El cuerpo de Rika se sentía como si se estuviera descomponiendo, pero ese olor reconfortante en el coche la ayudó a sobrellevarlo.
Pero en cuanto llegaron al hospital, Rika fue arrancada de ese olor reconfortante, lo que hizo que su cuerpo doliera una vez más.
Abrumada por el deseo de regresar a la seguridad de la habitación anterior, Rika buscó consuelo en el reconfortante abrazo del pecho de Emily. Sin embargo, con su autoridad inquebrantable, el médico tenía otros planes para ella, rompiendo su sensación de seguridad.
—Estoy segura de que sientes como si quisieras salir de tu piel, señorita. Pero no podemos permitirte hacer eso. Y volver también sería peligroso para ti. Así que, ¿qué tal si empiezas tomando esta pastilla? Te ayudará a controlarte —el médico preguntó mientras le entregaba a Rika una pequeña pastilla blanca que parecía sospechosamente como un supresor.