En un rincón tranquilo y apartado de Honduras, Gaby, la hija de Victor, vivía un momento de calma junto a su pareja, Joel. Lejos de las batallas y el caos que siempre parecía rodear a su padre, Gaby buscaba construir una vida diferente, más sencilla y llena de paz. Estaban sentados en la pequeña casa que compartían, rodeados por la naturaleza tropical y el sonido de las aves.
— "¿Qué crees que deberíamos hacer, Joel?" —preguntó Gaby mientras observaba por la ventana, sus pensamientos viajando entre el presente y los recuerdos de su familia. A pesar de haber heredado una fuerza extraordinaria y un legado lleno de luchas, Gaby siempre había anhelado una vida más normal, lejos de los conflictos.
Joel, un chico tranquilo y comprensivo, la miró con una sonrisa suave.
— "Creo que, por ahora, lo más importante es decidir qué te hace feliz, Gaby. Sabes que te apoyaré en lo que elijas."
Gaby asintió, agradecida por la estabilidad que Joel le brindaba, aunque sabía que en el fondo algo más grande la llamaba. Sentía la responsabilidad de su linaje y las tensiones que siempre parecían seguir a su familia, pero no podía decidir si debía seguir el camino de Victor o buscar algo más.
— "Es difícil, a veces siento que debería estar ahí... haciendo algo más. Pero también me gusta la tranquilidad que tenemos aquí."
Joel le tomó la mano, transmitiéndole confianza y apoyo.
— "Tienes tiempo para decidir, Gaby. No tienes que apresurarte. Si en algún momento sientes que debes volver con tu familia o enfrentarte a algo más grande, lo harás cuando estés lista."
Gaby suspiró profundamente, sintiendo el peso de sus pensamientos, pero al mismo tiempo disfrutando del momento de paz con Joel. Sabía que tarde o temprano tendría que tomar una decisión, pero por ahora, lo más importante era vivir el presente.
Mientras tanto, Joel estaba en la pequeña cocina, preparando la comida para Gaby. A pesar de no ser un chef profesional, siempre se esforzaba por hacerla sentir especial con sus platillos sencillos pero deliciosos. Los dos llevaban una vida humilde y tranquila, y aunque no hablaban de ello constantemente, ambos sabían que la idea de un futuro juntos, quizás una familia, estaba siempre presente en sus corazones.
Joel, mientras picaba algunas verduras, pensaba en lo afortunado que era de tener a Gaby a su lado. Aunque su linaje y la sombra de Victor eran algo imponentes, él veía en Gaby una persona increíble, llena de amor y fortaleza. No le preocupaban las batallas épicas o los poderes sobrehumanos que rodeaban su historia; para él, lo más importante era su vida juntos.
— "Espero que te guste lo que estoy haciendo hoy." —murmuró Joel con una sonrisa mientras removía los ingredientes en la sartén. A veces, imaginaba cómo sería su vida si decidieran formar una familia. Con los genes que ambos compartían, sus hijos sin duda tendrían un potencial increíble. Sin embargo, lo que más le importaba era que pudieran crecer en un ambiente de paz y felicidad, algo que sabía que Gaby también deseaba.
— "Quizás un día..." —pensó para sí mismo mientras servía la comida en los platos. Él no tenía prisa, pero en su corazón sabía que el futuro que estaban construyendo juntos podría llevarlos a un lugar lleno de amor, esperanza y, quién sabe, tal vez hijos que heredarían tanto la fuerza de Gaby como su deseo de paz.
Llevó los platos a la mesa, donde Gaby ya lo esperaba con una sonrisa.
Gaby, mientras observaba a Joel preparar la comida con tanto cariño, se perdió en sus pensamientos. Sabía cuánto él hacía por ella y cuánto lo apreciaba, pero sentía que quería hacer algo especial por él, algo que fuera significativo.
"¿Qué podría regalarle?" —se preguntaba, mientras recordaba algunas de las conversaciones que habían tenido sobre su infancia. Joel no hablaba mucho de esos tiempos, pero Gaby sabía que su vida no había sido fácil. Siempre había querido sorprenderlo con algo que le devolviera un pedazo de felicidad de esos días, algo que no hubiera tenido o que siempre hubiera deseado.
Le vino a la mente la idea de buscar algún objeto que le recordara su niñez, algo que pudiera haber deseado pero nunca recibió. Tal vez una figura de acción que nunca pudo tener o un instrumento que siempre soñó con tocar. Aunque no sabía exactamente qué, Gaby estaba decidida a encontrar algo especial, algo que le trajera a Joel una sonrisa y lo conectara con su pasado, de una manera positiva.
Con esa idea en mente, Gaby sonrió para sí misma mientras miraba a Joel. Sabía que no sería fácil encontrar el regalo perfecto, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para darle algo que realmente significara mucho para él. "Un detalle que le haga saber cuánto lo valoro y que siempre estoy pensando en él," pensó, mientras planeaba cómo y cuándo sorprenderlo.
Después de terminar de preparar la comida, Joel colocó los platos cuidadosamente sobre la mesa. La fragancia de los ingredientes frescos llenaba el aire, creando un ambiente cálido y acogedor. Se acercó a Gaby, sonriendo con complicidad, y le dio un suave beso en los labios.
"Espero que te guste lo que preparé," dijo, mirándola a los ojos. Su expresión reflejaba no solo amor, sino también la alegría de compartir un momento juntos.
Gaby sonrió de vuelta, sintiendo una oleada de afecto. "Seguro que estará delicioso, como siempre."
Ambos se sentaron a la mesa, y mientras comenzaban a servir la comida, Gaby pensaba en su regalo secreto. Sin embargo, el momento era perfecto. Las risas y las charlas sobre sus días y sueños se entrelazaron mientras disfrutaban de la comida. Joel contaba anécdotas divertidas de su infancia, sin saber que Gaby estaba pensando en cómo hacer que esos recuerdos fueran aún más especiales para él.
Al final de la cena, Gaby se sintió agradecida no solo por la deliciosa comida, sino también por la conexión profunda que compartían. Este momento era justo lo que necesitaba para reflexionar sobre su sorpresa. Mientras Joel limpiaba la mesa, Gaby decidió que, por ahora, disfrutarían de la compañía mutua. Había tiempo para planear su regalo más adelante.
Fin.