Al día siguiente llegó el tan esperado primer día de clases. Mi hermana y yo salimos temprano del departamento por segunda vez, con nuestros uniformes puestos, caminando hasta llegar al desvío. Antes de tomar caminos separados para ir a nuestras clases, nos detuvimos un momento.
— Cielos, hermanito, debes acomodarte bien la corbata -mencionó mientras me la ajustaba.
— Tienes razón, pero es un poco difícil; aún no le encuentro la técnica -dije riendo.
— Procura no desviarte, hermanito. Llega temprano y presta atención a tu clase. Recuerda que no nos veremos hasta el final del día. Como no sé cuándo terminen mis clases, deberás ir solo al departamento. No te vayas a perder.
— Sí, tienes razón. Las clases superiores son más atareadas que las nuestras, pero no te preocupes. Ya me aprendí el camino el día que fuimos juntos -respondí con una sonrisa despreocupada.
— Bien, cuídate, hermanito bye bye.
Después de eso, cada quien siguió su camino. Cuando volteé para ver por dónde iba mi hermana, vi a lo lejos que estaba hablando con una chica de cabello color gris que parecía un elfo por sus orejas.
"¿Acaso será la misma chica elfo que considera su amiga? Ella realmente no me mintió. Parece alegre. Estoy feliz de que lo haya conseguido. Al igual que ella, yo también debo mejorar."
Seguí caminando hasta que, poco antes de llegar al edificio, me encontré con Gisei y decidí acercarme para hablarle. Al mismo tiempo, ella me vio.
— Buenos días, Gisei. ¿Cómo estás? ¿Sigues enojada? -pregunté temeroso.
— No, supongo que ya no estoy enojada, pero si no quieres morir joven, será mejor que no saques ese tema otra vez.
— Bien, bien. ¿Sueles levantarte muy temprano? aún falta para que empiecen las clases.
— Me gusta llegar con calma al salón, no me gusta esforzarme innecesariamente.
— Ahora que recuerdo, el libro que me prestaste ayer estaba muy interesante. Realmente me sirvió mucho para conocer más sobre las personas que estudian aquí.
— ¿Cómo? ¿Lo terminaste de leer ayer? -preguntó asombrada.
— No realmente, me faltó. Diría que leí tres quintas partes del libro. Me sorprendió lo que explicaban, pero me quedé en la mejor parte.
— Bueno, aun así, leer más de la mitad del libro en una sola sentada es sorprendente. Incluso a mí, que me gusta leer, me tomaría más tiempo. Pero ya que lo dices, ¿en qué parte te quedaste?
— En la parte de las Fylkas. Leí que son la raza más poderosa y que se llaman Uranus, pero no pude leer más que eso. Esa parte del libro estaba en negro.
— Supongo que es normal. Algunos libros hacen eso porque es información clasificada, no apta para el público común.
— Conque así era. Después iré nuevamente a la biblioteca para leer algo más.
La cara de Gisei cambió a una de desprecio.
— Seguramente solo quieres ir a ver a la bibliotecaria, degenerado. Pero para tu información, ella probablemente no siempre está ahí.
— ¿Cómo sabes eso?
— Así que sí era para verla, ¿eh? Tks. Esta mañana fui rápidamente a buscar un libro y ella no estaba. También la primera vez que fui, solo la vi cuando llegué. Pero esto se debe a que solo una minoría de estudiantes está interesada en leer. Ellos solo se enfocan en aprender Sistemas de combate para ser más poderosos.
"Ahora que menciona lo del sistema, ¿ella sabrá usarlo o solo logró entrar con el examen teórico?"
— Ya que lo mencionas, Gisei, ¿tú puedes usar el sistema?
— Sí, pero no es muy fuerte. ¿Por qué lo preguntas? Todos en la academia podemos usar el sistema, pero la mayoría no lo controla o es débil. Para ingresar a la academia, debes tener un mínimo de conocimiento y fuerza. Para eso es el examen práctico y teórico.
— ¿En serio? Pues la verdad, yo no puedo usar el sistema -dije soltando una risa nerviosa.
— ¡¿Qué?! ¿En serio? entonces ¿Cómo lograste ingresar? ¿Acaso eres un erudito genio o algo así? -preguntó asombrada.
— Realmente no soy un genio, pero pude ingresar gracias a mi hermana.
— ¿Cómo es que eso es posible? No conozco un caso así. Incluso si eres noble y no pasas el examen, no hay forma de que te dejen entrar.
— Mi hermana pertenece a la clase A, y ella les dijo a los profesores que si yo no entraba, ella tampoco lo haría, y como no la querían perder, no tuvieron más opción que aceptarme.
— ¿Qué? ¿Tu hermana pertenece a la clase A? -lo dijo mientras veía cómo su alma abandonaba su cuerpo.
— Sí, es por eso que pude entrar, porque reprobé ambos exámenes.
— Así que ella es uno de esos monstruos que pueden hacer lo que quieran... Escúchame bien -dijo agarrándome de los hombros con un tono serio-, será mejor que no le digas esto a todos o te perjudicará.
— Oye, no te pongas seria.
— Tienes que tener cuidado hablo enserio. Es muy fácil hacer enemigos. Si algún noble se entera de que entraste sin esfuerzo, se esparcirá el rumor y toda la nobleza será tu enemiga.
— Vaya, no lo había pensado así. Supongo que es posible. Eres asombrosa, Gisei. Pero, ¿acaso tú no eres también una noble?
— Te equivocas un poco. Mi familia apenas llega al rango de Baronet, pero no tienes que preocuparte por mí. No le diré a nadie lo que me acabas de contar. Después de todo, somos amigos -me dio una pequeña sonrisa y una palmada en la espalda.
— Jajaja, supongo que puedo contar contigo, jefa -dije con alegría.
"Yo también fui capaz de hacer una amiga aquí. Qué bien se siente."
— Espero contar con una amiga como tú. Vamos al salón.
— Claro que sí, yo soy tu mejor amiga. A partir de ahora, me llamarás jefa. Me gusta cómo suena eso.
— Jajajaja.
Ambos reímos y seguimos caminando tranquilamente hacia el salón. Una vez llegamos, abrí la puerta y, como sirviente, me dirigí a Gisei.
— Pase usted, señorita jefa -dije con una pose de reverencia.
Gisei, siguiéndome el juego, se metió en el papel.
— Al fin reconociste mi grandeza. Bien, abran paso para que pueda pasar.
Después de que unos pocos nos vieran, sin temor ni pena, nos sentamos en los mismos lugares que el día de la clase de introducción.