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Fanfic: I am God: High School DXD y Hazbin Hotel.

bloody_darkness
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Synopsis
Mierda”, dijo Dios mientras observaba el mundo humano que sabía que no era el suyo. Arrastrado a High School DxD, ahora debe lidiar con demonios, ángeles y un caos que nunca imaginó. ¿Podrá restaurar el equilibrio antes de que todo se desmorone?
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Chapter 1 - capítulo 1: The Big G.

"Hola a todos. Quiero informarles que además de publicar mi historia aquí, también la estoy subiendo a un canal de YouTube llamado Dreamy Abyss (Fanfic Bloody Darkness). Sé que algunos de ustedes prefieren escuchar en lugar de leer o simplemente buscan una forma más conveniente de seguir la trama, así que he decidido crear este canal. Allí encontrarán la historia en formato de audio, con actualizaciones regulares. Si te gusta consumir contenido de esta manera, no dudes en suscribirte y estar al tanto de los nuevos capítulos."

Prólogo.

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El gran tipo de arriba, el gran creador, señor de los cielos, padre de los ángeles, progenitor de la existencia misma y muchos más títulos que, si se dijeran todos, durarían una pequeña eternidad.

Y el gran tipo de arriba estaba, quizás, un poco irritado mientras intentaba organizar el colosal caos que había en ese momento, el cual se había formado mientras tomaba unas pequeñas vacaciones. No lo culpen, se lo merecía; dirigir toda la creación era agotador, tanto que hubo una vez que no salió de su oficina durante un siglo entero.

Había estado tan ocupado que muchos de sus súbditos angelicales no lo conocían físicamente. Por una vez, tomó la decisión de descansar; también era para intentar calmar la migraña que le causaba el problema de la sobrepoblación del infierno.

Negando con la cabeza, miró por encima de su hombro y no pudo evitar que uno de sus ojos temblara al ver a la primera mujer, Lilith, acosando a un aterrado San Pedro, que en ese momento usaba a Sera, una de sus arcángeles, como escudo. Mientras tanto, la misma Lilith, en una forma más demoníaca, intentaba superar a la más grande Sera. Lute, la ahora líder de los ángeles exterminadores, en compañía de Emily, el reemplazo de Lucifer, intentaban calmar la situación. Mientras la primera mujer despotricaba cosas de no delatar a nadie.

Ignorando eso por ahora, se paró en las nubes afuera de las puertas de los cielos, meditando sobre qué hacer para visitar a su hasta ahora recién descubierta nieta, que su molesto hijo Michael había olvidado mencionar.

Por ahora, disfrutó un poco de la paz que le brindaba el simple hecho de ignorar toda su creación. Apagar voluntariamente su omnisciencia era molesto; saber cualquier cosa todo el tiempo lo hacía sentir que todo era un poco aburrido.

Tomando un sorbo de su vino, miró hacia la puerta cuando escuchó una pequeña explosión. Vio a Lute tirada a un lado, a San Pedro siendo arrastrado por Lilith y a una más que frustrada Sera, mientras Emily observaba todo con un poco de diversión por lo absurdo de la situación.

Solo pedía unos días de paz, pensó el gran tipo mientras cerraba los ojos. Sin embargo, los abrió de golpe cuando sintió la solidez del suelo que pisaba simplemente desaparecer.

Mirando hacia abajo, solo vio un oscuro abismo, uno que sabía era totalmente ajeno a su dominio.

"Oh, shit", pensó mientras alzaba la mirada y veía que los demás en la puerta dejaban lo que estaban haciendo para observar justo en el preciso momento en que él desaparecía.

"oh, mi él", dijo Lilith, viendo al gran G simplemente irse de la nada en un hueco de todas las cosas, y no en su típica y extravagante desaparición de luz.

"Eh, eso no se supone que pase", dijo Emily muy nerviosa, sintiendo que el cielo se estremecía ante la desaparición del creador.

"Pedro", dijo Sera con severidad.

"Sí, mi señora", respondió el portero  de la puerta celestial mientras dejaba escapar un suspiro al fin de salir de las garras de la primera mujer.

"Cierra las puertas de los cielos y no dejes entrar o salir a nadie, y eso te incluye, Lilith. No saldrás de los cielos", dijo la alta serafín con seriedad, mientras observaba el ahora cerrado  hueco por donde se había ido su creador.

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Pese a estar cayendo por lo que reconoció como una rasgadura de la realidad misma y ahora cruzando el vacío, no entró en pánico. En su lugar, solo bebió de su vino mientras miraba hacia abajo, donde terminaba el túnel.

Una entidad como él era consciente de la existencia de diversos universos alternos que rodeaban su creación. En primer lugar, tuvo que separar un gran espacio entre ellos para permitir que su universo existiera, ya que, en su opinión personal, el multiverso estaba bastante sobrecargado. Recordó con algo de mal humor el tema de los pecadores en su infierno, pero lo ignoró, como había estado haciendo con muchas cosas en los últimos meses, y fijó su mirada en las paredes del túnel.

"Ahora bien, ¿quién es el insensato que se atreve a arrebatarme de mi dominio? Tienen suerte de que no ancle la creación a mi existencia por diversos temas. Oh, sí, si no fuera así, estaría muy enojado. Aunque, si fuera así, no habrían podido sacarme en primer lugar, aunque debe ser fuerte para arrastrarme. En todo caso, hablaré, um, pacíficamente con él antes de arreglar todo en mis dominios.

Era el gran G, por el amor a, bueno, a él. Tenía muchas cosas que solucionar antes de lidiar con una tontería, como lo llamo uno de sus hijos... ¿cómo se llamaba él? Eh, no lo sabía precisar en este instante, pero la palabra correcta es que no tenía tiempo para lidiar con una tontería isekai.

Sobándose la cara, sintió que su viaje terminaba. Preparando su mirada más intimidante y una variedad más que colorida de palabras, esperó para darle una lección al estúpido que lo trajo aquí, y eso sería justo ahora.

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"A ver, pedazo de... Sacarme a mí, de entre todos los seres de mis propios dominios a los tuyos, es el colmo de descaro. ¿Por qué a mí? Pudiste escoger a Addam; él es más de estas cosas", comenzó a decir, solo para detenerse cuando vio una escena extraña.

Primero que nada, no sintió al que lo trajo aquí; había sentido su firma de poder, y era una especie de contraparte suya de este universo donde fue traído. Segundo, estaba en una especie de ritual demoníaco en esos momentos.

"Estoy muy cansado para estas mierdas", pensó Dios mientras tomaba el último sorbo de su copa y analizaba su situación.