★ Aria Walker
No podía creer lo que había escuchado. Esa noche en la fiesta había sido una trampa. Mis mejores amigas, Vanessa y Gloria, me habían vendido. Me quedé paralizada al enterarme de la verdad, sintiendo cómo la traición me aplastaba el corazón. La rabia y el dolor se mezclaban en mi interior, formando un nudo que me ahogaba. Decidí enfrentarlas en la universidad, necesitaba saber por qué lo habían hecho.
—¿Por qué me hicieron esto? —pregunté con la voz temblorosa mientras las miraba a los ojos.
Vanessa se rió, una risa cruel que me hizo estremecer.
—Porque fue fácil, Aria. Siempre has sido tan ingenua. Solo pensamos en divertirnos un poco.
Gloria añadió con una sonrisa burlona.
—¿De verdad pensaste que éramos amigas? Eras solo un peón en nuestro juego.
Sentí cómo las lágrimas comenzaban a formarse, pero me negué a dejarlas caer. No les daría esa satisfacción. Miré a mi alrededor, viendo cómo los demás estudiantes comenzaban a murmurar y a señalarme. Sabía que no me quedaba otra opción. Tenía que irme de la ciudad, alejarme de todo y de todos.
Esa noche, empaqué mis cosas, cada prenda y objeto representaban una parte de mi vida que debía dejar atrás. Mientras cerraba la última caja, miré alrededor de mi habitación, sintiendo tristeza y liberación. Este lugar ya no era mi hogar.
El trayecto hacia la estación de autobuses fue sombrío. Las luces de la ciudad pasaban a través de la ventana del taxi, reflejándose en mi rostro mientras intentaba contener las lágrimas. Al llegar a la estación, compré un billete para la primera ciudad que apareció en la pantalla, sin importar cuál fuera. Necesitaba empezar de nuevo, en un lugar donde nadie supiera quién era.
★ Damien Volkov
Sumido en mis responsabilidades como alfa, intentaba concentrarme en las tareas diarias, pero mi mente siempre volvía a ella, a la mujer que había marcado sin querer. La confusión y la culpa me perseguían constantemente, nublando mis pensamientos y decisiones.
Me encontraba en una reunión con los líderes de la manada, discutiendo estrategias de defensa, cuando uno de ellos, Viktor, notó mi distracción.
—Damien, ¿estás bien? —preguntó, frunciendo el ceño.
Lo miré con una frialdad que lo hizo retroceder.
—Mi estado no es asunto tuyo, Viktor. Concéntrate en lo que estamos discutiendo —respondí con un tono autoritario.
Después de la reunión, me dirigí al bosque, necesitaba despejar mi mente. Mientras caminaba, los recuerdos de esa noche volvían una y otra vez.
¿Por qué no podía dejar de pensar en ella? Me recosté contra un árbol, cerrando los ojos, intentando encontrar una respuesta dentro de mí mismo.
—¿Qué te está pasando, Damien? —me pregunté en voz alta, esperando que el viento me respondiera.
El bosque era mi refugio, el lugar donde siempre encontraba paz. Pero hoy, incluso los susurros de los árboles y el canto de los pájaros no podían calmar mi tormenta interna. Aria estaba en mis pensamientos cada segundo, su imagen grabada en mi mente. La luna llena iluminaba el cielo, recordándome la conexión que había creado con ella.
Pero esto no era solo una conexión. Era una maldita atadura, una cadena que no había pedido. Ella era mía ahora, le gustara o no. Y no dejaría que nadie se interpusiera entre nosotros. No me importaba cuánto tuviera que destruir para mantenerla cerca.
★ Aria Walker
La nueva ciudad era diferente a todo lo que conocía. Las calles, la gente, todo era nuevo y extraño. Comencé un nuevo trabajo en una pequeña librería, tratando de rehacer mi vida lejos del pasado. Cada día era una lucha interna para olvidar lo sucedido, para dejar atrás el dolor y la traición.
Una tarde, mientras organizaba los libros, una compañera de trabajo, Emily, se acercó y me sonrió.
—Aria, ¿te gustaría venir con nosotros a tomar algo después del trabajo? Sería bueno conocerte mejor —dijo con una amabilidad que me sorprendió.
Dudé por un momento, pero finalmente acepté. Necesitaba intentar ser parte de este nuevo mundo, dejar entrar a otras personas, aunque mi corazón aún estuviera herido. Mientras caminábamos hacia el café, intenté relajarme y disfrutar de la compañía.
El café era acogedor, con una suave música de fondo y un aroma a café recién hecho que llenaba el aire. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, y Emily comenzó a presentarme a los demás.
—Este es Tom, nuestro barista favorito, y aquí está Lisa, nuestra encargada de marketing. Todos somos una especie de familia aquí.
Sonreí, sintiéndome un poco más cómoda.
—Gracias por invitarme. Realmente lo aprecio.
Tom, un joven de cabello rizado y sonrisa fácil, me ofreció una taza de café.
—Aquí tienes, Aria. Espero que te guste.
—Gracias, Tom —respondí, tomando la taza y sintiendo el calor en mis manos.
Pasamos la tarde charlando sobre nuestras vidas, y aunque no compartí demasiado sobre mi pasado, me sentí aceptada y bienvenida. Era un pequeño paso hacia la recuperación, pero era un paso importante.
★ Damien Volkov
Las noches eran las peores. Me encontraba de pie en el balcón, mirando la luna llena, sintiendo una conexión profunda con mi lado lobo. Pero esa noche, mis pensamientos se centraban en ella. Aria. La mujer que había entrado en mi vida de manera inesperada y que ahora no podía sacar de mi mente.
Decidí buscar consejo en mi viejo amigo y mentor, Sergei. Lo encontré en su cabaña, situada al borde del bosque. Siempre había sido una figura sabia y comprensiva en mi vida.
—Damien, estás luchando contra algo que no puedes controlar —dijo Sergei después de escucharme. —El vínculo que has creado con ella es fuerte. Debes encontrar una manera de lidiar con ello.
Su consejo me dejó pensativo. Sabía que tenía razón, pero ¿cómo podría enfrentar este sentimiento? El dilema me seguía, sin dejarme descansar.
Regresé a la manada con la determinación de encontrar una solución. Necesitaba hablar con alguien más, alguien que entendiera lo que estaba pasando. Busqué a Elena, una de las lobas más sabias de la manada, conocida por su conocimiento sobre vínculos y marcas.
—Elena, necesito tu ayuda —le dije cuando la encontré en la sala común.
Ella levantó la vista de su libro y me sonrió.
—Claro, Damien. ¿Qué sucede?
Le expliqué mi situación, sintiendo cómo el peso de mis emociones se aligeraba al compartirlo aunque no revele en ningún momento que Aria era humana.
—El vínculo que has creado con Aria es algo poderoso —dijo Elena, asintiendo lentamente. —No es algo que puedas ignorar o simplemente olvidar. Debes encontrar una manera de aceptar y entenderlo.
—¿Y cómo hago eso? —pregunté, desesperado por una respuesta.
—Primero, debes aceptar tus propios sentimientos —respondió ella. —No puedes seguir reprimiéndolos. Y luego, quizás debas encontrarla y hablar con ella. Ambos necesitan entender lo que está sucediendo.
★ Aria Walker
Después de la salida con mis nuevos compañeros, me sentí un poco más ligera. No era fácil olvidar lo que había pasado, pero poco a poco estaba encontrando mi camino. A veces, al cerrar los ojos, aún veía las sonrisas crueles de Vanessa y Gloria, pero me recordaba a mí misma que ya no tenían poder sobre mí.
Una noche, mientras me preparaba para dormir, miré por la ventana, viendo la luna llena. Por alguna razón, me sentí conectada a ella, como si estuviera compartiendo mi dolor y mis esperanzas.
—Voy a superarlo —me prometí en voz baja. —Voy a encontrar mi camino.
Y así, con esa determinación, cerré los ojos y dejé que el sueño me llevara, esperando que el nuevo día trajera consigo una nueva esperanza.
En los días siguientes, me concentré en mi trabajo en la librería. Cada cliente y cada libro que ordenaba, me daba una pequeña distracción de mis pensamientos. Emily y los demás se convirtieron en una fuente de apoyo constante, siempre ahí para levantarme el ánimo cuando lo necesitaba.
Un día, mientras estaba en la sección de ficción, encontré un libro que llamó mi atención. El título era "Renacer entre rivales" y la sinopsis hablaba de una mujer que encontraba su fuerza después de una traición. Sentí una conexión inmediata con la historia y decidí llevármelo a casa.
Esa noche, me sumergí en la lectura, encontrando consuelo en las palabras. La protagonista, Victoria, me inspiraba con su valentía y determinación. Sentí que, de alguna manera, estábamos compartiendo un viaje similar.
★ Damien Volkov
El consejo de Elena resonaba en mi mente. Sabía que tenía que aceptar mis sentimientos y, eventualmente, buscar a Aria. Pero, ¿cómo podría hacerlo sin asustarla más? Mi naturaleza arrogante y dominante siempre había sido un obstáculo en mis relaciones. Pero con Aria, era diferente. Sentía una urgencia desesperada por protegerla y mantenerla cerca, aunque fuera contra su voluntad.
—No puedo seguir así —me dije en voz alta, decidido a enfrentar esta situación.
Con un último vistazo a la luna, me prometí que encontraría a Aria, no solo para aclarar las cosas, sino para entender este vínculo que nos unía. Ella era mi destino, y yo no dejaría que nada, ni siquiera mi propia oscuridad, se interpusiera en nuestro camino.
A la mañana siguiente, reuní a mis mejores rastreadores y les di una orden clara: encontrar a Aria Walker. El tiempo de la espera había terminado. Estaba listo para enfrentar lo que fuera necesario para traerla de vuelta a mi lado, donde siempre había pertenecido, aunque ella aún no lo supiera.