Dariel se encontraba frente al hospital, su corazón latiendo con fuerza mientras se preparaba para dar un paso audaz. Había dejado a los niños en manos de los médicos, sabiendo que estaban a salvo mientras ella se embarcaba en una misión peligrosa. Con determinación, comenzó a concentrarse, reuniendo su energía para abrir un portal que la llevaría al universo donde se encontraba Evil Victor junto a Victoria.
El aire alrededor de ella comenzó a vibrar y una luz brillante emergió, formando un vórtice resplandeciente. A medida que el portal se abría, imágenes fugaces de mundos extraños y paisajes alienígenas danzaban en su interior. Sabía que debía ser cautelosa; la presencia de Evil Victor era una amenaza que no podía subestimar.
Con un último vistazo al hospital, Dariel se adentró en el portal, sintiendo el tirón familiar de la energía mientras la transportaba a través del cosmos. Una sensación de adrenalina la invadió. No solo estaba buscando a Evil Victor, sino que también estaba decidida a enfrentar cualquier peligro que pudiera representar para sus hijos y para Rigor.
Al atravesar el portal, Dariel emergió en un mundo deslumbrante y oscuro, donde el cielo estaba cubierto por un manto de estrellas y nebulosas brillantes. La atmósfera era pesada, y podía sentir la tensión en el aire, como si el mismo universo supiera que estaba en la presencia de una fuerza oscura.
Al mirar a su alrededor, Dariel se preparó para la batalla, sabiendo que cada segundo contaba. La búsqueda de Evil Victor y su encuentro con Victoria estaban a punto de comenzar, y estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para proteger a su familia y derrotar al mal que amenazaba sus vidas.
Dariel apareció frente al palacio de Victoria, la majestuosidad del lugar oscurecida por la ominosa sombra de Evil Victor. Sin dudarlo, tomó impulso y lanzó una poderosa patada que hizo estallar la puerta de entrada, enviando astillas de madera volando en todas direcciones. El sonido del impacto resonó por todo el palacio, alertando a sus ocupantes.
Evil Victor, que se encontraba en la sala del trono junto a Victoria, se volvió hacia la puerta destrozada con una sonrisa torcida. "Parece que tenemos compañía", dijo con una risa burlona, disfrutando de la intrusión como si fuera un espectáculo que había estado esperando.
Victoria, aunque sorprendida por la agresividad de la entrada, se levantó de su trono con una mirada decidida. "¿Quién se atreve a invadir nuestro hogar?" preguntó, su voz resonando con autoridad. Pero al ver la figura de Dariel, su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y desdén. "Ah, la madre de los niños", murmuró, como si la identificara al instante.
Dariel, con el corazón latiendo con fuerza y la determinación ardiendo en sus venas, no se detuvo ante las palabras de Victoria. "¡Evil Victor! ¡Estoy aquí para detenerte y proteger a mis hijos!" gritó, su voz resonando en el vasto salón del palacio.
Evil Victor se acercó, su sonrisa maliciosa ampliándose. "¿Proteger? Eso es adorable. Pero estás en mi territorio ahora", dijo mientras comenzaba a canalizar una oscura energía. Las paredes del palacio parecían temblar ante su poder.
Dariel se preparó para la batalla, concentrando su energía y levantando sus manos en defensa. Sabía que este sería un enfrentamiento crucial, no solo por su propia vida, sino también por la seguridad de su familia. "No te dejaré ganar", respondió con firmeza, mientras la tensión en el aire se intensificaba.
En ese momento, ambos bandos se prepararon para el combate, sabiendo que esta confrontación decidiría el destino no solo de Dariel y sus hijos, sino de todo el universo que estaba en juego.
Evil Victor, con una sonrisa fría y llena de arrogancia, golpeó a Dariel en el abdomen con una velocidad abrumadora. El impacto la hizo caer al suelo con fuerza, el aire escapando de sus pulmones en un doloroso jadeo. "Ya basta, señorita Dariel," dijo mientras la observaba desde arriba, "si hice todo eso, fue solo para copiar la técnica de tu esposo. Ya conseguí lo que quería."
Dariel, a pesar del dolor, se levantó lentamente. Su mirada era desafiante, aunque Evil Victor la mirara con desdén. "Esto no es solo sobre las técnicas de Rigor," murmuró ella, aún más determinada. "Has cruzado demasiadas líneas, y no voy a detenerme hasta que esto termine."
Evil Victor soltó una risa despectiva, ajustándose los guantes mientras el aura oscura lo envolvía. "Si lo que buscas es un final, entonces te lo concederé, pero a mi manera," agregó, preparándose para continuar con su ataque.
Dariel, con el corazón palpitando en su pecho y el fuego de la ira iluminando su mirada, se lanzó hacia Evil Victor, cada paso resonando con determinación. "¡Te lo advertí, Evil Victor! ¡No te dejaré seguir destruyendo lo que amo!"
Su voz temblaba con emoción, cada palabra impregnada de dolor por la pérdida de Sam. Recordaba su risa, su valentía y cómo siempre estaba dispuesto a ayudar. La injusticia de su muerte alimentaba su furia, y ya no podía contenerla. "¡Sam no merecía esto! ¡Él era un héroe, y tú lo arrebataste!"
Evil Victor soltó una risa burlona, sus ojos resplandecían con malevolencia. "¿Héroe? ¡Qué patético! En este mundo, solo los fuertes sobreviven. Y tú, Dariel, no eres más que un peón en un juego que no entiendes."
"¡Soy mucho más que un peón!" gritó Dariel, sintiendo cómo la energía comenzaba a acumularse a su alrededor, envolviéndola en un aura brillante y poderosa. "Voy a hacerte pagar por cada vida que has destruido. ¡Voy a vengar a Sam!"
Con un grito desgarrador, lanzó un ataque de energía hacia Evil Victor, el destello iluminó la oscura habitación del palacio, mientras el eco de su furia resonaba en las paredes. Dariel sabía que esta era su oportunidad; no podía dejar que su dolor la detuviera. Con cada ataque, no solo luchaba por sí misma, sino por todos aquellos que habían caído ante la tiranía de Evil Victor.
Dariel, con una voz cargada de emoción y determinación, alzó sus manos y pronunció el antiguo conjuro. "¡Invoco al amigo perdido que jamás volverá, que se adapta a todo, incluso contra ti! ¡Yo te invoco, Sam!"
Las sombras en la habitación comenzaron a danzar, y un aura oscura envolvió a Dariel. Un remolino de energía surgió, y de la penumbra emergió la figura de Sam, transformado en un ser etéreo que fusionaba la esencia de un shikigami con elementos lovecraftianos. Su forma era majestuosa y aterradora al mismo tiempo: ojos brillantes como estrellas en el vacío, tentáculos que se retorcían en el aire, y un aura que irradiaba poder.
Evil Victor, sorprendido por la aparición del espíritu, retrocedió un paso, su expresión de burla se tornó en preocupación. "¿Qué es esto? ¿Crees que un simple espectro puede desafiarme?"
Sam, aunque espectral, miraba a Evil Victor con una intensidad que atravesaba la oscuridad. Su voz resonó en el aire, profunda y llena de eco. "No soy solo un espectro. Soy la manifestación de la esperanza y la amistad, un vínculo que ni siquiera la muerte puede romper."
Dariel sintió el poder de Sam fluir a través de ella, dándole confianza y fuerza renovada. "¡Juntos, Sam! ¡Demostremos que la luz siempre puede prevalecer sobre la oscuridad!"
Evil Victor, enfurecido, extendió sus manos para lanzar un ataque, pero Sam se movió con una agilidad sobrenatural, desviando el ataque con sus tentáculos. "Tus esfuerzos son en vano, Evil Victor. Este es el fin de tu reinado de terror."
La batalla se intensificó, con Sam y Dariel atacando en perfecta sincronía, combinando energía y habilidad. Dariel sabía que no solo luchaba por su propia venganza, sino por la memoria de Sam y todos aquellos que habían sido víctimas de Evil Victor. El enfrentamiento era más que una pelea; era una declaración de que la amistad y el amor nunca se extinguirían, incluso ante la adversidad más oscura.
Sam, con una agilidad sobrenatural, se posicionó frente a Evil Victor y, con un movimiento rápido de sus tentáculos, lanzó un potente golpe hacia su lado derecho. La fuerza del ataque fue tan devastadora que Evil Victor fue impulsado a través del aire, atravesando la habitación y saliendo disparado hacia el bosque cercano.
El impacto dejó un rastro de destrucción a su paso, mientras Evil Victor se estrellaba contra los árboles, creando una explosión de ramas y hojas. Sam y Dariel, sin perder tiempo, siguieron a Evil Victor, sabiendo que este era el momento de aprovechar la ventaja.
Mientras Evil Victor se recuperaba de la caída, se levantó con furia en sus ojos. "¿Crees que puedes vencerme con un simple truco? ¡No tienes idea de lo que soy capaz!"
Dariel, aún con la energía de Sam a su lado, respondió con determinación: "No es un truco, es un poder que proviene de la amistad y la pérdida. Hoy pagarás por tus crímenes."
Sam, imperturbable ante las amenazas de Evil Victor, se preparó para el siguiente ataque. Con una combinación de su forma lovecraftiana y la esencia de un shikigami, lanzó un torrente de energía oscura hacia Evil Victor, creando una explosión que iluminó el bosque y reverberó en el aire.
Evil Victor apenas logró esquivar la mayoría del ataque, pero aún así fue alcanzado en el costado, lo que lo hizo tambalearse. "¡Esto no ha terminado!" gritó, mientras comenzaba a acumular su propio poder, preparándose para retaliar con una ira desatada. La batalla entre el bien y el mal continuaba en el bosque, y el destino de todos pendía de un hilo.
Dariel, tras levantarse del suelo donde había caído por el golpe de Evil Victor, se dirigió a Victoria con una mirada decidida y un tono firme.
"Victoria," comenzó, su voz resonando con la urgencia del momento, "tu esposo ha causado un daño irreparable. Ha asesinado y manipulado a personas, dejando un rastro de destrucción a su paso. Si alguna vez te importó lo que era correcto, debes hacer algo. Él necesita ser detenido."
Victoria, con una mezcla de sorpresa y confusión en su rostro, frunció el ceño al escuchar las palabras de Dariel. "No sé lo que ha hecho mi esposo, pero él no es el monstruo que describes," respondió, tratando de defenderlo, aunque en su voz había un indicio de duda. "Siempre ha tenido sus razones, pero…"
Dariel interrumpió, "¡Razones! ¿Qué razones pueden justificar la muerte de inocentes? ¡Sam, el amigo perdido, no tiene ninguna razón para haber sido asesinado! ¿Qué pasa si él vuelve a hacer lo mismo? ¿Te quedas de brazos cruzados mientras él sigue su camino de destrucción?"
La tensión en el aire creció mientras Victoria luchaba con sus propios sentimientos. Finalmente, tras un largo silencio, su mirada se endureció. "Tienes razón. He estado ciega. Debo confrontarlo."
Con determinación, Victoria dio un paso hacia adelante. "No puedo permitir que Evil Victor siga causando caos. Si él ha perdido el rumbo, tengo que ayudarlo a encontrar su camino de regreso… o detenerlo, si es necesario."
Dariel asintió, satisfecha con la decisión de Victoria. "Entonces vamos. Juntas, podemos hacer frente a lo que venga."
Ambas se dirigieron hacia el bosque, donde el eco de la batalla entre Sam y Evil Victor aún resonaba. Sabían que no sería fácil, pero la combinación de su fuerza y determinación podría ser la clave para enfrentar al ser que una vez fue amado y ahora se había convertido en una amenaza.
Continuará...