Año 256 del Reino Mercia.
Ciudad Shwarts, castillo del Duque Vincent Valens.
En una habitación iluminada por algunas piedras incrustadas en el techo y las paredes, luces que se enfocaban en un solo lugar. En un escritorio inmenso en forma de luna creciente de más de 3 mts de largo por 1 mt de ancho. Se encontraba un hombre alto y apuesto de aproximadamente 28 años.
Se abre la puerta de la habitación, de ella surge la silueta de una joven mujer, de cabello castaño claro, ojos marrones casi crema, que con mirarlos no podrías evitar sentir atracción, de aproximadamente 1.80 de altura, una figura tan esbelta y sensual que deja una impresión inolvidable en cualquier hombre que la vea pasar.
—Cariño, han llegado los informes sobre las ciudades del Norte. ¿Quieres que me haga cargo? Ó, ¿vas a leerlos por ti mismo?
Jahhh... suspiró profundamente antes de responder; Seredine, no debes preocuparte, todavía tengo fuerzas, cómo señor de éstas tierras es mi responsabilidad encargarme de éstas cosas, pronto acabarán todos nuestros problemas y podremos salir a pasear por todo el territorio, viendo las caras llenas de alegría de nuestros ciudadanos
— Vincent, yo sé lo mucho que te preocupa tu pueblo y que haces todo lo posible por ayudarlos y solucionar todos los problemas que persisten en el territorio.
—Pero debes saber que ellos también se preocupan por tu estado de salud, no creo que ellos sean felices sabiendo que has decaído por trabajar en exceso.
—Lo sé, querida, pero no puedo descansar hasta poder al menos cumplir con mis obligaciones con los ciudadanos, es difícil ver cómo la mayor parte de la población se encuentra con problemas por culpa de los nobles, además de que hay reportes de agresiones por parte de los caballeros en algunas ciudades.
—Es increíble cómo a pesar de que vivimos en la 4ta región más grande del Reino, aún así, somos el territorio más pobre, El Reino que en todo el continente es el paraíso del comercio, aunque en nuestra región no se ve reflejado en ninguna de sus ciudades, tenemos que descubrir si es un problema de falta de recursos o la creciente Ola de corrupción que socaba las ciudades más lejanas de nuestras tierras.
—Debo de cargar con éste peso, entiendo cada día, que debo esforzarme más para ser aceptado finalmente por los ciudadanos, no hay gobernantes sin súbditos, pero si puede haber súbditos sin gobernantes. No quiero ser un señor que permanezca en silencio mientras los nobles y súbditos hacen lo que les place.
—Si hubiera heredado éstas tierras unos años atrás, nuestra situación sería distinta, pero mi Tío siempre amo más al alcohol y las mujeres que a su propio pueblo, cuando llegué a éste lugar hace 3 años, estuve a punto de rendirme, pero al ver la situación en la ciudad, surgió un sentimiento de repudio por eso a lo que muchos llaman vida y que a mis ojos es un infierno. Todos quieren vivir, pero nadie se preocupa por la vida.
—Pensar que mi tío, aunque mujeriego y con más de 100 hijos, nunca los reconoció como tal a ninguno. Que me dejara a cargo de éste territorio, quizá fue su manera de redimirse con el pueblo después de hacerlos sufrir por tantos años.
—Si tan sólo pudiéramos encontrar una manera de resurgir la exportación de minerales de aurora, hacer que la región sea un atractivo para los comerciantes, podríamos garantizar el ingreso de alimentos y mercancias provenientes de otros condados, incluso otros Reinos.
— Yo se que encontrarás alguna solución cariño, pero ya será mejor que descanses, mañana podrás leer los informes y pensar con más claridad. Dijo mientras lo llevaba de la mano a la habitación contigua.
— Mañana será un gran día, dulces sueños cariño. Despidiéndose con un beso y una caricia en el cabello, Seredine salió de la habitación.
Entró a la oficina, tomó las cartas sobre la mesa, pudo ver los remitentes de cada carta, tomó un par de ellas y salió de la habitación, llamó a su guardia, quién era un oficial de los caballeros.
— Joseph ven un momento, necesito tu ayuda con ésto. Le dijo mientras le mostraba las dos cartas.
— Mi señora, dijo con una reverencia, permítame observar las cartas. Respondió al mismo tiempo que recibía las cartas.
— Las abrió y después de un par de horas de analizar y descifrar el mensaje oculto, llamó a la señora Seredine..
— A la mañana siguiente, con el sonido de las cortinas abriéndose, se despertó el Señor Vincent.
— Señor, el desayuno está servido, dijo un hombre mayor vestido de mayordomo, mientras lo ayudaba a levantarse de la cama y llamaba a las sirvientas para que le trajeran el cambio de ropa.
— Seredine, ¿sabes dónde está?
— Señor, la duquesa salió muy temprano hacía la Ciudad Memphis, dijo que tenía asuntos importantes y volvería el día de mañana por la tarde.
— Que extraño, no me dijo nada de salir de la ciudad, ¿Sabes quién ha ido con ella?
— Si señor, salió junto al primer comandante de los caballeros de Shwarts y se llevó a 1000 soldados de primera categoría.
— Si es así, podré estar tranquilo, vamos al salón, todavía me queda trabajo por hacer, antes que nada, trae a Phillipe, tengo una tarea muy importante para él.
— De inmediato señor. Dijo el mayordomo al mismo tiempo que hacía una reverencia y salía de la habitación.
— Ah, Alfred.
— ¿Señor?
— Gracias por informarme de Seredine, sé que ella te dijo que no lo hicieras.
— Es mi deber señor, con su permiso. Dijo mientras cerraba las puertas de la habitación.
Al acercarse al escritorio, Vincent pudo notar algo diferente, las cartas de los informes sobre el estado de las ciudades en su territorio y los poblados pequeños estaban abiertas.
Inmediatamente tomó el fajo de cartas y comenzó a leerlas de manera apresurada.
— Señor, vengo a reportarme a su llamado.
— Phillipe tengo una tarea muy importante para ti, necesito que sea lo más discreto posible, debes de salir de la ciudad lo más rápido posible, dirígete a la ciudad de Aden y haz lo que te diré.
— ¿Entendiste? Preguntó, después de haberle dado toda la información de la misión.
— Si señor, confíe en mí, haré todo lo posible para que la misión sea un éxito. Decía de manera apresurada pero con un tono de seriedad fuerte, para luego salir de la habitación apresuradamente.
— Jahhhh, Seredine, no puedo detenerte cuándo tomas tus decisiones, sé que lo haces en beneficio de nuestro territorio, pero ten cuidado, no quiero perderte. Decía mientras miraba a lo lejos por la ventana, cómo si aquellas palabras llegarán a los oídos de su amada.
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Ciudad Memphis 8 días después.
Una ciudad castillo, se encuentra en un valle de más de 100 hectáreas de superficie, que terminaba en el cauce y encuentro de dos ríos provenientes del Norte, los cuáles marcan las fronteras de Nórdic, Kayros y Mercia. Cada territorio en cada lado separado por aguas turbulentas.
Detrás de la ciudad Memphis, se alzaba imponentemente la cordillera Ryub, parte del territorio de Valens, ducado del Reino de Mercia.
— Duquesa Valens, bienvenida a mi ciudad, no esperaba recibirla en mi hogar por estos días, disculpe que no la haya podido recibir de la manera cómo se lo merece.
— No se preocupe por eso Señor Mathew, discúlpeme a mí por visitarlo sin enviarle un mensajero.
— Está en su casa, duquesa, no hacen falta tantas formalidades, adelante, la acompaño al gran salón, es una fortuna poder conversar con la señora de estas tierras. Decía mientras hacía una leve reverencia y señalaba la puerta para guiarla.
— Muy halagador señor Mathew. Por favor, guíe el camino. Decía mientras le respondía con un gesto de cortesía y una sonrisa.
Mientras caminaban, ninguno de los dos rompió el silencio, hasta salir a un jardín y dirigirse a la mansión principal.
— Disculpe mi atrevimiento Señora, pero me pregunto, ¿Cuál es el motivo por el que nos ha honrado con su presencia?
— No debes preocuparte por eso, vine a supervisar los negocios de la familia que se encuentran aquí en Memphis. De hecho es la primera ciudad que visito, tengo planeado recorrer distintos territorios. Decía mientras con una sonrisa cambiaba de tema.
— Sabes cómo están la cosas en el territorio últimamente, ¿Cierto? Las cosas se han complicado un poco y es nuestro deber como señores de éstas tierras, de ayudar con los problemas del pueblo.
— Usted cómo señor de la ciudad también debe estar pasando un mal momento también con la falta de alimento y de mano de obra. Terminó, mientras que al mismo tiempo volteó la mirada escaneando la reacción del hombre.
— Por supuesto, mi señora no sabe lo difícil que es para mí cómo señor de la ciudad ver cómo sufre mi pueblo por escases de alimentos y de personal para cubrir las necesidades de todos. Comentó el hombre, pero dejando ver ante la mujer frente a él, algo de incomodidad, que no pasó desapercibido ante sus agudos ojos.
— Ya llegamos, por favor pase adelante.
—Gracias, muy amable Señor, assh, el camino hasta aquí me ha dejado un poco agotada, pida que me traigan algo de tomar.
Inmediatamente, alza su mano y sacude su mano, al mismo tiempo que se acercan a ellos unas sirvientas, aunque parecían muy limpias, se pudia ver en algunas partes de su cuerpo algunos moretones, los cuáles trataban de disimular jalando las prendas de su ropa para cubrirlos.
Después de salir de la habitación y volver con un carro, lleno de dulces y algunas tazas y jarras de té, fijaron su mirada en la mujer que tenían frente a ellas, quién las miraba de manera curiosa sin apartar la mirada.
— Adelante Señora, beba, éste té fue traído especialmente desde el Sur de Dantes e incluso allá es un privilegio poder probarlo, de no ser por mis contactos, sería imposible de encontrar en ésta región, pero si es por usted, podría obsequiarle un poco, estoy seguro que el Duque estará encantado de recibir este obsequio de su parte.
— ¡Vaya! Que interesante, debe ser un té muy exquisito, para ser tan popular entre los más poderosos. Usted debe ser alguien muy importante en el gremio comercial, ni siquiera yo podría obtener ese tipo de trato. Agregó Seredine en tono de coqueteo. — Qué tendría que hacer yo para obtener ese tipo de trato. Mientras se acercaba de manera sensual.
— No se preocupe mi señora, tengo algunos contactos en el gremio que estarían encantados de poder establecer relaciones comerciales con usted. Mientras hablaba, dirigió su mirada al cuerpo de la señora Seredine. Haciendo una pausa relativamente corta.
— Sólo que, es muy difícil dar con ellos, debido a que no están mucho tiempo en el mismo lugar, tendría que viajar al sur en persona para poder reunirme con ellos y que me acompañen de regreso hasta aquí, son unos 2 meses de viaje aproximadamente. No podría dejar mi posición tanto tiempo. Hizo una pausa y dirigió su mirada nuevamente a Seredine, con sus ojos filosos cómo un aguila a punto de zambullirse por su presa.
— A menos que hagamos un trato dónde los dos podamos salir beneficiados. dijo al mismo tiempo que reducía la velocidad al hablar al pronunciar la última palabra.
Seredine asintió mientras se acercaba un poco más, casi pudiendo escuchar la respiración del hombre frente a ella. — ¿Qué beneficios?, ¿Podrías especificar un poco?, le dijo casi al oído al mismo tiempo que revelaba un poco de la piel de sus pechos al inclinarse.
— Pues, y...yo creo que. El hombre un poco nervioso e impresionado por la manera en que estaba progresando la conversación. — Eso lo podemos conversar en privado, ¿No cree? Si gusta, podemos ir a una habitación más acorde.
— Me encantaría, dijo mientras hacía una mueca con la boca, pero tengo una cita muy importante con el encargado que representa nuestros negocios en Memphis, que le parece si nos encontramos un poco más tarde, así podemos seguir con nuestra conversación más tranquilos, Así le da tiempo de preparar algo mucho más sorprendente, ¿No cree? Decía de manera pícara mientras se alejaba lentamente hasta llegar a la ventana y posarse con sus manos en ella en una pose sensual, mientras miraba hacia el exterior.
— Grandioso, si lo dice de esa manera, le aseguro que no la defraudaré y cumpliré con todas sus expectativas. Me muero por verla a primera hora después de que caiga el sol, aunque todavía está aquí a mi lado, ya estoy anhelando que llegue ese momento.
— *suspiró profundo*, no puedo esperar más, pero me temo que ya me tengo que ir, regresaré ésta noche con la expectativa muy grande. Respondió de manera coqueta, para luego desaparecer por la puerta principal.
Horas antes en un carruaje dentro de la ciudad Memphis.
—Mi señora, ¿Está segura que estará bien sola en la mansión de ese hombre?
— No te preocupes, tengo mis planes para tratar con ese hombre, el trabajo más importante lo tienes tú, no olvides tu misión, tenemos que averiguar todo lo que sabe ese hombre.
— No la defraudaré.
— Gracias Ronan, sé que puedo confiar en tí como comandante de los caballeros.
— Nos separaremos algunas manzanas antes de la mansión, no quiero ocasionar sospechas, sigue el camino hasta nuestra oficina comercial, asegúrate de organizar las cosas por mi.
— A sus órdenes, mi señora, le deseo lo mejor, enviaré a dos hombres expertos en habilidades místicas a protegerla en secreto.
El carruaje se detuvo un momento en medio de una calle comercial abarrotada de personas, de él salieron 2 personas, una entró en una tienda de ropa para damas y la otra desapareció entre la multitud, sin dejar ningún rastro.
Momentos después de la reunión de Seredine con Mathew.
A las afueras de la mansión del señor de la ciudad esperaba un carruaje lujoso, Una mujer esbelta de gran estatura y con paso firme sale del edificio principal hasta llegar al carruaje, observa al chofer y éste asiente mientras le sonríe.
¡Arre! Se escuchaba, mientras los sonidos de los cascos del caballo se alejaban de la mansión.
—¿Señor? En qué le puedo servir, dijo un mayordomo al responder al llamado de su señor.
— Necesito que me prepares la mejor habitación para ésta noche, con las mejores flores, los mejores dulces de la ciudad y algunos juegos de mi habitación secreta, ah, de los más sencillos, ésta noche será inolvidable. Pronunciando esas palabras con un tono de euforia, mientras observaba aquel carruaje alejarse poco a poco entre la multitud.
—si mi señor, respondió al mismo tiempo que salía de la habitación.
Mientras tanto en el carruaje.
Se abrió una puerta desde abajo de los asientos, de él sale un hombre vestido totalmente como sirviente.
Se escuchó un suspiro profundo al mismo tiempo que se escuchaba la voz de la mujer.
— Dame tu zapato, rápido. Decía desesperada Seredine.
— Aquí tiene, mi señora.
— uwg..uwaag, no me permitas hacer algo así la próxima v... Waaag...
— ¿Se encuentra bien? Le dijo inmediatamente con tono de preocupación.
— Si, no es nada, sólo que no podía soportar un segundo más frente a tan desagradable y apestoso hombre, es increíble lo horrible que es solamente tenerlo al frente, que ser tan repugnante.
— Le dije que no era necesario mi señora, pudimos haber esperado la noche, me podría haber infiltrado fácilmente y lograr nuestro objetivo.
— No seas arrogante, esa mansión está llena de guardias por las noches, no podríamos hacer nada, es muy probable que por las noches guarde sus documentos en alguna caja fuerte, en cambio a plena luz del día, procurará tenerlos donde le sea más fácil de utilizar.
— ¿Tuviste éxito?
— Encontré algunos documentos, memoricé la información en éste anillo de almacenamiento, pero no pude obtener información sobre la extracción de minerales ni la ubicación de las minas.
— Parece que tendré que volver ésta noche. Que desagradable.
— No tiene por qué arriesgar tanto mi señora, déjeme encargarme del resto.
— Tengo que hacerlo, sólo así estaré segura de que no dejará que nadie entre a su mansión, ni siquiera sus guardias.
— Señora, le prometo que obtendré todas las pruebas y la iré a buscar rápidamente para sacarla de ese lugar.
— Assh, suspiró. — Vamos, quiero terminar rápido con los negocios y descansar después de un baño.
— Entendido, saldré para asegurarme de que no suceda algo inesperado.
— Espera, te olvidas de ésto. Dijo apresuradamente señalando el zapato en su mano.
— Parece que ya no lo necesito mi señora, pero con gusto me desharé de eso por usted.
— Je je je, gracias, te lo encargo.
Una hora más tarde.
— Señora, hemos llegado.
— Excelente, abre el camino.
— Bienvenida mi señora, es un verdadero placer recibirla y nos honre con su presencia, Estamos para servirle en todo lo que usted demande.
— Llama al encargado y dile que lo espero en la oficina principal, pero antes envía a alguien a traerme algo dulce de comer, ah, también trae algunos vestidos de noche y un sastre.
— Si señora, de inmediato. Respondió, mientras salía rápidamente por una puerta pequeña en la parte posterior de la habitación.
Poco después se escucharon algunos pasos en dirección a la habitación, de inmediato sonó la cortina de la puerta y por ella se pudo ver un hombre mayor de cabello blanco, la barba cortada en forma circular, vestido con una túnica gris con detalles en dorado y blanco, con un bordado de diseño extravagante alrededor del cuello, de gran estatura y con gran postura.
Su caminar reflejaba clase, con una sonrisa amable y su mirada fija en Seredine, hizo una reverencia de rodillas.
— Mi señora, perdóneme por no haberla recibido personalmente, debe saber que las cosas en la ciudad no están tan bien como se vé. He estado muy ocupado tratando de mantener los negocios a flote.
— No te preocupes por eso Harold, discúlpame tú por no haber informado mi llegada. Dejando eso a un lado, estoy aquí por otra cosa. Vincent y yo hemos leído los informes que nos han enviado, estamos preocupados por la situación del territorio, por eso, quiero que me expliques que es lo que está pasando realmente.
— Pensé que no recibirían los informes, hemos enviado a muchos mensajeros pero han sido interceptados sin exito. La cantidad de espías que hay en la ciudad no es normal, calculamos mantenernos un par de meses en Memphis y luego mover secretamente nuestras instalaciones a la ciudad de Tryon al sur de aquí, para esperar su llegada y entregarle toda la información que hemos obtenido.
— Los informes son de gran importancia, pero aún así sólo pude enviar parte de la información encriptada y esperar a que el Duque la interprete correctamente, Gracias a los cielos la tarea ha sido completada perfectamente.
— Hemos descifrando la información, aunque muy vagamente, sé que tiene que ver con la interferencia de personas externas al reino, provocando la desestabilización de nuestro territorio, no sabemos lo que estan haciendo, o cuáles son sus planes, es nuestro momento de actuar. Memphis es un traidor. Eso es lo que decía uno de los informes.
—Ahora toca organizar la información completamente ¡Joseph!.. entrega los papeles.
— De inmediato. Respondió el guardia.
— Él es el vice comandante de la primera orden de caballeros Shwarts. Te hará entrega de toda la información que hemos recibido de otras ciudades del norte del territorio, además, información obtenida recientemente de la oficina principal del Señor Mathew.
— ¡Tengan cuidado de dañar algo! Señora, estos son los documentos que me encargó. En ese momento ingresó un joven caballero, aparentemente de 20 años de edad, con una cicatriz en su mejilla izquierda con unos ojos verdes que en ellos reflejaban seriedad y entrega total por su deber, con una estatura imponente de alrededor de 1.90, observó toda la habitación, indicando a los guardias que dejaran los documentos en el centro de la habitación, caminó hasta que llegó a los pies de Harold y dejó unos paquetes de documentos en sus manos.
— Éstos son los documentos que me han solicitado, ya mi trabajo está hecho, la esperaré afuera Duquesa. Dijo el hombre con tono respetuoso y haciendo una pequeña reverencia.
— Harold, tienes la tarea más importante ahora, Verifica si hay alguna información útil que nos ayude a descifrar lo que tienen planeado hacer en nuestro territorio.
— Quiero que me expliques lo que redactaste en los informes. Luego de eso me iré a descansar, el viaje ha sido muy largo.
— Antes de que me vaya, dejaré 50 guardias para que vigilen éste lugar.
— Como ordene, le hablaré desde que comenzó todo.
Anteriormente la ciudad Memphis, se caracterizaba por ser el punto comercial e intermediario entre Nórdic y Kayros, hasta hace algunos meses, el comercio en la ciudad erw próspero, aunque no era una red comercial tsn grande, al menos servía para dar sustento a la población.
La situación comenzó a decaer luego de que el señor de la ciudad, por alguna razón desconocida, dejó de comerciar con el reino Kayros.
No teníamos información hasta hace poco más de 2 meses, cuando hemos descubierto una cierta cantidad de carruajes encubiertos que han estado saliendo de manera irregular hacia el norte, hasta el río Nord frontera con el Reino Nórdic. Quisimos averiguar que estaba sucediendo y enviamos a algunos espías a investigar.
— Desafortunadamente no recibimos noticias por un mes, hasta que un día, uno de nuestros espías más nos trajo información muy delicada.
— Según la información, aquí en el territorio de Memphis, hay 3 minas que eran consideradas minas abandonadas. Así que nadie les prestó mucha atención, hasta que hace 6 meses se desarrolló un nuevo método de sondeo mágico, éste método fue traído al señor de la ciudad por unos emisarios provenientes de Nórdic, quienes prometieron pagar una gran cantidad de oro si se descubría una nueva veta en las minas.
Pero la condición para ésto era que el señor de la ciudad debía cortar la ruta comercial con Kayros. Además debían de abastecer la mina con suficientes trabajadores hasta obtener una cuota mínima de extracción acordada.
— El señor de la ciudad, en su delirio de obtener riqueza y poder, comenzó a cobrar excesivos impuestos y obligo a los que no tuvieran dinero para pagar a hacer trabajo forzado en la mina, en cambio de "perdonar" el pago de los impuestos.
— Actualmente somos pocos comerciantes los que hemos logrado sobrevivir al constante ataque por parte del señor de la ciudad, pero muchos ya han abandonado sus negocios o los han cambiado de ciudad.
— También tenemos información de lo que sucedió antes de la decisión tomada por Mathew, en 2 de las minas efectivamente se confirmo la presencia de algunas vetas de piedras de Aurora y minerales de Aurora, pero lo más extraño de todo es que, en la tercera mina, a pesar de no haber descubierto minerales o piedras de Aurora, ha sido rodeada por un cuartel y es la que más guardias y protección tiene, sólo se puede ver a algunos trabajadores ingresar, pero jamás salir.
— Esa es toda la información que hemos podido obtener hasta ahora, aunque ahora lo sabemos, tenemos que averiguar que están tratando de hacer y prepararnos para actuar.
— Puede ir a descansar, mi Señora, Yo me encargaré de revisar estos documentos, si encuentro algo enviaré a un sirviente a encontrarla.
— No es necesario, vendré ésta noche después de la novena campanada. Dijo Seredine antes de levantarse y salir de la habitación, su cara reflejaba una gran determinación y sus pasos eran firmes.
Antes de salir de la habitación, un sirviente dirigió su mirada hacia Seredine, vió una expresión escalofriante, tanto, que no pudo evitar retroceder hasta toparse de espaldas contra la pared, si le contara a alguien más, no podrían creer que, aquella mujer, pudiera dar tanto miedo, se notaba en las pupilas de sus ojos, cómo la ira se apoderaba de su ser.