Al regresar a la aldea, los aldeanos y aventureros inicialmente se asustaron por la aparición de Historia en su cuerpo de titán cuadrúpedo. Sin embargo, mientras les explicaba la situación, empezaron a sentir compasión por ella.
[Residente del pueblo: ¿Qué le pasó?]
[Eren: Ella fue fusionada con una quimera durante la batalla. Estamos trabajando para devolverla a su forma humana.]
[Historia: Yo... estoy bien. Solo necesito tiempo.]
Ymir, que había sido reencarnado como un Titán Mandíbula, se acercó a Historia con una mirada de determinación.
[Ymir: Historia, todavía te amo, sin importar la forma que tengas.]
Ymir depositó un beso en la cabeza humana de Historia, sellando su amor incondicional. Luego se transformó en un Titán Mandíbula y, con su cuerpo de Titán, besó la cabeza del Titán cuadrúpedo de Historia.
[Historia: Ymir...]
[Historia: Gracias... Yo también te amo.]
[Eren: Busquemos una solución. No importa cuánto tiempo tome, no nos rendiremos contigo.]
Con el apoyo de sus amigos y de la aldea, el grupo decidió investigar todas las opciones posibles para restaurar Historia a su forma original y devolverle los poderes a Aqua.
[Aqua: ¡Cierto! Tenemos que encontrar una solución a todo esto. No dejaré que la culpa por mi pérdida de poderes nos detenga.]
[Eren: Trabajemos juntos. Somos un equipo y juntos podemos superar cualquier cosa.]
Mientras Eren, Aqua, Historia, Ymir, Megumin y los demás se preparaban para enfrentar los desafíos que se avecinaban, la determinación y la unidad del grupo se hicieron aún más fuertes. Con cada paso, se acercaban a una solución, manteniendo viva la esperanza en sus corazones.
La situación en Axel se tornava cada vez más sombría a medida que las maldiciones y consecuencias de sus batallas se manifestaban en el grupo. Eren comenzaba a experimentar los efectos de la maldición que lo había perseguido desde su reencarnación, debilitándose cada día más. Mientras tanto, Aqua, ahora mortal, se enfrentaba a la realidad de su embarazo, algo que jamás había imaginado como diosa.
Pero quizás quien más sufría en silencio era Historia. Confinada a su nuevo cuerpo de titán cuadrúpedo, sentía que la desgracia se cernía sobre ella como una sombra implacable. Una noche, mientras Ymir se acercaba para cuidarla, encontró a Historia sumida en una profunda crisis.
[Historia: Ymir, no puedo seguir así...]
[Ymir: Historia... estoy aquí. ¿Qué sucede?]
[Historia: Mira en lo que me he convertido... ¡Soy un monstruo!]
Historia rompió a llorar, su voz resonando con desesperación y tristeza. Ymir, con su expresión seria pero preocupada, se acercó más, apoyándose contra el cuerpo titánico de Historia.
[Historia: ¡Mírame! No soy nada más que un torso y una cabeza, fusionada con este cuerpo grotesco de titán. Ni siquiera tengo mis manos o piernas... ni mi pecho, ni mis órganos. ¡Ni siquiera sé qué hace mi cuerpo con la comida que consumo! Los titanes no tienen ano... Es un fenómeno repulsivo.]
Historia dejó escapar un sollozo, abrumada por la desesperación. A lo largo de su vida, había enfrentado muchas dificultades, pero esta situación parecía insuperable.
[Historia: Tuvieron que construirme una habitación gigante, como si fuera una bestia salvaje. Y tengo que ser tan cuidadosa... Mis manos de titán son torpes y fuertes. Si no tengo cuidado, rompo todo lo que toco. Extraño el tacto, Ymir. Extraño sentir las cosas con mis propias manos...]
Ymir, con lágrimas en los ojos, abrazó la cabeza humana de Historia, su corazón dolido por el sufrimiento de la mujer que amaba.
[Ymir: Historia, escucha. Sé que esto es difícil, sé que todo esto es injusto. Pero no eres un monstruo. Eres la mujer más fuerte que conozco. Y te amo, sin importar la forma que tengas.]
[Historia: Pero, Ymir, ¿cómo puedes amarme así? ¡No soy la misma!]
[Ymir: Sí, lo eres. En el fondo, sigues siendo la misma Historia que siempre he amado. Y voy a estar a tu lado, pase lo que pase. Vamos a superar esto juntas.]
Historia cerró los ojos, tratando de absorber el consuelo que Ymir le ofrecía. Aunque sus palabras no podían borrar su sufrimiento, le daban una chispa de esperanza.
[Ymir: Te prometo que encontraremos una manera de solucionarlo. No voy a dejarte sola en esto.]
[Historia: Ymir... gracias.]
Las dos permanecieron juntas en silencio, compartiendo una intimidad que iba más allá de las palabras. Aunque el futuro parecía incierto y lleno de dificultades, en ese momento, Historia encontró algo de consuelo en el amor y la lealtad inquebrantable de Ymir. Aunque su cuerpo había cambiado, su espíritu seguía intacto, y con Ymir a su lado, estaba dispuesta a enfrentar lo que viniera, aunque el camino fuera largo y doloroso.
La vida en Axel había cambiado drásticamente desde los días en que el grupo de aventureros había luchado juntos contra generales del Rey Demonio y enfrentado desafíos aparentemente insuperables. Ahora, con Eren muerto, Aqua a punto de dar a luz, y el grupo desmoronado, las sombras se habían instalado en la vida de aquellos que habían sobrevivido.
Historia, aunque había logrado manejar su depresión hasta cierto punto, seguía sintiéndose atrapada en un cuerpo que no reconocía como suyo. El enorme cuerpo del titán cuadrúpedo con el que estaba fusionada limitaba su movilidad y la dejaba con una sensación de desamparo constante. La habitación gigante que le habían construido en lo que antes era el hogar de Eren se sentía como una celda, y aunque Ymir la visitaba frecuentemente, Historia no podía evitar sentirse sola.
Afuera, la vida continuaba, pero Axel ya no era el mismo lugar. Darkness, tras mucho resistirse, finalmente había abandonado el grupo y se había casado con Alderp Alexei Barnes, el feudal que había manipulado la situación a su favor. Para sorpresa de todos, lo que parecía ser un matrimonio de conveniencia se convirtió en una relación que cumplía las retorcidas fantasías masoquistas de Darkness. Los rumores sobre su vida matrimonial se extendieron rápidamente, aunque pocos se atrevían a comentarlos en voz alta.
El día de la boda de Darkness, Megumin, incapaz de aceptar que su amiga se uniera en matrimonio con un hombre tan despreciable, había tomado una decisión impulsiva. Con la intención de arruinar la ceremonia, usó su magia explosiva para atacar la mansión de Alderp. El resultado fue un caos total, y Megumin fue arrestada y encarcelada por terrorismo, dejando a Kazuma devastado y al grupo aún más fragmentado.
Eren, por su parte, había sucumbido a la maldición que lo había estado persiguiendo desde su reencarnación. Días antes, su cuerpo se había desintegrado en vapor, dejando atrás solo sus recuerdos y el dolor de quienes lo habían conocido. Aqua, ahora mortal y embarazada, se quedó sola en la casa que había compartido con Eren. La antigua diosa, que una vez había sido poderosa y caprichosa, ahora dependía de los demás para sobrevivir, viviendo de la caridad de la gente del gremio y esperando el nacimiento de su hijo.
Historia, aunque atrapada en su propio cuerpo de titán, intentaba mantenerse fuerte por aquellos que quedaban. A veces, cuando Ymir la visitaba, compartían momentos de consuelo y ternura, aunque la tristeza de Historia era palpable. El único contacto de Historia con el mundo exterior, aparte de Ymir, era cuando salía al gremio, un lugar que antes había sido su refugio. Pero incluso allí, se sentía fuera de lugar, como si todos los ojos estuvieran sobre ella, juzgándola por lo que se había convertido.
Una noche, mientras Historia y Ymir estaban juntas, Historia finalmente dejó salir todo el dolor que había estado reprimiendo.
[Historia: Pero... siento que estoy perdiendo lo poco que queda de mí. No puedo sentir nada, no puedo tocar nada. Soy solo una sombra de lo que solía ser.]
Ymir la abrazó como pudo, sabiendo que no había palabras que pudieran aliviar por completo el sufrimiento de Historia. Sin embargo, en su corazón, Ymir estaba decidida a encontrar una manera de ayudarla, aunque no sabía cómo.
A medida que el tiempo pasaba, la situación en Axel se volvía cada vez más incierta. Con la pérdida de sus amigos y el desmoronamiento del grupo, Historia y Ymir sabían que tenían que encontrar una manera de seguir adelante, a pesar de las dificultades. Pero en un mundo donde las maldiciones y el dolor parecían ser la norma, la esperanza era un recurso cada vez más escaso.
La desesperación que Historia había logrado contener durante tanto tiempo finalmente se desbordó. Aquella noche, mientras Ymir intentaba consolarla, Historia rompió en llanto, sus sollozos resonando en la enorme habitación vacía, su prisión personal.
Historia: ¡Tú no entiendes, Ymir! ¡Nunca lo harás! —gritó, con una mezcla de furia y dolor—. ¡Tú puedes deshacer tu titán cuando quieras! ¡Puedes volver a ser humana! Pero yo... yo estoy atrapada aquí, en este cuerpo... ¡Este maldito cuerpo!
Ymir: Historia, por favor, no digas eso. Estoy aquí para ayudarte, para estar contigo. No estás sola.
Historia: ¿Ayudarme? ¿Cómo puedes ayudarme cuando ni siquiera comprendes lo que es estar así? —su voz temblaba, cargada de desesperanza—. Rechacé la visita de la princesa del Reino cuando recibimos su carta porque... porque me da vergüenza que me vean así. ¡Soy un monstruo! Un maldito fenómeno... ¡No soy nada!
Ymir intentó acercarse, pero Historia, en su rabia, la apartó con un movimiento torpe de sus enormes extremidades de titán.
Historia: ¡Maldita sea la hora en que me llevé a Aqua conmigo por accidente cuando reencarné! ¡Todo esto es un castigo, un castigo por haber tomado decisiones estúpidas! —Las lágrimas corrían por su rostro—. He pensado en suicidarme, Ymir. He pensado en acabar con esto de una vez por todas, pero... —dejó escapar una risa amarga—, eso es lo más irónico de todo. ¡Ni siquiera puedo morir! ¡Los cuerpos de titán no pueden morir a menos que se les dañe la columna, y yo... yo ni siquiera tengo una maldita columna que destruir!
Ymir se quedó en silencio, sintiendo el dolor de Historia en cada palabra que pronunciaba. Historia, rota, continuó:
Historia: Intenté decapitarme, Ymir. Pero todo lo que hizo fue hacer que mi cabeza volviera a crecer. El maldito cerebro del titán sirve como respaldo hasta que me regenere. Estoy atrapada, atrapada en un cuerpo que no es mío, en una vida que no quería... No tengo manos para tocar, no tengo piernas para caminar, ¡ni siquiera tengo mis malditos pechos o mis órganos! No sé qué hace este cuerpo con la comida que consume porque los titanes no tienen ano... ¡No soy nada, Ymir! ¡Nada!
Ymir, con el corazón roto, finalmente se acercó y envolvió a Historia en sus brazos lo mejor que pudo, sintiendo la dureza y el frío del cuerpo de titán que ahora era parte de ella. Historia, incapaz de resistirse más, se hundió en el abrazo de Ymir, dejando que todo su dolor, su desesperación y su rabia se desbordaran.
Ymir: No eres un monstruo, Historia... Eres la persona más valiente que conozco. Y no importa en qué cuerpo estés atrapada, siempre serás la misma persona que amo.
Historia: Pero... pero ya no soy yo, Ymir... Ya no soy yo...
Ymir: No importa lo que pienses ahora. Estoy aquí y nunca te dejaré. Juntas encontraremos una manera de lidiar con esto, de vivir, de alguna forma.
Las palabras de Ymir no podían deshacer la tragedia que había caído sobre Historia, pero en ese momento, eran lo único que la mantenía anclada a la realidad. A pesar de su desesperación, Historia sabía que mientras Ymir estuviera con ella, no estaba completamente sola, aunque las sombras de la desesperanza aún la rodearan.
Pero mientras el mundo exterior continuaba ajeno a su sufrimiento, en esa habitación gigante, en ese cuerpo que ya no sentía como suyo, Historia luchaba por encontrar una razón para seguir adelante, aun cuando la esperanza parecía haberla abandonado.