La voz del alfa retumbó, resonando en el aire, mientras dirigía su ira hacia Rika. La intensidad del momento era palpable, y todos se giraron, picados por la curiosidad del drama que se desarrollaba.
Rika estaba segura de que el alfa dejaría de gritarle y la dejaría en paz.
No importaba cuán poderosos o influyentes se creyeran los alfas, nunca querían que los medios los retrataran negativamente.
Pero este alfa no parecía importarle.
Agarró la mano de Rika y la atrajo hacia él.
—Tsk, ¿quién te crees que eres para apartar la mirada de mí? Eres demasiado arrogante para alguien que ni siquiera tiene un aroma feromonal fuerte y
El hombre inhaló profundamente de la muñeca de Rika, su expresión transformándose de ira a incredulidad y luego a negación rotunda, una reacción que nadie podría haber anticipado.
Finalmente había descubierto lo que Rika no se había molestado en decirle. Y solo no lo hizo porque sabía que enfurecería más al alfa.