largo por treinta centímetros de ancho.

Christopher lo empezó a observar detenidamente, buscando las ciudades que había conocido en su camino.

~ Muy bien, aquí esta Mildea... Tryo... Lacroist... Todos al Este de aquí.

~ Dirás al Oeste.

Le corrigió a aquel hombre.

~¿Perdón?

~ Si, Estas ciudades y aldeas están al Este de aquí.

~ Espera, eso no puede ser, he estado andando hacia el Oeste desde Lacroist.

~ Me temo que estás equivocado, estás caminando hacia donde se oculta el sol, al Este.

~ Creo que no entiendo, ¿el sol se oculta al Este?

~ Mira, hacia aquí es el Norte, el Sur, El Este y el Oeste.

Le dijo, mientras mostraba con sus manos rugosas, los puntos cardinales en el mapa.

~ No puedo creerlo, parece que el sol recorre el cielo en sentido contrario.

Pensó Christopher, y después decidió poner una prueba de su hipótesis.

~ ¿Tienes alguna brújula a la mano?

~ ¿Que es una brújula? Nunca había escuchado nada igual.

~ Bueno... este... ¿Algún instrumento que sirva para indicar el Norte?

~ Ah... te refieres a la Flecha de Apolus, creo que tengo una aquí, déjame buscarla y traer también una cubeta con agua.

~¿Cubeta con agua?

~Espera un momento.

En lo que regresaba aquel hombre, Christopher empezó a ver cómo estaba constituido aquel reino.

~ Este reino parece seguir el cauce del río Cruxes, que me imagino que ha de ser el más caudaloso de la región… al Norte o Sur, ya no sé, da a las montañas, mientras que del otro lado desemboca en... Mar del Sur... mmmm... todo parece indicar que yo aparecí en los límites del reino, así que tengo dos opciones, o me embarco desde aquí para ir al mar o continuar mi camino hacia el siguiente reino.

~Aquí está todo.

Dijo aquel hombre, cuando apareció con una cubeta y un disco de madera, este tiene trazado la imagen de un arquero con su arco tensado, y en la punta de la flecha, una especie de piedra triangular sobresale de él.

~ Quiero imaginar que este es el famoso disco.

~ La Flecha de Apolo, sin discoteca.

~Ya lo entendí, Flecha.

~ Ahora veamos hacia donde apunta su flecha.

Aquel hombre colocó el disco de madera en el agua, y lentamente este empezó a girar hasta apuntar hacia la calle.

~ Ya ves, Apolo no falla, apunta su flecha al Norte.

~ Eso es una brújula amigo mío.

Pensó Christopher

~ Interesante aparato, muy conveniente.

Alabó Christopher, tratando de sonar amistoso.

~ Tú si sabes apreciar un buen instrumento.

Mostraba con orgullo el disco, después de sacarlo del agua.

~ Bueno, ahora… ¿tienes un mapa del reino que se encuentra al Este de aquí?

~ Claro, y también poseo uno de toda la región de Nueva Judea.

~¿Nueva Judea dijo?

~ Así es.

Y buscando entre varios rollos, le mostró otro igual al anterior en cuanto a dimensiones.

~ Aquí está, la región de Nueva Judea.

El mapa muestra una parte del continente, mismo donde se incluyen los reinos de Diophants, Dechent, Thatust, Dollond, así como la Tierra Santa de Zion y los principados de Lietenberg y Schuller.

~ Este mapa es muy interesante, pero… ¿los mapas están a escala o no se manejan distancias?

~ Así es, aquí abajo esta la regla, cada raya en la línea equivale a una Milia passuum.

~ Milia Passuum, si no me equivoco es la milla romana antigua, y creo que equivale casi a 1500 metros o un poco menos... así que he recorrido aproximadamente... 150 kilómetros de aquí a Lacroist.

Pensaba Christopher mientras observaba el tamaño de la región de Nueva Judea.

~Me imagino que hay más reinos fuera de esta región.

~ Claro, hay reinos infieles en la región de los Elysium, y una región llamada Germania Nova, así como en casi toda la ruta de las estepas interiores.

~ Germania, Judea, Elysium... no sé porque siento que existe una conexión entre este mundo y mi mundo.

Pensaba Christopher, mientras notaba ciertas similitudes con los nombres de lugares y ciudades.

~ Disculpa, ¿tienes algún libro, manuscrito o rollo, que narre o cuente la historia de los reinos?

Aquel hombre lo vio con cierto recelo.

~ Aún no he visto que comprimir nada, para que me sigas pidiendo más cosas.

~ Esta bien, entiendo tu punto de vista, así que... mmmm... ¿cuánto seria por el mapa de este reino y el de la región de Judea... ¡ah! y el mapa de todo el continente?

~ Pues de estos mapas son cuatro áureos, y por el continente cuatro áureos más, ocho áureos en total.

~ Cuatro áureos por el último mapa, ¿acaso tú vienes incluido?

Comentó Christopher con tono sarcástico.

~ No señor, es por el tamaño y la información que maneja.

~ ¿Puedo verlo?

Le preguntó Christopher, mientras colocaba en la mesa los ocho áureos.

~Dejame buscarlo.

Después de unos minutos apareció aquel hombre con un gran rollo en sus manos, al desenrollar el mismo apareció un mapa realizado a mano, de casi un metro de largo por ochenta centímetros de ancho; coloreado con acuarelas, y mostrando un gran continente, en la parte de abajo hacia la izquierda tiene escrito con letras doradas, THARSIA, y abajo de estas, indicaciones de medidas, símbolos y demás datos topográficos.

~ Aquí está el mapa de Tharsia... ¿Qué te parece, no podrás negar que bien valen los cuatro áureos?

Dijo orgulloso de mostrarlo.

~ No lo puedo negar, se ve muy bonito, ¿pero es cien por ciento funcional?

~ Mira, de las regiones ubicadas de este lado de las grandes cordilleras, puedes estar seguro de que es completamente confiable, pero más allá de ellas... no te puedo asegurar nada.

~ Mmmm... Estoy notando que las zonas habitadas por los reinos están muy separadas entre sí… ¿a qué se debe esto?

~ Pues son varios los motivos, tierras habitadas por semihumanos, orcos, trasgos y demás bestias, pero más que nada están separados por la religión.

~Muy interesante.

~ Espera un momento, déjame mostrarte algo.

~ Toma el tiempo que quieras, mientras veo este gran mapa.

Christopher pasaba la vista de un punto a otro del mapa, recorría con los dedos las rutas comerciales, leía los nombres de las zonas coloreadas, así como algunas anotaciones.

~ Cordillera de los Robles, Cordillera de los Lamentos, Tierra de fuego, Cordillera del Diablo, Mar de la Desesperación, Bosques Místicos... esto supera por mucho lo que tenía pensado de este mundo.

~Mira esto.

Le dijo aquel hombre mientras sostenía unos manuscritos y unos libros.

~¿Qué traes ahí?

~ Este libro es la base de nuestra religión, en él se habla de cómo los elegidos del Dios Logos fueron conducidos por el apóstol Panóm, a esta tierra prometida, al igual que Abraham condujo a su pueblo a las tierras prometidas de Israel.

~ ¿Eh? ¿Dijiste Abraham?

Dijo Christopher sorprendido.

~ Así es, mira aquí lo dice.

Christopher comenzó a leer aquel libro que tenía partes del antiguo Testamento de la Biblia Cristiana, así como de algunos pasajes de Jesús de Nazaret, pero también narraba la historia de cómo el apóstol Panóm, liberó a los más de 30,000 esclavos cristianos bajo el dominio de Nova Roma, y ​​los conducen a través de terrenos hostiles, plagados de demonios y bestias infernales, hasta las tierras que él nombra "Nueva Judea".

~ Espera...

Preguntó Christopher muy interesado en el tema de la liberación y viaje a la tierra prometida.

~Según dice aquí, salen de Nova Roma, es decir... aquí.

Dijo mientras mostraba con su dedo la región marcada bajo ese nombre, y que se encuentra localizada muy al Este de Nueva Judea.

~ Así es, de ahí salieron los fieles seguidores de Logos y que fueron conducidos por el apóstol Panóm.

~ Muy bien, ahora... ¿Qué historia narran los pueblos de Nova Roma sobre su aparición en estas tierras?

~ Bueno, libros herejes no manejo, sin embargo, tengo este manuscrito que relata la historia de cómo apareció en esta tierra, narrada por Severus Sextus.

~ Y este Severus… ¿es un apóstol, o que es él?

~ Jajaja... no, él es un filósofo y un pensador, o al menos eso tengo entendido, y según cuentan allá en Nova Roma, un historiador.

~ Ah... ya entiendo… ¿Puedo ver el manuscrito?

~ Espera un momento… por aquí lo dejé… aquí esta.

El manuscrito era un gran rollo de papiro, escrito en latín vulgar, y narra la historia desde la visión de Marcus Rufinus Lucius Tiberius, general y comandante de la Legio IX Hispana, acuartelada en Noviomagus en Germanía Inferior:

 

"Año 15 del Imperator Caesar Divi Traiani Filius Traianus Hadrianus Augustus. Hemos recibido órdenes de Roma de trasladar toda la legión a la región de Judea, al este del Mare Nostrum; nuestra legión está conformada por 5120 soldados y 120 jinetes de caballería ligera, además de nuestras armas de artillería: Balistas y Escorpiones. También nos acompañan nuestros esclavos conformados por Galos, Germanos y algunos Celtas; así como el grupo de seguidores donde muchos de nuestros soldados tienen a sus amantes e hijos naturales.

A varias semanas de haber comenzado la marcha nos apostamos en la región de Pannonia Superior, hace días que habíamos dejado atrás la ciudad de Virlinum y teníamos la intención de llegar a la ciudad de Sirmium en Pannonia Inferior. Cuando una gran tormenta nos envolvió en la noche, pareciera que Júpiter pretende descargar toda su ira contra nosotros por la gran cantidad de rayos y truenos que se deja ver y escuchar; en el cielo se observan luces de colores danzantes, mientras los rayos empiezan a caer en la tierra causando gran estruendo; Las gentes que conforman el grupo de seguidores así como los esclavos, ven con temor como los rayos caen cada vez más cerca de su posición, por lo que huyen hacia nuestro campamento; doy la orden de dejarlos pasar y empezamos a dar cobijo en nuestras tiendas a las mujeres y niños, mientras vemos con gran temor como los rayos comienzan a rodearnos, los impactos son cada vez más seguidos, y con gran fuerza, Nuestros aguerridos hombres se hincan e imploran a los dioses para que calmen su ira, Incluso yo me postro ante el busto de Júpiter dentro de mi tienda y le imploro que calme su furia.

Una gran luz nos envuelve y tras un fuerte estruendo que hace que la tierra tiemble, todo se pone en calma, el cielo se muestra libre de nubes y lleno de estrellas, todos damos las gracias a nuestros dioses, y decidimos mantenernos dentro del campamento hasta que el sol brille nuevamente.

No había terminado la noche, cuando uno de los guardias me despierta indicando que un gran mar se encuentra a solo unas millas de distancia, y que las colinas que nos rodeaban han desaparecido. pensando que todo se trataba de imaginaciones de un guardia ebrio, decidió seguirlo con la intención de castigar a todos los que se encuentran bebiendo durante su guardia; pero cual es mi sorpresa al ver que nos encontramos en una planicie, a unas 4 millas, el reflejo de las estrellas sobre un gran espejo de agua, que se extiende al infinito me hacen parpadear varias veces; doy la orden de prepararnos en caso de un ataque y no permito a que nadie salga del campamento hasta saber qué es lo que está ocurriendo"

~¡Vaya!

Exclamó Christopher al terminar aquel relato.

~Eso explica muchas cosas.

Aquel hombre lo observa, tratando de entender las palabras de Christopher.

~ Y cómo te darás cuenta, el relato sigue y sigue, pero...

Dice mientras empieza a enrollar el manuscrito.

~ El mismo está a la venta, no es para que lo leas gratis.

Christopher por un momento no sabe qué contestar, y después con una sonrisa pregunta.

~ Tienes razón... ¿Cuánto por el manuscrito y el libro?

~ Qué te parece... ya con todo y los mapas... mmmm... ¿dieciocho Áureos?

~ Mejor quince, y te ayuda a deshacerte de estos rollos viejos, que solo sirven para empolvarte el local.

Aquel hombre, con una sonrisa asienta con su rostro, en señal de aceptación y agrega.

~ De acuerdo, quince Áureos, en espera de futuras compras.

~ Por cierto, ¿qué me puedes contar de los Misioneros?

~ ¿Qué quieres saber de ellos?

Respondió aquel hombre, mientras su rostro cambiaba a uno serio y preocupado.

~ Quisiera saber quiénes son y porqué son tan temidos, ya que en mi viaje he notado que la gente les teme.

Soltando un suspiro se acercó a Christopher para poder hablar en voz baja.

~ Los Misioneros son los guardianes de la fe en nuestra santa iglesia.

Durante un momento no dijo más aquel hombre.

~ …

~¿Eso es todo?

Preguntó Christopher al ver lo breve de su respuesta.

~ Eso es lo único que se nos permite decir de los misioneros, decir o dar más información sobre ellos es considerado herejía, y te pueden arrestar, confiscar todos tus bienes, e incluso llevarte a la hoguera.

~ Ya veo... ¿Y no tendrás algún documento que pueda arrojar más luz, a mis dudas sobre ellos?

Aquel hombre lo vio por un momento, y sin decir palabra, se dirigió hacia donde se encontraba el gran escritorio del rincón, buscando entre los cajones de este, sacó un pequeño libro envuelto en una tela de color púrpura.

~ Este libro…

Empezó a comentar en voz aún más baja.

~ Es el manual de los misioneros, en él se indican la forma de lograr las confesiones a personas adoradoras del maligno, herejes e infieles; y sólo los misioneros pueden tenerlo.

~ "Inter Lucem et Obumbratio"

Christopher leyó en voz baja el título de la portada de aquel pequeño libro.

~ "Entre la Luz y las Sombras" Mmmm… Me recuerda al "Malleus Maleficarum… El Martillo de las Brujas", usado por la Santa Inquisición.

~ Y tú lo tienes... ¿porque...?

~ Porque en un principio pensé ganar buen dinero con él, pero después me di cuenta de mi error, y varias veces pasó por mi mente en quemarlo, pero siempre me detuve, ya que quemar cualquier tipo de libro sería una ofensa a mi profesión.

~ Ya veo, pues te doy dos áureos por él.

~ Lo siento, pero mínimo serían cinco áureos.

~ Por lo que veo, no quieres separarte de él ¿O me equivoco?

~ No te equivocas, lo he tenido tanto tiempo a mi lado que es parte ya de mi colección privada.

~ Bueno... Ahora dime ¿Como voy a obtener información sobre los misioneros?

~ Te doy un consejo, mejor olvidarlo, meterte con ellos te llevará a la ruina, o peor aún... a la hoguera.

~ Entiendo... por cierto ¿Que reino me recomiendas ir en mi viaje al Este, Dechent o Thatust?

~ Todo depende de que tanto quieras ser visto o no, Si vas al Reino de Dechent podrás admirar el Gran Lago de Judea, así como los puertos de Gerart y Hardint; este último es la capital de ese reino. Ahora bien, la ruta más transitada por los comerciantes es por el Reino de Thatust, y podrás cruzar el río Nascil en el puerto de Litrano; y como consejo personal es la mejor ruta para mantenerse alejados de la Ciudad Santa. Si sabes a qué me refiero.

~ Me imagino, ah... acabo de recordar otro tema que quería saber.

~¿De qué se trata?

~¿Qué sabes de la magia?

Aquel hombre soltó un largo suspiro.

~ De verdad que te gustan los temas prohibidos.

~ Eso escuché, que la magia es mala en estas tierras.

~ Así es, existen varios tipos de magia, pero todas son consideradas herejía, y están prohibidas por la Santa Iglesia, a menos claro, que sea un noble, ya que para ellos si está permitido el uso y su conocimiento.

~ ¿Y es lo mismo en todo el continente o solo en la región de Nueva Judea?

~ Tengo entendido que en los reinos infieles les está un poco más permitido, pero... según la Santa Iglesia el único tipo de magia con el que puedes nacer es de Luz, los demás tipos de magia lo obtienen los plebeyos a través de pactos con demonios o en ritos satánicos, y de forma hereditaria en los nobles.

~ Ya veo, la sangre azul de los nobles…

~¿Sangre azul?

~Es una forma de decir que naciste con la suerte de ser noble.

~¡Ah!

~y tienes alguna información sobre ese tema.

Otro suspiro largo salió de aquel hombre.

~ Tu deseas meterme en problemas, pero temo no poder ayudarte, esos libros no los manejo, pero tengo entendido que en el puerto de Litrano podrás conseguirlo.

Aquel hombre se dirigió al escritorio, tomó un papiro y con una pluma empezó a escribir; al terminar le colocó un sello, después lo enrolló y lo aseguró con cinta y un sello de cera roja.

~ Como estoy completamente seguro de que irás a Litrano, te escribí una carta para mi amigo Saulo, él también es comerciante y como yo, vende y copia libros, así como también manuscritos, y estoy seguro de que el podrá ayudarte.

Le entregó a Christopher el papiro que acababa de redactar y continúo explicando.

~ En esta carta le explico a Saulo que eres de mi confianza, así podrás mostrarte cosas que no dejaría que otra persona viera.

~ Muchas gracias, ya todo esto ¿cómo te llamas?

~Soy Lauro, para servirte.

~ Mucho gusto Lauro, Yo soy Christopher.

~ El gusto es mío Christopher.

~Bueno Lauro, agradezco profundamente tu apoyo, pero ya es hora de que me retire, me tengo que preparar porque parto mañana hacia Litrano, gracias nuevamente por todo.

~ Gracias a ti, Y te deseo suerte en la búsqueda del conocimiento.

Christopher tomó los mapas, así como el libro y el manuscrito y se retiró al Hostal.

~ Ahora si tengo mucho que leer en las noches.