Después de dejar a mi hermanito frente a su edificio, me dirijo a mi clase sin decir nada.
"La verdad, estoy un poco preocupada. ¿Por qué una princesa de otro clan hablaría con mi hermano? Aunque lo ocultaba, pude notar que tenía un aura bastante fuerte. Debo tener cuidado de no meterme con ella. Creo que se está haciendo un poco tarde, correré para llegar a tiempo. ¿Debería usar el Sistema de Aumento?... Pensándolo bien, no creo que sea necesario. Con mi fuerza natural lo lograré".
Dicho esto, doy una zancada y comienzo a correr. El grupo de edificios de las clases F a la B está al este del auditorio, y el edificio de la clase A está al oeste, pero no me representa problema alguno. Llegaré a tiempo.
Después de correr durante unos minutos, llego a mi destino.
"¿Qué es esto? Más que un edificio, parece una gran villa".
El edificio estaba rodeado de un gran campo de pasto verde, perfectamente cortado, con algunas flores que delimitaban el camino hacia el edificio, y una pequeña fuente de mármol con forma de dragón. Al estar frente al edificio, era evidente que era mucho más grande que los de las otras clases; incluso tenía detalles decorados con oro puro en la entrada.
"Qué clase de lujos son estos. No creen que están exagerando con esta presentación. Me dan asco las cosas tan extravagantes... Pero antes de entrar al edificio, utilizaré el Sistema de Hielo para refrescarme. No quiero llegar sudando al salón."
— Sistema de Hielo: Cold Wind.
Mi cuerpo comenzó a emitir un pequeño brillo de color blanco, casi azul.
"Necesito catalizar esta habilidad en mi interior para que solo me refresque. No debo dejar que se descontrole, aunque sea mi primera vez intentándolo, lo debo de lograr".
Siento los flujos de energía recorriendo todo mi cuerpo. Cuando termino, el brillo desaparece y, a su vez, siento cómo mi cuerpo se enfría y me quita el sudor.
"Es realmente fascinante cómo se puede usar el Sistema de Hielo para cosas tan triviales... Aunque tengo que concentrarme mucho, supongo que solo me falta práctica".
Después de usar Cold Wind, entro al ostentoso edificio que pertenecía a la clase A. Sigo las indicaciones y llego a la puerta de un salón. Deslizo un poco la puerta y veo a todos los "insectos" ya sentados en su lugar. Sin decir nada, entro al salón como si fuera lo más natural del mundo.
"Parece que todas las filas de asientos ya están ocupadas. Solo quedan dos: la más cercana a la pizarra y la que está a un costado al fondo del salón, pero ahí está esa princesa-lombriz. No quiero relacionarme con alguien tan problemático. Por lo menos, me sentaré en ese lugar al frente, que solo tiene una persona sentada."
Procedo a sentarme en la silla más cercana a la pizarra y me acomodo. Por alguna razón, este lugar solo lo ocupaba una persona. Después de que me senté, escuché una voz familiar a mi costado.
— Hola, Haruki. Ya llegaste —se escucha una voz dulce.
"Así es, reconozco esa voz. Es la misma elfa molesta que me habló en el auditorio. ¿Por qué me tocó con ella otra vez? Aunque, pensándolo bien, no tendré que presentarme con alguien nuevo... pero no me acuerdo de su nombre. Creo que era... ¿Lala? ¿Lita? No, era diferente. ¡Lo tengo!"
— Hola, Lathy, ¿cómo estás? —le digo mientras sonrío amablemente.
En ese momento, no podía distinguir su rostro, pero si tuviera que adivinar, sería el de una persona desolada y en estado de shock, incluso se podría decir que bajó la temperatura. Con una voz seca y una expresión vacía, posiblemente sin vida, responde:
— No, te equivocas... Me llamo Lylyth... del Árbol Central.
Pasaron unos segundos en un incómodo silencio.
"Maldita sea, metí la pata. Solo debo actuar como si nunca hubiera pasado ese error. Mantendré mi fachada de chica amable, le daré una sonrisa."
— Hola, Lylyth, ya llegué. ¿Cómo estás?
— ¿Qué? Oh, sí, bien —su expresión seguía sin vida y en estado de shock.
Después de ese silencio incómodo, entraron tres profesores al salón. Dos de ellos tenían uniformes de entrenamiento, mientras que el otro llevaba un uniforme más elegante. Este último dejó un maletín sobre el escritorio y comenzó a hablar:
— Sean todos bienvenidos (reconocí esa voz, es la misma del profesor Yukimura), a la clase de la élite, la clase A. Mi nombre es Yukimura Seiji, y junto a mis compañeros instructores seremos sus profesores. Ambos profesores son expertos en el entrenamiento físico, y ellos los entrenarán en esa área, mientras que yo los ayudaré a mejorar en el uso del Sistema. Se dirigirán a mí como profesor Yukimura. Seré su profesor a cargo por los próximos tres años...
"Pasó un tiempo desde que el profesor empezó a hablar. En resumen, nos explicó cómo funciona la escuela: los duelos, la promoción de una clase, que nos llevemos bien, y esas cosas."
— Ahora, todos se presentarán y dirán su nombre.
Absolutamente todos nos presentamos, siendo Lylyth la primera, hasta llegar a la última. Ella se levanta de su asiento y se presenta ante todos:
— Mi nombre es Seraphine Von Fénix, y soy la princesa del clan Fénix. Encantada de conocerlos.
Ella se presentó de una forma elegante. Todos quedaron sorprendidos por tan bella presentación, todos menos yo. Después, el profesor se dirigió al grupo:
— Bien, ahora que ya todos se presentaron, para terminar, tendremos una audiencia con la directora de esta institución. Así que, síganme.
"¿Por qué tendría que ir a ver a una vieja arrugada cuando puedo ir a ver la linda cara de mi hermanito?"
— Bien, Lylyth, es hora de irnos.
"Espero que ya no esté triste. No me gustaría que se vengara después."
— R-realmente yo no...
Sin darle oportunidad de terminar, tomo a Lylyth de la mano y la llevo conmigo.
"Supongo que no habrá de otra. Tendré que hacer esto."
— Oye, Lylyth, perdón por no recordar tu nombre —inclinando mi cabeza—, realmente me apena mucho. Es solo que no soy buena recordando nombres, pero si quisieras, me encantaría ser tu amiga.
Lylyth, con una cara de alegría, responde:
— ¿E-en serio? La verdad es que yo también quisiera ser tu amiga. Te perdono por no acordarte de mi nombre. Me suele pasar más seguido de lo que crees. Por favor, levántate.
En los pensamientos de Lylyth: ¡Viva! Por fin pude hacer una amiga. Sabía que ser amable con las personas era lo mejor. Muchas gracias, abuela.
"Jajaja, con eso deberíamos estar bien. Qué gran actriz soy."
— Bien, Lylyth, vayamos con los demás. Ya se adelantaron un poco.
Lylyth, posiblemente con una sonrisa y lágrimas en los ojos, responde:
— ¡Sí! Vamos, Haruki.
Después de esa emotiva presentación, alcanzamos al grupo. A medida que avanzamos, se ve cada vez más cerca un gran edificio que parecía un palacio.