Kaeleen caminaba en silencio, aún procesando lo que acababa de vivir en las duchas. El mal olor de los fluidos negros que le cubrían el cuerpo había desaparecido tras el baño, pero la sensación de estar sucio, de alguna manera, seguía pegada a su piel. Mientras avanzaban por un pasillo oscuro, salieron al exterior, donde el aire fresco golpeó su rostro, pero lo que vio allí le heló la sangre.
Una carroza lleno de cadáveres pasaba frente a ellos, arrastrado por un guardia. Entre la pila de cuerpos inertes, Kaeleen reconoció uno que lo dejó en estado de shock.
"Es él... el hombre que se quejó del guardia...", pensó, asombrado. El mismo hombre que había gritado en el discurso del rey, que había decidido no someterse al proceso de creación de núcleo, ahora yacía muerto, apilado entre otros cuerpos. Su rostro estaba deformado por el
Kaeleen, incapaz de contenerse, le comentó esto al hombre que aun lo seguía acompañando. El hombre lo miró por un instante, serio, y luego le señaló con la cabeza algo aún más escalofriante.
"Fíjate bien, muchacho," dijo, señalando con un gesto rápido. "Hay cientos de carrozas como esa."
Kaeleen miró a su alrededor y vio, con horror, que El hombre tenía razón. A lo largo del camino, varias carrozas cargaban más cuerpos, todos cubiertos por sábanas o apilados sin cuidado alguno. Eran los restos de aquellos que no habían podido pasar la prueba de creación del núcleo, o aquellos que habían decidido no participar. Un escalofrío recorrió su espalda.
"Así es como nos ven..." pensó Kaeleen, asimilando finalmente la verdad que había intentado negar. "Solo somos ganado para ellos."
El hombre notó el silencio sombrío de Kaeleen y, con una sonrisa forzada, le dio una palmada en el hombro. "No te preocupes, saldremos de esta." Intentaba sonar optimista, aunque en su voz había una sombra de duda.
"¿Cómo te llamas?", preguntó, intentando desviar la atención del joven.
"Kaeleen," respondió él, apenas capaz de pronunciar su nombre debido al nudo en su garganta. "¿Y tú?"
"Borik," dijo el hombre, mostrando una sonrisa amplia que intentaba restarle peso a la situación. "Un placer conocerte, chico."
Kaeleen asintió lentamente, sin saber qué más decir. Justo cuando estaban por continuar con la conversación, un guardia los interrumpió, guiando al grupo hacia una explanada al aire libre donde se realizaban las pruebas.
La explanada era un campo abierto, lleno de caballeros que los observaban con interés. Un guardia alto y de aspecto severo, con una cicatriz que le cruzaba la cara, se colocó frente a ellos y comenzó a dar órdenes, señalando a los invocados para que se alinearan.
"Primero las pruebas físicas," anunció el guardia en voz alta. "Queremos ver si alguno de ustedes es útil en algo más que ser carne de cañón. Así que, prepárense."
Kaeleen tragó saliva. Sabía que no destacaría en esto. Su cuerpo, aunque alto y delgado, carecía de la fortaleza que veía en otros invocados, como Borik, que parecía hecho de roca.
Las pruebas comenzaron una a una, cada una más humillante para Kaeleen que la anterior.
1. Fuerza: El primer desafío fue levantar pesas enormes hechas de piedra. Los invocados tenían que alzar la mayor cantidad de peso posible en un solo levantamiento. Kaeleen luchó por alzar incluso la carga más ligera, mientras veía cómo otros, incluyendo a Borik, la levantaban sin esfuerzo. Algunos incluso llegaron a levantar más del doble de lo que Kaeleen pudo cargar.
2. Resistencia: Los obligaron a correr un circuito a gran velocidad, rodeado por los caballeros que los observaban de cerca. Kaeleen estaba jadeando antes de llegar a la mitad del recorrido, mientras Borik seguía adelante, superando a casi todos los demás con una sonrisa desafiante en el rostro.
3. Agilidad: Luego, los hicieron saltar y trepar por un conjunto de cuerdas y paredes que parecían diseñadas para humillar a los más débiles. Kaeleen apenas logró trepar una de las paredes antes de caer pesadamente al suelo, mientras otros, como Borik, avanzaban sin problemas.
4. Resistencia al dolor: En esta prueba, les hicieron soportar golpes en el abdomen con un palo. Kaeleen se encogió después del primer golpe, mientras Borik se mantenía firme, aguantando cada impacto con una sonrisa de satisfacción.
5. Precisión: Los invocados fueron obligados a arrojar dagas a objetivos distantes. La puntería de Kaeleen fue lamentable, fallando en cada tiro, mientras Borik acertaba casi en el centro de los blancos.
Cuando dieron las puntuaciones finales, Kaeleen quedó entre los últimos, mientras que Borik se situó en el top 5, siendo superado solo por dos jóvenes arrogantes que parecían disfrutar cada minuto de la competencia.
Kaeleen, abatido por su fracaso, sintió el peso de la decepción caer sobre él. *"Soy un inútil...", pensó, bajando la cabeza con vergüenza, justo cuando Sir Aldric y Selene llegaron al campo para observar las pruebas.
Kaeleen levantó la mirada por un segundo y vio a Sir Aldric acercándose con paso firme. El caballero se veía imponente, con su armadura brillando bajo el sol, y una sonrisa confiada adornaba su rostro.
"Mis felicitaciones," dijo Sir Aldric, su voz clara y fuerte. "Los que han destacado en estas pruebas físicas tienen un gran futuro por delante." Miró a los que estaban en el top 5, incluyendo a Borik, y sonrió.
Sir Aldric caminó hacia Borik, extendiendo su mano para felicitarlo en persona. Sin embargo, mientras se acercaba, tropezó con Kaeleen, quien estaba justo delante de Borik.
Kaeleen cayó al suelo, sorprendido por el impacto. Sir Aldric ni siquiera se inmutó. Pasó junto a él sin decir una palabra, y siguió caminando hasta llegar a Borik, con la mano aún extendida.
Borik, en lugar de estrechar la mano de Aldric, se agachó de inmediato para ayudar a Kaeleen a levantarse. "¿Estás bien?", le preguntó con genuina preocupación.
Kaeleen asintió, intentando ignorar el dolor en su cuerpo y el orgullo herido.
Sir Aldric observó la escena con una sonrisa burlona. Le tocó el hombro a Borik, con un gesto que pretendía ser amistoso, pero había un filo en su tono. "Piensa bien lo que haces, " ,dijo en voz baja. "No creas que por destacar en esta simple prueba de niños tienes algún valor real. Siguen siendo ganado, y aún hay mucho por delante."
Con una sonrisa fría, Sir Aldric se alejó, mientras los dos jóvenes arrogantes que habían superado a Borik se reían abiertamente de la escena. Sir Aldric les devolvió la sonrisa, dándoles una ligera palmada en el hombro antes de seguir adelante.
El guardia principal, encargado de las pruebas, habló en voz alta. "Los que hayan destacado físicamente serán entrenados directamente por Sir Aldric. Los que destaquen en el control de mana serán entrenados por la princesa Selene."
Kaeleen, que aún intentaba recuperarse de la humillación, levantó la cabeza al escuchar esto. "Entrenados por la princesa..." El solo pensamiento hizo que su corazón latiera con fuerza. "Tengo que destacar en las pruebas mágicas."
La siguiente prueba consistía en controlar el mana. Los invocados formaron una fila y el guardia les explicó lo que debían hacer.
"Es sencillo," dijo el guardia, levantando una esfera de cristal. "Primero, tienen que hacer fluir el mana por su cuerpo y después, deberán imbuir ese mana en esta esfera para que determine su afinidad con el tipo de mana."
El guardia comenzó a explicar los tipos de mana:
- Mana Arcano (blanco): El más común, utilizado para magia elemental básica y hechizos convencionales.
- Mana Vital (naranja): Utilizado para curar y aumentar la vitalidad. Controla la regeneración de heridas.
- Mana Elemental: Dividido en:
Fuego (rojo), Agua (azul oscuro), Tierra (verde), Aire (celeste) y Rayo (amarillo). Este tipo de mana permite manipular los elementos naturales con gran destreza.
- Mana Oscuro y Mana Divino: Eran extremadamente raros, y normalmente estaban ligados a razas específicas. La afinidad con ellos era casi inexistente en humanos.
"Cuanto más brillante sea el color, mayor será su afinidad con el mana," explicó el guardia. "Si su color es opaco... bueno, no hace falta decir que no esperen ser nada en este mundo."
Uno por uno, los invocados comenzaron a pasar. Algunos lograron hacer fluir su mana con facilidad, generando un color fuerte y brillante. Otros apenas lograban encender la esfera antes de fallar, mientras que los más desafortunados no conseguían nada y se iban cabizbajos.
Cuando fue el turno de Borik, el hombre dio un paso al frente con confianza. Tocó la esfera de cristal y esta comenzó a brillar con tres luces: blanco, rojo y verde. Borik tenía afinidad con el mana arcano y con los elementos de fuego y tierra.
La princesa Selene sonrió, claramente impresionada. "Tres afinidades... impresionante."
Borik sonrió y, tras agradecerle, caminó hacia el lugar donde se reunían los que ya habían sido evaluados. Antes de alejarse, le sonrió a Kaeleen, quien estaba justo detrás de él en la fila.
Kaeleen sintió que las dudas comenzaban a apoderarse de él. "¿Y si no tengo afinidad con nada...?" Su cuerpo temblaba mientras caminaba hacia la esfera de cristal, sabiendo que todos los ojos estaban sobre él.
Estaba al borde de las lágrimas, pero en ese momento, hizo contacto visual con la princesa Selene. Su mirada era suave, alentadora. "Tú puedes," parecía decirle.
Kaeleen tragó saliva y se acercó a la bola de cristal, con el corazón martillando en su pecho.
Finalmente, levantó su mano temblorosa y la colocó sobre la esfera...