El siguiente capítulo se llama los "Lekian".
"La raza de los Lekian"
"Los Lekian son la única raza que habita el mar. Están ubicados al sur del continente Jagen y son los únicos capaces de vivir en aguas profundas. Son los principales proveedores de pesca en todo el mundo. Al igual que los Tirios, poseen características especiales, pero enfocadas en el mar. Tienen una sorprendente afinidad con el sistema de Aqua, siendo los que mejor lo dominan. Fuera del agua, sus capacidades físicas decaen considerablemente, pero dentro de ella podrían superar físicamente a sus vecinos los Tirios. Más allá de sus capacidades de combate y su dominio del mercado de peces, no se tiene más información. Su forma de presentarse es la siguiente: 'Yo soy *** del mar del sur'."
Después de los Lekian, siguen los "Drakos".
"La raza de los Drakos"
"La raza de los Drakos es una de las tres más fuertes. Están ubicados al sur del Continente Central, compartiendo parte del territorio con los humanos. Los humanos lograron que los Drakos vivieran solo en zonas rocosas gracias a un acuerdo de paz. Esta área es conocida como Ejderha y mundialmente se reconoce como el imperio de los Drakos. A pesar de las enemistades con los humanos, han prosperado pacíficamente durante más de 1500 años. Esta raza es una evolución de los dragones que habitan por todo el mundo, con la diferencia de que los Drakos son mucho más inteligentes y racionales. Sus principales características son los cuernos, que pueden variar en cantidad y forma, una cola escamosa como la de un dragón y ojos de reptil. En todo lo demás, se asemejan a los humanos. Tienen una afinidad innata con el sistema de Fuego. Aunque no tienen una gran población, se les considera una de las tres potencias mundiales."
Después de ese capítulo, siguen los "Fénix".
"El clan de los Fénix"
"La raza de los Fénix se considera un clan, que cuanta con unos cientos de habitantes que prosperan en el continente del norte llamado Kakure. Son una de las tres razas más fuertes y forman parte de las potencias mundiales. Cuentan con un sistema único de clan llamado Crimson, que solo los guerreros de clase élite pueden usar. Este sistema es considerado uno de los más poderosos y difíciles de dominar. Los miembros del clan Fénix son muy parecidos a los humanos, diferenciándose únicamente por sus ojos, que son de color rojo carmesí, y por la pupila, que es ligeramente ovalada. Aquellos que no pueden usar el sistema Crimson tienen buena afinidad con el sistema de Fuego. Se puede distinguir a un miembro común del clan de uno élite por el color de su cabello: los afines al sistema de Fuego tienen el cabello rojo opaco, mientras que los guerreros de élite lo tienen negro, tornándose rojo solo cuando usan el sistema Crimson. Por encima de los guerreros de élite está la realeza, capaz de dominar el sistema Crimson en su máximo poder. La longevidad de esta raza es incierta y desconocida. Gracias a la realeza, el clan Fénix se sitúa como la segunda raza más poderosa del mundo, solo superada por la raza más cercana a los dioses."
El siguiente capítulo está dedicado a los "Fylkas".
"La raza de las Fylkas"
"Esta raza es considerada la más temida y poderosa de todas. Tienen afinidad absoluta con los siete principales Sistemas, llegando a dominar al menos tres de ellos. Todas son mujeres con una apariencia comparable a la de los dioses, destacando por su hermoso cuerpo y rostro. Tienen dos alas emplumadas en la espalda y ojos de distintos colores. Fueron creadas por el dios Urano y se denominan a sí mismas como Uranus. Su mayor motivación es buscar el mayor conocimiento posible. Poseen información acumulada durante miles de años de historia, y su afán por adquirir más las llevó a separarse. No tienen un lugar fijo donde residan, ya que están dispersas por todo el mundo. Se estima que hay un total de 49 Uranus en todo el planeta, aunque algunas son más poderosas que otras. Hay registro de siete Uranus, cada una catalogada como una potencia –––––––––––––––––––––––––––––– pero se –––––––––––––––––––––––––––––– ––––––––––tiempo."
"¿Por qué estas partes está en negro? ¿Qué les pasó a las Uranus?"
Mientras leía, sin darme cuenta de cómo ocurrió, escuché una voz proveniente de atrás de mí.
– Joven, ya es hora de cerrar.
Al voltear asustado, me di cuenta de que era la bibliotecaria, que me hablaba con los ojos cerrados y una sonrisa. Al mirar alrededor vi a Gisei, noté que estaba profundamente dormida con un libro entre las manos. También vi, a través de los ventanales, que ya era de noche.
"¿En qué momento pasó tanto tiempo? Ya es de noche y Gisei está dormida. Tal vez..."
Antes de que pudiera seguir pensando, la bibliotecaria se acercó poco a poco hasta casi chocar nuestras cabezas. Luego abrió los ojos y miró directamente a mi libro abierto en la parte de las Fylkas. Con una voz dulce y mirándome, me dijo:
– Así que te interesa la historia, joven. –Sonrió coquetamente mientras se llevaba una mano a los labios–. Puedo enseñarte todo lo que sé... siempre y cuando me hagas un favor.
Después de decirme eso, se sentó sobre la mesa y puso su mano en mi mejilla.
"¿Q-qué está pasando? ¿Acaso está coqueteando? No puede ser... se está acercando más. ¿Será este mi momento soñado? Estoy nervioso, ¡pero qué más da! Es hermosa. Si no lo hago ahora, no me consideraré un hombre. ¡Lo haré!"
Con el corazón a mil por hora y decidido, cerré los ojos, esperando lo que sucedería. Poco a poco sentí que se acercaba a mis labios, pero, como si fuera una broma, escuché a Gisei hablar entre sueños. Asustado, abrí los ojos y vi que la bibliotecaria ya no estaba cerca. Con un cúmulo de emociones, miré a Gisei, que hablaba dormida. Entre enojado, ansioso y asustado, le di un golpe en la cabeza.
– ¡Escúchame, ya despiértate! ¡Ya es de noche! –grité enojado.
– ¡Qué te pasa, estúpido! ¿Así es como despiertas a una dama? –dijo Gisei mientras intentaba pegarme.
– ¡La única dama aquí es la bibliotecaria que está abajo!
– ¿Acaso quieres pelear, flacucho? –dijo Gisei, adoptando una pose defensiva.
"Supongo que hoy no será el día, y todo gracias a esta tonta dormilona."
– Mejor vámonos, Gisei. Ya es muy tarde.
– Uhm, cierto. –Tsk, chasqueó la lengua–. Como sea, ya vámonos –dijo, más calmada al ver el cielo nocturno.
Sin decir más, procedimos a dejar los libros en su lugar y bajamos las escaleras hasta llegar a la recepción. Con la esperanza de encontrarme a la bella bibliotecaria, miré a todos lados, pero no logre encontrarla.
– ¿Qué haces ahí parado, idiota? ¡Ya vámonos!
– No está la bibliotecaria. ¿De verdad nos vamos a ir así?
– Ella debe de estar ocupada con cosas más importantes que despedirse de un idiota como tú.
– Seguramente tienes envidia de que la bibliotecaria sea mucho más hermosa y con más curvas que una plana como tú –mencioné con una sonrisa burlona.
Después de decir eso, me di cuenta de que Gisei tenía una cara sombría y un aura aterradora. Al notar su sed de sangre, hice lo que cualquiera haría: correr. Cuando vio que emprendí una retirada estratégica, me persiguió gritando:
– ¡Maldito degenerado, te mataré!
– ¡Perdóname, Gisei! ¡Tú también tienes tu encanto!