Mientras Jhonatan caminaba por el sendero de un bosque cercano a su casa, una luz intensa apareció frente a él, guiándolo hacia un claro. Allí, encontró el cuerpo inerte de un ser alado, con alas desgarradas y el brillo de la vida apagándose lentamente en sus ojos. El ser, en su último aliento, le entregó una espada cubierta de runas antiguas que parecían pulsar con energía propia.
Ser Alado: (Con voz débil) "Esta espada... te ha elegido. Protégela... y ella te protegerá."
Jhonatan, aunque desconcertado, tomó la espada y sintió una oleada de energía recorriendo su cuerpo. Desde ese día, su vida cambió para siempre.
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Con el paso de los años, Jhonatan descubrió que la espada no siempre respondía a su llamado. Había momentos en los que se volvía inerte, como si rechazara su voluntad. Esto lo obligó a confiar en su fuerza física, que ya era extraordinaria desde joven. Desarrolló el Daño Explosivo, una técnica que envolvía sus golpes en un aura azul brillante, aumentando su poder destructivo.
Jhonatan: (Golpeando el suelo y creando un cráter) "Si la espada no va a ayudarme, entonces lo haré a mi manera."
Demonios, criaturas sobrenaturales y seres oscuros intentaron arrebatarle la espada, pero todos cayeron ante su fuerza bruta y su habilidad para canalizar el daño explosivo. Con cada batalla, Jhonatan se volvía más fuerte y más hábil.
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Un día, tras derrotar a un poderoso demonio que le reveló un nombre: Victor, Jhonatan decidió buscarlo. Su instinto le decía que ese hombre era clave para entender la verdad detrás de la espada. Su búsqueda lo llevó a cruzar dimensiones hasta llegar a la Academia Historia, donde encontró a Victor entrenando a un grupo de estudiantes.
Jhonatan esperó pacientemente hasta que Victor terminó su clase y se acercó, espada en mano.
Jhonatan: (Con voz firme) "Eres Victor, ¿verdad? Necesito respuestas. Esta espada… algo me dice que tú sabes más de lo que aparentas."
Victor, sin sorprenderse, observó al joven con calma. La espada en su mano emitía un brillo tenue, como si reconociera al veterano guerrero.
Victor: (Crujido en el cuello, relajado) "Esa espada... no es cualquier arma. Si te ha elegido, es por algo. Pero dime, ¿por qué crees que necesitas respuestas?"
Jhonatan: (Con sinceridad) "Porque llevo años peleando, sobreviviendo a ataques constantes. No entiendo por qué esta espada me eligió, y quiero saber cómo desbloquear todo su poder para proteger lo que es importante."
Victor sonrió levemente, reconociendo el espíritu decidido del joven.
Victor: "Proteger lo que amas, ¿eh? Conozco esa sensación. Está bien, chico. Pero antes de que obtengas respuestas, tendrás que demostrarme que eres digno de ellas."
Jhonatan: (Sonriendo con confianza) "Eso es todo lo que necesito escuchar."
Así comenzó una confrontación que sería más que un simple combate. Para Jhonatan, era el primer paso en su camino hacia el dominio total de su destino, y para Victor, una oportunidad de guiar a alguien hacia un propósito mayor.
Jonathan y Victor ingresaron a la habitación temporal, un lugar envuelto en una tenue luz púrpura que parecía distorsionar el tiempo. Sabían que tres días afuera equivaldrían a tres meses dentro, una oportunidad invaluable para perfeccionar sus habilidades.
Victor, estirando los brazos y girando el cuello: "No hay atajos en esto, Jonathan. Si queremos mejorar, empezamos desde lo básico."
Jonathan sonriendo confiado mientras daba algunos saltos para calentar: "No esperaba menos. Prepárate, viejo. No te daré tregua."
Victor, arqueando una ceja: "Viejo, ¿eh? Vamos a ver si sigues pensando eso después de tres meses."
Ambos comenzaron con ejercicios de calentamiento. Jonathan ejecutaba movimientos rápidos y precisos, estirando sus músculos y preparando su cuerpo para la batalla. Victor, en cambio, se concentraba en movimientos más controlados, sintiendo cómo su energía fluía a través de cada articulación.
Victor, con una sonrisa: "¿Listo?"
Jonathan, adoptando una postura defensiva: "Listo. No te contengas."
Victor dio el primer paso, lanzándose hacia Jonathan con velocidad. Jonathan reaccionó rápidamente, bloqueando el primer golpe y respondiendo con una patada giratoria. El sonido de los impactos resonaba en la habitación, mientras ambos guerreros medían sus fuerzas y estrategias.
Victor, esquivando un puñetazo: "Nada mal, Jonathan. Pero aún tienes mucho que aprender."
Jonathan, con una sonrisa desafiante: "Pues enséñame, maestro."
El entrenamiento apenas comenzaba, y ambos sabían que esos tres meses serían un verdadero desafío, tanto físico como mental.
Jhonatan, con un destello de determinación en los ojos, se lanzó hacia Victor con una ráfaga de golpes rápidos y contundentes. Sus puños parecían romper el aire a medida que avanzaba, cada golpe resonando con una fuerza impresionante.
Victor, sereno y calculador, esquivaba cada ataque con precisión milimétrica, apenas moviéndose más de lo necesario. Sus manos detenían algunos de los golpes de Jhonatan con facilidad, como si estuviera probando la fuerza de su oponente.
Jhonatan, con el ceño fruncido y una sonrisa desafiante: "¡No te contengas, Victor! ¡Quiero ver de qué eres capaz!"
Victor, con una sonrisa tranquila: "Primero demuestra lo que tienes, Jhonatan. No voy a darlo todo si tú tampoco lo haces."
Los ojos de Jhonatan brillaron con una energía intensa. Retrocedió unos pasos, concentrando su fuerza en un solo punto, mientras un aura azulada comenzaba a rodearlo. El suelo bajo sus pies se resquebrajó ligeramente por la presión.
Jhonatan, gritando con poder: "¡Daño Explosivo!"
Una onda de choque estalló alrededor de Jhonatan, deformando el espacio a su alrededor. La deformación gravitatoria causada por la intensidad de su energía y el impulso de su fuerza crearon una presión abrumadora en el aire. Cada movimiento suyo ahora era explosivo, liberando ráfagas de energía con cada ataque.
Victor, sorprendido pero aún tranquilo, retrocedió ligeramente para evaluar la situación.
Victor, con los ojos entrecerrados: "Interesante... Esa fuerza no es común. Has despertado algo especial."
Jhonatan avanzó con una velocidad mejorada, lanzando un puñetazo que detonó en el aire antes de llegar a Victor. Aunque el impacto no lo alcanzó directamente, la onda expansiva lo obligó a reforzar su postura para no perder el equilibrio.
Jhonatan, sonriente: "Esto es solo el comienzo. Esta fuerza, Daño Explosivo, es algo que pocos pueden controlar... Pero yo lo haré mío."
Victor, adoptando una postura defensiva: "Veamos si puedes mantenerlo. La fuerza explosiva es impresionante, pero el verdadero desafío es controlarla."
El choque entre ambos continuó, con Jhonatan desatando ráfagas de energía y Victor adaptándose a cada golpe, preparándose para empujar a su aprendiz más allá de sus límites.
Victor suspiró, sintiendo una punzada familiar en su mente. Sabía lo que significaba: Evil Victor estaba intentando volver a tomar el control. Con una resignación calculada, Victor cerró los ojos y permitió que la técnica Nexus se activara. Una bruma oscura se formó a su alrededor mientras su subconsciente se abría, permitiendo la entrada de su alter ego.
Dentro del subconsciente, ambos se encontraron cara a cara. Victor, con calma, miró a su contraparte, mientras Evil Victor sonreía con esa mezcla de arrogancia y determinación.
Victor, con voz firme: "No hagas locuras. Solo estamos aquí para entrenar."
Evil Victor, cruzando los brazos: "Lo sé, tranquilo. Solo voy a aprovechar tu cuerpo mejor que tú."
En el exterior, el cambio fue inmediato. Victor abrió los ojos, ahora teñidos de un rojo intenso, vibrantes y llenos de energía oscura. Su postura cambió, volviéndose más relajada pero peligrosa.
Evil Victor, con una sonrisa siniestra: "Ahora yo seguiré entrenando tu cuerpo."
Jhonatan, sorprendido por el cambio, dio un paso atrás, sintiendo la presión que emanaba del cuerpo de Victor.
Jhonatan, con el ceño fruncido: "¿Quién eres tú ahora? ¿Qué acaba de pasar?"
Evil Victor, girando ligeramente el cuello, haciendo que crujiera: "No te preocupes por eso, chico. Solo considera esto un nivel extra de desafío."
Sin esperar respuesta, Evil Victor avanzó, lanzando un golpe rápido y preciso hacia Jhonatan. La velocidad y fuerza eran mucho mayores que antes, obligando a Jhonatan a activar de nuevo su Daño Explosivo para bloquear el ataque. La colisión generó una onda expansiva que sacudió toda la habitación temporal.
Evil Victor, sonriendo: "Espero que puedas seguirme el ritmo. Esto apenas comienza."
Evil Victor se movió con rapidez, sus movimientos eran un blur de agresividad y precisión. Jonathan intentó reaccionar, pero los golpes de Evil Victor eran demasiado rápidos, cada uno encontrando su objetivo y haciendo que Jonathan se viera obligado a esquivar a la defensiva.
Evil Victor, con una sonrisa burlona, se desmaterializó en el aire y reapareció detrás de Jonathan con un susurro de viento. Sus ojos rojos brillaban con intensidad, la energía oscura que lo rodeaba creaba una atmósfera de opresión.
Evil Victor, con voz baja y cargada de malicia: "Tu espada... si mal no me equivoco, necesitas activarla, ¿verdad? Y solo funciona cuando estás en peligro, ¿no?"
Jonathan, aún desconcertado por la velocidad y la habilidad de su oponente, apretó los puños, buscando la espada que había recibido en su encuentro con la criatura alada. Sin embargo, sus pensamientos se vieron interrumpidos por las palabras de Evil Victor.
Jonathan, respirando con dificultad, intentó girarse para enfrentarse a él: "¿Qué sabes de mi espada?"
Evil Victor, sin perder la calma, se acercó más: "Es interesante. La espada responde a tu necesidad de supervivencia... y tú, mi querido joven, estás al borde de un abismo. Esa espada podría salvarte... o dejarte caer."
Jonathan, con una ráfaga de dolor en su pecho por un golpe previo, sintió la presión de la amenaza que se cernía sobre él. El pulso de la espada, esa energía que había sentido antes, parecía intensificarse. Pero Evil Victor lo había dejado sin opciones claras. La espada sólo se activaba cuando estaba en peligro extremo, y ahora… parecía que ese momento había llegado.
Evil Victor se movió con una rapidez impresionante, esquivando el golpe de Jonathan sin esfuerzo. Jonathan, sin poder conectar su ataque, sintió una repentina punzada en la piel, como si algo le rozara de forma invisible. A lo lejos, en la zona donde Evil Victor había estado, veía pequeñas cortaduras que no llegaban a dañar gravemente su tejido, pero sí dejaban marcas evidentes.
Evil Victor, con una sonrisa confiada, observó cómo Jonathan se mantenía en guardia, sus ojos rojos brillando intensamente mientras avanzaba rápidamente hacia él. Con un solo movimiento, Evil Victor levantó su pie derecho y, con una fuerza descomunal, lo dejó caer sobre el suelo. La energía oscura se acumuló en su pierna, y con un movimiento casi imperceptible, un ataque de energía se disparó directamente hacia Jonathan.
La explosión resultante fue masiva, una onda de choque de energía oscura que hizo que el aire a su alrededor se distorsionara. La fuerza de la explosión lanzó a Jonathan hacia atrás, dejándolo aturdido y con dificultades para mantenerse en pie.
Evil Victor, con una sonrisa sarcástica y una voz tranquila, dijo: "Nice fight, boy."
La arrogancia en sus palabras resonó en el aire, mientras se acercaba lentamente a Jonathan, observando cómo se recuperaba de la explosión. Aunque había sido un enfrentamiento duro, para Evil Victor no había sido más que un juego, disfrutando cada momento de su dominio sobre el joven.
Evil Victor, con un movimiento fluido, levantó su mano y lanzó la espada de Jonathan al aire. La espada brilló con un destello azul oscuro mientras giraba, y en un parpadeo, aterrizó justo al lado de Jonathan, clavándose en el suelo con un sonido metálico. El eco del impacto resonó en la habitación, mientras la espada parecía casi vibrar con energía contenida.
Evil Victor, observando la escena, se cruzó de brazos y sonrió con una mezcla de desdén y diversión. "Aquí está, tu última oportunidad, Jonathan", dijo con voz fría, casi burlona. "Pero no olvides, la espada solo reacciona cuando estás al borde. ¿Te atreverás a arriesgarte? ¿O serás tan débil como para no usarla?"
La atmósfera se volvió tensa. La espada, tan cercana pero tan fuera de alcance, parecía brillar con una energía que la hacía casi viva. Sin embargo, Jonathan sabía que solo podía depender de su fuerza y de esa espada si alcanzaba su límite.
Jonathan, respirando pesadamente por los efectos del golpe anterior, miró la espada, luego a Evil Victor, y apretó los dientes. Sin decir palabra alguna, comenzó a levantarse lentamente, sus ojos fijos en la espada. Sabía que en ese momento debía decidir si usarla o rendirse ante la fuerza de Evil Victor.
Jonathan extendió la mano con decisión, temblando ligeramente por el esfuerzo y la adrenalina que corría por su cuerpo. Con un rápido movimiento, agarró la espada que yacía en el suelo, y al instante, la empuñó con ambas manos. La espada, como si estuviera esperando ese preciso momento, brilló con una energía intensa y se cargó con una vibración misteriosa. La energía mística de la espada reaccionó al impulso de Jonathan, resonando en el aire a su alrededor.
Evil Victor, al ver la reacción, sonrió de forma malévola, sus ojos rojos brillando con un destello de satisfacción. "Lo sabía. No puedes controlarla sin peligro, pero... ¿será suficiente para detenerme?", dijo con una voz cargada de expectativa.
De repente, la espada comenzó a emitir una luz azulada y en su hoja se formó una aura vibrante, como si estuviera canalizando una energía mucho más poderosa de la que Jonathan había imaginado. La fuerza que surgió de ella era brutal, como una onda expansiva que emanaba de su empuñadura hacia el resto de su cuerpo. Jonathan sintió como su poder físico aumentaba a niveles descomunales, la fuerza de su cuerpo multiplicándose. El dolor que antes sentía desapareció y fue reemplazado por una intensidad de poder sin igual.
Con un rugido de determinación, Jonathan avanzó hacia Evil Victor, su velocidad y fuerza multiplicadas por el poder de la espada, el aire a su alrededor distorsionándose con la presión que generaba su energía.
Evil Victor, aunque sorprendido por la repentina transformación, no se echó atrás. "Interesante... parece que tienes más potencial del que pensaba", dijo mientras se preparaba para el siguiente movimiento, sabiendo que este enfrentamiento alcanzaría un nuevo nivel.
La batalla entre ambos se intensificó, y la habitación parecía resonar con la colisión de sus poderes. Jonathan estaba ahora completamente comprometido, mientras la espada respondía a su voluntad con una fuerza mística que podría cambiar el rumbo de la pelea.
Jonathan jadeaba, sus músculos tensos y agotados mientras observaba cómo Evil Victor esquivaba sus ataques con una gracia demoníaca, como si todo lo que hacía fuera en vano. Sintió un escalofrío recorrer su columna cuando vio las esferas oscuras formarse a su alrededor, su energía negra envolviendo el aire.
Evil Victor sonrió con suficiencia al ver la reacción de Jonathan. "Te lo dije, no tienes lo necesario para ganar, pero sigues luchando... admirable, aunque inútil", murmuró mientras continuaba con sus movimientos fluidos.
Con un solo salto, Evil Victor apareció frente a Jonathan y rápidamente formó una esfera de energía oscura frente a él. La energía se concentró en un punto específico y, con un gesto rápido, Evil Victor lanzó la esfera con velocidad mortal. La explosión fue instantánea, desatando una onda de choque tan fuerte que el suelo vibró y una nube de polvo y escombros cubrió el área.
Jonathan, aunque no completamente destruido, sintió el impacto de la explosión recorrer su cuerpo. Un dolor agudo lo invadió, y aunque su fuerza física aumentada por la espada le permitió resistir en parte, su cuerpo no estaba listo para tal ataque. Cayó al suelo de rodillas, respirando con dificultad.
Evil Victor observó la escena con desdén y cruzó los brazos, el aire alrededor de él cargado de energía oscura. "Eres algo decepcionante. Pensé que la espada te daría más poder. ¿No es lo que esperabas?", dijo en tono burlón. Luego señaló hacia un cuarto cercano. "Ya va a pasar el primer día. Mejor ve a dormir en la cama de aquel cuarto de allá. Necesitas descansar antes de que me aburra más de este entrenamiento", agregó con una sonrisa macabra.
Jonathan, aunque adolorido y frustrado, sabía que no podía rendirse. Con un esfuerzo titánico, se levantó y, tambaleándose, comenzó a caminar hacia el cuarto indicado. El peso de la espada parecía aumentar con cada paso, pero la determinación de no rendirse nunca se desvaneció. Necesitaba aprender, necesitaba mejorar, y aún no había terminado con este enfrentamiento.
Sabía que su viaje apenas comenzaba.
Evil Victor estaba sentado en un rincón de la habitación, con las piernas cruzadas y una taza de café negro humeante en sus manos. Observaba con una sonrisa tranquila cómo Jonathan se movía con precisión, ejecutando cortes y movimientos con la espada que ahora parecía casi una extensión de su propio cuerpo. Los destellos de energía azulada que acompañaban cada ataque iluminaban la sala, reflejándose en los ojos rojos de Evil Victor.
Después de observar en silencio durante unos minutos, tomó un sorbo de café y murmuró para sí mismo: "No está mal... finalmente estás dejando de ser una molestia y convirtiéndote en algo útil."
Jonathan, empapado en sudor pero concentrado, no respondió. Estaba demasiado enfocado en mantener el control de la espada y en perfeccionar sus técnicas. Con cada golpe, sentía cómo la conexión con el arma se fortalecía, como si ahora compartieran un mismo propósito.
Evil Victor se levantó lentamente, dejando la taza a un lado. Caminó hacia el centro de la sala con las manos en los bolsillos, su aura oscura envolviendo el ambiente. "Bien, Jonathan. Has mejorado. Pero dime..." hizo una pausa, inclinando la cabeza ligeramente. "¿Crees que eso será suficiente para sobrevivir allá afuera? El mundo real no es tan indulgente como yo."
La mirada de Jonathan se endureció, apretando el puño alrededor del mango de la espada. "Estoy listo para lo que venga. No pienso retroceder."
Evil Victor sonrió, una mezcla de satisfacción y desafío en su rostro. "Entonces, prepárate. El verdadero entrenamiento comienza ahora."
Evil Victor, con una sonrisa sarcástica, cruzó los brazos mientras caminaba lentamente alrededor de Jonathan, observándolo de arriba abajo.
"¿Daño explosivo? Vamos, chico, ¿en serio? Podrías haber sido más creativo." Hizo una pausa, deteniéndose frente a él, inclinando la cabeza con una expresión de burla. "Si vas a tener una técnica que te dé ventaja, al menos dale un nombre digno."
Jonathan frunció el ceño, aún sosteniendo la espada. "Es lo que se me ocurrió en ese momento. ¿Qué propones tú, entonces?"
Evil Victor se encogió de hombros y dejó escapar un suspiro exagerado. "Explosión gravitatoria. Tiene más estilo, ¿no crees? Además, describe mejor lo que realmente haces: manipular la fuerza y la inercia para crear algo devastador. Suena más... imponente."
Jonathan pensó por un momento y luego asintió lentamente. "Tienes razón. Explosión gravitatoria suena mejor. A partir de ahora, será ese su nombre."
Evil Victor sonrió de lado. "Eso es más como debe ser. Ahora... demuéstrame que puedes usarla como se debe."
Evil Victor, con una sonrisa maliciosa, juntó las manos formando un sello complejo mientras murmuraba:
"Caos eterno."
Una intensa energía oscura comenzó a formarse entre sus palmas, creciendo en una esfera negra que se expandió rápidamente. El entorno cambió abruptamente: ahora estaban en una dimensión alterna, rodeados de espadas flotantes, algunas antiguas y desgastadas, otras modernas y brillantes. A su alrededor, un agujero negro giraba lentamente, sin causar daño, pero imponiendo una presencia opresiva.
Jonathan, alerta, levantó su espada para protegerse, pero cortes invisibles comenzaron a aparecer en su cuerpo. Se movía rápido, intentando esquivar lo que no podía ver, frustrado por la naturaleza impredecible del ataque.
Dentro del subconsciente, Victor, atrapado en el interior de su propia mente, observaba con preocupación. Evil Victor, con una actitud relajada, le habló con tono despreocupado:
"No te preocupes, Victor. Sé cómo derrotarlo."
Victor frunció el ceño. "¿Qué planeas hacer ahora?"
Evil Victor sonrió, mirando hacia el frente como si tuviera un plan maestro:
"Si tan solo supiera que tengo machete en la mochila…"
De regreso al plano físico, Evil Victor extendió la mano y, de la nada, materializó un machete oxidado pero afilado, con un brillo siniestro en su filo. Lo giró en el aire y apuntó a Jonathan, avanzando lentamente con una mirada de pura malicia.
"Vamos, chico. Veamos si esa espada tuya puede resistir esto."
Evil Victor y Jonathan se movían con rapidez, sus armas chocando con fuerza en una danza violenta. El sonido del metal resonaba en la dimensión alterna, mientras las espadas flotantes alrededor observaban, inmóviles.
Evil Victor sonrió con arrogancia mientras balanceaba el machete oxidado con precisión:
"Todo latino se sabe la de los machetazos."
Sin previo aviso, lanzó un corte rápido y certero que rozó la mejilla de Jonathan, dejando una línea roja delgada. Jonathan retrocedió, intentando evaluar el daño, pero antes de que pudiera reaccionar, Evil Victor hizo un gesto con su mano libre.
De repente, múltiples cortes invisibles comenzaron a aparecer por todo el cuerpo de Jonathan. Sangre brotaba de heridas superficiales, pero constantes, debilitándolo poco a poco. Jonathan apretó los dientes, sintiendo la presión creciente de la técnica oculta.
Evil Victor, con una mirada fría, se acercó lentamente:
"¿Ves? No es solo fuerza lo que necesitas. Es control... y astucia."
Jonathan, jadeante y debilitado, sintió cómo su cuerpo empezaba a sucumbir ante los cortes y la presión ejercida por Evil Victor. Sin embargo, justo cuando parecía que todo estaba perdido, la espada comenzó a vibrar con una fuerza desconocida, resonando con un sonido profundo y ancestral.
Una luz azul intensa emergió del arma, envolviendo a Jonathan en un torbellino de energía. De la espada surgió el eco de una voz poderosa, el alma del ser alado que una vez lo ayudó:
"Aún no es tu hora. Levántate y lucha, guerrero."
La energía azul se concentró alrededor del rostro de Jonathan, moldeándose en una máscara demoníaca de aspecto aterrador, con cuernos afilados y marcas incandescentes. Cuando la máscara se adhirió completamente a su rostro, su cuerpo se transformó, adoptando la forma de un semi-demonio. Su musculatura se incrementó, sus ojos brillaron con un resplandor azulado, y sus movimientos se volvieron más rápidos y precisos.
Jonathan alzó la espada, ahora envuelta en llamas azules, y su voz resonó con un tono grave y sobrenatural:
"Ahora... es mi turno."
Se lanzó hacia Evil Victor con una velocidad descomunal, desatando una serie de ataques imbuidos de energía demoníaca, cada golpe enviando ondas de choque por la dimensión.
Jonathan, envuelto en energía demoníaca, avanzó con determinación. Movió su espada en un arco preciso y mortal, apuntando directamente al cuello de Evil Victor. Sin inmutarse, Evil Victor levantó sus dedos, concentrando energía oscura en ellos.
Cuando la espada de Jonathan estuvo a centímetros de su objetivo, Evil Victor giró con rapidez sobre sí mismo. Al instante, varios cortes invisibles aparecieron en el cuerpo de Jonathan, abriendo heridas profundas en su piel. Sin embargo, esta vez, Jonathan no retrocedió. Aguantó el dolor y, con un último impulso, logró que la hoja de su espada rozara el cuello de Evil Victor, dejando una herida visible que comenzó a sangrar lentamente.
Evil Victor tocó la herida, sorprendido pero sin perder la compostura. Sonrió con frialdad:
"Interesante... parece que no eres tan débil después de todo."
Jonathan, jadeando pero firme, levantó la mirada con una mezcla de furia y determinación.
"Te dije que esta vez... no me detendrás."
Evil Victor dejó caer el machete al suelo, que desapareció en una ráfaga de energía oscura. Con una sonrisa maliciosa, cerró los ojos por un instante y luego los abrió, brillando con un rojo intenso. Su cuerpo comenzó a temblar, y sus músculos se tensaron, expandiéndose de manera descomunal.
"Es hora de que veas lo que realmente significa el poder."
Con un rugido profundo, activó la Ira Dansandankai: Segunda Fase. Alrededor de su cuerpo comenzó a arder un fuego morado, intenso y furioso, que se elevaba en espirales violentas. La energía mística no solo cubría su cuerpo, sino que también deformaba el espacio a su alrededor, haciendo que el aire vibrara con la presión creciente.
Evil Victor, ahora envuelto en este fuego infernal, avanzó lentamente hacia Jonathan, dejando cráteres con cada paso.
"¿Listo para el verdadero infierno?"
Jonathan, aunque agotado, se preparó para el enfrentamiento, aferrando su espada con fuerza. La máscara demoníaca en su rostro brilló en respuesta al aura de Evil Victor, lista para el combate que estaba por desatarse.
Evil Victor, con un movimiento casi invisible por su velocidad, apareció frente a Jonathan. Su puño impactó directamente en el centro del rostro, destruyendo la máscara demoníaca en una explosión de fragmentos azules y oscuros. Sin darle tiempo a reaccionar, Victor desató una lluvia de golpes, cada uno más rápido y poderoso que el anterior, haciendo que Jonathan retrocediera sin poder defenderse.
"Se acabó," dijo con una voz grave y llena de poder.
Evil Victor bajó sus manos, colocándolas justo debajo del estómago de Jonathan. Una esfera de energía negra comenzó a formarse entre sus manos, creciendo rápidamente y acumulando una fuerza descomunal. El fuego morado que lo rodeaba se intensificó, alimentando la esfera con más energía.
"¡Explosión de Caos!"
Con un grito feroz, lanzó la bola de energía directamente al cuerpo de Jonathan. La explosión fue colosal, superando cualquier límite conocido, creando una onda expansiva que desgarró el espacio a su alrededor. La dimensión entera comenzó a desmoronarse, fragmentándose en pedazos mientras la energía envolvía todo.
Cuando el polvo se asentó, Jonathan yacía en el suelo, inconsciente pero aún con vida. La dimensión se deshizo completamente, devolviéndolos a la habitación temporal.
Evil Victor, de pie, respiraba pesadamente pero aún tenía esa sonrisa de superioridad.
"Descansa, niño. Lo necesitas."
Pasaría otro mes dentro de la habitación temporal. Jonathan, con cicatrices visibles en todo el cuerpo, se movía con una destreza renovada, dominando cada vez más su poder. Evil Victor, por su parte, meditaba con el ceño fruncido, consciente de que el tiempo se agotaba y una preocupación más urgente lo invadía.
—Si Victoria se entera de que me quedé tanto tiempo aquí… —murmuró Evil Victor, mientras estiraba los brazos y caminaba en círculos—. Probablemente me espere con una lista de reproches... o algo peor.
Suspiró, pasando una mano por su cabello desordenado.
—Me enfrenté a dioses, a Nine Sharon, pero Victoria… ella es otra liga. —Esbozó una sonrisa nerviosa, pensando en su esposa y en cómo siempre lograba ponerle los pies en la tierra, incluso cuando estaba poseído por su lado más oscuro.
Jonathan, aunque concentrado en sus ejercicios, no pudo evitar soltar una carcajada.
—¿De verdad alguien te da miedo? —preguntó, sin dejar de mover su espada.
—Créeme, Jonathan. Victoria no es alguien a quien quieras enfurecer —respondió Evil Victor, cruzando los brazos—. Puedo destruir dimensiones, pero ella puede destruir mi paz mental en segundos.
Evil Victor sonrió con una mezcla de ironía y cansancio mientras observaba a Jonathan, quien parecía no entender del todo la magnitud de sus palabras.
—Cuando tengas esposa, lo entenderás —dijo Evil Victor con un tono más serio, casi como si fuera una lección que había aprendido de la manera más difícil.
Jonathan, ligeramente desconcertado, detuvo su entrenamiento por un momento.
—No sé si quiero entenderlo... —respondió, sin dejar de mover su espada con agilidad.
—Créeme, a veces desearías no haberlo entendido, pero eso es parte del trato. —Evil Victor soltó una pequeña risa. —Una esposa no solo es alguien a quien amas, es también tu mayor fuente de motivación... y tu peor pesadilla si la haces enojar.
Jonathan se quedó pensativo por un momento, antes de sacudir la cabeza, como si intentara despejarse de esas ideas extrañas para él.
—Bueno, por lo menos si algún día tengo que enfrentarme a alguien más fuerte, ya sé que no será tan difícil como enfrentarme a ti... o a Victoria.
Evil Victor levantó las cejas, aún sonriendo.
—Victoria podría destruirte sin levantarse de su silla. Solo recuerda lo que te dije.
Evil Victor, tras pronunciar la palabra "Nexus", dejó que su alma y poder se disolvieran en el aire, desvaneciéndose de la forma en que solo él sabía hacerlo. La energía oscura que lo envolvía desapareció, y al instante, su presencia se materializó en el clon de Victor, que estaba de vacaciones en una tranquila playa, disfrutando de un descanso después de todo el caos vivido.
El cálido sol de la tarde bañaba la escena, y la brisa marina acariciaba la piel de Evil Victor, quien, al abrir los ojos, ya no estaba en el campo de entrenamiento ni en el entorno caótico al que había estado acostumbrado. En su lugar, estaba en una playa apartada, con el sonido relajante de las olas rompiendo contra la orilla.
—¿Así que esto es lo que llaman "vacaciones"? —dijo Evil Victor con una sonrisa irónica, observando la calma a su alrededor, un contraste absoluto con la intensidad de la lucha y las tensiones que había vivido.
Miró hacia su alrededor, sintiendo el calor del sol en su rostro. El ambiente parecía tranquilo, pero en su interior sabía que no podía relajarse completamente. Sabía que todo en su vida, incluso los momentos más pacíficos, podían volverse caóticos en cualquier momento.
—Es un buen cambio de ritmo —murmuró, caminando hacia la orilla y sumergiendo los pies en el agua tibia, disfrutando del breve respiro antes de que sus acciones volvieran a tener consecuencias.
Victor abrió los ojos lentamente, sintiendo la energía de Evil Victor desvanecerse de su cuerpo. Un suspiro escapó de sus labios al darse cuenta de que el control ya no estaba en manos de su otra personalidad. Miró alrededor y vio a Jonathan, aún respirando con dificultad, pero aparentemente más fortalecido por los meses de entrenamiento.
"Supongo que el miedo a su mujer es peor que cualquier otra cosa," murmuró Victor en tono bajo, como si se hablara a sí mismo, observando el estado de su rival.
Se levantó con algo de esfuerzo, observando las cicatrices en el cuerpo de Jonathan, una mezcla de respeto y preocupación en sus ojos. El joven había mejorado mucho, aunque a un costo alto. Victor sabía lo que eso significaba, y aunque estaba agradecido de no tener que enfrentarse a Evil Victor nuevamente, también entendía que, aunque ese entrenamiento había sido doloroso, había hecho crecer a Jonathan como guerrero.
Se acercó a él, tomando un momento para evaluar la situación. "Bien hecho," dijo finalmente, "pero aún te falta algo importante: control. La fuerza sin control puede llevarte a la perdición."
Victor extendió su mano hacia Jonathan, ofreciéndole una ayuda para levantarse. "El entrenamiento no acaba aquí, pero lo más importante ya lo has aprendido: puedes mejorar, pero nunca dejes que el poder te controle."
Mientras Jonathan tomaba su mano, Victor no pudo evitar pensar en lo que le esperaba fuera de la habitación temporal. Sabía que lo que Evil Victor había hecho mientras estaba en control no se quedaría sin consecuencias.
Jonathan observaba a Victor con atención mientras este comenzaba a transformarse. Al principio, todo parecía una simple preparación, pero cuando Victor activó su verdadera forma, la atmósfera cambió por completo. El cabello de Victor se tornó blanco, su energía se intensificó y, con un movimiento casi imperceptible, una "Y" apareció en su frente, seguida de marcas rojas que se extendieron por todo su cuerpo en líneas rectas, cada una de ellas trazando un camino hasta su corazón.
Era una transformación impresionante, una que Jonathan nunca había presenciado, pero sentía la presión que emanaba de la forma de Victor. La energía a su alrededor se volvió más densa, y el ambiente mismo parecía volverse más tenso. Sabía que esta pelea sería diferente a cualquier otra.
Victor se erguía frente a él en su forma más poderosa, su presencia ahora dominando el espacio. "Estoy listo, Jonathan," dijo, su voz resonando con una autoridad inhumana. "Ahora entenderás lo que significa entrenar con un verdadero maestro."
Jonathan, aunque aún algo agotado de los entrenamientos anteriores, no retrocedió. El cambio de Victor solo aumentó su determinación. Había llegado hasta aquí con esfuerzo, y no iba a dejar que esta pelea fuera su final.
"Lo que me has enseñado me ha hecho más fuerte," respondió Jonathan, mientras la espada brillaba a su lado. "No voy a rendirme."
Con esa respuesta, Jonathan se lanzó al ataque, intentando aprovechar la velocidad y la fuerza mejoradas por su entrenamiento. La espada en su mano resplandeció, preparándose para cortar a través de la energía densa de Victor. La batalla estaba a punto de comenzar.
Victor adoptó su postura de combate, los músculos tensos, cada movimiento calculado con precisión. La postura de Kyokushinkai era la base de su estilo, su preferencia por la lucha cercana, los ataques contundentes y la resistencia imparable. Cada respiración que tomaba parecía fortalecer su determinación. A sus pies, el suelo vibraba con la energía que emanaba de su cuerpo, su transformación en omni-yadaratman amplificando su presencia. Los ojos de Victor brillaban con una intensidad fría mientras observaba a Jonathan.
Por otro lado, Jonathan, con su espada en mano, también se preparó, pero esta vez su postura era la de un experto en kenjutsu. Sus pies firmemente plantados, con la espada perfectamente alineada y la guardia en posición, esperando el momento exacto para moverse. El control sobre su espada, el equilibrio y la disciplina de su estilo era evidente. En sus ojos brillaba una mezcla de respeto por su maestro y una feroz determinación por alcanzar la victoria.
Ambos combatientes, listos para dar lo mejor de sí, se observaron con atención. No había espacio para titubeos; esta sería una pelea que definiría la última fase de su entrenamiento.
Victor, con una rapidez y precisión inesperada, se lanzó al ataque, cada movimiento fluido y potente, un ataque directo que aprovechaba la potencia de su cuerpo y la flexibilidad de Kyokushinkai. Sus golpes eran rápidos y feroces, buscando desestabilizar a Jonathan, pero con cada uno, se sentía la amenaza de su poder.
Jonathan, con su espada en alto, paró el primer golpe de Victor con una precisión increíble. Los dos se encontraban en un choque constante de velocidad y fuerza. La espada de Jonathan, con la habilidad del kenjutsu, cortaba el aire mientras se movía en líneas perfectas y veloces, buscando el punto débil en la defensa de Victor.
Ambos se movían con tal rapidez que sus movimientos eran apenas visibles, pero cada intercambio de golpes generaba un estallido de energía que sacudía el entorno, creando una presión abrumadora en la atmósfera.
La batalla estaba en su clímax. Victor y Jonathan, dos fuerzas imparables en un choque de estilos, se enfrentaban con una intensidad que podría cambiar el destino de ambos.
Cada golpe que Victor y Jonathan intercambiaban era como una explosión de energía contenida. La rapidez de sus movimientos era asombrosa, casi imposibles de seguir con la vista. Cada impacto hacía que el aire se comprimiera a su alrededor, creando ondas de choque que sacudían el espacio entre ellos.
Victor, con su transformación en omni-yadaratman, parecía moverse más allá de los límites humanos. Su cuerpo era una máquina de combate, lanzando una serie de golpes rápidos, cada uno más devastador que el anterior. Sus puños eran como mazas, capaces de destruir cualquier defensa, y sus piernas se movían con la agilidad de un felino, apuntando a los puntos más débiles de su oponente. Cada movimiento que hacía estaba calculado para destruir, para desestabilizar a Jonathan, pero nunca dejaba de estar en control total.
Jonathan, por su parte, respondía con la destreza que solo un experto en kenjutsu podría tener. Cada corte de su espada era preciso, como si estuviera trazando una línea de vida en el aire. El sonido del acero cortando el viento resonaba, y sus movimientos fluían como una danza mortal. A pesar de la potencia de los golpes de Victor, Jonathan no se quedaba atrás, bloqueando, esquivando y respondiendo con su propia ferocidad. Sus ojos brillaban con una determinación implacable, consciente de que esta pelea no solo era para vencer a Victor, sino para superar sus propios límites.
Los impactos de sus cuerpos y armas eran tan intensos que el suelo temblaba. Fragmentos del entorno volaban por los aires, el suelo se agrietaba y las paredes se sacudían, como si la misma habitación estuviera a punto de colapsar bajo la presión de su combate. Cada golpe que Victor lanzaba dejaba una marca en el aire, mientras que las espadas de Jonathan emitían un destello de luz con cada corte, demostrando la precisión mortal de su técnica.
A medida que la pelea avanzaba, la energía en el ambiente aumentaba. Ambos combatientes estaban al borde de sus capacidades, luchando con una velocidad y fuerza que desafiaban la comprensión humana. En cada intercambio, la destrucción aumentaba, y el espacio entre ellos parecía volverse cada vez más pequeño, como si la misma dimensión estuviera siendo alterada por su intensidad.
Ambos sabían que esta batalla no era solo una prueba física, sino una prueba de voluntad. Quien fallara, quedaría destruido. Sin embargo, ninguno de los dos se detendría. La pelea continuaba, un torbellino de energía, poder y destrucción, mientras los dos luchadores buscaban la victoria a toda costa.
El golpe de Victor fue como un rayo. Con su brazo derecho, lanzó un puñetazo a las costillas de Jonathan, seguido de una patada rápida hacia el otro lado de su torso. Jonathan, a pesar de la furia y la potencia de los golpes, se mantuvo firme. Su respiración se volvía más pesada, pero sus ojos no dejaban de observar a Victor, calculando sus próximos movimientos, evaluando cada golpe como si fuera una lección de vida.
Victor, con su puño ahora brillando con un resplandor cegador, preparó su ataque final: el "Destello Solar". El golpe fue tan rápido que parecía desafiar las leyes del tiempo, moviéndose casi a la velocidad de la luz, a una fracción de los nanosegundos. Jonathan apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando el puño de Victor se dirigió directamente a su estómago, un impacto brutal que dejó una onda de choque en el aire.
El golpe fue tan poderoso que, al impactar, Jonathan sintió que su cuerpo se desintegraba por un momento. La fuerza del golpe lo dejó aturdido y, en cuestión de segundos, la oscuridad lo rodeó, llevándolo al límite de su resistencia. Fue como si todo su cuerpo se hubiera detenido por completo, sus músculos incapaces de reaccionar a la fuerza de ese golpe concentrado. La explosión de energía lo mandó volando a través del aire, su camisa rasgada por la fuerza de la colisión, y una leve herida apareció en su torso, una cicatriz que marcaría este enfrentamiento.
Jonathan cayó pesadamente al suelo, levantando polvo con su caída. Su respiración era superficial, su cuerpo apenas podía moverse tras el impacto. La imagen de Victor, ahora con el resplandor de su puño desvaneciéndose lentamente, quedaba grabada en su mente.
El golpe había sido definitivo. Jonathan no podía negar que, en ese momento, Victor había superado todos sus límites. Pero, incluso en su estado de semiinconsciencia, Jonathan sabía que su lucha no había terminado. La determinación en su interior, esa chispa que no se apaga, seguía viva, aunque el cuerpo ya no respondiera.
Victor observaba a Jonathan caer, su respiración igualmente pesada por la intensidad del combate. Sabía que había alcanzado el límite de su poder, pero también sabía que, si Jonathan se levantaba, la pelea no terminaría allí. Sin embargo, por ahora, el joven guerrero estaba fuera de combate, y Victor suspiró, dejando que su energía se disipara lentamente mientras el silencio llenaba la habitación.
Victor observó a Jonathan en el suelo, aún aturdido por la fuerza de su golpe. El joven guerrero respiraba con dificultad, pero no parecía haber perdido la conciencia por completo. Victor bajó la guardia y se acercó lentamente, notando la leve herida en el torso de Jonathan y la forma en que su cuerpo temblaba por el esfuerzo.
"Creo que me pasé un poco con ese golpe," mencionó Victor, con una ligera mueca de preocupación en su rostro. Su tono era más suave que antes, como si estuviera reconociendo la intensidad del ataque y su posible consecuencia. No le gustaba ver a su alumno tan cerca del límite, pero sabía que, en el camino de un guerrero, las lecciones solo se aprenden de esa manera.
Se arrodilló junto a Jonathan, su mirada fija en el joven mientras evaluaba su estado. La pelea había sido dura, y aunque Victor sabía que había superado a Jonathan en ese momento, también comprendía la fortaleza interna del joven. Jonathan no se rendiría fácilmente.
"Vas a estar bien. Solo necesitas descansar," añadió Victor, con una voz que ya no contenía la dureza del combate. Sabía que el entrenamiento debía ser severo, pero también era consciente de la línea entre enseñar y destruir.
Victor suspiró al ver que apenas habían pasado tres días dentro de la habitación temporal. Aunque en ese espacio había pasado un mes de intenso entrenamiento, el tiempo en el mundo exterior continuaba de manera normal. No fue sino hasta que dejó la habitación y salió a la luz del día que se dio cuenta de lo pesado que había sido para Jonathan, quien aún permanecía inconsciente en sus brazos.
Con firmeza, Victor llevó a Jonathan a la sala de recuperación del hospital, atravesando el pasillo con pasos decididos. Sabía que el joven necesitaba descansar y sanar, aunque los días de entrenamiento habían dejado marcas profundas en su cuerpo. La lucha había sido brutal, pero esa era la realidad de lo que implicaba llegar a ser más fuerte.
Una vez en la sala de recuperación, Victor colocó a Jonathan suavemente sobre una camilla y ajustó los controles del equipo médico para monitorear su estado. Mientras tanto, se apoyó en una de las paredes, tomando un momento para respirar y calmarse. El peso de su rol como maestro, y el esfuerzo que ponía en cada uno de sus entrenamientos, lo había llevado a un límite de emociones. No era fácil enseñar a un joven con tanto potencial, especialmente cuando uno mismo, a veces, no sabía cuándo frenar.
"Jonathan...," susurró, mirando al joven aún dormido en la camilla. "Esto es solo el comienzo. Si quieres ser realmente fuerte, aún tienes mucho por aprender."
Victor se quedó un rato más observando a su alumno, mientras la sala de recuperación vibraba con el leve pitido de las máquinas. Sabía que Jonathan se recuperaría, pero el verdadero desafío aún estaba por llegar.
Tres meses habían pasado desde aquel intenso entrenamiento en la habitación temporal. Jonathan ya se había recuperado por completo, sus heridas cicatrizadas y su cuerpo más fuerte. Los recuerdos de los días de entrenamiento seguían frescos en su mente, y aunque sus habilidades habían mejorado notablemente, la batalla que había enfrentado contra Victor aún pesaba en su interior.
Victor, por su parte, había estado vigilando el progreso de su alumno con una mezcla de satisfacción y ansiedad. Sabía que la clave del entrenamiento no era solo la fuerza, sino también la resistencia mental y emocional, cualidades que Jonathan aún debía dominar. Durante estos tres meses, ambos habían continuado perfeccionando sus habilidades, pero ahora el enfoque era diferente. Ya no se trataba solo de enfrentarse en combates salvajes; era un proceso más delicado de entendimiento y control.
Esa mañana, Jonathan se encontraba en el gimnasio, entrenando de manera solitaria. Su espada descansaba a su lado, mientras él se ejercitaba en las artes marciales que había aprendido de Victor. Con el sudor empapando su rostro, se detuvo un momento para respirar y mirar su reflejo en el espejo. Aquel joven que había entrado al entrenamiento tres meses antes ya no era el mismo. Había cambiado, y no solo físicamente.
"Victor...," murmuró Jonathan para sí mismo, su voz llena de determinación. "Estoy listo."
En ese instante, Victor apareció en la entrada del gimnasio, observando en silencio a su alumno. Había estado observando desde la sombra, satisfecho con los avances de Jonathan, pero sabía que aún quedaba mucho por probar.
"¿Listo para el siguiente paso?" preguntó Victor, su tono grave pero con una ligera sonrisa que mostraba su satisfacción.
Jonathan asintió, levantando su espada con confianza. El entrenamiento había sido duro, pero todo había valido la pena. Ahora, ambos sabían que estaban listos para enfrentar lo que viniera.
Fin.